chapter fifty. panic room
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen cinco
capítulo cincuenta
❝ panic room ❞
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BEBÍ UN POCO DE AGUA mientras balanceaba mis piernas debido a que la silla era más alta que yo.
—Gracias, mamá— agradecí con una sonrisa.
Ella beso mi cabello y se sentó junto a mi después de depositar un plato con desayuno frente a mi.
—De nada, cariño— le escuché decir.
Tome el tenedor, mirando aquel coreano junto a mi, quien mantenía la cabeza abajo, con sus ojos cerrados y se recargaba sobre su mano mientras soltaba quejidos.
Fruncí mi ceño mirándole con curiosidad, parecía adormilado todavía a lo que choqué nuestros codos para quitar su brazo y hacer caer su cabeza para lograrlo despertar.
Inevitablemente reí mientras me miraba con indignación.
—Óyeme, respeta a tus mayores— pidió con aires de grandeza.
—Perdóneme, fósil— me burlé, haciendo que me empujara levemente.
Le devolví el empujo y se detuvo una vez que los demás llegaron hasta la cocina del CDC, sin saber exactamente lo que pasaría más delante, solo disfrutando de la nueva mañana que se les había permitido dar.
Mientras miraba a aquel coreano, quien sin darme cuenta se convirtió en mi mejor amigo, mi persona y el único en poder hacerme reír incluso cuando estaba triste, quien me hizo sentir segura, Glenn Rhee no solo había sido mi hermano, había sido todo un universo para mi.
HABÍA MALETAS ESPARCIDAS por el suelo a mi alrededor, mientras doblaba la ropa y la acomodaba en un buen lugar.
Enid se adentro comiendo una manzana —¿Qué haces?
Le mire sentarse en la mesa —Acomodo la ropa de Glenn.
Asintió sin decir nada más, pero la verdad, es que me sentía mejor haciendo esto, guardaría esta ropa y quizá la conservaría toda mi vida, realmente era lo único que me quedaba de él.
—Uh, por fin— sonreí orgullosa al encontrar la gorra de color azul y rojo.
La castaña frunció su ceño —¿Eso era de Glenn?
Asentí sonriendo —Siempre la usaba cuando vivíamos en la granja del papá de Maggie, hasta que un día ella le estrelló un huevo en la cabeza y fue llorando conmigo para que le ayudara a lavarla.
Ella rió, haciéndome formar una sonrisa burlona.
—Deberías conservarla— opinó.
—¿Tu crees?— le mire y asintió.
La tuve en mis manos, recordando su rostro, su voz y sus chistes, sus buenos abrazos que me hacían sentir mejor.
Finalmente accedí ante su propuesta y la coloque sobre mi cabeza —¿Qué tal me queda?
—Perfecta— halagó ella con tono extraño, haciéndome reír.
Quería parecer francesa o italiana, no tenía idea pero el acento le había salido tan raro que me había causado risa.
Usaría la gorra solo por él, porque tenerla en mi se sentía como tenerlo devuelta a él.
PASE LOS DEMÁS CUBIERTOS a Enid para que cortara la demás verdura, mientras Maggie estaba en la mesa y comía.
Mire a Sasha cuando entró —¿Es un pastel de manzana?— cuestionó Maggie inmediatamente.
La morena le miró molesta al descubrir la cobija, dándole la imagen de un hermoso pastel de manzana. Cubrí una carcajada con mi boca mientras Maggie se levantaba victoriosa.
—¿Cómo lo sabías?— le inquirió Sasha.
—Lo olía desde aquí dentro.
Negué con una sonrisa —¿Tu lo preparaste?— le pregunté.
Ella negó —Me lo dio un sujeto, por lo de la otra noche, su hija dijo que deberías ser presidente de Hilltop.
—Maggie para presidente— leyó Enid en voz alta.
—Suena lindo, ¿No crees?— le sonreí y ella asintió —Yo votaría por ti Maggie.
Ambas miramos confundida a la castaña cuando comenzaba a servirse pastel.
—Ah, ¿Quieres un plato?— le preguntó Enid.
—No, estoy bien, ¿Son los de Jesús?— se dirigió a Sasha al verla con cuchillos.
La mujer asintió —¿Aún está aquí?— le inquirí —Quiero pedirle un par de cosas antes de que se vaya.
—Si, los niños no tienen con qué escribir, como lápices o bolígrafos.
—¿Ya eres la presidente?— le cuestione —Hablaba de pedirle biberones o prendas para el bebé.
