chapter twenty. the damn end
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen dos
capítulo veinte
❝ the damn end ❞
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—¿PUDISTE VER SI ALGUNO de los nuestros salió?— mire a la chica —¿Quizá un chico con ojos azules y cabello largo?
Ella negó —Lo único que vi fue a mi hermana en ese campo, no se suponía que estuviera allí, tenía un arma pero se perdió entre la gente— los tres caminamos —No debía estar ahí, lo hice por él, confiaba en él y luego mato a ese viejo.
Le preste atención, abriendo mis ojos asustada.
—¿Hershel?— nos preguntamos Glenn y yo en unisonido.
—¿Su nombre era Hershel?— pregunté una vez más.
Ella se giró y asintió con lágrimas en sus ojos, —Lo siento, lo siento muchísimo.
Subí la mirada en un intento de evitar las lágrimas bajar, Hershel había muerto y no estuve ahí para evitarlo, para al menos mirarlo una última vez.
Él me había ayudado tanto y yo no lo pude ayudar a él.
—Brian, ese hombre nos dijo que ustedes eran malas personas y se que no es cierto, puedo ver que no es así y... y lo que hicimos, lo que hice... es decir, soy una basura ¿Por qué querrían que les ayude?
Glenn me miró pero solo rehuí de su mirada.
—No queremos tu ayuda, la necesitamos— hablo antes de que ella se fuera —Debo encontrar a Maggie y ella a Carl.
Volvió a girarse —¿Quiénes son Maggie y Carl?
—Es su esposa— señale —Y Carl... es mi novio.
Glenny me miró casi de inmediato, al escuchar esa última palabra.
—¿Y quedaron separados?— asentí.
—Estaba en el autobús, me bajé a ayudar y ella no me vio.
—Es mentira— le mire enojada —Huyó antes de que lo regresara de un jalón de orejas.
Ella rió un poco —¿Y cómo saben que salieron con vida?
Buena pregunta.
—No lo sabemos— admitió Glenn —Pero Hershel, el padre de Maggie era un buen hombre y me dijo que lo único que tenía que hacer era creer y eso es lo que haré.
—Haremos— corregí —Ninguno de nosotros debería estar vivo ahora pero míranos ahora, si nosotros vivimos ellos también.
—Sí, esto no termino— agregó el asiático mientras lo seguía.
—Quiero creer eso— hablo ella antes de que pudiéramos avanzar más —Quiero creerlo.
Los gruñidos de unos caminantes nos alarmaron, sacando la espada de mi espalda le ayudé a Glenn con unos cuantos pero debido a mi poco descanso después de la recuperación solo conseguí marearme.
—Ay no otra vez— me queje cuando Glenn cayó al suelo inconsciente.
Un caminante tomó mi pobre bracito y antes de que pudiera atacarle, la chica lo quito de mi, tomando el arma y salvándome.
Fruncí mi ceño, tomando el mango de mi katana cuando una camioneta se estacionó frente a nosotras.
—¿Disfrutaron el espectáculo, idiotas?— gritó la castaña.
—Mala idea— musité cuando bajaron del camión.
—Tienes una boca muy sucia, ¿Lo sabias?— le cuestionó el hombre de cabello rojo —¿Tienes algo más?
ABRÍ LENTAMENTE mis ojos, después de un largo y relajante sueño que era exactamente lo que más necesitaba, ahora me sentía como nueva.
Confundida mire a mi alrededor, notando como Glenn balbuceaba un montón de cosas a mi lado.
—Lleva así diez minutos— comentó Tara refiriéndose a los balbuceos —Pero ya no se si está invocando algo o tiene pesadillas.
—Creo que ambos— conteste, presionando su nariz.
—Estoy despierto, estoy despierto— dijo él rápidamente.
—¿Quieren agua?— ofreció Tara y asentí de inmediato.
Bebí desesperadamente un poco y luego se la pase a Glenn pero me dejo con la mano estirada.
—¿Dónde estamos?— cuestionó.
Encogí mis hombros mirando a Tara en busca de una respuesta —Tampoco se.
—Estábamos peleando contra unos caminantes y luego caíste como tronco, bien duro— recordé.
—Sí, no sabíamos que hacer así que el camión nos pareció más seguro.
—Tranquilo— pedí a mi mejor amigo cuando este se levantó alterado.
—¿Pasamos el autobús?— me tomó de los hombros y pensé —En la ruta, Alex, ¿pasamos el autobús?
—No lo se, yo estaba dormida.
—Si, lo pasamos— se interpuso Tara.
Ambos la miramos —¿Qué fue lo que viste?— le inquirió Glenn pero al ver que no contestaba le pregunto aún más alto.
