chapter forty-four. easy exit
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen cuatro
capítulo cuarenta y cuatro
❝ easy exit ❞
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TERMINE DE ACOMODAR las armas, mientras Maggie me había encargado hacer esto y ella se había ido a donde estaban las provisiones por un pedazo de chocolate que tuvo de antojo está mañana.
Ya no había tenido que usar el cabestrillo, más que solo una pequeña gasa encima de la herida, lo cual era bueno porque ya podía moverme pero seguía doliendo.
—¿Qué pasa?— cuestione a Glenn cuando lo vi asustado y al verme, su expresión se aligeró.
—Estas aquí— confirmó, abrazándome fuertemente.
—Si, lo estoy— fruncí mi ceño —Oye, ¿Qué tienes? Estás raro, me veré en la obligación de llamar a Maggie.
Él sonrió, —Estas aquí, Alex.
—Si, lo estoy— repetí, separándome de él y revisando su temperatura y pulso.
—Estoy bien— suspiro, viéndome con una sonrisa —Es que todo lo que ha estado pasando con los Salvadores me tiene preocupado, lo que pasaste, se supone que no debió haber pasado, se supone que debo protegerte.
—Pero pasó— encogí mis hombros —Lo importante es que sigo aquí, y que tú también lo estás.
Asintió con obviedad, —Aún así, quería asegurarme de que sigas aquí, Pulga.
—Lo estoy, vivita y coleando— sonreí volviéndolo a abrazar.
—¿Tu herida cómo está?— miró preocupado.
—Está sanando, aunque en mi última revisión me dijeron que estaba mejor y que ya podía hacer más cosas pero el peligro de infección no pasa— sonreí.
—¿Y qué hay de tu nariz?
Fruncí mi ceño ante tanta pregunta —Bien, Aarón se disculpo mil veces, pero esta bien.
Ambos nos giramos bruscamente cuando el sonido de la motocicleta de Daryl llamo nuestra atención.
—¿Qué va a hacer?— me pregunte confundida.
Sin embargo, Daryl salió apenas Rosita abrió la puerta, frunciendo mi ceño aún más cuando Michonne se acercó a nosotros.
—¿Se le zafo un tornillo o qué?— les cuestione a ambos adultos.
Glenn negó, subiéndose a otra camioneta junto a Michonne.
—¡Sin este cabrón no se van!— exclamo mi padre.
—Yo también quiero ir— levante mi mano sana.
—Ninguno de los dos irá— sentenció Rosita, subiéndose a la camioneta —Cubre mi puesto, yo iré.
—Pero yo quiero ir— insistí.
Ella negó —Tienes que guardar reposo después de esa bala, te quedarás aquí— sentenció y asentí rápidamente.
—Alguien debe vigilar— señale.
—Yo se a donde va, puedo llevarlos— agregó Rosita.
—Tengan cuidado— pedí a los tres.
—Te veo pronto— Glenn sonrió y asentí devolviéndole la sonrisa.
—Pronto.
Me quite de en medio, dejando pasar la camioneta y salir de los muros de Alexandria.
FORME UNA MUECA al sentir un leve dolor en mi herida, teniendo que sostener la lata de fruta con la otra mano, mire a Maggie cuando entró.
—Dime que Carl no está contigo— pedí, al darme cuenta que me había visto quejarme.
Ella negó —Esta buscándote pero no está conmigo.
—Gracias a las ardillas— musité con alivio.
Maggie rió —¿Por que está siguiéndote?
Suspire —Después del accidente no ha dejado de preguntarme por mi estado, me da la comida que quiero, lo cual es bueno pero me regaña por todo.
—Que lindo es Carl enamorado.
Sonreí —Te ves cansada— señale con preocupación.
—Aún tenemos mucho que hacer— se adentró a la casa.
Asentí —Glenn, Michonne y Rosita salieron tras Daryl— informe.
Ella asintió —Tomare un turno extra entonces, empacaré el almuerzo antes de volver a salir.
Señale la lata de fruta para entregársela —Que suerte qué hay dos.
Tomé la otra avanzando hasta la puerta.
—¿Te veo después?— inquirió Maggie y asentí.
—Después— sonreí —Aunque, no debes tomar ese turno, descansa y tómate un tiempo para pensar en nombres, recuerda que Alex es nombre para dos géneros así que... adiós.
—Lex— llamó antes de que pudiera cerrar la puerta.
Suspire —Solo unas horas, quiero ayudar, eleva los pies y come encurtidos.
Cerré la puerta antes de que pudiese protestar.
MIRE A RON SUBIR hasta la torre de vigilancia, maldije en voz baja, procurando no mostrar mucho sufrimiento respecto a mi herida.
—¿Si te pregunto si estás bien vas a llorar como si no hubiera un mañana?— se preguntó alerta de todos sus movimientos.
Reí literalmente y negué —Estoy bien, ¿Y tú?
