chapter seventy-three. you are alive
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen siete
capítulo sesenta y tres
❝ you are alive ❞
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—BIENVENIDA.
Negan sonrió, haciéndome mirarle mal desde el primer momento en el que llegué aquí, me crucé de brazos y me coloque frente a él.
—Me sorprende tu tardanza— admitió.
Encogí mis hombros —Bueno, me dijeron que solo querías hablar conmigo así que... dime, ¿Por qué volviste? Porque sé perfectamente que no fue por nada.
—Para ser justo con Gabe, no fue culpa de él que me haya escapado, no puedes encerrar a un perro como yo para siempre porque tarde o temprano se va a escapar.
Bufé intentando ocultar mi risa —Si, pero veo que volviste, ¿En qué clase de perro te convierte?
Sonrió aún más —Me alegra que preguntes, Lexie— se levantó del camastro —Sabes, estuve en tu casa.
Mi expresión de aligero, haciéndome mirarle con atención.
—Pude haber esperado ahí y haberte roto la cabeza cuando entrabas por la puerta, pude haberle roto el cráneo a Carl, Dios, pude haber roto un montón de cabezas, pero no lo hice.
—Porque sabes que podría haberte matado si lo intentabas, eres un cabrón, no un idiota— bajó la mirada así que seguí hablando —Sabes, yo creo que decidiste intentarlo allá afuera pero cómo viste que ya no eres nadie, viniste aquí arrastrándote devuelta como el ser patético que eres— reí sin humor —Fue así, ¿No?
—Bueno, es verdad, el mundo cambio, Lexie, pero el tema es... que yo también cambié.
Rodé los ojos —¿Qué es lo qué quieres?
—Si tú y tu noviecito no van a matarme al menos podrías aprender a confiar un poco en mi.
No podía hablar en serio.
—Bueno, ya lo hice una vez y mira como termino todo— señale —Escucha, ¿Solo porque intentaste sobrevivir a vengarte crees que mereces mi confianza otra vez? O, si decir un montón de babosadas cuenta como cambiar, felicidades, Negan, eres un hombre nuevo.
—Me dejas aquí para recordarles a todos lo misericordioso que fue el gran Rick Grimes, pero te aseguro que puedo hacer mucho más que eso, te puedo ayudar.
Negué —No necesito tu ayuda, ya no.
—Tienes una organización muy buena aquí pero se te está escapando de las manos, Lexie, y es cuestión de tiempo para que pierdas el control de ella por completo.
—Ve al grano, Negan.
—Mis ventanas están exterior— señaló afuera —Dan justo a tu sala de reuniones, no soy sordo, oigo cosas.
—Pues escuchaste mal— interrumpí con voz más firme de lo que esperaba.
—Hey, solo digo que se un par de cosas sobre mantener a raya a la gente.
Fruncí mi ceño —No comenzaré a golpear cráneos y quemar los rostros de las personas solo porque desobedecen.
—Lexie, puedo ser como un comunicador social— insistió —De líder a... ex-líder.
—¿Quien dijo que era la líder aquí?
—Oh, vamos, he escuchado tu redacción de constitución que supuestamente les da poder a la personas, pero al final de cuentas tú y Carl son los únicos que toman las decisiones y rayos, eso si que es un fraude, ojalá...-
—No es un fraude— contradije —Y tú no sabes una mierda.
—Se que un buen líder usa todo para su beneficio.
Aclaré mi garganta —¡Bien! Si esto es para lo que volviste, ya puedes irte otra vez.
—Lexie...— llamó.
Le señale —Hey, todavía no termino, ahora, vamos a tener que amarrarte hasta que reforcemos esa cerradura y cerraremos la venta... na.
Fruncí mi ceño al ver el cabello largo y castaño huir lejos de aquí, haciendo todos mis movimientos detenerse y salir rápidamente del sótano.
—¿Jud?— llamé mirandola.
—¿Si, Lexie?— se giró con una sonrisa.
—¿Que estabas...?
—Nada— interrumpió —Uh, voy tarde a mis clases, adiós.
Huyó antes de que pudiese protestar, dejándome de pie en medio de la calle.
DESPUÉS DE UN LARGO día de clases para todos los pequeños que vivían en la casa, debía asegurarme que cada uno descansará su debido tiempo.
RJ estaba recostado en la habitación de Michonne, durmiendo muy tranquilamente, me encaminé hasta la habitación de Gracie, la cual también dormía tranquilamente en la cama junto a la de Judith.
Cerré la puerta cuando la puerta del baño se abrió, mostrándome a una Judith desalentada y nerviosa al verme.
—Ups, camino equivocado— quiso cerrar la puerta rápidamente.
—Judith— llamé y abrió la puerta nuevamente.
—¿Si?
Suspiré, no quería una discusión, ni que se sintiera mal por hablar con Negan, solo quería que se alejara de él.
—¿Cómo te fue en tus clases?— pregunté.
—Bien, el tío Eugene me esta enseñando a multiplicar.
Sonreí —Debiste haber llegado tarde porque te vi en la escaleras.
—Solo un poquis.
Asentí —¿Por qué estabas espiándome, cariño?
