chapter thirty-four. catastrophe


𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen tres
capítulo treinta y cuatro
❝ catastrophe ❞

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ME ADENTRE ANTES DE GLENN, formando una sonrisa cuando vi a Rick despierto después de tremenda paliza que se había dado con Pete.

—¿De donde sacaste el arma?— le cuestiono Michonne, quien estaba sentaba frente a él.

—La robaste, ¿No?— mire a Carol —De la armería.

—Fue estúpido, ¿Por qué lo hiciste?— le inquirí, volviendo la mirada a él.

Encogió los hombros —Un resguardo.

—Deanna planea una asamblea esta noche, para todo el que quiera— dijo Glenn.

—¿Para echar a Rick?— mire asustada a mi papá, ante su suposición.

—No lo sabemos— agregue, relamiendo mis labios.

—Maggie está con ella ahora, averiguará de que se trata.

—En la asamblea di que te preocupaba que alguien fuera abusado y que nadie hiciera algo al respecto, di que agarraste un arma para mantener a Jessie a salvo del hombre que terminó atacándote, solo di que harás lo que ellos te digan e inventa una historia— pidió Carol —Lo mismo que hago desde que llegue.

Baje la mirada, dándome cuenta que era verdad lo que Carol decía.

—¿Por qué?— le cuestionó Michonne.

—Esas personas son niños y a los niños les gusta las historias.

—¿Y qué pasa si después de endulzarlos todavía quieren echarlo?— inquirió mi papá.

—Están vigilando la armería ahora— informe a los adultos.

—Tenemos cuchillos— indicó Carol —No necesitamos nada más.

—Está noche, si llego a ver que las cosas se ponen feas silbaré, Carol agarra a Deanna, yo agarro a Spencer, tú a Reg y Glenn y Abraham nos cubren de los demás.

—Puedes hablar con ellos— contradijo Michonne.

—Y lo haré, y si no da resultado agarramos a los tres y amenazamos con degollarlos.

—Como en Terminus— recordé, frunciendo mi ceño.

—No, los amenazamos, nos entregan las armas y nos largamos.

—¿Tu querías esto?— le pregunté en voz baja.

Con la idea en la cabeza de volver al bosque a pasar hambres, con Judith llorando por agua o comida o con el peligro constante a que uno de nosotros muera sin previo aviso.

—No— musitó —Se me fue de las manos y... arruiné todo y aquí estamos, ahora si me disculpan, seguiré durmiendo.

Aviso, antes de recostarse de nuevo, salí detrás de Carol, directamente hasta la casa de Rick donde Carl aguardaba.

—¿QUÉ ESTÁS tejiendo?— me pregunto Glenn, sentándose junto a mi en el porche de mi casa.

Encogí mis hombros —Ya casi es el cumpleaños de Carl, quiero tejerle una bufanda.

Me sonrió —Eso parece vomito de gato.

Le mire indignada —¡Se supone que es una bufanda!

—Míralo, todo feo, pobre Carl.

Entrecerré mis ojos —Cuanta maldad hay en tu corazón, al menos dime que se ve bonito solo para hacerme feliz.

Pensó, formando una línea con sus labios —Es mejor decirte la verdad y eso, parece vomito de gato.

Forme un puchero, mirando a Maggie llegar ella dejo un cálido beso en mi cabello y se colocó junto a mi.

—¿Le hablaste?— le inquirió Glenn.

Ella asintió —Si.

—¿Y qué dijo?— le pregunté esta vez yo.

—Lo que pensábamos, hablaré con los demás, con los que pueda hasta ese momento— asentí bajando la mirada —Intentaré resolverlo, ¿Qué?

Ambos la miramos y ella frunció su ceño levemente, al ver que ninguno contestaba, se acercó más a mi.

—¿Qué?— volvió a preguntar.

—Te amo— le dijo Glenn, haciéndome sonreír.

Maggie sonrió —Se va a arreglar— aseguró y asentí.

