chapter hundred-three. a new deal

BY MY SIDE
꒰ ۫₊˚ɞ chapter hundred-three .˚ׅ🗡 ຊ ҂
a new deal

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Me preguntaba a mi misma si algún día llegaría tan lejos como ahora, llegar a tal punto de tener que amenazar a cualquiera que se ponga en mi camino para ver a los que me importan sanos y salvos. No es que hubiera muchos que me importen en los ultimos años pero, se que, aunque solo exista una persona... la prptegere incluso si eso termina conmigo.

Creí que era demasiado tarde cuando encontré la paz, pero entonces Negan me rescato y supe que era una familia, se que siempre lo dije refiriéndome a Lori y Rick pero, la verdad es que no.

Estar con negan y su esposa Lucille fue lo mejor que me pudo haber sucedido, porque finalmente tenía unos padres amorosos, unos padres que siempre me quisieron apesar del poco tiempo que estuve con ellos y apesar de cómo terminaron las cosas. Los quise a ambos, siempre y para siempre.

—¡Todos bajen las armas!— Mercer se adentro conmigo siguiéndole.

Cada soldado obedeció, abriéndonos pasó hasta donde Daryl se encontraba tomando de Hornsby.

Miré a Maggie de reojo junto a Aaron, Carl y Gabriel. Sophia se encontraba también ahí, junto a otra mujer desconocida y entonces quise saber todas las locuras que han estado haciendo.

—Ya lo escuchaste— indicó Pamela —Baja el arma, esto no se trata solo de ti, lo necesito vivo.

Pero Daryl no se movió ni un centimetro, incluso cuando Mercer se lo volvió a pedir.

—¿Elijes a está mierda?— cuestionó Daryl a Mercer, quien nego.

—Ya estarías muerto si fuera así.

—Haz lo que tengas que hacer.

Me adelanté, —Daryl, ya es... suficiente.

—¿Qué has hecho?— Carl me pregunto, haciendo que lo mirara.

—Nos conseguí un nuevo acuerdo— me giré a Daryl —Por favor.

El hombre titubeo pero finalmente obedeció alejándose, entonces tomó el cuchillo y lo clavo sobre la palma de la mano de Hornsby, quien solto un terrible grito que me aturdio.

Me alejé lentamente —Tranquilos, vivirá— informó él antes de irse.


LAS DEUDAS PARECEN estar salvadas por ahora, nos habían dejado limpiar las heridas y pensar al tomar una decisión importante. Yo me mantenía junto a Carl, curando la herida de bala de su hombro en este momento.

—Entonces, ¿Todo queda sin deudas?— inquirió Aaron y asentí.

—Deudas, muertes de ambos lados— suspiré —Nos darán comida, agua, armas y todo lo que necesitemos para terminar de reconstruir. Gratis.

—¿Nos iremos a casa?— inquirió el pecoso y asentí otra vez.

—Eso depende de cada uno.

—¿Y qué gana Pamela con eso?— se preguntó Maggie, tambien se veía bastante magullada así que despues de terminar con Carl me dirigí a ella para revisar el moretón de su mejilla.

—A Hornsby, le diremos a la gente lo que hizo aquí, en la casa donde...— mire a Negan —Murieron esas personas, asumirá la culpa.

—Lo hace para salvar a su hijo— Sophia se cruzó de brazos.

—Ya no es problema nuestro.

—Hablaremos de eso con los nuestros cuando lleguen— informó la adulta junto a Negan —Hay cosas que debemos considerar.

—Sí, como el hecho de que mataron a la mayoría de nuestra gente.

Les mire y luego a los demás, analizar la situacion no me tomo un segundo, los sintomas que presentaba la adulta... ella es Annie, la esposa embarazada de Negan.

—¿Alguien más?— cuestione.

—Lo más importante es que estemos juntos— Maggie contestó —Ya no quiero seguir sola, sigo sin confiar en ellos pero si Alex dice que este trato nos devuelve a nuestras casas, con nuestras reglas, vale la pena.

Daryl asintió de acuerdo, tomando una de las manzanas frente a nosotros.


AARON, SOPHIA, GABRIEL y los demás por fin se habían reunido con nosotros, aunque ahora tocaba volver a separarnos debido a las diferentes actividades de cada grupo. Aaron, Jerry junto a Lydia irían a Oceanside para informar al grupo que todo iba bien y que Alexandria pronto estaría estable de nuevo.

Yo me quedaría en la Commonwealth y me iría junto a los demás a Alexandria devuelta para organizar su reconstrucción, además de que ya nada queda en la comunidad y quedarnos no es muy buena idea. Sin embargo, Carl iría junto al primer grupo que ya había tomado la decisión de irse a Hilltop.

