[Zenku Soukoku]


/Miau/

AU familiar

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Era una mañana lo que se podría decir "tranquila" en esa casa.

Fukuzawa preparaba el desayuno en lo que su esposo, Mori, ayudaba a sus dos hijos a prepararse para la escuela.

Hoy era San Valentín, por lo que habían pedido el día libre para pasarlo juntos. Porque por lo general Fukuzawa se despedía e iba pronto al trabajo. Y Mori llevaba a los niños a la escuela y se dirigía al trabajo.

Hoy no había sido así, se despertaron sin ninguna prisa, y se lo tomaron todo con más calma.

Una vez preparados, desayunaron y fueron juntos a llevar a sus hijos, y se despidieron de ellos con un fuerte abrazo entre los cuatro.

Después irían a el parque, a la cafetería, que estaba justo en el medio, y se tomarían alguna bebida y algún dulce.

Y si podían también irían al cine, a ver una película por la que Mori estaba emocionado.

Primero dieron un paseo por el parque, y luego fueron a la cafetería, Mori pidió un Boba Tea de chocolate y Fukuzawa un Boba Tea de mango.

Se sentaron en un banco y empezaron a hablar.

—¿Sabes? — Dijo Mori.

—¿Mm?

—Siempre que te veo a mi lado todas las mañanas y noches, me pregunto cómo es que terminé casándome contigo — Dijo — Osea digo, eras tan popular entre las chicas y chicos, que no entiendo como me elegiste a mí sabiendo que tenías opciones mejores.

Fukuzawa lo miró confundido.

Iba a responder, pero de repente un gato se subió al banco en donde estaban sentados. Y caminó sobre sus piernas.

Y se terminó acurrucándose entre ellos. Fukuzawa lo acarició como buen fan de los felinos.

En eso también sonó el teléfono de Mori. Y él contestó la llamada.

—¿Diga?

—Fukuzawa-san — Se sonrojó, después de tantos años no se terminaba de acostumbrar a que lo llamaran así — Somos de la escuela.

—¿Ha pasado algo? ¿Mis hijos están bien? — Preguntó preocupado, Fukuzawa lo miró interrogante, aún con el gato en sus brazos, y él le hizo una seña de espera.

—Sí, de hecho son los que mejor se encuentran, pero necesitaremos que vengan a recogerlos — Le dijo — Cuando haya llegado le explicaremos lo sucedido.

—Sí sí, ahora mismo voy para allá — Dijo.

—Ok, muchas gracias, le esperaremos.

Y en eso la llamada se cortó.

—¿Qué pasó? ¿Está todo bien? — Preguntó Fukuzawa.

—Era de la escuela, tenemos que ir a recogerlos, la chica no me ha dicho que es lo que ha pasado, nos lo dirá cuando lleguemos — Le explicó.

Su día de paz en pareja se había acabado, y apenas habían estado una hora y media tranquilos.

Llegaron a la escuela y cuando entraron vieron a su hijo mayor con un pequeño vendaje en una de sus rodillas y un par de raspones, junto a él estaba su hermano, que al igual que él tenía raspones en sus brazos y piernas.

—¡Ranpo, Osamu! ¿Qué pasó? — Mori se acercó preocupado, mientras que Fukuzawa iba detrás de él igualmente preocupado.

Una profesora se les acercó a hablar.

—Sus hijos se lastimaron intentando hacer una travesura, Ranpo-kun se escapó de su aula y fue a buscar a Osamu-kun, ambos salieron al patio sin permiso — Hizo una pausa — Ranpo-kun se hizo una herida en la rodilla mientras jugaban al pilla pilla, resulta que se cayó y Osamu-kun tropezó con el y también se hizo algo de daño — Finalizó.

Mori miró a sus hijos enfadado, pero la preocupación aún no se había ido por completo.

—¿Saben lo peligroso que ha sido eso? — Les regaño — ¿Y si en vez de un par de raspones se hubieran hecho algo peor? ¿Y si se hubieran roto algo? ¿Qué haría yo? — Los niños ya casi estaban llorando.

—Lo sentimos mucho — Dijeron al unísono y lo abrazaron fuertemente, mientras lloraban y moqueaban. Mori también estaba soltando un par de lágrimas.

