chapter forty-nine. my previous story
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen cinco
capítulo cuarenta y nueve
❝ my previous story ❞
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SOSTUVE BIEN EL ARMA en mis manos, conteniendo los nervios dentro de mi cuando apunte al hombre que revisaba el auto con desesperación.
—Manos arriba— advertí.
Soportando una carcajada cuando el hombre se golpeó la cabeza con el techo del auto, maldijo sobresaltandose.
—¡Dios! Niña, casi me matas de un susto— titubeó, obedeciendo mi indicación.
—¿Quien eres?— le cuestione con los nervios de punta.
—Negan, ¿Y tú?
Entrecerré mis ojos —Me llamo Alexandra, ¿Si bajo el arma me harás daño?
Sonaba estúpido, pero no podía hacer más a menos que le disparara y con la puntería que llevo, seguro le daría a todo menos a él.
—No, no busco problemas yo solo... estoy buscando provisiones para mi esposa.
Baje el arma, teniendo un presentimiento de confianza.
—¿Dónde está ella?— pregunte con curiosidad.
—En casa, tiene cancer así que no puede moverse mucho.
Le mire con tristeza —Lamento oír eso.
Se sentó en el asiento del auto, —¿Dónde están tus padres.
Buena pregunta.
—Busco a mi mamá, no se donde está porque nos separaron cuando evacuaron la ciudad.
—¿Y desde entonces estás sola?— asentí ante su pregunta —Uhm, yo, lamento oír eso.
Encogí mis hombros —Solo quiero encontrarla.
—¿Y tú papá?— volvió a mirarme —Todos tenemos un papá.
—No se quien eres, así que solo me iré— hable, antes de encaminarme de vuelta.
—Espera, ¿Vienes de un Refugio?— inquirió.
Me detuve dándome la vuelta —No, ¿Y tú?
Negó al igual —Es peligroso, no deberías andar sola.
—Se cuidarme sola.
—Si, tal vez tengas razón, pero, bueno no es un refugio pero vivo no muy lejos de aquí con mi esposa.
Fruncí mi ceño, apunto de negarme.
—Por favor, le caerás bien— aseguró.
No confiaba en él, pero una parte de mi decía que lo hiciera, quizá era un loco que podría secuestrarme pero, yo tenía un cuchillo y él parecía desarmado.
—¿Por dónde es?— pregunté.
—Puedo llevarte, mientras podemos hablar de lo que tú quieras— me sonrió.
—¿Y por qué confiarías en mi?
Encogió los hombros —Solo lo hago.
Asentí, siguiéndole por la carretera.
—¿Cómo llegaste hasta acá?— se preguntó.
—Estaba en la ciudad de Atlanta, no recuerdo cómo llegué solo... lo hice.
—Bueno, yo estaba apunto de ir a reclamar mi puesto como maestro cuando todo colapsó, aún tengo esperanza de que todo se arregle.
—Yo no— encogí mis hombros —Estaba en el funeral de mi abuelo cuando nos evacuaron, entonces me llevaron a un lugar seguro pero no duro, una mujer comenzó a matar a todos y logré escapar por pura suerte.
—Eres como un gato.
Reí un poco —Nadie me lo había dicho antes.
—Dices que buscas a tu mamá— asentí —¿Cómo es ella?
—Castaña, alta y de carácter muy fuerte.
—Uh, es como tu— me señalo haciéndome reír.
—Nadie me lo había dicho tampoco.
AL FINAL, NEGAN tenía razón, su casa parecía un poco segura, en el sótano, baje las escaleras hasta aquella habitación, mirando a aquella mujer débil sobre el sillón.
—Negan— llamó rápidamente, posando su mirada en mi —¿Quién es?
Él me miró —Lu, ella es Alexandra.
—Solo Alex— corregí —Esta más corto y fácil de aprender.
Ambos adultos se acercaron para murmurar cosas, mientras me concentraba en lo demás, había una televisión, un refrigerador, ojalá tuviese helado de fresa.
—¿De dónde dices que vienes?— la voz de la mujer me interrumpió.
—Ah, Atlanta, la ciudad.
Asintió —Creí que habían bombardeando Atlanta.