—¿Te vas a ir otra vez?— le pregunté, formando un pequeño puchero que lo hizo reír.

Asintió —Tengo que hacerlo.

Negué —No, deja que alguien más vaya— pedí tomando sus mejillas —Siento que ya casi no nos vemos.

Beso castamente mis labios —También te extraño.

Sonreí —Siento que pasaron años, no quiero perderte, Carl.

—No lo harás— frunció su ceño —Pero creo que tienes razón, he estado mucho tiempo afuera.

—Entonces... ¿te quedas?

—Lo pensaré.

—Bueno, pero si es tan imposible entonces ve, tampoco quiero prohibirte nada— dije —Es mejor que protegas a los demás.

Negó —Veré si puedo cambiar lugar con alguien que se quede, quizá Ron.

—De acuerdo— volví a besarlo.

Carl se dirigió en busca de dicho chico, que justo iba pasando detrás de nosotros con varias cajas que Aaron se llevaría. Esta vez me giré a Lydia, quien se acercaba a mí con una sonrisa.

De inmediato la abracé, hacia tiempo que no la veía.

—¿Estás bien?— le inquirí.

Ella asintió —Sí, creo que sí.

De pronto puedo sentir una punzada en el pecho, algo de culpabilidad por descuidarla tanto tiempo, siento la necesidad de hablar con ella sobre cosas  que en el pasado me olvidé.

—Nunca... te agradecí por salvarme luego de la explosión— le dije, separándome de ella para mirarla.

Lydia negó —No tienes que hacerlo, lo hacemos y ya.

Sonreí pasando mi brazo sobre sus hombros —Ven aquí, dame otro abrazo.

Ella rió ligeramente mientras la abrazaba por un largo tiempo, suspiré sorbiendo mi nariz.

—Ten cuidado afuera, ¿Sí?

Asintió —Sí, tu igual.

Me separé de nuevo, dándole una última mirada antes de que tomara su mochila y se fuera con Jerry.

—¿Y mi abrazo?— Becca frunció levemente los labios.

Sonreí, abriendo mis brazos mientras ella corría hasta mi como una niña pequeña y se acurrucaba en mis brazos.

Besé con delicadeza su cabello pelirrojo, quedándome así por un largo tiempo. Cuando me enteré lo que le paso a Marco, a ese chico con en el que Becca estaba comenzando una relación, se me partió en corazón. Me obligo a cuidarla desde que regreso, hecha lagrimas y en crisis.

—Ten cuidado, ¿Vale?— le pedí —No hagas nada que no haría... y menos algo que sí haría.

Ella asintió, aún en el abrazo —Lo intentaré.

Sonreí —De verdad, no seas un héroe, ese trabajo dejamelo a mi.

—Estaré bien, llegaré a Hilltop lo más pronto posible, trataré de comunicarme contigo en cuanto llegue.

Finalmente nos separamos y deje un beso sobre su frente —Está bien, prometo que en cuanto lleguemos a Alexandria tendremos una larga charla con chocolate caliente, una fogata y bombones, solo nosotras.

—¿Vas a contarme historias?

Asentí —Ese es mi trabajo como hermana mayor.

Tomó mi mano una última vez y se marchó, subió sobre el carro que llevaría a todos o al menos a algunas personas hasta Hilltop. Me despedí de ella con ademán conforme se alejaba de mi vista.

Me dirigí devuelta con Carl, quien sacaba el arma sobre la funda y se la entregaba a Judith.

—Toma, esto es tuyo— señaló.

Ella la tomó y la observo durante unos segundos —No lo quiero.

La devolvió, haciéndome mirarle, Carl asintió —Bien, ¿Por qué?

Judith lo observo —Michonne me contó del día en el que colgará la espada, no estaremos totalmente a salvo pero sentirá que no la necesito más.

—Jud...-

—Carl, si me llevo el revolver todo será como antes otra vez.

—Nada cambia, aunque debería ser mejor y lo será cuando lleguemos a casa.

—¿Cómo? Todavía está destrozada, ¿Y qué pasa con esta gente? ¿No deberíamos quedarnos a ayudar? ¿No es lo que tu y papá hicieron en Alexandria y Hilltop?

Relami mis labios mirando al pecoso, no sabía que hacer o como decir la verdad sobre todo esto.

—Eso fue diferente, Judith.

Negó —No es cierto, la única diferencia ahora es que prefieres huir que quedarte y pelear.