Abrace sus brazos para unirlos más.

—Aww son tan tiernos, ¿Me adoptan?— les sonreí a ambos mientras reían.

—Te veré allá— le indico Maggie y Glenn asintió, yéndose con Deanna.

—Alexandra Rhee suena bonito— abrace al coreano mientras sonreía.

—Ve a casa, pero no a la de Carl— pidió el coreano.

—Ir a casa de Carl, lo tengo— le sonreí, besando su mejilla y corriendo hasta la casa de Carl mientras él reía.

EL COLOR FAVORITO de Carl es el azul— musité a Sophia.

—Bufanda azul, ya lo tengo— dijo ella mientras apuntaba todo en una libreta.

—Ah y, ama los cómics.

—Ama los cómics— repitió escribiendo.

—Mas si son de DC.

—Mas si son de DC.

Asentí —¿Y que opinas?— mostré la bufanda, mientras ella escupía el agua que estaba tomando.

—Parece vomito de gato.

Le mire indignada —¿Por qué todo en mundo me dice eso?— exclame.

—Es que... lo revolviste todo— formó una mueca —¿Qué tu mamá nunca te enseñó a tejer?

—Mi mamá me visitaba dos veces a la semana, ¿Crees que le hubiera importado si quiera enseñarme a tejer?

Suspiro —Bueno, mi mamá me enseño a mi, puedo ayudarte.

Solté un quejido —¡No! Debe ser algo especial, algo que salga de mis propias manos y no algo ajeno, creo que Carl merece algo mejor que bufandas con forma de vomito de gato.

Deje caer mi rostro en la mesa, cubriéndolo por completo.

—La pobre Alex enamorada, sufriendo por aquí, sufriendo por acá— canto Sophia mientras bailaba.

—¡No te rías!— le pedí —Es algo serio.

—No es mi relación así que no me meto— levanto ambas manos —La pobre Alex enamorada, sufriendo por aquí, sufriendo por acá.

Le lance la bufanda a medio coser —¡Cállate!

—¡La pobre Alex enamorada, sufriendo por aquí, sufriendo por acá!— grito mas alto.

—Cállate o le dire a Ron lo que sientes por él— amenace y se quedo callada al instante.

—Yo no siento nada por ese rubio— frunció su ceño —Es un idiota.

—Un idiota que te gusta mucho, ¡Estás enamorada, estás enamorada!

—¡Cállate!— me zarandeo de un lado a otro.

—¡Estas enamorada, estas enamorada!— reí mientras ella seguía pidiéndome que me callara.

—¿Quién está enamorada?— escuchamos una tercera voz que nos hizo callar rápidamente.

Aclare mi garganta —Sophia— señale y Carl le miró arqueando ambas cejas con picardía.

—¡Ya te dije que no estoy enamorada!

—Ajá, y yo soy una gallina— le mire incrédula.

—Cállate, que tú haces bufandas con forma de vomito.

Abrí demasiado mis ojos mientras pellizcaba su brazo y ella se quejaba.

—¿De que está hablando la enamorada?— me pregunto Carl, sentándose junto a mi en la mesa.

—Ya sabes, el amor te vuelve loco pero a Sophia se le pasó— dije rápidamente.

—Si vuelves a insultarme, dire todo— advirtió ella.

—Soy paz— fingí un cerrojo en mi boca mientras sonreía inocentemente.

LA PUERTA SE abrió, mostrándome a mi padre con un ramo de flores para Tara, quien aún seguía inconsciente.

—Vuelvo más tarde— aviso, apunto de cerrar la puerta.

—Está dormido— señale, al darme cuenta que se refería a Eugene.

—Si, está dormido, entra— pidió Rosita.

Eugene yacía recargando su rostro en el puño, dormido en la silla frente a Tara, finalmente se adentro y se sentó a su lado.

Rosita tiro la charola de la mesa, haciéndolo girarse rápidamente y despertando a Eugene en el proceso.

—Ups— dijo ella, antes de agacharse a levantar las cosas.

