chapter twenty-three. love of two teenagers
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen tres
capítulo veintitrés
❝ love of two teenagers ❞
━━━━━━━━━ ⋆ ˚。⋆ 🪐 ⋆ ˚。⋆ ━━━━━━━━━
—¡PULGOSO!— grite con paranoia en busca de Glenn.
Este estaba sentado en las escaleras del porche de la casa de Rick, en cuanto lo tuve frente a mi le abracé con fuerzas.
—¿Estas bien? Vine en cuanto me entere— le dije, tomándolo de los hombros.
—Alex— llamó y le preste atención —Noah no... no lo logro.
Forme una mueca, sintiendo mis ojos lagrimear y mis mejillas hacerme cosquillas.
—¿Qué? Dime que es mentira, no digas eso, Glenn.
Este solo negó con la cabeza, sintiendo mi corazón partirse en dos al escuchar aquello, Noah se había convertido en mi familia en tan poco tiempo y su pérdida me dolía más que nada ya que, era lo único que me recordaba a Beth.
ME RECARGUE EN la madera cuando Sam rechazó el abrazo de su madre, huyendo de ella con molestia, trague en seco mirándolos desde lejos.
—¿Pensaste en Pete?— le inquirí a Rick, cuando se colocó a mi lado —Y en lo que te dije.
No pude verlo pero se que asintió —Si.
Asentí levemente, colocando mis manos en las bolsas de mi chaqueta.
—Estuve hablando con Sam— mencione, mirándole de reojo —Dijo que Jessie colocó un seguro en el interior de su closet y aveces ella le pide que se encierre y no salga hasta la mañana... que escucha a su papá gritando, cosas rompiéndose, a su mamá llorando— trague en seco —Hace un mes hubo un silencio durante una pelea y al salir la vio en el suelo, inconsciente y sangrando, Pete estaba sentado en el porche y fumaba.
—¿Por qué te interesa tanto la vida de Jess?— inquirió.
Cerré los ojos, buscando alguna forma de evitar su pregunta pero simplemente no la había.
—Tenía una primo, se llamaba Derek, éramos muy unidos desde que nacimos, su mamá era hermana de la mía y su esposo la golpeaba— conté sintiendo la atenta mirada de Rick —Una vez me tocó verlo, era una pijamada cuando escuche los gritos y las cosas romperse, nos escondimos en el armario de su habitación hasta la mañana siguiente, él me pidió que no le contase a nadie y le hice caso... meses después él la mató a golpes.
—No lo sabía.
—Es porque nunca se lo dije a nadie— le mire —Ni siquiera a Carl o a mi mamá, Jessie está asustada, tiene miedo de que si habla y la ignoran Pete le haga algo a ella, a Ron o a Sam.
Vi como Jessie se adentró hasta la casa, —Nosotros le haremos caso, la protegeremos.
Asentí —Pero si Deanna no hace nada con Pete sabes que solo hay una opción.
FRUNCÍ MIS LABIOS mientras intentaba hacer algunos trabajos que habían encargado en la escuela.
Se sentía raro decirlo pero si, iba a la escuela en un apocalipsis.
—Hola, Lex— saludó una voz femenina que me hizo girar.
Sonreí con nerviosismo —Ah, hola Enid.
—¿Qué estás haciendo?— se sentó junto a mi en el porche de la casa en la que vivía.
—Ah, yo, uhm, los trabajos que encargaron para mañana.
Frunció su ceño —No te preocupes por eso, yo te los paso, ya los hice.
—¿Cómo le haces para hacer tantos trabajos en un solo día? Yo tengo que cuidar a Judith, asegurarme de que sonría al menos tres veces al día, pasar tiempo con Carl, molestar a Glenn por una hora o se pondrá insufrible, halagar a Sophia y abrazar a Rosita al menos una vez al día, hablar con Eugene de qué pasaría si las ardillas conquistaran el mundo y finalmente, hacer trabajos.
Intento procesar todo eso —Creo que es porque no tengo a nadie más que a mi.
Mi sonrisa se borró —Oh, bueno, me tienes a mi ahora, puedes venir a verme cuando quieras.