—Para— interrumpió —No voy a permitir que me hables de esa manera, se acabo, déjalo.

Ella huyo y Carl me miró —Yo me encargo— aseguré siguiendo a Judith dentro de la casa.

La seguí por el pasillo y no la alcance ya que se había encerrado dentro de un armario.

—Judith— llamé —Vamos, Judith, soy Lexie.

Ella tardo un momento en responder pero finalmente lo hizo: —¿Por qué ahora quiere huir y no quedarse a pelear?

Me deje caer sobre la puerta —Porque si nos quedamos las personas mueren, Jud, ellos caen... aunque sean fuertes, aunque estén en su mejor momento, ellos parten.

—No es justo— dijo ella —No es justo que los dejemos aquí.

—No podemos salvar a todos.

—¿Y qué si en realidad podemos?

Encogí mis hombros, —Prefiero no saberlo.

—Nuestra casa no será la misma, no quiero irme.

—Hace unos meses dijiste que querías volver— recuerdo —¿Por qué ahora no quieres irte?

—Porque está es mi casa ahora.

—Jud, aquí no estamos seguros— admití —Hay gente mala que no nos quiere aquí.

—¿Entonces sólo huiremos? ¿No nos quedaremos a pelear?

Negué —No podemos.

—No me quiero ir— la escuché murmurar.

—No tenemos opción.

EMPACABA CADA COSA de mi oficina en el hispital; el estetoscopio, el gafete con mi nombre y foto, libretas, y finalmente la bata blanca con mi nombre. Tomé las llaves cuando cerré la caja y escuche algunos pasos detrás de mi, por inercia saqué el pequeño cuchillo resguardado de mi cinturón y me giré.

—Negan— suspiré aliviada —Creí que era alguien más.

Se recargo sobre la madera y negó —Han pasado dos siglos desde que vi un hospital tan limpio.

Asentí —¿Te quedarás?

Sé que la pregunta puede ser tonta pero no tenía otro tema de conversación que no sea quedarnos en ese silencio.

—No, llevare a mi esposa embarazada conmigo a otro lado, quizá a París o España.

—Puedes pedir que le hagan un estudio antes de que se vayan, nunca sabes cuando será la última vez que veas un doctor con vida— respondí —Aquí junto hay un buen doctor o puedo decirle a Tomi si quieres.

Él negó, bajando la mirada un segundo —No confío en ellos.

—Tu no, pero tu bebe debe estar bien y si quieres que eso pase deben hacerse chequeos.

Negan se mantuvo en silencio, me observo y yo a él, entonces entiendo lo que quiere. Quiere el estudio pero no por cualquier doctor y, ¿Qué otro doctor de confianza tiene?

—No puedes pedirme esto, Negan— aclaré.

Bajó la mirada —Alex...-

—Sí, lo sé, somos... amigos pero sabes lo que pasó y... sé que tu hijo ni Annie tienen la culpa pero es difícil para mi— suspiré —Aún no estoy lista, lo siento.

Asintió mirándome de nuevo —Lo entiendo, pero tu lo dijiste, ellos no tienen la culpa de lo que paso, no lo hagas por mi, si quieres, puedo quedarme afuera de la habitación y toda esta situación mientras le haces el estudio pero... por favor.

"Por favor" es una palabra que Negan jamás usa a menos que este desesperado por algo.

Pienso e intento borrar ese día de mi cabeza, así que me mantengo en mi lugar, cierro los ojos y acepto.

—Está bien— hablo y noto como suspira de alivio —Lo haré.

Así pues, más tarde tomo los materiales necesarios y nos dirigimos al pasillo, donde veo a Annie con su mediana barriga, no se nota demasiado a menos que prestes atención.

Ella me sonríe y yo a ella por cortesía.

—Hola— saludo —Creo que no nos han presentado bien, soy Alexandra pero me dicen Alex.

—Annie— se presento —Lo sé, Negan me ha contado demasiado de ti, que bueno que pudieran arreglar las cosas.

—Bueno, no fue fácil— añadió Negan.

Tome una gran bocanada de aire y señale la habitación junto, encendí las luces y le pedí a Annie que se recueste sobre la camilla. Maldigo cuando estoy por tirar un par de cajas de medicamento, ya que por alguna razón las manos me tiemblan, no puedo hablar y siento un nudo en la garganta.

Por suerte, ninguno de los dos lo nota, así que más tarde cubro el vientre de Annie con el gel azulado y frío, después comienzo con el estudio.

