chapter fifty-one. family


𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen cinco
capítulo cincuenta y uno
❝ family ❞

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—¿VINISTE SOLA?— inquirió Negan frente a mi.

No conteste, mientras la mujer llamada Arat colocaba un vaso de jugo frente a mi, mire a Negan a los ojos, manteniendo seriedad y una expresión calmada.

—¿Entonces... cómo encontraste a ese grupo del idiota de Rick Grimes?— cuestionó nuevamente.

—¿Realmente quieres saber o solo quieres sacarme información?— solté de golpe y con un rastro de molestia.

—Solo quiero tener una amable conversación con mi vieja amiga— sonrió.

—¿Dónde está Enid?

Tensó su mandíbula —Tu amiga esta bien, por ahora.

Me levante levemente —Si le llegas a hacer algo, Negan, te juro que te voy a...-

—Alto, primero, no me amenaces y segundo, solo intento ser amable— interrumpió —Ya te lo dije, niña, no vas a matarme por más que así lo desees.

—¿Quieres averiguarlo?

Se levantó con molestia mientras dejaba el bate sobre la mesa y se acercaba a mi, haciendo de sus pasos lentos para provocar un ambiente silencioso y lleno de drama, como si intentase asustarme.

—Inténtalo— reto, provocando mi sangre hervir.

Lance su cabeza hacia la mesa, escuchando el crujido de su nariz, provocando que Arat me tomara del brazo y me lanzara hasta el suelo.

Le mire devuelta, notando la sangre que bajaba de la nariz de Negan, una vez que aquella mujer me acorraló amenazandome con su cuchillo en el cuello.

—Hazlo— la provoque —Inténtalo.

Negan rió —Tu si que eres una pequeña diablo, ¿Golpearme, a mi? Después de todo lo que le hice a tus amigos, vienes y te infiltras para matarme sin importarte un carajo ponerte en riesgo a ti y a tus amigos, eso es tener ovarios, tu si que me causaras varios problemas.

—Ya te lo dije, no tengo nada que perder— le mire.

—¿Y qué hay de Carl?

Mi expresión de aligero en un intento de zafarme de su agarre.

—¿Y Rosita?

—No te atrevas a tocarlos o esta vez no será tu nariz la que aplaste.

No dijo nada, solo sonrió sin dejar de aplastar su nariz para detener su hemorragia.

—Arat, llévala con la otra chica mientras pensamos que hacer con ellas— indicó.

Ella obedeció tomándome del brazo, mientras era arrastrada por los pasillos, me quede estática al ver a Daryl ahí, sin embargo, Arat ya me había metido en la habitación obscura antes de si quiera poder decir algo.

—¡Alex!— gritó Enid, abrazándome fuertemente.

—Enid, ¿Estás bien, te hicieron daño?

Ella negó —Estoy bien, ¿Tu?

—También estoy bien, creo que no le agrado que lo venciera.

Me miró confundida —¿Qué le hiciste?

Me acerqué hasta la puerta, en busca de poder abrirla —Le aplaste la nariz con la mesa.

—Ah, eso es... ah, recuérdame nunca hacerte enojar.

De reojo vi a la castaña hacerse bolita en el suelo mientras miraba un punto fijo, no había mucha luz aquí dentro pero se notaba preocupada.

—¿Estás bien?— pregunte sentándome junto a ella.

Negó —Creí que... podría hacer esto, pero me equivoqué, no debí venir, soy una cobarde.

Negué constantemente mientras intentaba tranquilizarla ya que comenzaba a hipervenilarse.

—Vamos a estar bien— asegure —Te sacare de aquí.

—¿Cómo? Ahora vamos a morir aquí, no quiero morir, Alex, no estoy lista todavía— lloriqueo mientras temblaba.

Entre en pánico, no sabía cómo calmarla y entendía que asegurar que estaríamos bien no serviría de mucho.

—Te sacare de aquí, lo prometo.

Ella se recargó sobre la pared mientras seguía llorando, me levante del suelo y comencé a golpear la puerta con fuerza para intentar tumbarla, aunque probablemente sería inútil, necesitaba sacar a Enid de aquí lo más rápido que pudiera.

ME PASEABA DE UN lado a otro intentando pensar en un plan para cuando se abriera aquella puerta, pero habían pasado horas y no había ni una señal.

—Alex...— llamó Enid, haciéndome fruncir mi ceño.

Luego me di cuenta que miraba la puerta, en el suelo había una sombra de alguien, quien más tarde arrastró una fotografía con la imagen boca abajo.

—¿Qué es eso?— susurro la castaña.

No conteste, en cambio, me agache tomándola con delicadeza y con mis manos temblando en el proceso.

La imagen me saco el aliento al momento de analizarla, haciéndome destrozarla al momento y lanzarla contra la pared aunque era inútil ya que el lugar era muy pequeño.

De nuevo, el maldito nudo en la garganta me atacó como si fuese un afilado cuchillo.

Un afilado cuchillo.

De mi bota, saque aquella navaja para rasurar, era muy diminuta pero si la giraba era un perfecto cuchillo en miniatura.