—Yo solo estuve hablando con gente— se justificó ella.
—Jesús se fue esta mañana, me dijo que te avisara pero lo olvide— informó Sasha.
—Bien, será la próxima— se levantó —Iré a buscar leche.
—No, no, yo voy— se apresuró a decir Enid.
—Yo puedo.
—No, yo voy contigo entonces— salió antes de que Maggie protestara.
Mientras ambas peleaban sobre eso, reí un poco cruzándome de brazos para mirar a Sasha.
—¿Qué?— me cuestionó.
Le mire incrédula —No es verdad lo de Jesús.
Ella sonrió titubeando —¿Y por qué lo dices?
—Una de las chicas de aquí estuvo hablándome sobre este grupo, dijo que Jesús siempre huye y que se fue ayer, no en la mañana.
—Es por su propio bien— se apresuró a decir.
—¿Por qué?
—Porque hay algo que debo hacer, Alex, y querrá ayudarme.
Mi sonrisa se borró —Quieres matar a Negan.
Ni siquiera se necesitaron palabras para saber la respuesta.
—¿Y si... te ayudará alguien mas?— murmure.
—Si me ayudará alguien más, muchas personas, no tendría miedo de contarle porque ella dejaría que otro lo haga, pero no hay...-
—Si, si lo hay— interrumpí —Tu y Maggie no son las únicas que estuvieron esa noche.
—No, Lex, ni lo sueñes— se acercó a mi —Y si ella te importa no le dirás nada de esto, debemos mantenerla a salvo, tu debes mantenerla a salvo.
Refunfuñe —No fueron las únicas— sentí mis ojos lagrimear —Lo quiero muerto, quiero verlo morir, quiero estar presente allí cuando suceda.
—Se que si, pero no puedes acompañarme.
—No es una pregunta— fruncí mi ceño ligeramente —Antes, Carl me propuso ir, matarlo nosotros dos pero me negué, lo hice porque no me sentía lista pero ahora lo procesé todo, lo quiero muerto.
—Lo tendrás, pero no así— musito —Deja que yo me encargue.
—¿Y qué hay si mueres?— le cuestione —Mi papá te amaba, Sasha, no se que haría si te dejara a morir.
Su expresión se aligero, tomándome de los hombros, me dio un leve abrazo.
—Deja que yo me encargue— repitió.
SI SASHA NO ME dejaban ir tras Negan con ella, entonces iría sola, era lo mejor.
Caminaba a paso firme mientras sostenía la mochila sobre mi hombro y la katana en mi mano, observando a mi alrededor y cuidando que cada uno de los habitantes de Hilltop estuviesen distraídos.
—¿Alex?— mire a Enid correr hasta mi —¿A donde vas?
—Ah, bueno...— balbucee, finalmente tome de su mano y la encamine lejos de las miradas de todos —Voy a salir.
Su expresión se aligeró —Vas a ir a verlo, ¿No?
Asentí —Solo ire, lo mataré y saldré.
—¿Ese es tu plan? Cielos, Alex, ¿Al menos sabes donde vive?
—Claro, Carl dijo que dejaría un rastro durante el camino, tal vez lo vea allá.
Se cruzó de brazos —Déjame ir contigo.
Negué —No.
—Si.
—¡Enid!— regañe.
—No era una pregunta, no dejare que vayas sola.
Negué nuevamente —Él no puede matarme y no hará que sus hombres lo hagan pero tú... no quiero que te lastime, le importas a Carl y comienzas a importarme a mi así que no.
—Me importa poco— me arrebato la mochila para cargarla ella —Iré contigo.
Suspire rendida, a segundos de volver a decirle que no, pero fue demasiado tarde ya que ella ya comenzaba a avanzar y no me quedo de otra más que seguirla.
Abrí el pasadizo dejando que ella se adentrara primero, caminando entre la obscuridad, finalmente nos encontrábamos en el bosque.
—¿Que era ese escondite?— se preguntó ella.
—Maggie le pidió a Sasha que lo hiciera, le ayude a construirlo— conteste sin dejar de caminar hasta la carretera.
Poco después pude ver el rastro de lo que parecía ser miel, así que sin dudarlo lo seguí.
—Deberíamos ir por el bosque, es más seguro— propuso Enid.
Asentí —Si, primero hay que ver qué estén afuera y no perder el rastro.
Pude ver como ella asintió, mirando asustada cuando escuchamos unos gruñidos de caminantes, no solo era uno, sino cinco.
