chapter twenty-eight. alone again
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen tres
capítulo veintiocho
❝ alone again ❞
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"Y ESO NO ES TODO, espera a que cumplas quince y te daré un regalo más grande cada vez"
Cerré mis ojos, volviendo a recordarla, lo hacía cada vez que cerraba mis ojos, mientras estaba acostada en la obscuridad con ese mismo maldito sentimiento de vacío.
¿Por qué todo lo que tocaba moría? Tal vez algún día lo entendería.
Quería una respuesta a eso, siempre que todo va bien, que estoy siendo una adolescente normal algo malo o alguien tiene que morir, no es justo, esta vida nunca es justa.
—Yo ire— avisé a Carl, cuando Judith comenzó a llorar.
Me levante del suelo, cargando a la pequeña, quien parecía también extrañarla, Beth era todo para ella y aunque solo fuera una bebe sabía que así era, ya que, cada vez que la levantaba la buscaba con su mirada.
No sabría cómo explicarle que ella se había ido.
—Tranquila— susurre besando su cabello, haciendo así que se tranquilizara —Estoy aquí, Jud.
Sophia se colocó frente a mi, con esa mirada que todos me daban cada vez que se acercaban, incluso Carl me miraba así.
—¿Como estas?
Sonreí más de lo que quería —Mucho mejor que ayer.
Ella asintió, pero indecisa volvió de donde venía, dándome la oportunidad de volver a formar esa mueca de tristeza, con mis ojos lagrimeando nuevamente.
Suspire, cerrando mis ojos y volviendo a formar esa sonrisa.
La noticia de que Tyresse tampoco lo había logrado en aquel viaje solo lo empeoró, le entregue a Judith a Rick, en lo que Gabriel decía algunas palabras mientras el cuerpo de Tyresse era enterrado.
Frunciendo mi ceño cuando Sasha me entregó la pala, para poner tierra en la que sería ahora su tumba.
—Tu nos salvaste... cuando nos conocimos— dijo ella —Por favor.
Asintiendo, tomé la pala tomando un poco de tierra y lanzándola al suelo, levantándome del suelo con mis ojos llenos de lágrimas, me quede estática frente a la cruz, sin reacción alguna, sin expresión alguna, sin vida, solo sintiéndome vacía.
SABÍA PERFECTAMENTE que habían pasado semanas desde que Beth y Tyresse habían muerto, pero superarlo me parecía casi imposible.
Mis piernas dolían, pero no podía dejar de caminar, mire de reojo cuando Carl se acercó a mi con cuidado, como si cuidara que no me diera cuenta de que estaba ahí.
—¿Qué es?— le inquirí cuando vi la cajita.
—Creo que hacía música— me miró con una sonrisa —Aunque no funciona, ya lo intente.
La abrí y así era, dentro tenía una bailarina más no bailaba ni se escuchaba la música en ella.
—Gracias, Carl— le sonreí levemente.
Este asintió —Creí que... te gustaría y te haría sentir mejor.
—Lo hace, me hace sentir mejor— asegure, sin dejar de avanzar.
—Alex yo... lamento lo qué pasó.
—No quiero hablar de eso— admití, asintiendo cantidades de veces, sintiendo mis ojos nuevamente lagrimear —No ahora.
—Claro, lo entiendo, lo siento no quería recordártelo, que idiota— rasco su cabellera.
—Está bien, no debes preocuparte— sorbí mi nariz, tomando un suspiro —Solo quiero un abrazo.
Carl se acercó a mi, dejando un beso en mi frente y abrazándome por los hombros, escondí mi rostro en su pecho sin dejar de caminar, siendo así todo el camino.
MIRE A LOS DEMÁS, mientras ellos iban a deshacerse de los caminantes que nos seguían, me senté en la roca jugando con mis dedos en mi regazo.
Sophia cuando se sentó junto a mi, recargando su cabeza en mi hombro.
—¿Que pasa?— le pregunte confundida.
—Nada— suspiro escogiendo sus hombros —Solo quiero quedarme aquí contigo.
—No hagas eso— pedí —No te pongas sentimental o también me pondré sentimental.
