chapter seventy-two. sweet nothing
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen siete
capítulo setenta y dos
❝ sweet nothing ❞
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—¿QUIÉN HARÍA ALGO ASÍ, a quien se le podría ocurrir?— me preguntó Becca mientras me seguía.
Ni siquiera la miré —No lo se, Becca, no lo se— contesté secamente, al caminar.
Realmente no tenía empatía por hablar y mucho menos de convivir con alguien que podría ser mi familia, suficiente tengo con esto y suficiente tengo con la de ahora.
—Están dementes— agregó Magna, rompiendo el silencio.
—¿Crees qué hay más?— se preguntó Aaron junto a mi.
Asentí —Si.
—¿Y? ¿Qué hacemos?— Yumiko pregunto.
—Por ahora, seguir avanzando— dijo Michonne, quien ayudaba a Eugene a caminar.
Daryl y Aaron llevaban el cuerpo de Jesús, el cual subieron al caballo mientras caminábamos por la carretera, Aarón se giró a mi para caminar a mi lado mientras notaba las leves lágrimas que seguían saliendo de su rostro.
—Parecía ser un buen sujeto— Becca me sonrió.
Aarón asintió —Lo era, no debió venir.
—Es mi culpa, si no...-
—Jesus tomó sus decisiones— interrumpí a Eugene —Él sabía que se arriesgaba, todos lo sabíamos.
—Quizá lo qué pasó debió pasar.
Asentí bajando la mirada, escuchando al perro ladrar incontables veces hacia el bosque.
—¿Son los vivos o la receta original?— inquirió Eugene.
—Vayamos a ver— indicó Daryl.
Caminamos hasta lo que parecía ser un puente, sacando la katana de su funda cuando quedaron dos de ellos, ambos se giraban a mi y en cambio, uno se atrevió a sacar su cuchillo.
Pero Becca ya estaba ahí para terminar con él gracias a su hacha, la cuál no dudó en sacar al momento de que intento atacarnos.
—Suéltalo— indiqué al único que quedaba, quien sacaba el cuchillo.
Rápidamente se arrodilló frente a mi, con ambas manos arriba, soltando el cuchillo de inmediato, le miré a los ojos, los cuales se miraban arrepentidos y con miedo.
Daryl llegó y quito la máscara de la chica, la cual respiro con pesadez.
—Lo siento, no me maten, por favor— pidió, mirándome.
El castaño le entregó la máscara a Michonne, quién rápidamente la tomó.
—¿Cuántos más hay?— le pregunté.
—Por favor, ya mataron a todos, solo quedó yo...-
Le interrumpí acercando la punta de la espada en la garganta —Dije, ¿Cuántos más hay?— repetí arrastrando las palabras.
Los gruñidos de los caminantes me hicieron mirar de reojo, al mismo tiempo que al grupo.
—No hay tiempo— habló Becca.
—Llevémosla— propuso Daryl, haciéndome mirarle al igual que Michonne.
Ella accedió y me dio un asentimiento para tomar a la chica del brazo con fuerza y levantarla.
—Si intentas algo ya no tendrás que fingir— advertí amenazandola con la espada.
Ella asintió rápidamente mientras sollozaba, llevándole hasta los caballos para trasladarla a Hilltop.
LA LLEGADA A HILLTOP FUE mucho más difícil de lo que creí, todos los habitantes nos miraban, algunos niños incluso lloraban.
Era tan triste que solo pude refugiarme en los brazos de Carl cuando me abrazo besando mi frente.
—¿Estas bien?— me preguntó asustado.
Asentí —Si, lo estoy.
Miró el cuerpo de Jesús —¿Qué pasó?
—Es una... una larga historia— balbucee antes de volver a abrazarlo con fuerzas.
Me aferré a su abrazo mientras sorbía mi nariz, mire a Michonne cuando se acercó a nosotros.
—Volveremos a Alexandria a primera hora— indicó y ambos asentimos —Hay que hablar con el consejo y contarles lo que sucedió.
—Abriré una convocatoria en cuanto lleguemos— dije y ella asintió yéndose —Eugene necesita que alguien cure sus heridas.
Miré a Carl —¿Estás segura de que estarás bien— me preguntó y asentí.
—Voy a estar bien— sonreí dejando un beso en su mejilla.
Finalmente me dirigí a la enfermería para tratar a Eugene y cuidar de Rosita.
MIRÉ A EUGENE CON MIEDO de qué volviese a rasguñarme el brazo, Rosita estaba junto a él para darle apoyo aunque se reía por las muecas que formaba Eugene.
—Esto a va a doler— advertí a Eugene tomando de su pierna.
—Estaré bien— aseguré.
Asentí —Si, lo se, por cierto, ¿Te sabes la tabla periódica, Eugene?
Asintió —Esa pregunta en definitiva me ofende y no entiendo por qué sacar ese tema ahora que estás apunto de... ¡AH!