Enid rápidamente sacó el cuchillo de su funda y yo saqué la espada.
—¿Quieres hacer esto? Puedo hacerlo yo— propuse, al verla titubear.
Negó —Esta bien, no es la primera vez que los mato.
Asentí y me encamine junto a ella para matar a dos de un solo movimiento, mirando a Enid cuando los tres restantes se le echaron encima, rápidamente le clave la punta de la espada a uno de ellos, dejándole dos, de los cuales se encargó rápidamente.
—Somos un buen equipo— sonrió chocando los cinco conmigo y haciéndome sonreír.
—ESE PARECE SU REFUGIO— mencionó Enid y asentí de acuerdo.
Miraba por medio de los binoculares aquellos hombres que llevaban cajas de un lado a otro mientras Negan les daba órdenes.
—Ahí está Daryl— señalé.
—¿También a él se lo llevaron?— me inquirió
Asentí —De acuerdo, Enid, este es plan.
Ella se giró a verme, prestando su máxima atención.
—Entramos y cuando lo hagamos, nuestro único objetivo será Negan, ¿De acuerdo?— ella asintió —Olvida los Salvadores, solo queremos a Negan y una vez que este muerto, entonces empezamos con ellos.
—Pan comido.
Asentí comenzando a avanzar —Solo entrar, matarlo y salir con vida, si algo sale mal huye lo más rápido que puedas y llévate a Daryl, no miren atrás.
—¿Y que pasará contigo?— me miró preocupada.
—Estaré bien, solo preocúpate por ti y Daryl.
—Pero Alex...-
—Enid— interrumpí —Apégate al plan y olvídate de mi, ¿De acuerdo?
Ella tragó en seco pero finalmente asintió con sus ojos cristalizados.
—Quiero que le digas a Carl que lo veré en el otro lado y que estaré bien, solo si algo me pasa— indique.
Camine con ella siguiéndome el paso, mientras nos escabullíamos entre una entrada fácil, retrocedí cuando vi al guardia.
—Tu cuchillo— pedí a Enid.
Ella obedeció entregándomelo y, aguarde hasta el momento indicado para enterrárselo al hombre sobre su cuello, cargándolo al momento en el que cayó, aunque estuviese pesado, lo deje caer delicadamente al suelo y finalmente cuando murió, quite el cuchillo de su cuello para enterrarlo en su cabeza.
Le devolví el cuchillo a la castaña, quien me miraba asustada, sin embargo, no había opción, era él o nosotras.
—Aún puedes volver si quieres— propuse —No tienes que hacer esto, Enid.
Ella negó —No, conozco los riesgos y se que puedo con esto.
Avanzó dejándome atrás y luego de unos segundos ya le seguía con mi ropa manchada de sangre.
Luego de lograr escabullirnos dentro, de un momento a otro ya estábamos rodeadas de Salvadores.
—A... Alex— tartamudeó Enid, mientras mantenía las manos levantadas y estaba a espaldas de mi.
—Mantén la calma, lo arreglaré— asegure.
Negan se adentró silbando con simpleza, llevándose una sorpresa al verme ahí.
—Joder, tenemos visitas, muchachos bajen esa mierda— indicó y todos obedecieron —Hey, Lexie.
No hable, sin embargo, retrocedí cuando intento acercarse con los brazos abiertos, listo para abrazarme.
—Aléjate de mi— ordene levantando la katana.
—No, no lo harías.
—¿Por qué no?
—Porque te conozco— sonrió caminando a nuestro alrededor —Y se que Lexie jamás haría eso a un amigo, no a este amigo.
—No somos amigos, Negan, ya no— aclare frunciendo mi ceño.
—Uh, Alex— escuché llamar a Enid nuevamente.
Estaba preocupada y confundida, lo entendía.
—Bien, si no somos amigos entonces clávame ese cuchillo en la nuca, vamos.
Ni siquiera lo dude y me abalancé contra él con la espada en manos, pero por obvias razones tenía más hombres de su lado, quienes me bloquearon y quitaron la katana.
—Fallaste, inténtalo otra vez.
Le mire mal —Dame un arma y lo haré, o aún mejor, con mis propias manos.
Intente zafarme del agarre de ambos Salvadores pero me fue imposible ya que también habían tomado a Enid.
—Llévensela y que alguien traiga algo para tomar— indicó —Alex y yo tendremos una reunión muy sentimental ahora mismo.
Ambos Salvadores me soltaron y él me tomó de los hombros para empezar a caminar dentro del edificio.
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