—Lo pensaré, no hay mucho que hacer aquí.
—O si quieres podemos salir al bosque otra vez, preparar galletas para Sam o para nosotras si quieres.
Asintió mientras sonreía —No tienes que mover tu lista de quehaceres solo por mi, Lex, estoy bien.
—No, no importa, ademas no me molesta, ¿Qué te parece... preparar galletas por ahora?
Ella asintió —Suena interesante, mientras no quememos tu cocina, esta bien.
—Tienes razón, si la quemamos Rosita nos asesinara a ambas— mencione —¿Puedo invitar a Sophia?
—Claro, no me molesta, pero creo que a ella si le molesta mi presencia.
—¿Por qué dices?— le mire confundida.
—Porque me ha estado viendo muy mal desde que salimos tú y yo del bosque, cuando volvimos y jamás hemos cruzado alguna palabra.
Pensé —Bueno, Sophia y yo somos muy unidas, nos conocemos desde que todo inicio y hemos sido inseparables, hablaré con ella.
—Gracias— recargó su mejilla en mi hombro y asentí en una sonrisa.
—¡HEY, PULGOSO!— grite al coreano, quien se giró a verme.
—¿Qué pasa, Pulga?
Cerré la puerta de la casa detrás de mi, titubeando cuando sostuve los libros en mis manos.
—Esto es para ti— sonreí.
—¿Qué es? No me digas que cambiaron todas las temporadas de Grey's Anatomy a libros y ahora me obligarás a leerlas.
Le mire incrédula —No hago milagros.
—Gracias al cielo— le escuche musitar.
—En fin, son libros para ti y para que puedas aprender a cómo ser un buen padre, aunque creo que ya lo eres y ni siquiera ha nacido.
Pude ver cómo sonreía —¿Eso que escuche fue un halago?
Le mire sorprendida —Que no se te suba a la cabeza— señale con mi dedo.
—Es muy tarde para eso.
Refunfuñe —Tienes que leerlos porque no quiero ver a mi futuro sobrino colgado de un pie en la ventana.
Bufo —Por favor, jamás haría eso.
—Una vez me colgaste del ventilador en la granja de Hershel porque me comí tu chocolate rancio— recordé incrédula.
—¡Era mi chocolate!— exclamó.
—Si, si, descanse en paz el chocolate, el tema es que debes leer esto y si no los lees te daré un zape con cada libro que está aquí, ¿Entendiste?
Asintió paranoico —Si, lo entendí.
Sonreí satisfecha —Bien.
—YA ME ARREPENTÍ— musitó Sophia cuando llegamos a la puerta.
Se supone que Enid ya nos esperaba dentro para preparar las galletas.
—¿Por qué?— pregunte confusa.
Suspiro —Eres demasiado buena para darte cuenta, Alex.
Fruncí mi ceño —¿Por qué dices eso?
—Estoy... celosa de Enid— soltó y le mire sorprendida.
En parte ya lo sabía, era muy obvio, solo quería asegurarme.
—Enid... solo es una nueva amiga, podríamos ser tres con ella.
—Ese es el problema— se apresuró a decir —Siempre hemos sido sólo nosotras dos y la idea de que alguien más se una me tiene aterrada, no quiero que me cambies por ella, no quiero que me dejes por irte con Enid.
Tome sus manos —Jamás haría eso.
—Lo hiciste, cuando fuiste con Enid al bosque el otro día, antes del accidente de Noah.
—Ella me encontró, fue solo... casualidad, además, tú siempre serás mi hermana, Soph, no debes preocuparte por eso— le sonreí —Pase lo que pase estaré contigo y se que tú conmigo.
—Tienes razón, soy una paranoica— rió un poco.
—No, de hecho no, me siento halagada que te preocupe tener mi atención— sonreí burlona.
—Agh, por favor no empieces— pidió cerrando los ojos.
—¿Empezar con que? Es lindo saber que te importa nuestra amistad, incluso después de tu flechazo con Ron.
—No estoy flechada.
