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La pequeña Haesol decidió salir de la cama al no poder conciliar el sueño nuevamente, caminó abrazada de su peluche de jirafa por el largo pasillo oscuro, ya era casi medianoche. Una casa tan grande le resultaba tenebrosa, a veces, por eso llevaba su amigo felpudo con ella.

Bajó las escaleras con cuidado y se dirigió a la cocina, donde se encontró a Minsoo junto con su hijo, Seokjin.

La pequeña se quedó en su lugar sin ser notada, observando como la mujer ayudaba con mucha paciencia al niño con su tarea, y algo en su pecho se estrujó porque sus padres nunca habían actuado de esa forma con ella, para eso habían contratado tutores que se encargaban de reforzar sus conocimientos y ayudarla con sus tareas de la escuela.

En ese momento sintió un poco de celos porque Seokjin recibía el amor y la atención de su madre a pesar de un largo día de trabajo.

–¿Qué haces aquí?

La niña se sobresaltó y se giró, encontrándose con el chico pálido quien se restregaba un ojo con pereza.

–Niños –Minsoo se dio cuenta de la presencia de los infantes y no le gustó que estuviesen despiertos siendo tan tarde–. Deberían estar durmiendo.

–Me desperté y no puedo volver a dormir. –Expresó, Yoongi, en medio de un bostezo y fue a sentarse en una de las sillas alrededor de la barra. Al ser hijo del jefe de seguridad de la familia tenía permitido quedarse en la casa las veces que quisiera, esa semana le tocaba estar con su padre, aunque éste se encontraba acompañando a los señores Jung en su viaje. –¿Qué hace, hyung?

–Tarea –respondió el chico de lentes, con fastidio–, pero ya estoy terminando.

–Cariño, ¿tampoco puedes dormir? –Minsoo se dirigió a Haesol quien solo estaba mirando a los dos niños conversar, ella simplemente respondió negando con la cabeza.

–¿Que tal si vemos una película en el cuarto de juegos y ajumma nos prepara leche caliente? –Propuso Yoongi con entusiasmo y el rostro de los otros dos niños se iluminó con esa idea.

–¡Sí!

–No. –Exclamó la mayor seriamente, de inmediato tres pares de ojos la miraban suplicantes.

–Mamá, ya terminé mi tarea. –Seokjin alzó el cuaderno, mostrando todo los ejercicios de matemáticas resueltos. –Déjanos ver una película, por favor.

–Mi nana no se va a enterar. –Comentó la pequeña, refiriéndose a la señora Wang.

–Siempre toma pastillas para dormir. –Dijo Yoongi.

–¿Cómo sabes eso, jovencito? –La mujer alzó una ceja hacia el pequeño pálido quien solo se encogió de hombros, intercambiando risas cómplices con sus amigos.

–Por favor, mamá.

Minsoo terminó por acceder a la petición de los niños, los señores Jung no estaban en casa así que no había problema en que se fueran a la cama un poco más tarde de lo usual. No era la primera vez que pasaba.

–Veamos Las Tortugas Ninja.

–No, mejor vemos Barbie y la Magia de Pegaso.

–Esa la vimos la semana pasada, nos toca escoger a nosotros esta vez. –Seokjin miró a la pelinegra con reproche, ésta se quejó en voz baja dándoles la razón y permitiendo que ellos dos decidieran que película ver.

Finalmente se decidieron por Las Tortugas Ninja, Seokjin fue el encargado de colocar la película en el reproductor DVD y luego se acomodaron en el enorme sillón frente al televisor. Haesol se sentó en medio de los dos niños, se cubrieron con un par de cobijas y esperaron la leche caliente mientras la cinta se reproducía.

Casi al finalizar la película, los niños se quedaron dormidos uno sobre el otro, así que Minsoo con ayuda de uno de los hombres de seguridad que custodiaba la casa fueron llevando a los pequeños a sus respectivas camas.

Minsoo llevaba a Haesol hasta su habitación, cuando esta despertó y la miró con sus ojitos pequeños por el sueño.

Ajumma, quiero dormir con usted.

–Cariño, tienes que dormir en tu cama. –Acarició su espalda.

–Es que me siento sola –a la mujer se le rompió el corazón al escuchar el tono triste con que se lo había dicho– Por favor, ajumma. Mis padres no están.

Haesol estaba teniendo problemas para dormir toda la noche de corrido, por eso cada vez que los señores Jung se iban de viaje dormía en la habitación de Minsoo y Seokjin o en la de la señora Wang, no le gustaba estar sola en su cuarto cuando despertaba a mitad de la noche pero sus padres nunca permitirían que durmiera con ellos.