—No me estoy poniendo sentimental, solo quiero un abrazo de mi mejor amiga.
—También yo— admití, abrazándola cuando ella se levantó.
—Lamentó lo que...-
—Ahora no— susurre y ella asintió.
—Lo entiendo.
Mirando ambas al mismo tiempo cuando el plan de Rick se había desecho gracias a Sasha, quien había atacado a los caminantes aunque le habían dicho que no.
Ella tampoco estaba bien, había perdido a su hermano y todos lo entendíamos.
A lo que, Michonne pareció regañarla, ella volvió a nosotros molesta.
DEJE CAER MI CABEZA al hombro de Carl, con hambre y sed, pero preocupándome más por Judith quien dormía plácidamente en mis brazos.
Ella quería pasar todo el tiempo conmigo y tenerla a mi lado me hacía sentir mucho mejor. Me sobresalte al escuchar ramas rompiéndose y mi tranquilidad volvió al ver a Daryl.
Fruncí mi ceño cuando mire a Abraham sacar la botella de su bolsa, bebiendo del alcohol.
—¿Solamente encontramos alcohol?— inquirí a Rosita.
Ella asintió —Si.
—No ayudará— agregó Tara frente a mi.
—Él lo sabe.
—Se pondrá peor— negué con la cabeza.
—Así es.
—Es un adulto y no creo que las cosas puedan estar peor— asentí de acuerdo con Eugene.
—Yo si— susurre lo más bajo posible solo para lograr escuchar yo, pero sabía que Carl me había escuchado cuando me volteó a ver.
Sin embargo, las pisadas de nuevo nos hicieron levantarnos a todos, eran algunos perros, quienes no dejaban de ladrarnos.
Tomé la cabecita de Judith para que no se asustara cuando los ladridos fueron detenidos por las balas incrustándose en ellos, siendo Sasha la causante de aquello.
Mire a Rick, quien no le quedó de otra más que tomar una rama para así empezar a cocinarlos.
—ALEX, COME— insistió nuevamente pero negué con la cabeza —Tienes que comer algo o te vas a enfermar.
—Da igual ya, a nadie le va a importar— musité, recargando mi mejilla en mi rodilla.
—A mi me va a importar— sentenció —Por favor, solo come.
Tomando la carne, le di un leve mordisco el cual fue suficiente para empezar a comer con más rapidez, llevaba días sin comer, al igual que los otros.
Bebiendo un poco de agua cuando Carl me pasó la botella, sintiendo el nudo en mi garganta y la comida deshacerse en mi boca.
GLENN ME OFRECIÓ la botella de agua, le mire de reojo y negué levemente.
Me sorprendí cuando me tomó de los hombros en un abrazo, mientras ambos caminábamos por la carretera.
—Estoy bien— asegure, frunciendo levemente mi ceño.
—No, no lo estás.
Suspire, sabiendo que a Glenn me conocía lo suficiente para saber cuando mentía.
—Tienes razón, no lo estoy.
—No tienes que ocultar lo que sientes— aseguró —Sabes que yo no te juzgo, estar asustado, triste o feliz está bien, eso te hace persona.
—Ya lo se— musité sin dejar de caminar —Perdimos a dos en poco tiempo, intento procesar todo.
—También lo se, aunque no me gusta verte triste— formo puchero, haciéndome sonreír levemente.
—Ya estoy un poco mejor, quien no está mejor es Maggie— mire preocupada a la castaña —Creo que deberías hablar con ella, inténtalo.
—Intento darle su espacio— admitió —Es difícil para ella, por eso se que mi presencia la abrumará.
—Conoces tanto de mujeres que creo que fuiste una en tu vida pasada— bromeé haciéndolo reír un poco.
—Tu debiste haber sido una salamandra.
Fruncí mi ceño, —¿Una salamandra?
—Porque tienes la mirada de una salamandra cuando te enojas.
Le mire indignada —Cuanta falta de respeto abunda por aquí.
—Tu empezaste— señaló y negué con la cabeza.
Ambos nos detuvimos frente a las botellas de agua, las cuales estaban llenas y tenían una nota por encima.
