045
Taehyung
Jin no estaba en su oficina y según uno de sus empleados no iba a aparecer en toda la tarde, tampoco estaría en ninguno de sus restaurantes y no me respondía las llamadas, así que tendría que esperar. Me quedaban pocos días en la ciudad, pero necesitaba hacer algo muy importante antes de irme.
Decidí volver a mi hotel y apenas di unos cuantos pasos cuando por las puertas apareció Miram.
La vi y otra vez experimenté la ya conocida sensación paralizante en el pecho.
Mentiría si dijera que algo no se removió dentro de mi cuando la volví a ver después de tanto tiempo, creí que solo sería cosa del momento, pero me veía pensando en ella y recordando el pasado.
La odiaba tanto como la deseaba.
Miram marcó un momento en mi vida, fue mi primer amor, caí como un estúpido por ella cuando no era correspondido; era tan inocente en aquel tiempo y por eso se aprovechó. Realmente no esperaba volver a toparnos alguna vez, tenía en mente que ella ya había hecho su vida, así como yo, pero me equivoqué y me estrellé con la no tan agradable realidad de que mi primo y ella tenían algún tipo de relación.
Me estaba volviendo loco, creí haberla superado, creí que si llegara a verla de nuevo no sentiría nada, ni siquiera rencor, pero era un total idiota porque después de tanto tiempo ella aún tenía algun tipo de efecto en mí. Aún así eso no había nublado mi sentido común. Antes de irme hablaría con Jin, él tenía que saber que clase de persona era Miram y que debía tener mucho cuidado. Cuando la conocí ignoré ciertas cosas porque estaba cegado por el amor que sentía, pero después de un tiempo me di cuenta de la realidad; ella era una persona narcisista, que solo buscaba qué beneficios podía obtener de los demás y que solo se preocupaba por sí misma, Jimin era la excepción y dudo que eso haya cambiado, no creía que realmente estuviesen separados del todo.
No pude evitar recorrerla de pies a cabeza ante cada paso que daba en mi dirección, llevaba puesto un vestido atado al cuello y un abrigo cubría sus hombros, con las mangas libres.
–Qué lindo verte... –Dije con notorio sarcasmo cuando estuvo cerca, ella siguió de largo y yo no le quité la mirada de encima. –Si buscas a Jin no está en su oficina –se detuvo de inmediato, entonces quedamos frente a frente de nuevo, noté unas bolsas bajo sus ojos a pesar del maquillaje y me sentí como un estúpido porque genuinamente me preocupé–, yo tampoco puedo comunicarme con él –suspiré con fingido pesar– Necesitaba decirle algo importante... –Dije, a propósito y sin dejar de mirarla. Ella sonrió falsamente.
–Gracias. –Pasó nuevamente a mi lado hacia la salida llevándose unas cuantas miradas, lo que era de esperarse, pues era una mujer hermosa que transmitía mucha seguridad.
La seguí saliendo de KS, casualmente íbamos en la misma dirección. Ella se detuvo frente a una camioneta estacionada junto a la acera, pero notó mi presencia y me miró con una ceja alzada.
–¿Estás bien? –Quise darme una cachetada por no poder controlar lo que salía de mi boca, su expresión interrogante se hizo más notoria. Es que ni yo me entendía.
–Lo estoy. –Respondió de forma cortante para luego abrir la puerta de la camioneta. Yo planeaba seguir mi camino, cuando la vi dudar y como se quitó el abrigo de los hombros dejándolos descubiertos, tirándolo sobre los asientos.
Maldición, me quedé embelesado cuando movió su cabello sobre sus hombros. No pude evitar seguir cada uno de sus movimientos.
Volvió a mirarme, pero su expresión había cambiado por completo, ya no veía hostilidad en sus ojos.
–Tú y yo necesitamos hablar.
–¿Ah sí? ¿De qué?
–Han pasado años desde la última vez que nos vimos y pienso que hay cosas que debemos aclarar. –Fue muy directa.
Era obvio que había algo detrás de su repentino cambio de actitud. No me fiaba, ambos nos habíamos dicho cosas muy desagradables, pero quería escuchar lo que tenía para decir ahora.
–Tienes razón, deberíamos hablar ya que no andamos con la guardia alta. –Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón.
–¿Qué tal si vamos a un sitio más privado? –Sonrió levemente, y ese simple gesto me llevó de vuelta al pasado. A cuando salíamos a dar largas caminatas mientras comíamos helado, a cuando yo no tenía nada y ella era mi todo.
