chapter four. whatever you say
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen uno
capítulo cuatro
❝ whatever you say ❞
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ME ENTERNECÍ EN MI MISMA, cuando el bebé comenzó a sollozar aún más fuerte, lo arrullaba pero ni siquiera podía pensar en claro.
—¿Rick? ¿Rick, estas bien?— le preguntó Daryl, pasando una mano frente a sus ojos al ver que el hombre no respondía.
Solo miraba al bebé en mis brazos.
—Déjame ver al bebé— pidió Hershel y me acerqué a él.
—¿Que comerá? No tenemos comida para bebé— hable por primera vez.
—La buena noticia es que se ve saludable pero necesita leche y pronto o no sobrevivirá.
Mire a Daryl —No, no hay forma, ella no, no perderemos a mas gente hoy.
—Quiero ir contigo— dijo Maggie.
—Yo también— habló Glenn.
—Bien, creo que iremos todos, Alex— Daryl toco mi hombro y le entregué el bebé a Beth.
Le mire con atención cuando me jalo hacia el otro lado.
—El chico perdió a su mamá y el papá no está muy bien...-
Entendí —Yo lo cuido.
—¡Cuiden la reja, si se juntan muchos estamos en problemas! ¡Glenn, Maggie vámonos!
Fruncí el ceño cuando vi a Rick encaminarse muy dispuesto de vuelta a la prisión.
Ambos aludidos corrieron detrás de él, Beth me devolvió a la bebe al ver que no dejaba de llorar lo cual dejo de hacer en cuanto la tomé.
Era extraño, jamás había cargado a un bebé y no sabía cómo tratar a uno, nunca tuve hermanos y en mi familia todos eran mayores.
NOTE LOS OJOS CRISTALIZADOS de Sophia, no entendía el por qué así que le pregunté en voz baja.
Ella solo negó con la cabeza dándome a entender que Carol tampoco había sobrevivido, ni T-Dog, habíamos perdido casi la mitad del grupo en un solo día.
—Lamentó mucho tú perdida— tomé su hombro en forma de apoyo.
La pequeña bebe en mis brazos pareció quedarse dormida tan pronto.
—Ya te adora— ella sonrió, al igual que yo.
—No entiendo por qué, nunca había tenido hermanos ni bebés en mi familia o bueno, no que me dejaran cargarlos— fruncí levemente mi ceño.
—Parece que ella realmente te quiere— le sonreí levemente mientras miraba a la bebecita ya despertaba, analizando mi rostro como si intentara recordarlo.
—¿Quieres cargarla?— inquirí a Sophia.
Ella titubeó —¿Y si se me cae?
—Vas a estar bien— asegure, acepto tomándola con cuidado, como si fuera un cristal —Cuida su cabecita.
Indique y ella asintió.
La pequeña Grimes pareció no hacer ningún berrinche, al contrario, soltó quejiditos acomodándose mejor en los brazos de Sophia.
—También te ama a ti— le dije.
—Mi mamá hubiera estado muy emocionada con ella— sorbo la nariz, borre mi sonrisa —Apenas se fue hoy y ya la extraño, no me imagino cuando pasen años.
–Lo superarás, también extraño a la mía, pero se que la volveré a ver, como ella dijo.
"espero tengas buenas historias que contar, vive lo que más puedas, se feliz a pesar de este horrible mundo nuevo, ten un gran y épico amor. Todo lo bueno de mi está en ti y estaré en paz gracias a ti"
Ella había decidido quedarse en esa explosión en la CDC y si que dolía recordarla, pero cada vez dolerá menos y menos.
ME ENCAMINE HASTA la celda que compartía con Carl, me detuve justo en la pared cuando escuché sus leves sollozos como si intentara que nadie le escuchara.
Lo cuidaría, tenía que cuidarlo o no estaría tranquila.
Al pisar, hice ruido lo que le hizo mirarme rápidamente. Se colocó de nuevo el sombrero de sheriff y borró todo sentimiento de tristeza.
—No se que se supone que deba decir— admití formando una línea en mis labios —Pero lamento lo de tu mamá.
—Yo la amaba, no la odiaba.
—Ella lo sabía, se lo dije muchas veces durante el invierno– me senté junto a él, me mantuve en silencio —Perdón no soy muy buena con las palabras— me quejé haciendo una mueca.
—No te preocupes, si estás aquí es como si me sintiera bien otra vez.
No quería, pero sentí un leve cosquilleo en mi estómago.
La perdida, nunca pensamos en ella hasta que la sufrimos. Era difícil pero era lo de ahora, lo que tendríamos que vivir desde que un apocalipsis se jodio al mundo.
Dios, juntarme con Glenn hacia qué me pegara sus palabrotas, si Hershel me escuchara hablar así seguro me daría con una de sus muletas en la cabeza.
—¿En que estás pensando?— inquirió el ojiazul, al darse cuenta que me había ido por unos segundos.
—En que si Hershel me leyera la mente, seguro me daría en la cabeza con una de sus muletas.
Él sonrió y eso me alegro mucho.
—Dime que todo va a estar bien— pidió.
—Todo va a estar bien— asegure, por más que fuera una mentira.
SALÍ DE LA PRISIÓN, con la esperanza de que Maggie y Daryl llegarán pronto y poder alimentar a la bebe.
—Todo va a estar bien ¿Verdad?— pregunte a Glenn.
—Va a estar mejor— aseguró —Haremos que así sea, pulgosa.
Sonreí al escuchar su apodo, hacía tiempo que no le escuchaba llamarme así otra vez.
Fruncí el ceño —¡No me llames pulgosa, pulgoso!