Al inicio la pantalla se torna en un gris muy raro, después aparece la pequeña figura de un bebé muy diminuto. Negan y Annie comparten un par de palabras en felicidad pero no puedo sonreír, ni decirles algo motivacional hasta que Annie me habla.

—¿Cómo está? He estado comiendo bien, al menos lo que puedo.

Relami mis labios, —El bebé parece en buen estado, aunque recomiendo unos días de reposo, no es bueno para el bebé que hagas mucho esfuerzo.

—Menos esfuerzo, eso será difícil.

La mire unos segundos y luego a la pantalla otra vez —El bebé está sano, solo es eso.

Cubrí un poco más el vientre de la mujer, asegurándome una y otra vez que estuviera bien pero, en ocasiones mi cerebro se apagaba y me quedaba viendo la pantalla en silencio.

Sacudí la cabeza, girandome a ambos adultos —Aún no podemos saber el sexo del bebé, pero se ve sano.

Annie me sonrió cuando apague la pantalla, Negan se mantenía en silencio y lo note para cuando la adulta tomó mi mano.

—Gracias, Alex— murmuró lo suficiente alto para que la escuchara.

Encogí mis hombros, devolviendole la sonrisa al mismo tiempo.

—No hay de que.


CARL SE ENCONTRABA en la estación con Mercer para informarle que nos iríamos y que si sería cortez de su parte llevarnos hasta Alexandria.

—Jud, recuerda llevar tus libr...— me interrumpí cuando solo vi a Rj sobre el sillón mientras leía.

Gracie estaba sobre la cocina, guardando sus dibujos, miré a ambos confundida.

—¿Dónde está Judith?— pregunte mirando al bebé sobre el sofa junto a Rj.

Rj se encogió de hombros —No puedo decirlo.

Me giré a Gracie, quien también de encogió de hombros —Acabo de llegar, no sé dónde esta.

—Debería estar empacando— informé a ambos.

Levante la mochila de Jud, dándome cuenta que estaba vacía.

—Le dije que empacara pero dijo que no venía— Rj dijo.

Le miré suspirando —¿Adonde ha ido, Rj?

Finalmente despegó la mirada del cómic —No lo sé.

Salí disparada hacia la puerta, de puro milagro, Derek ya venía hacia acá con su propia maleta, listo para irse.

—¿Qué pasa?— se preguntó, frunciendo el ceño.

—Judith, no sé donde está, debo buscarla, quédate con los niños— resumí, señalando la puerta detrás de mi antes de salir huyendo directo a las escaleras.

Cuando encontré a Carl, la búsqueda de Judith empezó por las calles de la Commonwealth. En mi mente intentaba pensaba en algún lugar al que haya podido ir para usar de escondite.

—Esto de ser padre y hermano no se me da bien— soltó Carl con frustración.

Le miré —La vamos a encontrar.

—Espero que sí.

—Ella está creciendo, Carl, ahora tiene voz y quiere saber por qué hacemos estas cosas, está bien que dude porque así podremos enseñarle lo que Rick nos enseñó cuando teníamos su edad.

Asintió de acuerdo —Desearía que estuviera aquí.

Baje la mirada —Yo tambien— admití sonriendo.

—Sabes, extraño la prisión, pero más las personas que éramos.

—Carl, si algo he aprendido es que es mejor extrañar lo que pasará que lo que ya paso.

El chico me miró con el ceño fruncido así que solo me encogí de hombros.

—Tiene sentido en mi cabeza, ¿Sí?

—No dije nada— se defendió —Aunque en parte lo entiendo.

—Lo sabía— sonreí —Vamos a encontrarla, no puede salir de la comunidad así que no hay peligro alguno.

Y no lo hubo, cuando Rosita se nos cruzó por el camino ella nos había dicho la ubicación exacta de Jud: la iglesia de la comunidad. Realmente me sorprendió su escondite pero lo acepto, ella es más inteligente que nosotros dos juntos.

Así pues, nos dirigimos hasta la iglesia, frente a ella yo me detengo cuando Carl hace lo mismo.

—Ve— dije, para que pudiese hablar con Judith —Necesita a su hermano.

Él lo entiende, toma mis mejillas y planta un beso sobre mi frente antes de decir: —Deseame buena suerte.

Eso me hace sonreír —Buena suerte.

Y se va, me deja sola por las calles, donde se prepara un festín de la comunidad que no podremos presenciar debido a que nos iremos, quizá si nos quedamos una hora o más podremos verlo para que los niños se distraigan.

A ellos también les ha estado afectando demasiados cambios y problemas, en especial ahora que dejaran la escuela e irán a la nueva que abriremos en Alexandria, con los suministros necesarios, claro.