Maldita sea.
–Mm, sí, me parece bien.
–Sube.
Miram
El trayecto hacia la cabaña fue solo con la compañía de la música que sintonicé en una estación de radio cualquiera, Taehyung se mantuvo revisando su celular y solo habló para preguntarme a donde iríamos.
Me sentía un poco frustrada porque no podía comunicarme con Jin, esperaba que la razón fuera porque estaba ocupado con su empresa y no porque estuviese con Haesol, ahora que el revuelo de las fotos estaba en auge. Ella de seguro estaba escondida para que la prensa no la molestara.
Revisé mi celular y Jimin tampoco leía mis mensajes desde la noche anterior que me dejó en mi apartamento por irse a quien sabe donde. No podía creer que se preocupara por Haesol, como si él mismo no hubiese accedido a acercarse a ella como parte de nuestro objetivo. Además que lo que yo temía se cumplió, él aún seguía enojado por la situación con Taehyung después de todo este tiempo, lo que incrementaba mi frustración.
–¿Te estás quedando aquí? –Preguntó el pelinegro cuando le permití la entrada a la cabaña al abrir la puerta– Está un poco lejos del centro de la ciudad.
–Sí, me quedo aquí por el momento, es mi cabaña para vacacionar. Estoy buscando sitio para vivir aún.
No imaginé que me toparía con Taehyung, justo hoy. Yo solo quería que él no se metiera en lo mío con Jin e intentaría convencerlo de que tenía un interés genuino en su primo, aunque sería muy difícil por el rencor que sentía hacia mí.
–Ya que volviste de París...
Disimulé mi confusión por que él tuviera conocimiento de eso.
–¿Quieres algo de beber? –lo guié hasta la estancia indicándole que se sentara en cualquiera de los sillones– Tengo vino y whisky.
–Vino está bien.
Busqué la botella y dos copas, volví con él y serví para los dos.
–¿Cómo sabes que estuve en París?
–Hablé con Sky hace poco, me dio gusto volver a tener comunicación con nuestra gran amiga de la infancia. –Al decir aquello sus ojos se mantuvieron fijos en mi para no perderse mi reacción y yo tuve que disimular, aunque por dentro estaba maldiciendo sin parar.
–Oh, que bien.
–¿Ya no son amigas?
–¿No se lo preguntaste a ella?
–Me dijo que casi no hablan desde que regresaste.
–Cada quien está en sus propios asuntos. –Me encogí de hombros.
–También me comentó que estuviste casada con un empresario, de hecho que eres viuda –su tono pesaroso me pareció muy falso, y es que desde que llegamos su actitud había cambiado, como si la buena disposición que tuvo para que pudiésemos hablar de nosotros se hubiese esfumado de repente– Una pena siendo tan joven, pero después pensé: Miram es el tipo de persona que solo sabe usar a otras, y dudo mucho que hayas cambiado. Así que dime, ¿piensas usar a Seokjin para tener una vida de lujos como solías tenerla en París?
–Tienes una gran imaginación, Kim –bebí de mi copa– No hables de la muerte de mi esposo tan descuidadamente, no sabes nada. –Controlé mi tono pero comenzaba a enojarme.
–¿Lo extrañas? No parece.
–¿Por qué cuestionas lo que hago con mi vida? No tienes derecho.
Su sonrisa retadora se hizo más amplia, entonces sacó su celular y me lo mostró, en la pantalla se veía un artículo de prensa donde salían las fotos de Haesol y Jimin. Probablemente, eso era lo que estaba viendo con tanto interés de camino acá.
–¿Me vas a decir que esto es una casualidad? Están un poco borrosas pero puedo reconocer a Park Jimin, no ha cambiado mucho. Dime, ¿es una casualidad que esté involucrado con Haesol, la asistente de Jin? –me quedé callada– ¡Oh, no sabes que decir! ¿Creíste que no me enteraría? ¿No parezco del tipo que lee noticias?
Me removí nerviosa.
–Jimin ha estado persiguiéndome desde que volví a Corea, sabes lo obsesivo que puede llegar a ser...