Rodee los ojos —Síguelo negando y mas te seguirá gustando.
—Si sigues diciéndome eso, le diré a todos de la vez que intentaste asustar a Glenn y terminaste empapada de lodo.
—Mi boca es una tumba— fingí cerrarla demasiado.
—Mucho mejor— sonrió tomando solo una de mis manos para adentrarnos a la casa.
—Enid— llame y ella me miró —Ella es Sophia, Sophia ella es Enid.
—Hola, Sophia— saludó Enid.
Soph me miró de reojo a lo que golpeé levemente su hombro —Hola Enid— saludó al igual.
—Ah, robe unos pedazos de chocolate para las galletas del refrigerador de la casa de Olivia.
Fruncí mi ceño —¿Qué no tienen un registro de todo?
—Si, ¿Cómo hiciste eso?— preguntó Sophia mirando a la castaña.
—Un mago nunca revela sus secretos— guiño un par de veces haciéndome reír.
CREO QUE SI había sido una mala idea.
—¿Alguien vio el azúcar?— gritó Sophia desde abajo de la mesa.
—Está en aquel cajón— señale con el rostro lleno de harina.
Se nos había ocurrido la genial idea de lanzarnos harina, aunque todo empezó principalmente por una pelea que fue solucionada con más harina en todas partes.
—¿Qué va primero, el huevo o la gallina?— inquirió Enid y le mire confundida.
—¿Eso que tiene que ver con las galletas que por cierto, se están quemando?
—Nada, solo se me ocurrió— encogió sus hombros.
Suspire volviendo a amasar la mezcla frente a mi —Creo que el huevo.
—Duda resuelta— rompió el huevo y se lo hecho a su mezcla.
El sonido de algo golpear contra la mesa llamo mi atención, riéndome cuando Sophia tomaba de su cabeza con dolor.
Estuve apunto de burlarme de ella cuando la puerta fue abierta y por inercia todas nos escondimos en el suelo, como si una bomba estuviera apunto de explotar.
—¿Qué hacen ahí abajo?— cuestionó la voz de mi papá.
—Ah, nada— conteste.
—¡Perdí mis lentes de contacto!— Enid fingió buscar —Los perdí, Alex y Sophia se propusieron a ayudarme pero ¡Mira! Ya los encontré.
—Que horrible excusa— se quejó Sophia.
—Al menos lo intente— encogió sus hombros.
Me levante del suelo para mirar el cabello rojo de mi padre, quien miraba todo a su alrededor con asombro.
—Nosotras... accidentalmente hicimos esto— señale.
Él me miró —¿Qué huele a quemado?
Fruncí mi ceño al darme cuenta que las galletas de Sophia se quemaban en el horno, entrando en pánico, me alboroté al igual que las otras.
—¡A un lado!— exclamó mi padre, quitándonos a las tres primero para hacerse pasó él.
Apago el fuego tan rápido como se encendió, girándose a nosotras sin una pizca de molestia en su rostro, algo que realmente me impresionó.
—¿De quién fue la idea de hacer galletas si nunca han cocinado?— cuestionó él, intentando no explotar de la ira.
Ambas chicas me señalaron a mi y les mire indignada.
—Si, bueno... fue mía— musité.
—Estas castigada.
Abrí mis ojos tanto como pude, apunté de protestar ante eso.
—No podrás ver a Carl por una semana y, nada de libros de Harry Potter.
—Pero...-
Para mi salvación, Rosita entró por la puerta principal.
—¿Qué oso de dulce vomito en la cocina?— inquirió obteniendo la misma reacción de Abraham.
—Fuimos todas— se apresuró a contestar Enid.
Sophia asintió de acuerdo —Así es, todas fuimos.
—Vaya desastre, límpienlo antes de que me enoje— pidió y obedecimos.
—Respecto al castigo...— mire a mi padre quien solo negó —Ya que.
—RAYOS— hable en voz baja cuando mis pisadas fueron muy altas.
—¿Alex?— inquirió Carl y negué con la cabeza.