—Buenas tardes— saludo Eugene, fulminándolo con la mirada.

Sonreí burlona, mirando aquella escena, sin embargo, ambos hombres me miraron con recelo.

—Yo... yo vivo por allá— señalé y salí de la enfermería.

Casi chocando con Aarón, le salude y él a mi.

—Ah, no te recomiendo entrar ahí si no quieres que te corran— señale y comencé a caminar.

—¿Puedo preguntarte algo?— comenzó a seguirme y asentí.

—Depende, porque si me preguntas que desayune hoy, no me acuerdo.

Rió un poco —Había estado recordando y me di cuenta que nos gusta la misma serie.

—¿Grey's Anatomy? Anatomía según Grey en español— sonreí satisfecha por mi acento.

Cortesía de Rosita.

—Exacto, bueno, antes de que todo empezara apenas y logre terminar de verla.

—Wow, ¿Qué se siente ser la persona más afortunada en todo el mundo?— sonreí viéndolo.

—¿Cual es tu personaje favorito?— pregunto de pronto.

Le mire —Eres la primera persona que conozco que me pregunta eso— chille de la emoción.

—Me siento mucho más afortunado— admitió y reí.

—Bueno, hay mucha variedad pero creo que mi favorito es April Kepner, sin duda uno de los mejores personajes con buen desarrollo y si, a algunos nunca les terminó de caer bien pero, a mi me agrada su cambio y si, cambiaría mi último chocolate por conocerla.

—¿La pelirroja?

Asentí —Exacto, ¿Y el tuyo?— pregunté con claro interés.

Pensó —No me puedo decidir— admitió cruzándose de brazos —Creo que... Lexie, si me dieran a escoger sería Lexie.

—Buena elección— suspire —¿Potterhead y fan de Grey's Anatomy, donde has estado todo este tiempo nuevo mejor amigo?

Rió un poco mientras nos deteníamos frente al patio de mi casa.

—No le digas a Glenn que dije eso— pedí sonriendo.

—Ustedes son muy unidos— señaló —Son como hermanos.

—Somos hermanos, aunque no biológicos, siempre nos hemos cuidado así que él es mi persona.

—Eso es muy lindo.

—Lo es.

Dije, haciéndolo sonreír levemente, acción que se me contagió mientras me despedía para entrar a mi casa.

TARAREABA MIENTRAS intentaba cocinar, no sabiendo lo que hacía pero parecía ser sopa de letras.

—¿Qué huele tan raro?— mire a Carl, quien formó una sonrisa al verme.

—Creo que es sopa— fruncí ligeramente mi ceño al probarla —Si, parece sopa.

—Déjame probar— pidió y asentí, sumergiendo la cuchara y dándole una probada —Sabe a spaghetti.

—¿Spaghetti?— reí ligeramente y asintió, abrazándome por la cintura para acercarme más a él.

—Sea lo que sea, a Judith le va a gustar.

—No quiero que se intoxique por una sopa que prepare, sería la peor mamá del mundo.

—¿Mamá?— frunció su ceño y le mire cayendo en cuenta de lo que había dicho.

—No quería decir eso, lo siento— forme una mueca, al darme cuenta que su sonrisa se había desvanecido.

—Está bien, me alegra que veas a Judith como una hija— admitió —Aunque extraño mucho a mi mamá.

—Ella estaría orgullosa, Carl— asegure sonriéndole.

—¿Ya está listo lo que preparaste?— cambio de tema y asentí siguiéndole la corriente.

—Según yo, si, pero hay que probarlo primero para asegurarnos de que no sea tóxico para Judith— pedí.

Sophia bajo de las escaleras con Judith en brazos, mientras Judith sollozaba.

—Oigan, si dejarán de besarse y me ayudarán seria de mucha ayuda— formó una mueca.

Le mire rápidamente, tomando a Judith en brazos.

