Perder algo pero ganar otra cosa había sido más que difícil para Carl, el se encontraba sollozando muy alto después de que la chica frente a ella había dejado de respirar.

Tomó de su mano y la beso, murmurando una y otra vez cuanto la amaba a pesar de que ella ya no pudiese escucharlo más.

Al apreciarla solo unos segundos, noto su cabello que solía ser rojo volverse un pálido café junto a su rostro en el cual se notaban más los moretones y la herida sobre su mejilla que siempre estuvo ahí, sus ojos se mantenían cerrados y la boca entreabierta, carl lo sabía, había perdido a la persona más importante en toda su vida.

Finalmente beso por última vez la frente de su amada, juntando su frente con la suya, de su cinturón tuvo que aferrarse al cuchillo antes de que fuera demasiado tarde.

—Siempre y para siempre...— cerró los ojos esperando a que ella le contestara —Incluso después de la muerte, amor.

Y lo hizo, clavo el cuchillo sobre la parte trasera de su cabeza y dio fin a lo que algún día fue la persona que más amo en todo el mundo.

La guerra había terminado pero, ¿Por qué terminó así?

¿Por qué terminó así para ellos?

. . .

—Hace un año ganamos, pero también perdimos algo... perdimos personas importantes, personas que hacían de nosotros alguien mejor.

Después de sonreirle al público, Carl siguió hablando:

—Alexandra Ford fue una de las mejores líderes de Alexandria y siempre la recordaremos por ver lo mejor por todos nosotros, es por eso que debemos pensar en el futuro, en lo que queremos convertirnos y en quienes queremos ser... Alex lo hubiera querido así y es por eso que la recordaremos siempre.

Ahora los veo en un lugar mejor.

—Y este día, rendimos homenaje a aquellos que se sacrificaron por nosotros— siguió —Para que pudiéramos crear una unión más perfecta, ellos hicieron esta historia que debemos rendir para siempre.

Frente a él, en el público, sus hijos lo observaban con felicidad luego de aquella noticia. Glenn había crecido más, caminaba de un lado a otro sin parar y su esponjoso cabello en rulos y pelirrojo le recordaban tanto a ella, definitivamente había sacado su esencia ya que todo lo que hablaba eran palabras que te hacían sentir bien, como ella solía hacerlo. Gracie, en cambio, muchos decían que era una copia exacta de Carl, pero la pérdida de su madre la hizo cambiar bastante y seguir adelante, se había vuelto la cabeza de la familia junto a su padre y con ayuda de Judith.

Muchas cosas habían cambiado, Alexandria ahora era un nuevo lugar, donde los recuerdos recorrían los pasillos y donde un hermoso letrero en la entrada decía en memoria de Alexandra F. ‐donde todos pueden crecer, vivir y envejecer.

Todo el mundo avanzó, pero para Carl, él seguía ahí, con Alex, recostados en la oscuridad con el silencio que decía más de mil palabras, aunque en ocasiones se despertaba llorando, se levantaba todos los días para seguir adelante en un mundo donde ni los muertos pueden gobernar, en un mundo donde Alex estuvo a su lado para siempre.