chapter sixty-five. live fast, die young
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen siete
capítulo sesenta y cinco
❝ live fast, die young ❞
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—HACE MUCHO QUE NO veníamos aquí— mencionó Carl mirando el árbol.
Le sonreí —Lo se, la última vez que vinimos aquí terminamos, ¿Recuerdas?
Se sentó sobre el suelo —El peor día de mi vida.
Me senté junto a él con el libro sobre anatomía humana en mis manos, regalo de Carl en mi último cumpleaños.
Ni siquiera yo sabía cómo lo recordaba.
—Este lugar me trae recuerdos— admití recargando mi cabeza sobre su hombro —Extraño eso.
—También yo— se recargó sobre mi cabeza.
—Tal vez algún día los veamos.
—¿A quiénes?
—A todos ellos— sonreí —Todos los que se han ido, extraño el campamento de Atlanta.
—Si, era lo mejor, el grupo, las risas sin importar que el mundo se hubiera terminado.
—Y las esperanzas de que algún día volvería a ser igual.
Asintió —Exacto, es extraño, ¿Recuerdas cuando te caíste de ese árbol en la granja?
Reí ligeramente —Estabas peor de asustado que Glenn, ambos parecían que iban a desmayarse.
—Y mi mamá me dijo que solo te habías raspado la rodilla.
—No me dolía— abrí el libro —Bueno, solo un poco.
—También la extraño a ella— formó una leve mueca.
—Ella está muy orgullosa de ti, Carl— asegure tomando su mano —Lo se.
—Creo que así es.
Después de eso volvió la mirada la mirada al reloj sobre su muñeca, frunciendo su ceño unos segundos.
—Tenemos que irnos— informó y le mire confundida.
—¿Por qué?— le miré levantarse.
—Papá nos quiere allá antes del anochecer, debimos haber partido desde en la mañana— extendió su mano y me levanté con ayuda de él.
Solté un quejido —Ya qué.
Ser casi adultos era un fastidio total, Rick nos ponía tareas más difíciles como liderazgo de algún pequeño grupo para reconstruir el puente.
En mi caso, estaba encargada de la enfermería del lugar; dónde, enseñaba a Enid todo lo que sabía junto a Siddiq y no solo eso, tenía que quedarme allá día y noche en caso de que alguien saliera herido.
A comparación de Carl, resultó más difícil para él, pues seguía a Rick a todos lados y muy apenas y se le veía.
—VOLVIÓ LA PATRULLA— informé a Rick con más seriedad de la requerida, me miró al darse cuenta que era yo —Horacio la paso de largo pero se acercara.
—¿Cómo cuántos son?— inquirió.
—Son cerca de cien— me detuve frente a él —¿Quieres posponer la explosión?
Negó —No, si esperamos atraeremos a la otra horda.
—Margaret— supuse, comenzábamos a ponerles nombres a las hordas para identificarlas.
—Si, y es cien veces más grande— señaló —¿Las sirenas están puestas?
Asentí —Por supuesto.
—Entonces volemos las rocas y si viene la horda la desviamos.
—Bien, daré el aviso— dije apunto de irme.
—Alex— llamó antes de que me alejara.
—Lo tengo, Rick— interrumpí, sabía que me llamaba para hablar, pero lo menos que quería era eso.
—ENTONCES... CUANDO voy a verla, después de la siesta— conté refiriendome a Gracie —La levantó y de pronto el pañal explota encima de mi, literalmente.
Daryl formo una sonrisa burlona mientras curaba la herida de Aarón —Que lindo momento.
—Es de lo mejor, ya veras— señale al castaño.
Me miró con su ceño fruncido.
—¿Qué?— le pregunte vendando —Serías un buen padre.
—¿Tú y Carl ya hablaron de eso?— cambió de tema Aaron.
—Algo así, decidimos dejarlo al destino y si llegase a quedar embarazada, estaríamos muy felices, obviamente.
—Que tiernos, ya tienen práctica con Gracie, me parece.
—Carl apenas le puede dar el biberón— admití haciéndole reír —Y cuando llora por las noches, se queda dormido con ella en brazos.
Rió aún más —Eso es aún más tierno.
Asentí de acuerdo cuando el ambiente se puso tenso, Henry, el pequeño hermano de Sophia estaba por los suelos y el Salvador se bebía toda el agua.
Tense mi mandíbula al ver que nadie hacía nada.
—No hagas un show— pidió Aaron, frente a mi.
—No lo haré.
Henry se levantó y golpeó fuertemente al Salvador, haciéndolo caer mientras los demás se reían.
—O tal vez si— agregue a Aarón y me levante con él siguiéndome.
No iba a permitir que golpeara a Henry o le hiciera daño, si era hermano de Sophia, también era el mío.
Sin dudarlo, tomé del brazo al Salvador, cuando Daryl se interpuso.
—Hey, solo hace su trabajo— le dije con molestia.
—Vuelve a lo tuyo— ordenó Daryl.
—No necesito que digas que hacer, ya no eres mi niñera— le dijo a Daryl —Y tú, princesita, tu no puedes mandarme.