–Está bien. –La mujer accedió, no teniendo la voluntad para negarse.

Ambas fueron hasta la habitación donde se quedaban ella y Seokjin, éste ya estaba en su cama completamente arropado y ajeno a que tenían a la invitada habitual. Minsoo acostó a Haesol en su cama, del lado de la pared y mientras ésta se acomodaba con su amigo felpudo, la mujer le dio un beso de buenas noches a su hijo y apagó la pequeña lámpara que estaba en la mesita.

Se acostó a un lado de la niña quien de inmediato se arrimó en busca de su calor, la arropó bien y también le dio un beso de buenas noches en la frente.

Haesol pudo conciliar el sueño sin problemas.












••••









Otra noche en la que se le hacía imposible volver a dormir. Haesol se encontraba en la cocina, sola y aburrida, con su peluche de jirafa. Todos dormían a excepción de ella.

O eso creyó, porque escuchó unos pasos que la alertaron y quiso esconderse pero fue muy tarde cuando vio a Seokjin entrar a la cocina con su pijama y su pelo revuelto. Éste se asustó por un segundo al ver a la niña, pero supo el por qué estaba allí siendo entrada la madrugada.

–¿No puedes dormir?

Haesol respondió en voz baja con un 'no' viendo como el chico abría el refrigerador y se servía agua en un vaso.

–No puedes quedarte en nuestra habitación.

–Lo sé.

Los señores Jung se encontraban en casa y no sería nada bueno que se enteraran de que su hija solía dormir en el área de servicio cuando ellos no estaban, pero al chico le dio algo de pena con la pequeña pelinegra y no se iba a ir a la cama dejándola sola en la cocina.

–Te acompañaré hasta que te duermas. –Dijo, y vio como sus ojos se iluminaron.

–¿En serio?

–Sí, vamos.

Los dos subieron hasta el piso superior con cuidado de no hacer ruido y llegaron sin ningún problema al cuarto de la pequeña.

Haesol se acostó en su cama viendo como Seokjin observaba todo a su alrededor con mucha atención; las paredes pintadas de un tono lila y azul celeste adornadas con cuadros de paisajes y mariposas, los peluches amontonados en una esquina y sobre algunos estantes, eran muchísimos, el chico pensó que habían más desde la última vez que estuvo allí. Eran muy pocas las veces que él había estado en esa habitación o en el segundo piso en realidad, porque no lo tenía permitido, y cuando jugaban solían hacerlo en el cuarto de juegos o en el jardín.

Jin se dio la vuelta encontrándose con los ojos oscuros de la pelinegra en él.

–Ya, duérmete. –Se sentó junto a ella.

La pequeña cerró los ojos pero pasaron unos cinco minutos y el sueño no le llegaba, miró al chico quien se encontraba jugando con su peluche de jirafa esperando a que se durmiera.

–¿Puedes cantarme una canción? –Murmuró, con timidez.

–¿Quieres que te cante? ¿Yo? –Jin alzó las cejas incrédulo por la petición de la niña– ¿Eres una bebé, acaso? –Se burló pero se dio cuenta como ella frunció el ceño con disgusto.

Ajumma o mi nana casi siempre me cantan para dormir.

–No sé cantar.

–Si sabes.

Suspiró, dispuesto a hacer lo que le había pedido.

–¿Cuál quieres que te cante?

–Mmm... –la niña lo pensó muy bien y una canción vino a su mente, miró al chico con una sonrisa– la de Tarzan. Siempre cantamos esa cuando vemos la película.

–Está bien.

Jin se aclaró la garganta, la verdad le daba un poco de vergüenza cantar él solo cuando antes solía cantar dicha canción en compañía de Sol y Yoongi cada vez que veían la película, pero quería que su amiga se durmiera para él también irse a su habitación y no ganarse un regaño si alguien se daba cuenta donde estuvo. Así comenzó a entonar en voz baja, como una canción de cuna y Haesol cerró los ojos dejándose llevar por la dulce voz de su amigo.

"Fuerte te ves, pequeño estás

Quiero abrazarte, te protegeré

Esta fusión es irrompible

No llores más, aquí estoy..."

Continuó hasta que casi como magia, Haesol, se durmió en pocos segundos.

Jin se levantó con mucho cuidado, colocando a su lado el peluche de jirafa para que no sintiera el vacío, la observó sintiendo un poco de ternura al verla dormir tan pacíficamente, entonces se dispuso a salir no sin antes encender la lámpara que estaba en su mesita de noche y que reflejaba diferentes formas de peces en las paredes.

Se fue a la cama sintiéndose bien consigo mismo por haber ayudado a que Haesol pudiese dormir.




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:')

Gracias por leer♡

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