chapter hundred-eight. bye, bye

BY MY SIDE
꒰ ۫₊˚ɞ chapter hundred-eight .˚ׅ🗡 ຊ ҂
❝ bye, bye ❞

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—Vas a estar bien— asegure a Judith, mientras sostenía su herida.

—Iré a buscar algún medicamento o algo que nos sirva— informó Daryl y asentí.

—Judith, quédate conmigo, ¿Si? Por favor, no cierres los ojos.

Ella parpadeaba a duras penas, su piel estaba muy pálida y la sangre se envolvía en mis manos rápidamente.

Varios guardias de la Commonwealth se adentraron cuando Daryl desapareció, empujando puertas con mucha fuerza, sabía que iban tras Daryl y por mi. Lo supe cuando tres de ellos me apuntaron con sus armas, me rodearon y escuche el seguro de sus armas.

Tenía la respiración agitada de tanto correr.

—Doctora Ford, baje las manos, ahora— indicaron pero ignore.

Daryl cayó al suelo a centímetros de mi, lo cual solo me hizo entender que estaba atrapada aquí.

—No puedo— susurré mirando como perdía poco a poco a Judith.

—No es una pregunta, usted y el señor Dixon están detenidos, ahora.

Negué sin moverme, empujando a uno de ellos cuando intentó acercarse y, antes de que pudiese tomar mi arma, me golpearon la mejilla con fuerza, haciéndome caer y sin saber nada más.

LOS GRITOS DESGARRADORES y los sollozos me hicieron que me despertará demasiado rápido para averiguar qué sucedía.

Lo primero que vi fue a Carol, tomándome de los hombros mientras revisaba mi cabeza.

—Alex...— ella me pidió que le mirara —¿Cómo te sientes?

Asentí rápidamente, poniéndome de pie y mareándome en el proceso pero acercándome para curar a Luke.

—Estoy bien— aseguré a todos en la sala —Necesito toallas, muchas.

Yumiko asintió, corriendo tras la habitación para traerme todas las toallas posibles, las coloqué sobre la herida.

—¿Ahora qué?— murmuró Kelly.

Mi mente era como un acertijo, no podía organizar mis ideas, pues Luke no tenia una pierda, esa era la causa de su sangrado.

Intente recordar donde había visto esto antes. —Ah, no... no podemos evitar que sangre la arteria, hay que mantener el vendaje y dejar que sane solo.

—¿Cómo hacemos eso?

Tomé aire —Con vendas y un poco de suerte, si tocaron la femoral él... lo siento.

Hacia todo lo que podía, cubría, intentando parar la hemorragia pero fue imposible hacerlo.

Se desangraba rápidamente hasta finalmente lo supe.

No sobreviviría.

—Él no...— susurré, no pudiendo terminar mi frase debido a los sollozos altos.

Todos observábamos, nadie decía nada ya que aquella imagen era terrible.

—Le voy a dar mi sangre— Daryl dijo mientras buscaba entre los cajones —Alex.

Asentí saliendo del transe —Tienes que ser de su tipo.

—Soy universal— contestó, en lo que me cambiaba los guantes por unos nuevos —Merle me hacía venderla cuando era niño.

Tomé la aguja y la clave a Judith para después hacer lo mismo con Daryl, justo en su vena, sin ningún rasguño, la sangre no tardo en pasar.

Escuché unos golpes fuera, haciéndome tomar la katana antes de quitar los guantes.

—alcanzaré a Rosita, Eugene y Gabriel— informé —Me aseguraré de que estén bien los niños.

—No puedes irte— indicó Carol —Necesitamos la ayuda posible.

—Y mi hijo necesita de la mía, sé que estarán bien— abrí la puerta y salí huyendo por las puertas de atrás.

Los pasillos de la calle estaban solos por la parte en la que evite a todos esos caminantes, me ubicaba a base de recuerdos hasta que finalmente los vi.

—¡Rosita!— grite corriendo hasta la mencionada.

—Alex, ¿Cómo está Judtith?— Eugene pregunto.