Eso fue suficiente para que Daryl lo regresara tomándolo de la camiseta y golpeándolo cuando él intentó atacarle primero.
Le lanzó arena y la pelea entre ellos comenzó, Aarón les pedía que se detuvieran pero nadie más hacía nada hasta que Rick llegó corriendo para detenerlos.
—Ya basta— ordenó —Vuelvan a trabajar.
—¿DEJARÁS QUE ESE IDIOTA se salga con la suya?— le cuestioné a Rick muy alto.
—Alex, cuida ese lenguaje.
—Rick, ya no tengo once años— recordé.
Suspiró —Solo espera un par de días más— pidió —A mi tampoco me gusta pero tenemos que terminar el puente cuanto antes, los Salvadores son la mitad de la mano de obra y ya tuvimos demasiados desertores.
Me crucé de brazos, colocándome junto a Daryl.
—Si, porque así son ellos, jamás van a acotar órdenes porque tú lo dices— le señaló él.
—Tienen razón— opinó Carol —Esa gente nunca ha tenido que convivir, no podemos pretender que olviden lo qué pasó.
Negó —No ha sido fácil, lo se, y por un tiempo no lo será pero no se trata de olvidar sino de seguir adelante— me miró —Todos nosotros, juntos, si hacemos esto verán que estamos del mismo lado.
—¿Y de qué lado estamos, exactamente?— le inquirí en un murmullo.
—No se, dímelo tú.
—Trate de estar de tu lado, por Carl y por ti, pero parece que no quieres oír.
Me moví saliendo de la tienda con rapidez.
ME SOBRESALTE CUANDO Carl me rodeó en un abrazo, recargándome en su pecho cerré mis ojos.
—¿Estas bien?— me pregunto tomando mis mejilla.
Negué levemente —Esto apesta, hay tantos problemas.
Tomó de mis hombros —Tranquila, deja que mi padre se ocupe de esos problemas, ¿Si?
—¿Oíste del problema que se hizo en el puente hace un rato?— asintió —Bueno... creo que estoy levemente involucrada.
Frunció su ceño —No me digas que...-
—Es una larga historia.
—Alex— llamó Sophia asustada —Pasó algo con Aarón.
Mi expresión se aligeró y solo pude seguirla hasta la tienda donde estaba la enfermería, me adentré paranoica y con Carl y Sophia siguiéndome, miré al pobre hombre recostado en la camilla mientras Enid y Daryl le ayudaban.
—¿Qué fue lo qué pasó?— cuestioné rápidamente.
—La horda llegó hasta nosotros, le cayó un tronco encima— contestó Daryl.
Me agache para tomar de su mano, la cual rápidamente apretó con fuerzas mientras le descubrían el brazo ensangrentado.
—Tendras que amputarlo— dije a Enid, lo cual me hizo mirarle asustada.
—¿Qué?— musito.
—¿No hay otra manera?— pregunto Carl.
Ella negó —La única forma de parar la hemorragia es amputar y cauterizar la herida, ¿Verdad?
—¿Qué?— exclamó Aarón confundido y le asentí.
Le entrego la liga a Daryl para que le amarrara el brazo y detener la hemorragia, Aarón me miraba asustado.
—Vas a estar bien, estaré aquí contigo— intenté tranquilizar.
—No, no, espera, espera— pidió él.
—Todo va a salir bien, estaré contigo— repetía una y otra vez.
—¿Tienes algo para el dolor?— Sophia se acercó a ayudar.
Carl se dejo caer junto a mi, tomando mi hombro en forma de apoyo.
Negué —No le hará efecto a tiempo— le conteste.
Volvió a asentir —Hay que hacerlo ya, Carl, Daryl, necesito que lo sostengan fuerte.
El pecoso obedeció ayudándole a Daryl, trague en seco cuando Enid se acercó con el cuchillo.
—Tú puedes— le susurro Aarón como aceptación.
Enid me miró, y, asentí dándole instrucciones de cada movimiento que debía hacer.
Una vez que incrustó el cuchillo, los gritos de Aarón se hicieron más altos, lo cual le hizo tomarme más fuerte mi mano mientras seguía repitiéndole que estaba por terminar su dolor.
SALÍ RÁPIDAMENTE DE LA TIENDA una vez que Aarón logró establecerse, mientras Sophia me seguía gritando una y otra vez, lo cual ignoré ya que mi corazón latía en mis oídos y la sangre me hervía en ira.
Lance la cobija de la tienda, adentrándome y dejando callados a todos los presentes.
—¿Quién debía desviar a la horda?— le pregunté a Carol.
Ella me miró y luego al mismo tipo que había intentado atacar a Henry, su expresión de miedo le hizo alejarse al verme en ese estado.
—Hey, la radio se descargó— justificó.
—Alex, sea lo que sea que estes pensando hacer, no— pidió Sophia, tomándome del brazo.
—Es una radio solar, ¿No te diste cuenta?— le ignore.
—¡No es mi culpa que sea una porqueria!
Fue suficiente para hacerme darle un buen puñetazo que lanzó hasta fuera de la tienda, salí tras él y la rubia tras de mi.