–¡Por favor, preciosa! –bufó– Sé que estás acostumbrada a que todos besen el piso por el que caminas, pero no creo que este sea el caso –agitó su celular– ¿Qué tal si hacemos un trato? Aprecio mucho a mi primo y no quiero hacerle pasar un mal rato, entonces estaba pensando... ¿Qué tal si te alejas de él y yo no le comento sobre nuestro pasado y mis sospechas sobre tus intenciones? Así todos contentos. Mira que estoy siendo considerado para que él no se lleve una mala imagen de ti.
–Taehyung...
–¿No te importa que fume, verdad? –se alejó hasta el ventanal abierto que daba hacia la parte trasera de la cabaña y sacó una cajetilla de cigarrillos de su bolsillo– Te daré unos minutos para que pienses en mi propuesta. –Me guiñó un ojo, sonriendo victorioso.
La ira recorría cada parte de mi sistema al verme acorralada y humillada.
¿Qué se cree?
¿Qué se cree para imponerme condiciones?
No puedo permitir que le cuente a Jin.
No puedo.
No puedo.
Mi respiración se hizo muy pesada y como si una fuerza exterior me impulsara, me levanté y comencé a caminar hacia él tomando lo primero que se me cruzó por delante. Todo pasó tan rápido que de un momento a otro, Taehyung estaba en el suelo frente a mi y de su cuello salía sangre a borbotones que teñía de un color oscuro el piso de madera, no se lo vio venir.
Solté lo que sostenía en la mano y el golpe seco del choque contra el piso retumbó por todos lados, di unos cuantos pasos hacia atrás viendo como él se retorcía y se ahogaba con su propia sangre la cual trataba de detener con una de sus manos, no podía levantarse y en medio de su desesperación estiraba su brazo para intentar llegar a mis pies.
Es lo correcto.
Y lo más importante es que no va a poder decirle a Jin sobre lo que hicimos Jimin y yo.
No va a poder hablar.
Taehyung abría sus ojos de una manera exagerada, los vasos sanguíneos se habían reventado por lo que ya no se podía apreciar la parte blanca en estos; como si estuviesen a punto de explotar, lo que me causó gracia.
Comencé a reír sin dejar de observar tan placentera escena.
Jimin
Estacioné frente a la cabaña, justo al lado de la camioneta de Miram. No había querido responder sus mensajes ni sus llamadas y no es que no quisiera hablarle, pero planeaba reunirme con ella por la noche. Aunque estuvo insistiendo tanto mientras yo estaba en el hospital que no me quedó más remedio que atender, su voz en la llamada se escuchó vacía, carente de emociones, cosa que me inquietó un poco porque no me dio ningún tipo de explicación más allá de que viniera de forma urgente.
Las fotos ya eran públicas y no había vuelta atrás. Aunque me sentí un poco mal por Haesol, no era momento para que Miram y yo estuviésemos peleados, simplemente mi enojo por la situación con Taehyung provocó que actuara inconscientemente.
Teníamos que hablar y este era el mejor momento porque, quizá, tendríamos que andarnos con cuidado por un tiempo.
Al entrar a la cabaña me encontré con un inesperado panorama, ella estaba sentada en el piso contra el sillón más grande que ocupaba la estancia sosteniendo una copa de vino, pero me impactó ver la sangre en sus pies, manos y parte de su ropa. Su mirada estaba perdida en algún punto al frente, el cual yo seguí y me encontré con el cuerpo de Taehyung a unos metros, inerte, en medio de un enorme charco de sangre. Una pequeña lanza de plata, que fungia como un simple adorno, yacía sobre el piso empapada de aquél fluido viscoso.
–Miram...
Ella reaccionó de inmediato al escucharme, girando su cabeza en mi dirección. Se puso de pie y con una tranquilidad impresionante dejó la copa sobre la mesa al pasar, acercándose a mí.
–No tuve opción. –Expresó, impasible, con sus ojos fijos en los míos. No podría decir que estaba en un estado de aturdimiento, pero si tenía la misma mirada que salía a relucir después de haber perdido los estribos, como supuse había pasado, carente de humanidad y arrepentimiento.
Ella había logrado contenerse, por muy poco, en ocasiones anteriores en las que perdía el control, como aquella vez en París en que fui víctima de su enojo, pero, finalmente había llegado el día en que solo se dejó llevar.
Entonces caí verdaderamente en cuenta de la situación, mi atención fue al cuerpo sin vida de Taehyung, no necesitaba revisarlo para confirmar que estaba muerto; se desangró. Fue una muerte lenta y dolorosa, no podía imaginar su agonía.