—¿Carl?— fingí demencia ya que, quería asustarlo pero el plan se fue al caño —Ya se que me estás siguiendo, otra vez, ademas vas en dirección equivocada.
—¿Ya lo sabias?
—Haces mucho ruido— señalé sonriendo.
Escuchando aún más alto las pisadas, reí un poco cuando escuché que maldijo.
—¿Puedes volver a casa?— pedí, jugando con las ramas en el suelo —Si soy honesta, das miedo.
—No deberías escaparte sola, Alex, ya tuvimos dos víctimas.
Asentí de acuerdo, saliendo del arbusto —Ya lo se, por eso salí, para intentar despejar mi mente.
—Hay que volver— pidió bajando la mirada.
—¿Por qué?— fruncí mi ceño.
—Dime la verdad, ¿Qué estás haciendo aquí afuera?
—Lo mismo que tú, Carl— le sonreí antes de salir huyendo.
Como si de un juego se tratase, me percaté que ya me seguía por el bosque, mientras reía y sentía la adrenalina, todo cambio cuando tuve que detenerme para tomar aire.
Carl tomó de mi mano —¡Te atrapé!— grito, llamando la atención de algunos caminantes lejos.
Saque de mi mochila un reloj y lo lance lejos de nosotros, llamado la atención de los caminantes cuando su alarma solo muy alto.
Aprovechando la oportunidad para tomar de la mano a Carl y correr lejos, quitando los listones de la mochila, me deje caer al suelo con cansancio.
—Fue fácil— peine mi cabello hacia atrás.
Carl pasó su brazo por mis hombros y dejando un cálido beso en mi mejilla, forme un puchero saque el cuchillo de mi cinturón.
—Se siente bien estar aquí— mencione al ojiazul —Por eso vengo, no quiero olvidar, ademas correr me despeja la mente.
—Tampoco quiero olvidar— agregó Carl —Aveces sueño que estoy en el bosque, como uno más.
—También yo— me miró rápidamente —Odio esos sueños.
—¿Aún recuerdas cuando estábamos en el campamento de Atlanta?— me pregunto.
Asentí —Si, ¿Por qué?
—Aveces le pedía a mi mamá que las cuidara a ti y a Sophia solo para ir con ella y verte.
Arquee ambas cejas mientras él sonreía —Con razón, siempre estabas pegado a Lori como un pollito.
Rió —Y a ti también, en la prisión y antes de eso.
—Hershel me dijo que sabía cómo terminarían las cosas con nosotros— sonreí bajando la mirada —Creo que tuvo razón.
—Lo extraño— admitió.
Asentí de acuerdo —También yo, estaría muy feliz por su nuevo nieto, aunque no se como hubiera reaccionado sobre lo qué pasó con Beth.
—¿Tu papá sabe que vienes aquí?— me inquirió de pronto, cambiando de tema al mismo tiempo.
Negué con la cabeza —Si se entera me comerá viva, también Maggie o Glenn, ellos... jamás lo entenderían.
—¿Y por qué te doy miedo?
Encogí mis hombros —Así me haces sentir, Carl, tal vez lo esté confundiendo.
Carl sonrió, ambos miramos detrás de nosotros cuando más caminantes se escucharon a lo lejos.
—Hay que volver— propuso Carl —Son muchos.
Negué con la cabeza, mirando aquel árbol tan familiar, me metí dentro y sin darme cuenta ya tenía a Carl frente a mi, demasiado pegado a mi rostro y mi cuerpo, haciéndome sentir nerviosa.
Jamás habíamos estado frente a frente por mucho tiempo, siempre eran abrazos y de vez en cuando algunos besos pero jamás de esta forma.
—El mundo es de los muertos ahora— le susurré a Carl —Nosotros vivimos en el.
Sonreí cuando lo vi ponerse nervioso, mirando a aquellos caminantes pasarnos de largo, le mire a los ojos, quedándome paralizada en aquel momento. Baje la mirada a sus labios rosas, sintiendo como rozo mi mano en un intento de tomarla mas el cuchillo yacía en ella.
—Genial, aún te asusto— recordé, aquellos momentos en los que Carl me seguía como pollito y no soltaba ni una palabra.