Todo esto era visto por Fukuzawa, la profesora y el gato que los había perseguido desde el parque, quienes tenían una gotita en la frente. Eran unos dramáticos.

—Está bien, no pasa nada, pero por favor no vuelvan a hacer eso, porque como dijo, pueden ocurrir cosas más graves que un simple rasguño — Les dijo la profesora. Y los niños asintieron.

—Lo mejor será que se los lleven, no creo que después de todo puedan aguantar hasta que sea la hora de salida — Dijo y estuvieron de acuerdo.

Salieron de la escuela junto a sus hijos.

Ahora volverían a casa.

Fueron caminando, aunque cada uno cargaba a un niño.

Fukuzawa llevaba a Ranpo sobre su espalda y encima de la cabeza de este estaba el gato de antes. Y Mori llevaba a Osamu sobre sus hombros.

—Por cierto, ¿papi, de donde sacaron este gato? — Preguntó Osamu.

—Bueno..., lo encontramos en el parque y nos ha estado siguiendo desde entonces — Respondió Mori.

—¿Podemos quedarnoslo?

—No sé, puede que ya tenga una familia y que quiera volver con ella — Respondió, ya había previsto que preguntarían algo parecido.

—No tiene collar ni ningún accesorio, tampoco parece estar muy bien cuidado, por lo que no creo que tenga un hogar — Dijo Ranpo.

—Ehh... vaya, había olvidado lo inteligente que era Ranpo para su edad — Pensó Mori. Y miró a su esposo buscando ayuda. Él sólo se encogió de hombros.

—Sabes lo mucho que me gustan lo gatos, es decisión tuya — Dijo, y derrepente todos los ojos estaban sobre él, mierda, no podía decir nada en contra de esos ojos de cachorritos.

—Está bien, pero tienen que cuidarlo muy bien, yo solo me encargaré de comprar las cosas que necesite y de pagar por sus vacunas — Dijo y todos parecieron saltar de alegría.

—Entonces, ¿qué nombre le ponemos? — Preguntó Osamu.

—Oh, ya sé — Pareció pensarlo un poco — Firulais.

—No, ese es feo, además es nombre de perro — Dijo Ranpo.

—Oigan, creo que no es un gato, sino que una gata — Dijo mientras la miraba.

—Puede llamarse Aki — Sugirió Fukuzawa.

—Es bonito, me gusta — Dijo Osamu.

—Pues con ese se queda, por que si no, nunca le pondremos un nombre — Dijo Mori.

—Esta bien.

Llegaron a casa y prepararon una caja con una manta para la gata, mientras que era bañada por Fukuzawa.

Ya en la tarde la llevarían al veterinario para que la revisara y les dijera cómo cuidarla y tratarla.

No habían podido tener su día a solas como deseaban al principio, pero habían ganado un miembro más para la familia.

—Te elegí a ti, porque siempre me has gustado, tu personalidad, tus ojos, tu cabello, el cómo me hablas — Respondió Fukuzawa a lo que no había respondido anteriormente — Con ninguna otra persona podría haber tenido una familia tan maravillosa como esta. Gracias, de verdad, gracias por todo — Dijo y lo agarró de la cintura — Te amo — Y con eso lo besó.

Mori soltó algunas risas en medio de beso. Y se separó.

—Yo también te amo mucho Yukichi — Dijo y volvió a besarlo, esta vez con mayor intensidad.

—¡Puaj! — Se escuchó.

-¡Que asco! — Dijo Osamu.

Ambos se giraron y vieron a sus hijos, que tenían una mueca de asco.

—No sé de qué se quejan si cuando sean mayores van a hacer lo mismo — Dijo Fukuzawa.

—¡Mentira! Yo nunca voy a besar a nadie — Gritó Osamu.

—¿Entonces? ¿No decías que te ibas a casar con Chuuya-kun? — Dijo Mori divertido.

Osamu se sonrojó y se fue corriendo, y su hermano lo siguió.

—Miau.

Miraron a la gata que estaba sentado viéndolos fijamente. Y luego salió en dirección a donde se fueron los niños.

Ambos rieron.

Sí, su familia era perfecta como estaba.

16/02/2023

1273 palabras.

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