Asentí respirando con pesadez —Está estable por ahora pero, necesitamos llevarle todo lo que sea posible, se llevaron casi todo del hospital así que no podía hacer mucho.

Tanto Gabriel como Rosita asintieron, avanzamos un poco más mientras analizaba el mapa del edificio.

Los caminantes se comían a los muertos cubiertos de sangre cuando entramos, asustándome más que a Rosita, quien salió corriendo dentro gritando el nombre de su hija.

Los sollozos y gritos de los bebés me hicieron correr tras ella —¡Glenny!

Entre tras Rosita, tirándome al suelo para sacar al pequeño que sollozaba hasta que lo tomé en brazos. Mi bebé pelirrojo me sostuvo con fuerza, sin dejar de llorar en ningún momento.

—Está bien, mi niño, todo está bien— arrulle —Mami está aquí, ya estás a salvo, mami esta aquí.

—Encontramos a Mercer, ¿Y los niños?— escuché la voz de Carl.

Tomé el radio —Están bien, los encontramos.

—¿Glenn?

—Él está bien— sonreí —Nos vemos en el hospital.

Salimos casi corriendo de ese lugar, mientras acomodaba a Glenny sobre mi pecho y asegurándome de que estuviese bien.

—Tenemos que irnos— sentencio Gabriel, quien cuidaba desde la puerta.

—¿Por dónde?— Rosita se levantó con Coco en los brazos.

Hice lo mismo, —Quizá por el callejón, las puertas traseras están vacías en algunos edificios.

—Vale, donde sea menos aquí— respondió Eugene.

Y así fue, corrimos bajo las escaleras y por suerte no nos cruzamos con ningún muerto, fue cuestión de tiempo para llegar al callejón de lado. Sin embargo, cantamos victoria demasiado rapido...

—Carol, ¿Me escuchas?— inquirió Rosita por el radio, la ambulancia se movía de un lado a otro por los caminantes.

—Rosita, ¿Dónde están?— respondió la voz de Carol.

Titubee en la ambulancia, sosteniéndome de los lados —Estamos en el callejón— contestó ella —Detrás del hospital, tuvimos que atravesar una horda, ¡Estamos jodidos!

Los caminantes empujaban con fuerza, haciéndome titubear de nuevo.

—Tenemos que salir si o si— informé —Cuanto sea posible mejor.

—Son demasiados— señaló Eugene.

—Alex tiene razón, hacemos un círculo y nos cuidamos, si nos quedamos aquí será peor.

—¿A la cuenta de tres?

Asentí a Gabriel, contando hasta tres y empujando la puerta mientras mataba a cada caminante y a algunos los empujaba.

—¡Hay que buscar una salida!— grito Eugene.

Gabriel disparaba mientras yo retrocedía para no separarme de ellos. Tomando la cabecita del pequeño pegado a mi, distrayéndome un solo segundo cuando Rosita ya se encontraba encadenada con un caminante.

—¡Ros!— empujé al que se acercaba y huí hasta ella para matar al caminante.

—¡Por la tubería!— señaló ella.

—Ustedes primero.

—¡Por, Dios, Eugene no es momento de ser caballeroso!— grité matando a los caminantes.

Eugene subió, luego Gabriel y luego Rosita, quien me miró y le asentí.

—Voy detrás de ti— aseguré esperando a que subiera.

Tomé impulso logrando sostenerme pero titubeando cuando la tubería lo hizo, teniendo a Rosita frente a mi, esperé a que subiera.

Rosita estiró su mano pero no lograba atraparla, si me separaba para ayudarla caería, eso era evidente.

Bajo nosotras había demasiados caminantes para combatirlos yo sola y aunque quisiera...

—Un poco más— escuché que Gabriel se esforzaba por intentar tomarla de la mano.

Él tomó su mano, dándome la oportunidad de avanzar más a mi.

—Rosita— llamé estirando mi mano.

—Toma mi mano.

Lo intenté, realmente lo intenté. Caí.

La caída fue tan dura que me sofocó, el impacto fue tan repentino que me quede en el suelo unos segundos con todos esos caminantes rodeandome, abrí tanto mis ojos cuando el miedo me atravesó.