—Carl, ¿Puedes prepararle un biberón?— pedí al ojiazul y asintió rápidamente —Soph, apaga el fuego de la sopa y dame tu opinión.

Ella obedeció, tomando una cuchara y probando la sopa —Sabe a spaghetti.

—¿Crees que sea buena señal?— inquirí.

Ella negó —Será mejor que le hablemos a mi mamá, no quiero morir intoxicada por una sopa.

Le sonreí negando con la cabeza, subí la mirada cuando escuché ese gruñido de caminante tan familiar.

Acercándome a la ventana, cuando vi al caminante pasar por las calles como si nada, aligerando mi expresión y entregándole a Judith a Sophia.

—Quédate aquí con Judith— pedí al ojiazul.

Mirando confundido hacia donde yo, busco el arma en el cinturón pero obviamente no lo llevaba.

—Te acompañó.

—No— me giré a él —Quédate y protege a Judith.

—No sabemos cuantos entraron— contradijo Sophia.

—Y lo sabre, pero no puedo si Judith se queda sola— insistí con tono molesto.

Finalmente, tomé la katana de la mesa y salí de la casa, sin antes asegurarme de cerrarla en busca de alguien.

Camine por la carretera de Alexandria, hasta que escuché un quejido y mire a Rick con un caminante encima tratando de matarlo.

Corrí hasta él, matando al caminante y salvándole la vida, este me miró asustado y le ayude a ponerse de pie.

—Gracias, Alex— le escuché musitar.

Fruncí mi ceño cuando cargo al caminante y se fue, siguiéndole por detrás llegamos hasta la asamblea, donde todos nos miraron.

Rick tiro al caminante, asustando a todos.

—Lexie, ¿Estás bien?— inquirió mi padre con preocupación, al darme cuenta que llevaba sangre empapada.

Asentí levemente, abrazándolo con fuerzas.

—No había guardia en la puerta, estaba abierta— informó Rick, y todos miraron a Spencer.

—Le dije a Gabriel que la cerrara— se justicio este, corriendo hacia la puerta cuando su madre se lo indicó.

—No lo metí aquí, esa cosa entro sola, siempre lo harán— contó Rick —Los muertos y los vivos, solo por estar aquí... y los que están allá, nos cazarán, nos encontrarán, intentarán usarnos e intentarán matarnos, pero nosotros los mataremos, sobrevivirán, les voy a enseñar, estuve pensando... en cuantos de ustedes voy a tener que matar para salvarnos, pero no lo voy a hacer, ustedes cambiarán, no lamento para nada lo que dije ayer, lamento no haberlo dicho antes, no están listos pero deben estarlo, ahora mismo deben estarlo, la suerte se agota.

—¡No eres de los nuestros!— exclamó Pete, llegando frente a todos.

Y, al ver que llevaba la espada de Michonne, rápidamente Abraham me cubrió con él.

—¡Pete, no hagas esto!— pidió el marido de Deanna.

—Sal de mi camino, Reg— le empujó.

Mire a Rick y él a mi, sabiendo lo que debía pasar después.

Mi padre corrió hacia él para empujarlo, cuando cortó la garganta de Reg, sorprendiéndome rápidamente y teniendo que abrazar el brazo de Jessie cuando me alejo.

—¡Es su culpa, es su culpa!— señaló Pete a Rick.

Cubrí mi boca con mi mano, cuando el marido de Deanna se desangraba en sus brazos hasta morir, los demás asustados y el miedo carcomiéndome por dentro silenciosamente.

—Rick— llamó Deanna, haciéndome girar hacia ella —Hazlo.

Fue el foco verde para Rick, tomando su arma y disparándole a Pete en el cráneo, sin pensarlo dos veces, el sonido me sobresalto.

—¿Rick?— la voz conocida de Morgan me hizo girar a la entrada donde, el mencionado miraba la escena atonido junto a Daryl y Aarón.
















Olvidemos el hecho de que Aarón está fuera con Daryl y me olvidé de eso.

Final del acto tres, todo va muy rapidoooo

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