Mi expresión se aligeró —Lo se, escuche las bombas antes de subir a la camioneta.
—Está sola— agregó Negan hacia su esposa —No tiene un refugio, ni un hogar... Lu, ¿Cuanto tiempo intentaremos tener uno? Un hijo.
No decía nada en absoluto, ni yo.
ME ADENTRE DE NUEVO a la habitación, sonriéndole a ambos adultos.
—Apaga el generador— pidió Lucille antes de mirarme —La cena está casi lista, cariño.
Asentí levemente, sentándome sobre la tercera silla en medio de ambos.
—¿Y qué tal está la cena?— nos preguntó el castaño, una vez que todos nos encontrábamos sentados.
—Muy buena— conteste antes de probar la comida.
Para ser exactos, era comida para perro, pero la salsa de tomate le daba un mejor sabor.
—De haber sabido que la comida para perros era tan deliciosa, la habría comido todos estos años— agregó Lucille.
Haciéndome soltar una carcajada que interrumpí cubriendo mi boca, riendo libremente pero no tan fuerte para no hacer demasiado ruido.
—Oh, Dios— se quejó Negan mientras cubría su rostro, haciéndome reír aún más.
—Quien lo diría, y yo comiendo tierra— dije, haciéndolo reír aún más.
—Por cierto...— Lu saco una bolsa color dorado —Feliz aniversario.
Forme un puchero —Aw.
Negan frunció su ceño —¿Aniversario? ¿En serio sabes que día es hoy?— me miró —¿Qué hay de ti Alex, sabes que día es hoy?
Negué —¿El día en el que los dinosaurios se extinguieron?
Ella rió —No, solo quería dártelo, ábrelo.
Confundido, la abrió, haciéndome asomar mi cabeza para ver de que se trataba, viendo una chaqueta de cuero color negro.
—No puedo creerlo, no puede ser— sonrió sacando la chaqueta —¡Que caraj...!
—¡La boca!— le regañe antes de que terminara su oración, haciendo reír a Lucille.
Miró a su esposa —¿De donde la sacaste?
—La tuve escondida todo este tiempo porque estaba furiosa, estaba tan furiosa de no poder regresarla que la escondí y te dije que la había regresado, y aquí está.
Enarque ambas cejas —Hace magia.
Ella rió —Wow, eres asombrosa.
Sonreí mirando a ambos, recargando mi mejilla sobre la palma de mi mano.
—Lo siento— admitió —De haber sabido que todo esto sucedería no me habría enojado por una...— me miró antes de que la regañara —Una tontería como esa.
Negó —No, no, en realidad yo no merezco nada de ti.
Asintió bajando la mirada, para después tomar de mi brazo —Hey, cariño, ¿Por qué no vas a la cama? Yo recojo tu plato, ¿Vale?
Asentí sonriéndole, poniéndome de pie al mismo tiempo mientras Negan dejaba la chaqueta de lado y me acompañaba hasta la otra habitación
—Ella parece muy feliz— mencione en el pasillo.
Él asintió —Lo somos.
—Es lindo... yo... jamás había visto a dos personas amarse tanto— admití —Mi padre jamás estuvo en casa, ni siquiera de quién es, mamá dijo que el se fue porque no quería otra responsabilidad.
—Lo siento, pequeña.
Encogí mis hombros —Lo superé, tuve a mis abuelos y...— tomé su mano para brincar una caja —A mi mamá.
—Sabes, quería pedirte que me acompañaras mañana a conseguir algunas cosas, no tenemos muchas armas y... quería darle una sorpresa a Lucille.
Asentí rápidamente —Si, me encantaría ayudarte, ¿A que hora?
—Te avisaré, ¿Si? Tiene que ser algo temprano.
—Está bien, hasta mañana— abrí la puerta.
—Sueña con angelitos.
Arrugue mi nariz con diversión —Siempre lo hago.
—PUEDO YO SOLITA— mire a Negan con el ceño fruncido.
Estaba tan dispuesto a entrar conmigo a aquella tienda que ni siquiera me dejaba dar un paso.
—¿Tu arma ya lleva balas?— se preguntó quitando el arma de mis manos.
Asentí —Si, tiene casi todo el casquillo lleno, estaré bien y si no, tengo un cuchillo.