Tampoco sentía mi espalda al momento de levantarme y con tanto caminante ya no sabía que era lo que sucedía.

Solo podía sentir dolor.

Recordé por lo que luchaba, pues los sollozos de Glenny lograron despertarme de aquel transe. Entonces tomé todas mis fuerzas restantes y ataque a todo caminante que se me cruzara, incluso de a dos, incluso de a tres.

Todos.

Me arrastre por la ambulancia, revise al bebé en mi regazo y me di un respiro cuando me percate que solo fue el susto.

Finalmente logré subir junto al resto, titubeando cuando tomé aire y pude tranquilizarme de toda esa adrenalina.

—¿Estas bien?— inquirió Rosita, revisándome de pies a cabeza.

Asentí adelantándome —Estoy bien.

CORRÍ TAN RÁPIDO COMO pude cuando Daryl trajo a Judith, en lo que revisaba las pupilas de la pequeña.

—Su estado es delicado— informó Tom.

—Tenías razón, Daryl— miré al mencionado —Hiciste bien al darle tu sangre.

—Haremos lo que podamos.

—Prepararé una intravenosa— informé.

—Alex me parece que estás..-

—Necesito que vacíen la habitación— me removí antes de que Eugene pudiese tocarme.

—Los llamaremos cuando se estabilice— añadió Tom, haciendo que todos salieran.

Cuando sacamos cada pedazo de bala deje de que Carl cuidara de Judith ahora, que se enfocará solo el ella. Fue así como salí de la habitación y me dirigí a la sala, donde Sophia sostenía de Glenny en sus brazos y le sonreía.

—Ron tenía razón, es idéntico a ti— dijo ella.

Le sonreí —Gracias.

Él comenzó a removerse entre sus brazos, estirando sus diminutos brazos hacia mi. —Uh, uh, ya entiendo, quieres ir con mamá— Sophia rió.

Lo tomé, arrollando un poco al bebé mientras Sophia se quedaba frente a mi.

—Rosita me dijo lo que paso en el edificio— mencionó —¿No quieres que Tomi te revise? Fue una caída muy alta.

Negué, sin despegar la mirada del pelirrojo en mis brazos —Estoy bien.

—¿Estas segura?

—Sí, totalmente.

Le sonreí una última vez, sentándome sobre el suelo de la sala.

—Bueno, te veré después, mi mamá esta preparando algo de comida para los demás— señaló —Te traeré macarrones con queso.

—Gracias, Soph— murmuré y la vi irse.

Acaricié lo más lento que podía el rostro de Glenny, mientras él dormía tranquilamente sobre mi regazo, sonreí levemente al notar sus pecas heredadas por su padre, su cabello rojo casi por mi, obviamente.

Se miraba tan en paz y lindo en ese estado que casi parecía irreal, todo podía ser perfecto ahora.

—Fue un día largo, ¿No?— Eugene se sentó frente a mi y asentí —Alex, si necesitas descansar puedo encargarme un rato de él.

Negué —Gracias, Eugene, yo solo...— sonreí tragándome las lágrimas —Solo quiero disfrutarlo, parece tan irreal, ¿No crees?

Le miré y asintió sonriendo —Al fin le enseñarás a nadar en Oceanside y... a caminar en Alexandria.

Me mantuve callada, no podía contestar o articular palabra alguna a lo que Eugene insistió.

—Estuve... bueno, se supone que sería una sorpresa pero mientras investigaba sobre la crianza me crucé con muchos informes científicos que remarcan el beneficio de la natación en niños.

—Lo sé— sonreí.

—Aumenta la función cognitiva, los músculos y... la confianza, aunque dudo que le falte a él— se agacho para poder mirarme —Y seguro lo heredo, ya quiero que venga el verano.

—No lo... hagas— susurré negando.

Frunció su ceño —¿Por qué? ¿Tu no...?

—Lo sabes— finalmente levanté la mirada —Sabes por qué.

—Alex... tu...— asentí, haciéndolo callar —¿Donde? ¿Podemos acaso...?

Negué —No.