Gritó en cuanto acomode su pierna, —Distraerte, eso intentaba hacer, ya esta, ni dolió.
—Eso crees tú— me miró incrédulo —Perdón por intentar morderte y por arañarte, Lex, fueron respuestas involuntarias al dolor.
Reí ligeramente —Esta bien, te pondré una venda y veré si Enid tiene una paleta de caramelo para ti.
—¿De verdad?— preguntó como un niño pequeño.
Asentí —Claro, un par de semanas de compresión y estarás como nuevo.
Caminé hasta la otra habitación, sacando las vendas del cajón y deteniéndome cuando mi vista se volvió a nublar, como la última vez.
Salí tras sentir la comida en la garganta de nuevo, respirando con pesadez al finalizar.
—¿Todo en orden, cariño?— Rosita rápidamente salió tras de mí.
Comenzó a acariciar mi espalda cuando asentí —Si, estoy... perfectamente bien.
—Bueno, vamos adentro y me aseguraré de eso— insistió —Eres la única que no hemos atendido desde que llegaron, llamare a Siddiq.
—Estoy bien— señalé sonriéndole —No es por salir en busca de Eugene.
Frunció mi ceño entrecerrando mis ojos —¿Entonces qué es?
—Estoy embarazada— solté de golpe.
Su expresión era muy diferente a la que esperaba, sus ojos se iluminaron de inmediato y su ceño se aligero al verme decirlo.
—¿Yo voy a...?— se interrumpió —Quiero decir, ¿Estas? ¿Carl lo sabe?
Negué —Si, si y no, no he encontrado como decírselo aún y con lo de Jesús creo que será imposible decírselo hasta volver a Alexandria.
Se mantuvo callada un segundo, luego me sonrió y rodeo sus brazos sobre mis hombros de forma muy agradable.
—Felicidades, pequeña— susurró y sonreí.
—Gracias, Ros.
—¿Puedo ser la madrina?— preguntó riendo.
Asentí riendo al igual —Si, si puedes ser la madrina.
Ella soltó un quejido —No puedo creer que ya no seas esa niña que estaba buscando a una tal Maggie con un coreano y una chica que acababa de conocer ese mismo día.
Una carcajada salió de mi, haciéndome aferrar más a su cuerpo.
—¿Qué crees que diría el coreano sobre eso?
Ella pensó, —Querría arrancarle el cuello a Carl.
Recargue mi mejilla sobre su hombro —Espero que este feliz.
—Él lo está, Alex, y muy, muy orgulloso de ti.
Suspiré, no lo decía en voz alta pero aveces desearía que estuviera aquí, festejando conmigo esta nueva noticia, este nuevo recuerdo que conservaré hasta el último de mis días.
Siempre lo pensaba pero, Glenn sería alguien que jamás superare.
—Por favor, graba la reacción de carl— pidió ella, separándose de mi.
Tomó mis mejillas y asentí —Lo haré.
—Y te ayudaré a empacar pastillas prenatales si quieres.
—Si, por favor.
Volvió a sonreír, plantando un beso en mi frente mientras recargaba su brazo sobre mis hombros y así ambas nos adentrabamos de nuevo a la enfermería.
Que Rosita y Eugene sean los primeros en enterarse es muy importante para mi, y es que no es que no considere a los demás mi familia sino, Eugene y Rosita me han apoyado desde que nos conocimos, han estado ahí cuando mis dos personas favoritas se fueron, estuvieron ahí cuando Negan vivió, estuvieron ahí cuando Rick se fue y estoy segura de que si algún día me voy, ellos estarán para Carl y para mis hijos.
SONREÍ A AARÓN AL ENTREGARLE otra caja para que la subiera a la camioneta, mientras Michonne bajaba de la misma.
—Creo qué es todo— mencionó la morena.
Asentí colocando mis manos sobre mi cintura, —Le diré a Siddiq que prepare a Eugene y a Rosita— informó el castaño.
—Gracias— agradecí viéndolo irse, girándome a la mujer.
Me sonrió —¿Qué pasa, mi niña?
—Tenías razón— señalé —Debí haberte dicho que Aarón salía, pero es que... no me había dado cuenta que debía hacerlo porque lo tenemos todo en Alexandria y aquí también, es mejor permanecer adentro, con protección y cuidando lo que tenemos, lamento haberte ocultado tantas cosas.
—También lo lamento— dijo —Por todo y por haberme alejado.
Sonreí —Ya no quiero estar lejos de ti, se que Carl tampoco, él te extraña.
Desde que Rick había muerto, Michonne se había alejado demasiado de nosotros, incluso llegó a mudarse con su hijo.
—También los extraño.
DESPUÉS DE LA LLEGADA de Alexandria, lo primero que Michonne pidió a todos fue una reunión del consejo, ni siquiera me dio tiempo de ver a mi hija.
Ahora me encontraba de pie junto al resto, moviendo mi pierna con ansiedad, suspiré con frustración, sintiendo la mano de Carl sobre mis hombros en forma de apoyo.