Negó —No lo hice— murmuró —Fui a ver a Negan.
—¿Estuviste hablando con él?
Asintió levemente sin poder mirarme, realmente no sabía cómo actuar este momento.
—¿Por qué?
—Siento pena por él— finalmente me miró.
Negué sintiendo mis ojos lagrimear —Él no es tu amigo, ¿Lo entiendes, cariño?
—Eso es obvio.
—¿Y si no es tu amigo entonces por qué hablas con él?
Bajó la mirada —Él me escucha a pesar de que soy pequeña, no muchos lo hacen.
Suspire —Yo lo haré, cariño, lo prometo, comenzaré a hacerlo pero... no quiero que te vuelvas a acercar a él.
Frunció su ceño —¿Por qué no?
—Hay una razón por la que está en una celda, Jud, es un monstruo.
—Sé lo que le hizo a tu papá y al tío Glenn, pero, él no es un monstruo, él es un ser humano.
—Pero hizo monstruosidades, cariño, mató personas, personas que yo amaba, personas que tu papá amaba, que tu hermano amaba y si lo dejamos salir empezará a hacerlo otra vez.
—Pero, Lexie, él salió— insistió —Ya no es como antes.
Sonreí intentando soportar las lágrimas que amenazaban con salirse de mi —Entiendo porque quieres creer eso, cariño, pero la gente no cambia... no así.
Titubeo como si estuviese pensando en su siguiente respuesta —Tú si.
Mi expresión se aligero tan rápido que pude escuchar mi corazón romperse en pedacitos.
Relamí mis labios —Ve a dormir— pedí.
—¿Por qué?
—Necesito un minuto— sonreí aún más, aunque aseguró que era como una mueca en mi rostro.
Ella suspiró pero finalmente paso junto a mi para abrir la puerta y cerrarla detras de ella, dándome la oportunidad de soltar un sollozo, dejándome caer al suelo mientras cerraba mis ojos.
P
ASE EL RESTO DE LA tarde recostada, luego de levantarme del suelo abracé lo más que pude la almohada y miré al vacío.
No había dolor comparado con esto, Judith estaba creciendo, estaba teniendo sus propias ideas y sus propias opiniones sobre el mundo y sobre los que la rodean.
Ella había dicho algo muy duro para mi, pues creía que cambiar era mi peor castigo, no quería cambiar, no quería volverme en alguien malo, no quería convertirme en... Negan. Porque siendo honestos era más parecida a él que a cualquier cosa.
—¿Qué pasó?— Carl se preguntó de inmediato al verme recostada y llena de lagrimas.
Negué —Nada.
Se acercó hasta mi, recostadose junto a mi mientras me rodeaba en un abrazo y besaba mi mejilla.
—Puedes contarme— aseguró con una sonrisa.
Sorbi mi nariz, formando una leve mueca —Judith... ella está...-
—¿Le paso algo?
Negué —Ella esta creciendo, está... está opinando sobre las cosas que hacemos aquí y... es difícil verla así.
Formó un puchero —No llores, es algo normal y algo que debe pasar.
—¡Lo se! Pero... ella era tan solo una bebita que lloraba y le jalaba el cabello a Sophia.
—¿Ella dijo algo malo o por qué lloras? Alex, sabes que si tu lloras yo lloro.
Asentí levemente —¿Crees que soy una mala persona?
Negó con seguridad —¡Por supuesto que no! Eres la persona más honesta, bondadosa y buena que he conocido, por eso te amo.
Sonreí girandome hacía él para analizar su rostro, su bella cicatriz, sus pecas, su corto cabello azabache y su ojo azulado que tanto amaba.
—Creo... que he cambiado desde la última vez que viví esto, que una persona murió, jamás imagine que Jesús... que él moriría, no me imagino un mundo sin Enid, sin Sophia, sin Ron, sin ti, Carl, ustedes son mi mundo.
—Y tú eres el de nosotros— soltó —Si tu te vas ya no tendría sentido.
Sorbi mi nariz —Dios, te amo tanto.
Sonrió y beso castamente mis labios —Ya lo sé.
Entonces algo hizo clic en mi cabeza, recordando exactamente lo que tenía que decirle.
Tomé sus mejillas y lo hice mirarme directamente, mientras la emoción me inundaba y una sonrisa se formaba en mi rostro.
—Carl, vas a ser papá...— fruncí mi ceño un segundo —Por segunda vez.
Su ceño se frunció, calculando el por segunda vez y mirándome sorprendido.
—Espera, espera, se me lagueo el cerebro— pidió levantándose.
Me senté al igual, riendo mientras abría la boca en forma de o.
—¿¡Estas embarazada!?— gritó.
Asentí siseandole —¡Vas a despertar a los niños!
—¡Estas embarazada!— me tomó de las mejillas, apretandolas tanto que mis labios formaron una mueca.
—Si.
—¡Estas embarazada!— repitió como por tercera vez y asentí.
—¿Si?— empecé a dudar de su estuviera bien.
Pero él solo rió, apachurrandome en un abrazo muy largo mientras al separase brincaba de la felicidad.