Le interrumpí sollozando un poco y, finalmente levante un poco mi camisa, a mi costado y descubrí aquella herida con sangre, no cualquier herida, un rasguño del tamaño de una pelota que se mantenía encima de mis costillas y parte de mi estómago. Un rasguño de caminante.

Eugene sollozo bajito, mientras intentaba tomar aire —Ya, no llores, Eugene— tomé aire —No quiero que los demás los sepan aún, deja que disfruten esto, deja que Carl cuide de Judith y no de mi, necesito que te calmes, ¿Si?

Negó —No puedo calmarme.

—Sí, sí puedes, porque sigo estando aquí— encogí mis hombros —Aún hay tiempo, vas a estar bien, ¿De acuerdo? Rosita estará bien, Carl, Derek, Sophia, Becca y Ron estarán bien sin mi, todo va a estar bien, ¿Sí?

Bajé la mirada de nuevo, volviendo a peinar el cabello de mi bebé, en lo que Eugene limpiaba su rostro e intentaba calmarse.

Él sollozaba en un intento de no hacer ruido, mientras cubría su cara con ambas manos y formaba una mueca entre tantas lágrimas. Finalmente descubrió su rostro y me observo con los ojos lagrimosos.

—Debes encargarte de eso— murmuré —De que este bebé tenga amor suficiente y... que al menos sepa que su mamá lo amo, incluso ahora.

Asintió levemente, —Solo... quiero que sepas que te quiero muchísimo y que tu padre estaría orgulloso de ti.

—También te quiero, Eugene.

Beso mi frente y luego de puso de pie para volver al sillón e intentar dormir un poco, dejándome sola al mismo tiempo con Glenny, bese su frente mientras lo acurrucaba sobre mi pecho.

Todo iba a estar bien.

No tenía la menor idea de cuánto tiempo me quedaba, de cuando sería la última vez que respiraria, de cuando me desmayaria o caería muerta.

Porque así era, iba a morir.

Sin embargo, nadie lo sabía más que Eugene, por lo que me ordene a actuar normal el resto del tiempo que me quede hasta que no aguante más. Cuando Aaron nos dijo a Carl y a mi lo que Negan trataba de hacer, le pedí que se quedará con su hermana y me dejara el trabajo a mi.

—¿Negan?— llamé y el mencionado se detuvo a media escalera —¿Qué estás haciendo?

—Espera, antes de que estalles...-

—¿Vas tras pamela?— fruncí mi ceño.

—Sí. ¿Qué importa, siempre y cuando se haga?

—Importa que no puedes hacerlo a hurtadillas, con los niños aquí.

—Ya habíamos hecho esto antes, ¿Recuerdas? Hago esto por ustedes, si uno de ustedes y con uno de ustedes me refiero a ti, Alex, si eliminas a Pamela te caerá un infierno y no sobreviviras y tienes que sobrevivir...-

Irónico.

—Así que debo hacerlo yo— añadió —Alex, anoche, cuando estaba de rodillas, a punto de perder a mi esposa y... a punto de perderlo todo... al fin entendí lo que tu debiste sentir, lo que sentiste al quitarte todo y se que probablemente te deba más que esto pero... lamento tanto lo que hice, lamento lo que te quite, lo que le quite a Maggie, lo que le quite a tus hijos.

Me mantuve quiera en mi lugar, no podía similar lo que estaba escuchando, lo que estaba pasando.

Es demasiado tarde para disculparse.

Pero, ¿Qué sería de mi mañana?

Retrocedí mis pasos con lentitud, sin decir nada y sin pestañear ya que si lo hacia me rompería en llanto.

No podía, simplemente no podía con esto más.

TOMÉ LA MANO DE JUDITH con delicadeza, mientras ella despertaba poco a poco y mirando a su alrededor.

—¿Lexie?— llamó cuando se me escapo una lagrima.

Me levanté de inmediato, sonriéndole en el proceso —Hola, destructora, ¿cómo te sientes?

Ella asintió —Supongo que mejor.

—Claro que si, eres muy fuerte, Judith y...— formé una mueca —No debiste haberte puesto frente a mi.