—¿Quién más supo de esto?— cuestionó la morena a todos.
—Solo sabían Eugene y Rosita— contestó Gabriel —Te habríamos contado si hubiéramos encontrado a alguien, pero no.
Frente a ella yacía una estación de radio, en la cual Eugene intentaba comunicarse con alguien, es por eso su salida.
—Entonces quién sabe quien más escuchó.
—No fuimos descuidados con esto— señaló Carl rápidamente.
Ella le miró incrédula —Rosita y Eugene salieron a preparar el relevador y casi mueren por hacerlo, Jesús está muerto por esto, Negan huyó mientras ustedes estaban distraídos por esto.
Mi expresión se aligeró rápidamente —¿Negan qué?
—Se fue, pero volvió— murmuró el pecoso.
—¡No puedo hacer mi labor si el consejo me oculta información!— exclamó Michonne, interrumpiendo mi asombro.
—Te dimos el poder para vetar el consejo por cuestiones de seguridad— contradijo Gabriel —Pero ahora todo es una cuestión de seguridad así que nuestros votos ya no importan a menos que estés de acuerdo.
—Exponernos afuera, cuando no es necesario, es peligroso.
—Y también lo es estar aislados del resto del mundo— señalé frunciendo mi ceño —¿A quién crees que podríamos acudir si necesitamos ayuda?
—No perderemos amigos para no encontrar enemigos— agregó Gabriel.
—Y perdimos a un amigo— mencionó Carl.
Aaron asintió —Todos salimos con las mejores intenciones, pero eso no cambia lo qué pasó, hay un enemigo nuevo afuera y es exacto lo que Michonne temía encontrar, no me arrepiento del tiempo que pase afuera con Jesús y lo qué pasó, puede que hubiera pasado igual, quizá, pero ahora sabemos lo qué hay afuera y no podemos hacer como si no existiera.
Carl avanzó, haciéndome mirarle —Pusimos a Michonne a cargo de la seguridad por una razón, porque su juicio nos ha salvado una y otra vez.
—Si, pero ¿A qué costó?— cuestione haciendo que todos me mirarán —He recibido cartas de Sophia, hablé con ella y me contó que Carol intentó pedirle ayuda a Michonne con la feria otra vez y dijo que tú... solo te negaste.
Carl le miró incrédulo —¿Hablaste en nombre de Alexandría?
—El asunto de la feria de intercambio ya pasó— intentó tranquilizar.
—La feria empieza pasado mañana— avancé para mirar a la mujer —Yo creo que todavía no es muy tarde para aceptar.
Ella bajo la mirada, realmente se veía decidida a no ayudar, ¿A dónde se fue la Mich que quería ayudar a su familia?
Fruncí mi ceño —Michonne, las cosas en el reino no van bien, están muy aislados y necesitan hacer intercambios en la feria, ayudarlos.
—Yo creo que el reino puede cuidarse solo, siempre lo ha hecho— opinó Laura por primera vez.
—Carol no hubiera pedido ayuda otra vez si no fuese tan grave.
Estaba dispuesta a ayudar al reino, a Sophia, Ron y a Carol, por supuesto.
—Hago una moción para que el consejo vote otra vez por la feria— propuso Carl al ver lo que tenía en mente.
—¿Para qué?— cuestionó Gabriel —Si ya la vetó.
Michonne asintió —Claro, los caminos que llevan ahí están destruidos y son peligroso, hay un grupo disfrazados de muertos... ¡Que intentan matarnos!
Relamí mis labios volviendo a mi lugar, haciendo que Mich se acercara a nosotros.
—Chicos, ojalá pudiésemos ayudarlos y pudiéramos votar para abrirles nuestras puertas a nuestros amigos como hicimos con la gente del santuario, yo lo apoyaría... pero Carol dejó muy en claro que Ezekiel no esta listo para dejar el reino y yo no estoy lista arriesgar la vidas de Alexandria por ésto.
—Entendemos que tú solo quieres lo mejor para nosotros, pero, ¿Qué significará para Alexandra sobrevivir si eso implica que el reino caiga?
Ella miró a Carl —Significa, Carl, que Alexandria seguirá existiendo.
Salió luego de eso, haciéndome bufar.
—Negan quiere verte— mencionó frente a mi.
Negué —¿Por qué?
—No lo dijo, dijo que solo hablaría contigo...-
—No voy hablar con él— sentencie.
—Si tiene información valiosa sobre por qué salio es importante, Alex, deja tu orgullo de lado por un segundo.
—¿Mi orgullo? ¿Qué hay del tuyo, eh?— ataque.
Justo y antes de que pudiera salir, tragandome las palabras que estuvieron apunto de salir de mi boca, teniendo que armarme de valor para verlo a la cara.
Otra vez.
Rosita, Eugene y Alex best family y el que diga lo contrario lo funo
En fin, aquí tratando de revivir By My Side
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