—Estaban todos muertos— contestó ella.
Mi boca se abrió en forma de o y un nudo en mi garganta se formó al saber que pude haberme ido con ellos en ese autobús.
—¿Hace cuanto lo pasamos?— pregunte en voz baja.
—Tres horas.
Glenn asintió mientras miraba a todos lados, golpeó la ventana del conductor.
—¡Oye! ¡Detén el camión!— pidió, más solo consiguió que el conductor le sacara el dedo de enmedio.
Forme una mueca golpeando la ventana también —¡Oye idiota detén el camión!— grite.
—La boca— regañó Glenn antes de golpear la ventana con el arma, rompiendo así el vidrio.
El camión fue detenido, ayudando a Glenn a que no se cayera cuando titubeó un poco, en cuanto se detuvo por completo tomé la mochila colocándola en mis hombros, con ayuda de Tara me baje y tomé la katana.
—¿A donde diablos vas?— le cuestiono el hombre de cabellos rojos —¿A donde diablos va?— miró a Tara y a mi en busca de respuestas.
A lo que, encogiendo mis hombros comencé a seguirle.
—No se que te dijo tu amiguita sobre lo especial en la misión en la que estamos, pero el tiempo es primordial y ya estamos retrasados— nos siguió, colocándose frente a nosotros —Así que necesito que des la vuelta y regreses al camión.
—Tenemos que irnos— Glenn me tomó de la mano como cuando tenía once.
—Parece que ninguno de ustedes ha estado prestando atención al infierno en el que estamos así que déjame decirte como no terminar como un idiota muerto viviente— le mire con atención —Te encuentras camaradas fuertes que piensen como tú y te unes a ellos como uña y carne, necesitamos gente, mientras mas sean, mejor, nos necesitamos compañero, aún con todo ese equipo no durarían ni un día, no si están solos.
—Voy a arriesgarme— dijo, jalándome de nuevo pero cuando el hombre le detuvo tomándolo del pecho, me hizo a un lado para evitar que me golpeara.
—Voy a insistirte en que te quedes con nosotros y puedes creerlo o no pero el destino de la maldita raza humana puede depender de ello.
Fruncí mi ceño —¿De qué diablos esta hablando?— le pregunté a Tara, y la mire al igual que Glenn.
—¿Quién es él?— cuestionó Glenn al igual.
—Soy el sargento Abraham Ford y estos son mis compañeros Rosita Espinosa y el doctor Eugene Porter, llevaremos a Eugene a Washington DC, él es un científico y sabe exactamente que es lo que causó este desastre.
Le mire incrédula —Claro... y yo pongo huevos de oro.
Glenn me miró en desaprobación y en parte en busca de una reacción a aquello, es que después de tanto lo menos que esperaba era escuchar aquello, ¿habría a caso una cura y todo podría ser como antes? Imposible, suena como algo imposible.
—Bien, ¿Entonces qué pasó?
—Eso es confidencial— le contestó el doctor Eugene.
—Habló con los peces gordos en Washington por un teléfono satelital, pero hace un par de semanas que nadie nos contesta del otro lado— nos señaló —Vimos como se encargaron de esos cadaveres, nos podrían ayudar.
Glenn me miró y luego indicó que volviéramos a avanzar.
—Lo siento— le musito.
Tara corrió hasta nosotros —Tuve que sacarnos de la carretera, Glenn se había desmayado y no teníamos mas balas pero se como volver a ese autobús.
—Gracias, Tara— le sonreí y ella a mi.
—Anote cada curva que tomamos, los llevare de vuelta si puedo ¿De acuerdo?
—Ella iría a buscarme ahí...— Glenn nos miró —Y se que Carl también iría ahí.
Le sonreí asintiendo.
—Pierden el tiempo— agregó Abraham, quien nos seguía —Tara nos contó lo que sucedió, no hay ninguna posibilidad de que encuentren a sus mitades, vivos o muertos y eso es porque lamento ser yo quien les diga... se fueron.
Me detuve con mi corazón haciéndose añicos, a la idea de Carl muerto se me inundaban los ojos de lágrimas y la preocupación me comía viva.
Sabía que habría problemas cuando Glenn me entregó la mochila y no tuve que girarme cuando escuche cuando lo golpeó.
—Ellos están vivos y vamos a encontrarlos— sentenció.
—¡Glenn!— grité cuando Abraham se abalanzó sobre él para golpearlo.
Mientras golpeaba el brazo del pelirrojo con fuerzas en un intento de quitárselo de encima, como era de esperarse fue más fuerte que yo y fue fácil el lanzarme de golpe al suelo.