—Niña, eres como un arsenal completo.
Sonreí levemente —Lo sabía.
Con su ayuda, pude subir el alto escalón hasta adentrarme en silencio, no había señal de caminantes así que di unos golpeteos a la puerta y espere a que ellos vinieran, respirando mejor cuando no lo hicieron.
—¿Hay uno?— la pregunta de Negan me hizo saltar tal cual gato.
—¡Shhhh!— sisee en desesperación y con mi corazón latiendo muy rápido.
Hice lo que había estado haciendo estos últimos meses, entrar, tomar lo que necesito y huir lo más lejos posible.
Aunque descarte lo de huir ya que me detuve frente a Negan.
—¿Que pasó? ¿Estas bien? ¿Había de esas cosas adentro?
Negué con la respiración alterada —Nada, si y no.
De mi mochila, saque las películas de colores fosforescentes y las latas de fruta.
—Encontré la fruta también, revise la fecha de caducidad y están bien— informe entregándole las latas.
—Quien diría que guardaban esto en un lugar como este.
Asentí de acuerdo, volviendo a caminar junto a él —Lo se, es extraño, creo que alguien vivía ahí.
—Gracias, Alex, esto es más de lo que te debemos, no deberíamos ponerte en riesgo para conseguir algo que yo podría hacer.
Encogí mis hombros —Esta bien, era la única que podía entrar por esa diminuta entrada.
—Realmente lo lamento, pero, solo falta un lugar más.
—Uno más— alado caminando junto a él.
—PERO LO QUE Meredith no sabía es que Derek tenía una esposa, así que...-
—Wow, wow, te voy a detener ahí— interrumpió Negan, haciéndome fruncir el ceño —¿Qué Derek tenía qué?
Sonreí —Esposa.
—¿Y dónde? ¿La saco de la manga?
Pensé, —Algo así, él se mudó a Seattle para olvidarla y dejar atrás ese problema, aunque no contaba que ella volvería.
—¿Y por qué se fue?
Reí —Te contaré cuando nos vayamos, ya llegamos.
El asintió, mientras me escondía detrás del árbol y el corría hasta otro árbol, escondiéndose lo suficiente para lograr ver, aunque comencé a preocuparme cuando se detuvo titubeando, mientras parecía demasiado pálido.
—¡Negan!— llame corriendo hasta él, haciéndolo, mirarme.
Aunque fue demasiado tarde ya que una mujer lo había golpeado con un bate en la cabeza, haciéndolo desmayarse.
—Auch— me queje al verlo tieso en el suelo.
—Mierda, no era necesario— dijo el hombre de tez morena.
—Mejor prevenir que curar.
—Buen punto— señale, haciéndola mirarme.
DESPUÉS DE CONTARLE a ambos adultos la situación, ellos parecieron entenderlo ya que me invitaron a pasar a la caravana, mientras me dieron sopa y un vaso de jugo.
Negan yacía a mi lado, aún inconsciente y con una intravenosa en su mano, ahora disfrutaba de la sopa mientras miraba a mi nuevo amigo removerse.
—Hey, está bien— tomé su brazo, colocando mi mano sobre su rostro —¿Cuántos dedos miras?
—¿Eh?
Fruncí mi ceño al verlo desalentado —¿O cómo era?
El doctor se giró a nosotros —Tranquilo, Capone— pidió al hombre.
—Me llamo Negan— señaló él.
—Negan— repitió y ambos asentimos —Bueno.
—Él es Franklin— dije a Negan —Es un doctor, me dio sopita.
—¿Vas a darme problemas, Negan?— inquirió el hombre al mostrarle las llaves de las esposas que llevaba.
—No, señor, ningún problema.
El asintió, desatándolo —Alex— llamó y le mire —¿Puedes repetir lo que el señor Negan tiene?
Asentí —Congelamiento, agotamiento, deshidratación y...— me detuve al no recordar lo ultimo, aunque por la forma de comer de Negan sabía que era —Y desnutrición.
—Me pregunto por qué alguien como tú, en ese estado, con una niña, intenta robarles a unos médicos con un arma vacía.
—Somos idiotas— musité, llevándome una mirada de desaprobación de Negan.