Volví a centrarme en Miram, la sangre en sus manos y ropa seguía fresca. Me dio tanto asco que perteneciera a él y estuviese manchando su piel, pero solo pude pensar en lo que debíamos hacer a partir de ahora.
–¿Estás bien? –afiancé mis manos en su cara– ¿Qué ocurrió? ¿Qué hacías con él aquí?
–Quise hablar, quise convencerlo de mis intenciones con Jin para que no abriera la boca –volteó hacia el cuerpo en el piso–, pero me amenazó –soltó una risa burlona–. Intentó imponerme un trato...
–¿Acaso se enteró de las fotos?
–Él iba a arruinarlo todo, por eso no tuve opción... –susurró como si no me hubiese escuchado y volvió a mirarme– ¿Me vas a ayudar?
Quizá esto no era tan malo para nosotros, según mi perspectiva. Sólo debíamos ser inteligentes y yo serlo un poco más que Miram.
–Estamos en esto juntos, cielo. –Besé su frente, ella sonrió alejándose un poco de mi para mirarse.
–Mierda, mi vestido. –Hizo una mueca porque estaba completamente arruinado.
–Mañana te compro uno igual. –La tranquilicé, antes de ponernos manos a la obra.
Primero envolvimos el cuerpo de Taehyung en una lona enorme que utilizábamos para acampar, para luego comenzar a limpiar todo. El olor de la sangre era muy intenso por lo que necesitamos diferentes productos para eliminar todo rastro, fuimos muy meticulosos en limpiar y desinfectar cada espacio de la estancia.
Al terminar, ya había oscurecido y una tormenta parecía querer desatarse sobre la ciudad, así que lo siguiente fue meter el cuerpo en mi auto y conducir por la ruta hasta uno de los arroyos que conformaba el bosque, aunque en un pequeño tramo tuvimos que arrastrar el cuerpo porque el auto no pasaba, fue un poco tedioso pero tuvimos éxito. La corriente lo arrastraría, quizá tardarían un poco en encontrarlo por la poca afluencia de personas en esta época del año, también nos deshicimos de sus pertenencias y su celular.
Volvimos a la cabaña, limpié muy bien la cajuela de mi auto y la lona junto con los guantes y demás cosas que usamos lo guardé en el depósito porque planeaba quemar todo luego.
Fue una tarde y noche muy ajetreada.
Miram sostuvo la copa mientras entraba a la tina conmigo, no despegué mis ojos de todo su cuerpo hasta que se sentó en mis piernas y la espuma tapó solo un poco más arriba de sus pechos. Habíamos tomado una ducha juntos para deshacernos de toda la sangre seca y el barro, después pasamos a la tina que yo había preparado previamente con agua caliente y muchas burbujas.
–Hace rato que no estábamos así, amor... –Musitó, dejando la copa a un lado después de haber bebido un poco de vino y deslizó sus brazos por detrás de mi cuello.
–Lo sé, hoy es un día especial. –Le sonreí, sujetando su cintura por debajo del agua.
Habíamos llegado al punto máximo de lo que éramos capaces de hacer el uno por el otro, los dos lo teníamos muy claro. Lo que pasó ya había cambiado las cosas para siempre y afianzó nuestra unión.
–Lamento haberme comportado como un idiota. –Agregué, acaricié parte de su cuello y su barbilla.
Ella pasó sus dedos por mi cabello húmedo, peinándolo hacia atrás para luego acariciar mi rostro y dejar un pequeño beso en mis labios.
–¿No te irás de mi lado?
–Cielo –deslicé mi mano derecha hasta su nuca, pegando su frente con la mía–, tú eres la única que puede decidir si me quedo a tu lado o no. Jamás te dejaría por decisión propia. –Sonrió satisfecha.
–Te amo. –Volvió a besarme cortamente.
–Te amo tanto. Soy completamente tuyo, cielo. –Está vez fui yo quien ejerció el contacto sobre sus labios, así tomando control del beso, el cual subió de intensidad rápidamente. De nuestras bocas se escaparon varios gemidos.
La necesidad de sentirla se extendió por todo mi cuerpo, así como yo, ella también estaba desesperada por sentirme.
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💔
Sé que es mucho para procesar pero quiero saber que opinan. Lxs leo 👀
P.D.¹: Si este capi te pareció romántico, medícate xd
P.D.²: No me odien:(
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