Pronto Daryl llego, Rick le entregó la nota y este comenzó a ver hacia su alrededor con paranoia.
—¿Qué vamos a hacer?— inquirí a Rick.
—Dejarlas, no sabemos quien fue.
—Si es una trampa ya caímos en ella— dijo Eugene —Pero yo prefiero creer que es parte de un amigo.
—¿Y si no? Tal vez pusieron algo adentro— señaló Sophia y asentí de acuerdo.
Eugene tomó una botella, haciéndome fruncir mi ceño, le mire enojada.
—¡Eugene!— llamó Rosita.
—¿Qué estás haciendo?— le cuestioné cuando la abría.
—Control de calidad— me contestó antes de acercarse la botella al rostro y, antes de que pudiera tomarle un sorbo, Abraham la lanzó lejos de él.
—Ahí se quedan— sentenció Rick, con voz de seriedad.
Rasque mi mejilla cuando el cielo se obscureció, siendo así las gotas comenzando a mojar mi cabello y el del ojiazul que estaba a mi lado.
Levantando la mirada, sentí tranquilidad que tanto esperaba sentir, por fin algo bueno nos sucedía. El llanto de Judith llamó mi atención, colocando el sombrero de Carl en ella para que no se mojara.
—A juntar agua, todos, con lo que encuentren— indicó Rick.
Carl me entregó a Judith para tomar las botellas y así recolectar agua, cuando la tormenta aumentó, los truenos asustaron a la bebita.
—¡Hay que moverse!— asentí ante la indicación de Rick.
Arrulle a Judith aún más cuando sollozó más alto, siguiendo a Daryl hasta un granero que había encontrado anteriormente.
ME DEJE CAER EN el suelo, junto a Carl y recargue mi cabeza en su hombro, tomando su brazo como un peluche de felpa.
Beso mi cabello por unos segundos y luego recargó su mejilla en mi cabeza.
—Lamentó estar distante— mencione, con la mirada en la madera del granero.
—No tiene que disculparte, Lex.
Asentí —Lo se es solo que... estaba pensando en la última conversación que tuve con Beth, no puedo dejar de pensar en eso y estoy tan harta de repetirlo en mi cabeza una y otra, y otra vez que duele.
—Estoy aquí contigo, no estás sola.
Cerré mis ojos —Te quiero, Carl, pero ya no quiero volver a recordarlo, quiero olvidar y seguir.
—Y te acompañare...— me miró —Estaré contigo cada segundo que pase, hasta que te sientas mejor.
—Ya me siento mejor, a Beth no le hubiera gustado verme así.
Acurrucándome en sus brazos, no me percaté del momento en el que me quede dormida pues, su sola presencia me hacía sentir tan relaja y segura que se sentía bien, Carl Grimes se sentía bien en mi vida.
ABRÍ MIS OJOS DE golpe al escuchar cientos de golpes en la única entrada del granero, levantándome de inmediato y dejando a Judith quien dormía a mi lado, recostada en un buen lugar para ir a ayudar.
Los caminantes gruñían y pedían ser pasados para cenarnos, aunque la tormenta solo lo hacía aún peor, los truenos por doquier, alumbrando la habitación, los sollozos de Judith y todos ayudando en un esfuerzo por no dejar entrar a los caminantes fuera.
Cuando menos lo espere todo se había tranquilizado y la luz de un nuevo día había llegado.
Judith rió ante las muecas que Sophia le hacía, contagiándome una sonrisa se formó en mis labios.
—No le hagas esa cara, la hace llorar— reclame a la rubia cuando Judith formó una muequita.
—Antes la amaba— refunfuñó.
Ambas giramos la cabeza cuando vimos a Maggie y Sasha entrar de nuevo.
—Amigos, él es Aarón.
Mis piernas me hicieron levantarme a tomar a Judith en brazos y amenazar con mi arma a aquel intruso.
*gritos internos*
Ustedes literalmente me piden en cada capítulo que no mate a Glenn jdjsjd
Basta, me hacen más difícil escribir escenas de Glenn y Alex 😭
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