Glenn rió por lo bajo —Esta bien Pulgosa.
—Te voy acusar con Maggie.
—¿Y con ella por qué?
Abrí los ojos mirándolo —¿Crees que no me di cuenta como la miras? Casi se te cae la baba.
Pude ver cómo se sonrojó, solté una risita.
—No es cierto— me miró indignado.
—Si, lo es, nunca te había visto así, das miedo.
—No puede ser tan malo— me quede callada —¿así tanto?
Asentí —Buena suerte, no se que se siente eso de enamorarse pero espero que cuando lo haga no me vea como tú— bromeé.
Golpeó levemente mi cabeza por lo que golpeé su hombro, me detuve con cansancio y el me envolvió en un abrazo.
—Lamentó que tuvieras que ver eso— admitió.
Suspire dejándome que él me abrazara y pudiera envolverme con su cariño de hermano mayor.
—Yo no...— le conteste —Voy a extrañarla pero la recordare, le prometí eso y así lo haré.
Dejo un beso en mi cabello —Aún así... eres muy joven para estas cosas e intentaré protegerte lo más que pueda.
Asentí levemente —También yo, no te vas a deshacer de mi tan fácilmente, soy como un chicle y si quiero, puedo andar detrás de ti todo el día vigilándote.
—Por eso eres una pulga, y de ahí el apodo.
Le mire indignada —¡Eres un idiota!
—¡La boca!— regaño dándome un merecido zape.
—Cuando tú dejes de decir esas palabrotas también yo lo haré— señale. —¿Y ellos que hacen?— pregunte al ver a los prisioneros sobrevivientes clavar en el suelo.
—Se ofrecieron a ayudarme— contestó mirándolos también —Se ve que son buenas personas.
—Todo el mundo puede verse así y no serlo— encogí mis hombros, me miró mal —No es por ser pesimista ni nada.
—Mejor ve adentro con la bebe, yo me encargo.
—¡Enséñales quien manda!— le grite a mi mejor amigo, adentrándome de nuevo a la prisión.
—¿PUEDO CARGARLA?— me pregunto Carl en voz baja, refiriéndose a su hermanita.
Asentí, él la tomó con delicadeza y sin despegarle la mirada en ningún momento. Sonreí tiernamente cuando una sonrisa se le formó en su rostro.
Las puertas de la prisión se azotaron dando paso a Maggie y Daryl, Maggie y su hermana Beth comenzaron a hacerle un biberón ya que desde en la tarde no había dejado de llorar la pobre.
—¿Cómo está?— nos preguntó Daryl, acercándose a la nena.
—Con mucha hambre— le conteste.
Él la tomó en brazos intentando tranquilizarla, me puse de pie al igual que Carl y nos acercamos a Daryl.
Los sollozos de la bebe se calmaron en cuanto tuvo el biberón en su boca, sonreí aliviada.
—¿Ya tiene nombre?— por primera vez Daryl sonrió.
—T... todavía no, estaba pensando en... Carol— miró a Sophia —O Andrea... Amy, Jaqui, Patricia o... Lori, no lo se.
De pronto me miró con tristeza, le abracé por los hombros en forma de apoyo.
—Si, ¿te gusta eso eh? Destructora— solté una risilla ante el apodo de Daryl —¿Qué tal? Es un buen nombre ¿no? Destructora, ¿te gusta, linda?
Al igual que yo, todos reímos junto a él, olvidándonos por unos leves segundos de lo que realmente sucedía.
LA MIRADA ATENTA DE Daryl me seguía desde una parte lejana de la prisión, le había insistido en que me dejara salir aunque sea un minuto hasta las tres tumbas en el patio.
Llevaba un ramo de flores blancas que había recogido, también con la autorización de Daryl, y es que él dijo que era por seguridad y para ya no perder a nadie más hoy.
Sophia yacía ahí, con la mirada sobre la tumba con la letra c hecha por rocas blancas.
Coloque las flores en las tres tumbas, primero en la de Carol, luego la de T-Dog y por último la de Lori. Cada una decorada por ese ramo pequeño.
—El funeral de mi abuelo fue antes de que comenzaran a evacuarnos— conté a la rubia, quien posó su atención en mi —Fue cuando nos separaron a mi mamá y a mi pero ese no es el tema, la cuestión es que... había demasiados ramos blancos decorados por todos lados y cuando le pregunté a mi mamá del por qué ella me dijo que él blanco simbolizaba la libertad, desde entonces cada vez que miró alguna flor blanca la tomó y la llevó conmigo y suelo colocarlas en las tumbas de las personas.
Ella frunció ligeramente el ceño —Eso es lindo.
Asentí levemente —Siento que les da más libertad a esas personas de irse y estar en paz.
Me senté sobre el césped y ella imitó mi acción.
—Quisiera que ella volviera pero no lo hará, al menos no como quisiera— dijo ella —Lo que más me duele saber es que su tumba está vacía.
—Ella se va a sentir orgullosa— asegure.
—Quiero aprender a pelear o... a manejar mejor un arma aunque todas las veces que lo he intentado casi me mato.
—Tal vez puedas usar otra arma, digo, no es necesario usar una pistola, puedes usar una ballesta como Daryl o un hacha como Rick.
—¿Qué tal un arco y una flecha?— inquirió.
Pensé —Sería bueno, mientras no le claves una en el trasero a alguien.
—No prometo nada— levantó ambas manos.
Reí por lo bajo —Mientras no sea a mi, todo bien.
—Haré mi mayor esfuerzo, aunque será mejor que me aleje de todos antes de que le clave una a Daryl, se enojaría conmigo.
—Y con todos, créeme— señalé haciéndola reír.
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