Frunció su ceño con delicadeza —Trataba de protegerte como tu me proteges a mi.

Asentí —Sí, pero es mi trabajo protegerte sin importar qué, Jud, habría dejado que la bala me diera a mi antes que a ti.

Bajo la mirada —Lo siento.

—Ya paso— suspiré, acariciando su frente —Hay otras maneras de protegernos, Jud.

—Como mi papá lo hizo, ¿No?

Asentí —Sí, así como él.

Hacia tiempo que no pensaba en Rick.

—Debo estar bien para cuando él y Michonne vuelvan.

Mi ceño de frunció, —¿Qué?

—Él esta vivo— me miró —Michonne fue a buscarlo, no quería que lo supieran porque entonces ustedes también se irían.

¿Rick? ¿Rick vivo? ¿Estaba hablando con la verdad o solo estaba delirando por la falta de sangre? No, su palidez había desaparecido, era verdad, Rick esta vivo.

—Jud... ¿Estás... estás segura de eso?

Ella asintió —Sí, mi papá está vivo, ella me lo dijo.

Rick... ¿vivo?

Mi ceño de aligero al escuchar los disparos, me levanté de inmediato para escuchar.

—La camioneta tiene combustible suficiente para llevarlos a su hogar— informó Mercer —Úsenla y salgan sin que los vean, esta no es su pelea y tampoco es su gente.

—Si lo es— interfirió Ezekiel —Igual que tú, tal vez piensen que este lugar no merece ser salvado y lo entiendo dado como nos trataron, pero para mi si lo merece, la gente lo merece y no voy a dejar que mueran su pelear, hoy no, voy contigo, ¿Quién mas?

—Tambien yo— Carl fue el primero en apuntarse.

—Lo que el dijo— Ron señaló a Ezekiel.

—También iré— Sophia levantó su mano.

Solo pude sonreírles a los tres, mientras el resto se apuntaba —Voy a quedarme a cuidar a Judith y... al resto— informé y asintieron.

—¿Estamos bien?— Carl tomó de mi mano y le asentí sonriéndole.

—Estamos bien.


SI MI MENTE NO ESTABA demasiado mal, el plan que se acordó para destruir todos los caminantes que había dentro de la comunidad era usar explosivos desde un punto a otro, salvarnos a todos y vivir.

Ayude en todo lo que pude, me apunte a organizar los detonadores y Eugene se unió conmigo aunque le dijera que estaba bien.

—Ya pusimos detonadores debajo de las mansiones, conectaremos el resto cuando traigan el combustible. Mientras tanto, instalaremos los altavoces para atraer a los caminantes a las mansiones— informé la radio antes de recargarme sobre la caja.

—Enseguida— respondió Princesa, desde la otra radio.

Suspiré con cansancio. Eugene se me acercó con sigilo mientras me miraba —¿Estas bien?

Le asentí —Tenemos que terminar con esto.

Toco mi frente, haciéndome fruncir el ceño —La fiebre ya empezó.

Manotee su mano —Sácate, estoy bien, Eugene, he visto el proceso muchas veces.

—No sabemos cuando...-

—Un día— interrumpí —Lo máximo que se ha llegado es un día, llevo tan solo cinco horas, estaré bien.

—Bueno, no cuando haces este tipo de actividades, ¡Debiste quedarte!

Tome aire una vez más, sonriéndole levemente al notarlo con su ceño fruncido de preocupación y como temblaba.

—Voy a estar bien— susurré —Por ahora.

—Por favor...— susurro de la misma manera.

Mis ojos lagrimearon, pero me negué —Déjame hacer algo antes de morir, no quiero descansar, no quiero esperar a que mi hora llegue, no quiero sentir como me voy a cada segundo, como dejo a mis hijos... por favor, Glenny apenas tiene un año y... me duele saber que solo lo vi crecer un año.

La camioneta se estacionó a nuestro lado para conectar lo último y así fue, intercambie equipo con Derek, quien me hizo las mismas preguntas que Eugene.

—Estoy bien, no fue una caída muy alta como dicen— insistí.