Me cruzó de brazos y avanzo hasta la esquina, donde Eugene me llama por mi abreviatura y me hace mirarlo.

—Hola, Eugene— le sonreí, sin embargo, mi sonrisa se borra al verlo tan serio —¿Pasa algo?

Él negó —Nada que no deba ocurrir.

—Vale, Eugene, háblame en español ahora que no tengo cabeza para traducir.

—Sí, mis disculpas.

Decido no tomarle más importancia cuando giro la cabeza de nuevo al estadio donde hay un montón de personas organizándose.

—¿Max irá con nosotros?— le pregunte —Me cae bien, podríamos conseguirles una casa juntos a ella y a ti.

Negó —No, lamentablemente no vendrá, dijo que quería quedarse para mejorar las cosas.

—Hmm, lo siento, Eugene, ¿tu también te quedarás?

—No lo sé, ¿Crees que debería? Me temo que no se como manejar estas situaciones.

Asentí con la cabeza —Sí de verdad te gusta deberías apoyarla en sus decisiones.

Eso le hace aligerar el ceño —¿Incluso si eso me pone en riesgo?

—Entonces busca una manera de que ambos salgan ilesos— encogí mis hombros —La parte de una relación es la comunicación, puedes decirle como te sientes con esa decisión sin miedo, Eugene.

Él sonríe y me da un par de palmadas en el hombro antes de decir —Gracias, alex— y marcharse.

Se mezcla con el público y comienzo a pensar que todo el mundo ha estado muy raro este día.

Cuando Carl y Judith salen, esta última corre hacia mi y abraza mi cintura.

—Lo siento— dijo ella —Lamento haberme desaparecido.

Palmee su espalda con delicadeza y planté un beso sobre su cabello —Está bien, Judith, todos necesitamos algo de aire fresco de vez en cuando.

Ella asintió —Sí, bueno, quien sabe hasta cuando pueda tomar ese aire fresco ahora que estoy castigada.

Miró a Carl así como ella, mientras él encoje sus hombros —No es la primera vez que nos saca un susto así.

Estuve apunto de hablar cuando Judith me interrumpió: —Está bien, Lexie, me lo merezco.

Solté una gran bocanada de aire, tomándole la mano mientras no le despegaba la mirada a Carl.

—Volvamos a casa a seguir empacando— indicó él y acepte.

Cuando nos dirigíamos a la plaza para lograr cruzar, terminar a empacar e irnos de aquí de una vez por todas, escuchamos algo que nos dejo de pie a media calle.

Había gritos por todos lados, la gente tiraba cosas al escenario donde pamela estaba y solo pude ver a los guardias intentando alejar a la gente.

—¿Qué está pasando?— tanto Judith como carl y yo corrimos hasta los gritos.

—¡Por favor, mantengan la calma!— Pamela pidió desde el escenario.

Sebastian seguía a alguien con desesperación y abriéndose pasó entre la gente.

Los gruñidos tan familiares de los caminantes se hicieron pasó también entre toda la multitud.

—Alex, lleva a Judith a un lugar seguro con los niños y salgan de la ciudad.

Me quede quieta en mi lugar —Hay que ayudar a esta gente, Carl— murmure, giradome para darle instrucciones a Judith, la cual ya no se encontraba junto a nosotros. Mire a Carl —Ve, yo la busco.

—¿Estas...?

—¡Ve!— asintió ante mi indicación y corrió, busque entre todas esas perdonas que corrían —¡Judith! ¡Judith!

Uno de ellos se acercó a mi pero inmediatamente le partí el cráneo con el faro de luz, corrí hasta Judith en cuanto la vi con ese caminante acercándose hacia ella.

Mi primer impulso fue matarlo y así protegerla.

—Ven, vamonos— indique.

—Dame el arma— pidió —Necesitan nuestra ayuda.

Titubee pero finamente se la entregue —Lo haremos juntas, ¿Vale? Vamos.

La tomé de los hombros y corrimos entre la multitud, los disparos se esparcieron por todos lados, incluyendo los de Judith.

A lo lejos escuchamos los gritos de ayuda, eran de Sebastian solo que nadie le ayudaba.

Este se deshizo del caminante, pero lo alcanzó y mordió sobre su cuello, mire a Carl quien llegaba junto a nosotras.

Tomo mi mano con fuerza mientras los gritos de Sebastian desaparecían, Judith levantó su arma y terminó con el caminante pata dejar solamente a Sebastian agonizar.

El audio seguía sonando pero nadie se movía ni decía nada.

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