Esta no es la reacción que realmente esperaba.
Mucho menos que se lanzará a mi a tomarme de las manos y obligarme a brincar con él, aunque con los segundos me maree hasta vomitar en el bote de basura que encontré y no en el piso.
—Uh, uh, lo siento, amor— Carl se acercó rápidamente a mi.
Reí limpiando mi boca, —Realmente te gano la emoción.
—¡Cómo no! Alex— suspiró tomando mis mejillas —Está es la mejor noticia que me han dado en toda mi vida.
Sonreí levemente, sintiendo un vuelco en mi corazón al escucharlo decir eso, quizá sean las hormonas pero me sentía la mujer más afortunada en todo el mundo apocalíptico.
—¿CÓMO VAMOS A DECÍRSELO a Gracie?— preguntó Carl —¿Y a Judith? ¿Y Michonne? Oh, dios, Rosita me va a matar.
Reí ligeramente —Rosita ya lo sabe, Eugene también y ya.
—¿En serio? Que alivio, al menos viviré, ¿Si es niño que nombre le pondremos? ¿Y si es niña? Tendré que sacar una lista de nombres.
Acaricié su cabello mientras sonreía mirando el techo, —Tengo nombres si es niño.
—Vale, ¿Entonces si es niña me dejas ponerle el nombre?
Asentí ante su pregunta y sin dejar de peinar su cabello, él se encontraba recostado sobre mi vientre plano, mientras lo acariciaba con delicadeza y mantenía la vista cerrada.
Después de lograr calmarlo, no había encontrado mejor posición para recostarnos y hacernos a la idea de que volveríamos a ser padres.
—Espera, ¿Qué hay de tus dietas? Tienes que comer saludable y las pastillas prenatales... tendrás que usar ropa nueva y...-
—Carl— llamé y se quedo en silencio.
—Alex— repitió de la misma manera.
—No hay que apresurados, ¿Vale? Tenemos otras cosas de las cuales preocuparnos, como Negan, la feria, los enmascarados que andan sueltos matando a nuestra gente.
Asintió —Es verdad, es verdad, hablare con Michonne para intentar convencerla de la feria.
—Si, esta bien.
Le miré levantarse y plantar un delicado beso sobre mis labios, antes de irse y desaparecer por las escaleras.
No había mejor sensación que esta, la ilusión y la felicidad inundaban mi cuerpo mientras que una sonrisa se formaba en mi rostro al tocar mi vientre y saber lo que me esperaba.
—¿JUDITH?— pregunte antes de tocar la puerta y asomar mi cabeza —Cariño, es hora de la cena.
Noté como estaba sentada sobre la cama, admirando aquella fotografía de Lori, Carl y Rick en el restaurante, provocándome un escalofrío de recuerdos.
—¿Jud, estás bien?— hablé de nuevo y ella negó.
—No tengo hambre— murmuró.
Relamí mis labios y me decidí por entrar y sentarme junto a ella —Sé que los extrañas.
—¿Cómo puedes extrañar a alguien que no conociste?— se preguntó mirándome.
—Te mentiría si te dijera que lo sé— admití —Pero tu mamá, Lori, ella te amaba incluso cuando no te conocía aun.
—¿Ella era buena?
Asentí —Era la mejor madre del mundo— sonreí —Incluso para mi, yo no... tengo muchos recuerdos de mi mamá pero sé que ella era la mejor y así me gusta recordarla, puedes hacer lo mismo por Lori.
—No me gusta extrañar a alguien, Lexie.
Encogí mis hombros —A mi tampoco, pero es parte de la vida perder a las personas que amamos, pero todos nos iremos, Jud, sé que suena cruel pero así es, yo me ire, algún día.
—No quiero que eso pase, te voy a extrañar mucho— admitió dejando caer las lágrimas —No quiero perderte, o a mi hermano, a Rj y a nadie más.
—Lo sé— pasé mi brazo sobre sus hombros, acariciando su cabello —Pero van a estar bien, crecerán y serán más fuertes.
Asintió, cerrando los ojos y sorbiendo su nariz un par de veces.
—¿Soy... igual que ella?— se preguntó.
Asentí —Si, Jud.
Se separó de mi y limpio sus lágrimas rápidamente —Tengo que ser fuerte... ¿Verdad?
—Todos— sonreí levemente —Pero llorar también es ser fuerte.
—Estoy feliz de que tu seas como nuestra mamá— admitió.
Formé un puchero —Y yo de serlo.
—¿Estas embarazada?— se preguntó frunciendo su ceño.
Entrecerré losnojos —¿Cómo sabes?
—Mi hermano lo gritó por toda la casa, Gracie esta esperando a que se lo digan.
Rodé los ojos, no pudiendo evitar reírme —Vale, ¿Te parece si bajamos y se lo decimos o prefieres quedarte aquí y más tarde subo tu cena?
Negó, peinando su cabello havia atrás —Vamos.
Tomé si mano y así bajamos juntas las escaleras.
AYYYY CADA VEZ MAS CERCA DEL FINAL
Y bueno, ya saben que nos espera (me incluyo porque tmb sufro con las funadas)
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