Él decidió no hacer más preguntas y se lo agradecí en voz baja. Lo último que quería era preocupar a todos con este problema.

Regrese antes, dejando a Derek en aquella casa ya que aún no terminaba a mi parecer, fue sospechoso pero él jamás ha sido una persona realmente normal.

Me subí a la camioneta, esperando al castaño que me había acompañado, cuando los minutos pasaron me preocupe y estaba apunto de regresarme cuando Jerry se iba de ahí sin él.

—¿Dónde está Derek?— inquirí a Jerry.

Quien de inmediato se giró a mi y su ceño se aligero —Oh, mierda, ¿No te dijo?

Fruncí mi ceño —¿Decirme qué?— se mantuvo en silencio —¡¿Decirme qué, Jerry?!

—Necesitábamos que alguien cuidara que los caminantes no se desviaran cuando la música se detuviera... que se quedará a cuidar durante...-

—La explosión— interrumpí —La explosión lo va a matar.

—Lo siento, Alex— murmuró —Él dijo que era la única solución, no nos dejo elegir.

—Por supuesto que no, es un idiota y un necio— suspiré sosteniéndome de la camioneta cuando comenzó a avanzar.

No podia asimilarlo, simplemente no podia decirle adiós. Él debía estar aquí, él debía ser quien cuide de mis hijos cuando yo no este, de Carl.

Tomé el radio que se encontraba sobre mi cinturón y presione el botón.

—Derek— llamé —Derek, ¿Sigues ahí?

—Sigo aquí, hermana no de sangre— escuchar su voz me hizo derramar una lagrima.

—Por favor, dime que no es verdad.

—¿Qué arriesgare mi vida por la comunidad? Lo siento... no lo mereces, haz perdido demasiado y... no quería hacerlo pero...-

—No debías ser tu— solloce —No debías ser tu quien este ahí, debí ser yo.

—Tu tienes una familia, Alex, yo no tengo nada.

Negué —Debí ser yo— cerré mis ojos —Por favor, vuelve, sal de ahí y vuelve.

—¿Quién cuidará después, Lexie?

—Debe haber... debe haber otra opción, debe haber otra opción, Derek, no se supone que seas tu.

Escuché como suspiro —Todos los héroes mueren solos, ¿Recuerdas lo que el abuelo nos dijo?

Asentí a pesar de que no pudiera verme —Todos morirán...-

—Incluso tú— completó.

Sorbi mi nariz —Incluso yo.

—Ha sido un gran viaje, Lexie, el mejor diría... lamento no haber estado ahí más tiempo.

—No fue tu culpa— negué —Solo querías más tiempo.

—Sí... bueno, supongo que es mi tiempo.

—Solo quiero cinco minutos más...— las lagrimas bajaban a mis mejillas sin control.

Tuve que sostener mi pecho para lloriquear lo que quisiera, sin prohibirme nada.

—Imagínate que te abrazo una última vez— pidió —Por favor, imagina eso.

Asentí —Lo hago...— solloce —Te quiero mucho, Derek.

—Yo tambien, solecito...— presiono el botón otra vez —Oye... te veo en el otro lado.

La gran explosión me hizo saltar como un gato, asustándome y mirando a mi alrededor al mirar la explosión desde la distancia. La camioneta se detuvo y con ella el tiempo, todo pasaba tan lento frente a mis ojos y es como si yo estuviese en aquella explosión, sintiendo el fuego quemar mi piel, las partes desmembradas de mi cuerpo partirse en pedazos y... pensando en otra vida.

Tome el radio otra vez y presione el botón mientras me encontraba de pie.

—¿Derek?

No hubo respuesta, por supuesto.

—¿Derek? Por favor...-

El radio estaba muerto, no había respuesta alguna más que el sonido común de la radio.

Eso me destrozo el alma.

Me hizo caer hasta mi lugar mientras cubría mi frente y la limpiaba del sudor, no podía echarme a llorar, las lágrimas se detuvieron de un momento a otro.

Tenía que guardar fuerzas porque lo peor estaba por pasar.


























━━━━ ⋆ AUTHOR'S NOTE: bueno, supongo que en algún momento de enterarían...

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