Solo fueron unos segundos, en lo que intentaba recuperarme del mareo que me dio la caída cuando la vi, ese rostro familiar que no veía desde hace mucho, aquella fotografía en el suelo doblada por la mitad pero en una pequeña parte de alcanzaba a asomar el rostro de mi madre.
Fruncí mi ceño apunto de tomarla para tener mejor vista cuando los disparos me hicieron poner toda mi atención en el doctor, quien sostenía un arma y disparaba a lo loco a aquellos caminantes que se acercaban.
No hubo tiempo, y los demás lo notaron ya que se acercaron a ayudarle, tomé la katana del suelo y camine hasta él para partirle el cráneo por la mitad a ese caminante que estaba a segundos de morderlo.
—Maldito bastardo— se quejó Abraham, al ver el camión soltar toda su gasolina.
—¿Estas bien?— asentí a Glenn, colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Yo te preguntaría eso a ti— limpie la sangre que salía de su mejilla.
—ÍBAMOS EN UN convoy en uno de estos, subiendo una duna había un camello parecía estar por vomitar, probablemente porque un inútil le había metido un...-
Glenn cubrió mis oídos para que no escuchara lo demás, a lo que fruncí mi ceño sin lograr escuchar nada.
—¿Esto es tuyo?— mire a Rosita cuando levantó una fotografía y entre en pánico.
Glenn se la arrebato y cuando mire de reojo la fotografía de Maggie, solté el aire retenido en mis pulmones.
—Lo siento por su vehículo— dijo el asiático —Espero que lleguen a Washington.
Me despedí haciendo una reverencia exagerada y luego corrí hasta Glenn, tomando mi mochila y espada.
—¡Espérenme!— gritó Tara, siguiéndome.
Mire a Tara en busca de a donde ir y cuando señaló asentí siguiendo por la carretera.
ME ABRACÉ A MI misma en la obscuridad, con los grillos siendo lo único en cantar aquí, mientras los otros dormían, el insomnio me había atacado tal y como un caminante lo hubiera hecho, ahora no me quedaba de otra más que hacer guardia.
El pelirrojo se sentó junto a mi en el tronco del árbol, con su arma en manos le mire de reojo.
—Ve a dormir— pedí al verle bostezar —Yo puedo.
—No te ofendas pero no dejare la vida de Eugene en una niña.
Le mire mal —Nos seguiste porque necesitabas ayuda.
—Solo para apoyo, nada más— dijo —Iremos hacia el norte hasta que encuentre en vehículo correcto junto a las vías, desde entonces solo somos tres.
—O dos— encogí mis hombros.
—Cada quien tiene su misión.
Asentí levemente, recargando mi mejilla en la palma de mi mano.
mirando de reojo aquella fotografía en su bolsillo otra vez.
Aclare mi garganta hasta el punto de acomodarme en mi lugar con incomodidad, sentía la necesidad de preguntar.
—Debo reconocerlo— me saco de mis pensamientos —El desgraciado es persistente.
—¿Hablas de Glenn?— asintió ante mi pregunta.
—Entiendo por qué le sigues, eres leal, es algo que no se encuentra mucho en estos tiempos, pero lo que hacemos... y no se decirlo de otro modo, salvar al mundo es... mucho más importante, es decir, aunque encuentre a su esposa ¿Qué sigue? ¿Cuánto tiempo crees que vivirán felices para siempre sino logramos que Eugene llegue a Washington?
Titubee un poco —¿Crees que por qué sigo a Glenn soy una buena persona? Tal vez lo sea, tal vez no.
Rió un poco, haciéndome fruncir mi ceño —Si lo eres.
—No sabes nada de mi— recriminé —Así como yo no se nada de por qué llevas una fotografía de mi mamá en tu bolsillo.
Error, me miró rápidamente con la piel tan pálida como una nube, sus ojos estaban abiertos que temía que se le salieran en ese momento, ni siquiera tuve la valentía para volver a hablar.
—M... me voy a dormir— avise antes de casi correr hasta las vías para dormir.
Colocando la katana a mi lado, usando la mochila como almohada y la chaqueta de mezclilla como cobija.
Supongo que después del último tiktok que subí ya no pueden leer de la misma manera >:)
Anyway, pensaba en subir un area gráfica peero el problema es que casi no tengo gráficos y edito horrible 😭
So, si ustedes quisieran apoyarme con gráficos se los agradecería demasiado.
Pregunta, les gusta las actualizaciones lentas o muy seguidas?
Espero les guste, besitos, tomen agüita y vean mucho twd <33
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