—Mi esposa tiene cancer— informó —Estaba en tratamiento cuando el mundo se fue al carajo y he estado tratando de no interrumpirlo.
—¿Y eres médico?
Negó —Soy profesor de gimnasia.
—¿Profesor?— me pregunté en voz baja.
A Negan lo veía más como abogado, quizá vendedor de coches robados, pero en definitiva no como maestro de gimnasia.
—¿A que te refieres con no interrumpirlo?— agregó el médico.
—Su médico nos había dado un calendario de que necesitaba y cuando, así que sólo tuve que conseguir los fármacos y aprender a hacer la infusión.
Rió —Espera un segundo, ¿Aprendiste por tu cuenta a administrar quimioterapia?
Mire devuelta a Negan —El bombeo no es tan complicado, a menos que algo salga mal.
CAMINABA COLOCANDO mis manos sobre los bolsillos de mi suéter.
—Vinimos aquí amenazándolos y ustedes nos ayudaron, nos dieron la primera comida descuente en semanas....-
—Y nos consiguieron todo lo que necesitábamos— agregué caminando junto al adulto.
—Y no pidieron nada a cambio.
—Bueno, no hace falta— contesto el doctor —Uno cosecha lo que siembra.
Hablo, antes de devolverle el arma a Negan, devolverme mi cuchillo a mi.
—Hay una pandilla que sale por las noches, ¿Solo tienen esa pistola vacía y el cuchillo?— se preguntó Laura.
Le mire y asentí levemente —Si, tenía un martillo pero se rompió.
Asintió, entregándole un bate a Negan —Ten, te lo regalo.
Reí —Oh, ¿Es el bate con el que lo noqueaste?
Le mire, cuando ella me asintió mientras Negan miraba el bate con una sonrisa —Diablos, si que pegas fuerte.
Fruncí mi ceño —No le des vida, da miedo.
Me miró sonriendo —Intentaré no hacerlo.
LA CARRETERA ESTABA completamente sola a mi camino, teniendo la idea en mente de mejor volver y aceptar la propuesta.
—Solo es un camino— susurre para mi.
Tenía miedo, estaba aterrada pero era algo que si o si tenía que hacer.
—¿Segura que no quieres que te deje más cerca de la ciudad?— inquirió la voz de Negan al llegar.
Le mire y negué —Estaré bien.
Asintió —Bien, supongo que aquí nos despedimos.
—Dile a Lucille que gracias por la cena— le sonreí —Había olvidado lo que se sentía hablar con otras personas.
—Ella estará triste de saber que te irás, realmente, Alex, si quieres puedes quedarte con nosotros, te cuidaremos como a una hija.
Le mire atónita ante sus últimas palabras, si me quedaba jamás volvería ver a mi mamá, no podría decirle adiós ni abrazarla por última vez.
Quería quedarme.
—Gracias, pero tengo que buscar a mi mamá, se que ella iría a la ciudad.
Suspiro —Bien, como quieras, cuídate.
Asentí levemente, tomándole en un abrazo que aceptó de inmediato, después de todo creo que había logrado encariñarme con ellos.
—Tal vez algún día nos volvamos a ver— murmuré en el abrazo.
—Tal vez.
Le sonreí antes de separarme de él y empezar a caminar por la vacía carretera.
MIRE A MAGGIE EN busca de alguna reacción, había necesitado sacar todo con alguien y sabía más que nada que Maggie no me juzgaría jamás.
—Después encontré al grupo— agregué cuando no dijo nada —A Rick, Lori, Andrea, Glenn... y a mi mamá.
—Alex, no tienes razón por ocultarle esto a los demás— musitó con sus ojos lagrimeando.
Asentí —Lo se, pero no se como vayan a reaccionar, Carl es el único que lo sabe además de ti ahora, no quiero que ello me alejen solo por saber quien era Negan, él no es la misma persona.
Tomo mi mano —Entiendo, díselos cuando estes lista, sin presiones ¿Si?
Asentí lanzándome a abrazarla, formando una mueca en el proceso y dejándome libre de soltar sollozos leves.
—Gracias por contármelo— le escuché musitar mientras dejaba caricias en mi cabello.
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