Asintió colocándose más cerca de mi —También, ya me siento mejor.
Sabía que Ron no solo había tenido que superar la ida de Sophia, sino la muerte de toda su familia.
—Sabes... se que tuviste dudas sobre el ataque de ese día— mencione de pronto —No había tenido uno en años.
—Si, cierto, pero no quiero hablar de eso si tú no quieres.
Suspire —Esta bien, no me molesta— le mire y él a mi —Solía tener esos ataques seguido cuando era pequeña, no entendía por qué, solo estaban ahí cuando me asustaba o... pasaba un accidente, cuando mi abuelo murió fue la última vez que lo tuve, lo tenía frente a mi cuando dieron la hora de su muerte.
—Debió ser difícil.
Asentí —Demasiado, pero intentó no tener más ataques, aveces que me abracen me ayuda porque siento que estoy en la tierra y no muriéndome, Carl lo sabía, por eso creyó que me habías hecho algo, porque estar asustada o en un punto de estrés muy alto me hace tener esos ataques.
—Es bueno saberlo, ahora así podré ayudarte cuando tengas uno, aunque espero no vuelvas a tener ninguno.
—Yo también.
Me miró confundido —¿Estas bien?
Asentí —Si, me pesa cargar el arma.
Forme una mueca, mientras Ron se acercaba hasta mi para quitarme el arma y colocársela él.
—¿Qué estás haciendo?— entrecerré mis ojos.
—Ayudando, escucha, ve a casa— pidió —Se que quieres descansar y debes hacerlo, sin Denise aquí no tenemos un doctor que te atienda si te llegas a poner mal, así que ve a descansar o te lanzaré desde aquí.
—Bien, bien, no tienes que lanzarme desde la torre de vigilancia— levante ambas manos, bajando las escaleras con cuidado.
—¿TE SIENTES mejor?— inquirió Carl por tercera vez en tres minutos.
Asentí —Mucho mejor— forme una sonrisa mientras comía verduras, en lugar de mi deliciosa lata de fruta.
—Bien, las verduras harán que tu herida sane rápido, según tus libros.
—Maldigo el momento en el que decidí mostrarte mi pequeña librería— musité.
—¡Shhh! Sin protestas.
Bufé, tomando la lata frente a mi —Carl, si no me das mi lata de fruta comenzaré una revolución, gobernare Alexandria y te haré mi esclavo.
—No— me la arrebato —No hasta que termines tus verduras.
—¿Qué eres? ¿Rosita? Carl, te recuerdo que eres mi novio, no mi mamá— fruncí mi ceño.
—Y te recuerdo que... que... bueno, no se pero debo cuidarte cuando estés herida.
—Ya no estoy herida— señale —Si estuviera herida, ¿Podría hacer esto?
Moví mi brazo con brusquedad, mala idea, sentí un dolor punzante sobre mi herida, teniendo que formar una mueca y sostener de mi brazo.
Deje caer mi cabeza sobre la mesa mientras me quejaba.
—Está bien, tú ganas— suspire dejando el dolor pasar.
—Ya casi es hora de tu cambio de vendaje— reviso el reloj de la casa.
—No quiero— me queje como una niña pequeña.
—Tengo que hacerlo, si no, tendrás riesgo de infección.
—Voy a esconder todos mis libros— advertí, haciendo reír a Carl.
—Sigue comiendo— indicó o más bien, ordenó.
—¿Como te sentiste cuando Judith nació?— levante la cabeza de la mesa.
Él frunció su ceño —¿Qué?
—Es que... mi papá me dijo que quería tener más hijos— solté —Creo que quiso una clase de aprobación o algo así, pero no se cómo sentirme al respecto, quiero decir, se que él tuvo hijos pero... ellos murieron.
—¿Entonces tuviste hermanos?— se preguntó asombrado.
Asentí —Medios hermanos, se siente extraño que mi papá quiera tener mas hijos con Sasha.
—Creo que estas asustada— sonrió con burla.
—No, no lo estoy.
Asintió —Uh, creo que si, eres la única hija de él que queda viva así que tienes toda su atención y creo que tienes miedo de que esa atención se vea desviada hacia sus próximos hijos.
—Cállate.
—No tienes que avergonzarte, solo no los ahogues con la almohada cuando nazcan.
Le mire mal —Jamás haría algo como eso, son bebés, Carl, ¿Qué tienes en la cabeza, un melón?
Rió ligeramente y no entendía el por qué, esto era serio, tan serio que me pongo a bromear con su celebro de melón.
—Era un chiste, un muy mal chiste, suena sadico.
Asentí —Si.
—Si te preocupa tanto deberías hablar con él.
Le mire —No lo se, la última vez intente convencerlo de que perdonara a Eugene por lo de Washington me obligó a escucharlo hablar por dos horas sobre el ejercito y sus misiones.