—Lo hacías— sonrió mirándome.
—Si lo hiciera antes, no estarías temblando como perrito chihuahua.
—Tu me pones así, Alex, y siendo sincero me gusta— musitó —Me gustas tu.
Sonriendo, asome mi cabeza cuando los gruñidos de caminante se dejaron de escuchar, mirando a Carl volverse a colocar el sombrero, camino junto a mi por el bosque de regreso a Alexandria.
—Hay que salir más veces así— asentí ante su petición —Y por favor ya no lo hagas sola.
—Carl, se cuidarme sola y lo sabes muy bien— le mire.
Asintió —Lo se, pero si un día te atacan dos caminantes, ¿Como le harás para matar a ambos sin que ninguno te muerda?
Pensé —Tienes un punto, bien, te avisaré pero deja de seguirme como un acosador, da miedo de verdad.
Sonrió levemente —Lo hare.
—Ah y, se supone que no debería estar aquí contigo— recordé cubriendo mi rostro.
Carl me miró confundido —¿Por qué no?
—Estoy castigada, mi... papá me castigo porque casi destruimos la cocina Enid, Sophia y yo.
Rió un poco —Bueno, podemos seguirnos viendo a escondidas.
Nuestras sonrisas se borraron al momento de escuchar unos gritos, una ventana romperse y personas juntándose.
—¡Es mi papá!— grito Carl, corriendo tras él y conmigo siguiéndome.
Rick se peleaba con Pete, mientras lo tenia por debajo y lo golpeaba incontables veces, ambos con el rostro sangrando y Jessie lloraba.
—¡Alex!— escuché el grito de Sam, quien corrió hacia mi para abrazarme.
Ocultando su rostro en mi para no ver aquella pelea, Pete logro quitarse de encima a Rick para comenzar a atacarlo con ventaja.
Jessie intento detenerlo más solo fue cuestión de un empujón para hacerla caer al suelo, Sophia y Rosita fuera a su ayudar mientras ambos hombres seguían peleando.
—Papá, suéltalo— pidió Carl, intentando tomar a Rick pero también fue empujado.
Le ayude a ponerse de pie, revisando que no tuviera algún moretón por aquel fuerte golpe.
—¡Basta! Ya basta— exclamó Deanna, llegando a nuestro auxilio, —¡Diablos Rick, te dije basta!
—¿O qué?— oculte a Sam y Carl a mi cuando Rick saco un arma apuntándonos a todos —¿Me van a echar?
—Rick— le llame, este se giró bruscamente y apuntando —Baja el arma.
Este titubeó un poco, cuando finalmente lo hizo se volvió a girar a Deanna y los otros.
—¿Aún no lo entienden? ¡Ninguno, ustedes se quedan sentados, planean y vacilan, y fingen que lo saben pero no! Desean que las cosas no fueran como son, ¿Quieren vivir? ¿Quieren que este lugar siga en pie? ¡No podrán hacerlo a su modo, las cosas no se arreglan solo porque ustedes lo desean, desde este momento tenemos que vivir en el mundo real! Debemos controlar quien vive aquí.
—Eso jamás había sido tan evidente como ahora— le contestó Deanna.
—¿Por mi? ¿Te refieres a mi?— se señaló, con una sonrisa cínica —Ustedes destruirán este lugar, harán que mueran personas ¡Ya hicieron que mueran personas! Y no voy a quedarme parado a ver cómo pasa, él que no pelea, morirá, ¡No me quedaré al margen...!
El golpe de Michonne en la nuca lo hizo caer al suelo inconsciente y sin poder terminar su sermón.
Estaba dudando en subir este capítulo porque el pasado me dejaron flop y no tuvo ningún apoyo tanto en comentarios como en votos 😭
Gracias a esas personas que si comentaron <3
Soo, llevo como una semana sin escribir porque me dio tremendo bloqueo con la temporada 7 y ver cómo sufre mi nena Alex me duele así que apenas ayer reanudé mi escritura :(
Espero les guste y no quedar flop como en el otro :D
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top