Cuando una persona está enojada o con mucha adrenalina produciéndose en su cuerpo, su fuerza puede llegar a ser inimaginable, eso todo el mundo lo sabía.
Así fue una vez que logro levantarse, tomé lo primero que encontré golpeándolo y haciéndolo caer al suelo donde lanzaba puñetazo tras puñetazo varias veces, ni siquiera me había dado cuenta de la fuerza que usaba o de cuántas veces lo golpeaba, solo que las lágrimas salían por mis mejillas con ira mientras descargaba todo en él.
—Alex, detente— escuché la voz de Carl al rodearme por la cintura.
Patalee mientras me alejaba de él y con todos mirándome, respire con pesadez mientras ambas Peletier se acercaban a mi.
—Nos encargaremos de él, pero no así— me aseguro Carol.
—No, solo hay una manera de encargarse.
Me relaje, regresando hasta la enfermería con mis puños y nudillos llenos de sangre y adoloridos.
SOLTÉ UN QUEJIDO CUANDO Carl colocó las bolsas con hielo sobre mis nudillos hinchados.
—¡Eso fue incredible! No sabía que Alex sabía pelear así, pero, me declaro su fan número uno— halago Ron.
—No serás su fan número cuando esos moretones se queden en sus manos para siempre— reclamó Sophia.
—Estaré bien— aseguré con una sonrisa.
Carl asintió de acuerdo —Estará bien, ha tenido peores heridas.
—¿Lo ves? Yo solo espero el segundo round, esta vez si llevaré mi cámara conmigo— Ron sonrió.
—Le hubieras visto cómo lo dejaste, casi le tumbas los dientes— Carl beso mi frente.
—Fue bueno pero, pudo haberte lastimado— admitió Sophia —¿Por qué le golpeaste?
Bajé la mirada y solté suspiro —Si hubiera sonado su alarma como se le indicó Aarón no hubiera perdido su brazo, además quiso atacar a Henry, es como si te hubiera atacado a ti.
Todo se mantuvo en un silencio bastante incómodo, al menos hasta que Ron aclaró su garganta.
—Bueno, avísame cuando sea el segundo round— pidió y reí levemente.
—No habrá segundo round— sentenció Sophia.
—Ella acaba de decir que si— me señaló.
—No, porque si lo hay, Rick puede correrla y no podrá ayudar más.
Negué —Da igual, no hago falta aquí.
—Mi papá jamás haría eso, escogería a los suyos antes que a los Salvadores— informó Carl.
Ron, al igual que Sophia le miraron incrédulos, era obvio, ellos habían estado en contra sobre la decisión que Rick había tomado ese día, porque no era su decisión.
—De igual manera me iré— miré al pecoso, llevándome miradas de los tres —No puedo estar aquí, perderé el control como ya lo hice hoy, mejor me quedo en casa con Michonne, Judith y nuestra bebita.
—No, no, lo resolveremos— aseguró Carl.
Ron se aclaró la garganta.
—Bueno, nosotros iremos a ver si ya puso la marrana— dijo Soph saliendo junto a Ron, quien me dio una última sonrisa antes de salir y me giré a Carl.
—Lo resolveremos, está bien.
Negué —No, Carl, nada de esto esta bien, Negan debía morir.
—Creí que ya habías olvidado eso.
Fruncí mi ceño —¿Olvidarlo? ¿Cómo se supone que olvide que el asesino de mi padre y mi mejor amigo vive en el mismo lugar que yo?
Formó una línea con sus labios —Si, tal vez tengas razón, intento apoyarte pero si no me dejas no se que más puedo hacer.
Le miré preocupada, no quería que las cosas con Carl se arruinaran, no quería perderlo a él también.
Así lo estaba haciendo, estaba arruinando mi matrimonio por una estupidez.
—Ya no quiero discutir— murmuré —Es mejor olvidarnos de eso.
Asintió de acuerdo —Pero no quiero que estemos mal solo por él, si decides irte te apoyaré y yo mismo te llevaré hasta Alexandria.
Sonreí levemente —Me voy, estoy cansada de convivir con ellos, Alden es la excepción pero... cada vez que los miro la sangre sobre papá o Glenn vienen a mi mente, ya no puedo más.
—Entiendo— aseguró bajando la mirada —Solo quiero que estés tranquila, no quiero verte sufrir más.
Le mire con los ojos cristalizados —Lo se.
Ambos nos quedamos en silencio cuando la cabecita rubia de Henry se asomo desde afuera.
—¿Alex?— pregunto él y asentí asomando mi cabeza también.
—Hola, Henry— le sonreí sorbiendo mi nariz.
—Solo quería decirte gracias por defenderme de ese señor— se adentró —No tenias que hacerlo.
—Eres muy pequeño, ese señor pudo haberte lastimado.
Negó —Pero no lo hizo, gracias a ti, mi mam... Carol esta muy agradecida, tal vez te de un suéter para navidad ¡Cómo la señora Weasley en esos libros que me prestaste!
Tanto Carl como yo reímos con ternura, asentí —Claro, sería el mejor regalo.
—Le diré, tratare de ayudarle para hacerlo del color que te gusta, ¿Vale?
—Eso suena perfecto.
(2/4)
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