—Solo inténtalo, si comienza a hablar otra vez del ejercito finge que te duele tu herida e iré a rescatarte— sonrió.
—Trato hecho.
CAMINE LENTAMENTE hasta mi papá, sonriéndole levemente, mientras que de reojo veía a Carl darme dos pulgares arriba.
—Entonces...— comencé a hablar —Tu, Sasha y... pequeños humanos pelirrojos o castaños.
Arqueo una ceja —¿Ocurre algo?
Negué rápidamente, notando que Ron había llegado y ahora discutía con Carl sobre algo.
—No, no, no, no, es solo que... es extraño la idea de tener otros hermanos, pero estaría totalmente feliz por eso.
Se giró a mi —Alex, no tienes que sentirte incómoda por eso, ¿Si? Siempre tendrás mi atención.
Asentí levemente —Lo se, ¿Puedo escoger los nombres? Porque créeme, me vi una serie de once temporadas así que tengo muchos nombres en mente.
Creo que tenía razón mi papá, en parte es normal sentirse extraña o incómoda ya que jamás me hice a la idea de ver a mi padre con alguien más que no fuese mi mamá, aparte de Rosita, a Sasha la conozco un poco más y me agrada, pero sigue siendo un sentimiento extraño para mi.
Asintió sonriéndome —Si, si puedes.
Fruncí mi ceño luego de que un auto de estacionara frente a la puerta, retrocediendo unos pasos para que mi papá le abriera la puerta.
—¿Qué encontraste?— inquirí a Rick.
—Nada, aún.
Termine de cerrar la puerta, mirando a Rick con preocupación al enterarme que Sophia había ido con Carol y ahora no se sabía el paradero de ninguna de las dos.
Ambas, habían dejado cartas y mi preocupación crecía sabiendo que los llamados Salvadores podrían atacarlas en cualquier momento.
—Morgan se quedo a buscarla— aviso Rick, mirándonos a mi padre y a mi —¿Michonne está aquí?
Negué levemente, sintiendo los brazos de mi padre en mis hombros como forma de apoyo.
—Sigue afuera con los otros— informe.
Rick suspiro frustrado, le di una última mirada y me fui hasta con Carl y Ron, soltando un suspiro.
—¿Y bien?— preguntó el pecoso.
—Todo fue bien, creo, me dejó escoger los nombres así que estoy feliz si él es feliz— sonreí tomando su mano.
—Bueno, yo me voy antes de que empiecen a besarse frente a los pobres— señaló ron antes de irse.
Reí ligeramente esperando a que Ron se fuera casi corriendo para abrazar a Carl tomándolo por sorpresa, no solíamos abrazarnos mucho y quería que eso cambiara.
—Gracias por animarme— musité sintiendo sus brazos pasarlos por mis hombros.
—Siempre lo haré.
CASI CORRÍ HASTA la casa de Glenn y Maggie, tocando la puerta levemente, espere impaciente a que ella abriera.
—Hola otra vez— le sonreí, frunciendo mi ceño cuando me di cuenta que algo andaba mal —¿Qué ocurre?
Ofreció su mano y la tomé —Necesito más ayuda.
—Bien— entrecerré mis ojos adentrándome a la casa —Espero que sea una emergencia porque me asustaste demasiado.
Ella me entregó las tijeras, haciéndome confundirme más.
—Hey, no puedes agarrar tijeras o te lastimaras— señale, lo se, era muy sobre protectora con Maggie embarazada —Tendré que reportarle este crimen a Glenn.
Ella rió —Solo necesito un favor.
—¿Y cual es?
—NO SOY EXPERTA, espero lo sepas— reí un poco, cortando el siguiente mechón de cabello.
—El último corte que le hiciste a Eugene quedó bien.
Sonreí levemente —Fue una broma en su contra, pero gracias, Jessie no alcanzo a enseñarme lo suficiente.
Ella asintió, tomando el espejo cuando termine de cortar.
—Me gusta— admití —Pero, ¿Por qué cortarlo?
—Debo continuar adelante— encogió sus hombros —Y no quiero que nada interfiera.
Le sonreí deteniendo todos mis movimientos cuando noté que ella soltó un quejido.
—Cielos, ¿Lo corte de más?— inquirí asustada —Ya lo dije pero Jessie no...-
—No es el corte— interrumpió.
—¿Maggie pasa algo?— tomé su hombro cuando ella soltó un quejido más alto.
Comenzaba a alterarme en este punto, ella gritaba y se encogía en el piso, tenía miedo de tocarla porque sentía que eso la hacía sufrir.
—¡Maggie!— exclamé más alto cuando tomó mi mano apretándola —¡Ayuda, por favor alguien que me ayude!
Entre gritos incontrolables, pronto las personas de la comunidad comenzaron a llegar para ayudarme, entre Rick y mi padre ayudaron a Maggie a colocarla en la caravana.
*llora*
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