—¿De donde...?— Enid llamó.

Le mire de la misma manera y luego entendí que se refería a la navaja en mis manos —Rick dice, siempre lleva un respaldo contigo, creo que esta navaja lleva casi un año en mi bota.

Asintió —¿Cómo saldremos?

Asomó su cabeza por los orificios de la puerta y me levante quedando junto a ella.

—No nos pueden matar de hambre aquí, lo que significa...-

—Que alguien vendrá a traernos comida.

Asentí —Y cuando ese alguien abra la puerta entonces...— señale la navaja —Lo matamos.

—¿Así y ya?

—Es él o nosotras, Enid, te prometí que te sacaría de aquí y así lo haré, con Daryl y tengo que buscar mi espadita.

Señaló con su dedo siseando —¿Escuchas eso? Son pasos, alguien viene.

Me quede en silencio unos segundos y asentí retrocediendo mientras la castaña imitaba mi acción, al momento en el que la puerta se abrió, no dude por un segundo y me abalancé para clavar la navaja en lo más profundo de la garganta de aquel hombre.

Puede ser las fuerte que yo, pero por suerte lo tome de imprevisto.

—Vamos— estire mi mano a Enid y ella la tomó sin dudarlo.

—Espera— pidió y revisó al hombre sacando el hacha que llevaba en el cinturón —Esto podría servir.

Asentí volviendo al pasillo, mirando confundida a Enid cuando no me seguía.

—¿Qué estas...?

—No podemos dejar evidencia— dijo obvia.

Enid un punto, yo, cero.

Le seguí ayudándole con el pesado hombre hasta meterlo en aquel closet y encerrarlo ahí, aunque el rastro de sangre posiblemente nos delataría.

Al terminar, corrí hasta el pasillo, dando pasos seguros cuando Enid me tomó del brazo para ir a otro lado.

—¿A dónde vas?— le pregunté mientras le seguía.

—Cuando me trajeron aquí vi una salida.

Mis ojos se abrieron tanto como pidieron —¿Salida?

Asintió —Bueno, era una puerta y arriba decía salida así que...-

—Dato interesante, nos podría servir— señale asomando mi cabeza hacia el pasillo.

Le tome de la mano en cuanto note el pasillo vacío, dándonos una buena salida en cuanto me detuve, todos mis movimientos se congelaron en un solo segundo que me pareció casi imposible.

Daryl.

Estaba ahí, de espaldas dentro de otra habitación.

—Daryl— le susurré bajito para que no escuchase alguien que estuviera cerca.

Él rápidamente se giró, haciéndome sonreírle incluso cuando su rostro estaba completamente lleno de heridas, incluso cuando estaba malherido mentalmente, me sonrió con alivio.

CORRÍA COMO SI MI vida dependiera de ello, aunque en este momento si que dependía de ello.

—¡Esperen!— gritó Daryl rápidamente, haciéndome mirarle —Hay que tomar aire.

Asentí deteniéndome, colocando ambas manos sobre mi cintura para poder respirar.

—Si, tienes razón, hay que buscar un refugio— mire al cielo.

—No, no podemos detenernos con ellos buscándonos.

—Bueno, prácticamente el sol está a unos metros de donde se supone que se esconde, lo que significa que son como las seis de la tarde y como sabes el sol se oculta entre las seis y las siete, así que tardaremos más en llegar que en buscar un buen lugar para dormir, eso dependiendo de nuestra resistencia ya que con sueño somos lentos y más sin comer, mi recomendación es no ser estúpidos, buscar un refugio y pasar la noche ahí.

Tanto Daryl como Enid se miraron entre sí, el adulto resoplo confuso —¿Le entendiste?

Enid asintió —Si, buscar refugio y no ser estúpidos, lo tengo.

Daryl le asintió de vuelta, mirando a su alrededor —Bien, creo que conozco un lugar, vengan.

Enid se colocó junto a mi —Eso sonó muy científico.

Sonreí levemente —Juntarme tantos años con Eugene tiene sus efectos.

QUITE MI OTRA BOTA dejándola a lado de la otra, juntándolas para no perderlas y poder recostarme sobre la fría pared de la tienda en ruinas.

Finalmente habíamos encontrado un buen lugar donde quedarnos y, aunque sabía que Maggie y Sasha posiblemente estén volviéndose locas porque no estamos, no me importaba.

Bueno si, un poquito.

—Daryl dijo que hará la primera guardia— mencionó Enid al sentarse junto a mi.

Solté un suspiro y asentí, realmente estaba cansada, no solo físicamente, las ganas de llorar inundaron mi mente y corazón, no debía llorar, habían pasado algunas semanas, se supone que no dolería tanto.

—¿Alguna vez fuiste a algún partido de fútbol?— se preguntó de pronto.

Le mire, mientras ella jugaba con el pequeño muñeco que movía su cabeza como loco.

—Si, una vez— conteste —Mi padrastro jugaba fútbol americano, era muy fanático así que me llevaba a ver los partidos de los patriotas.

—¿Tenias un padrastro?— se preguntó frunciendo su ceño.

Asentí levemente —Si, era el mejor, era como... un verdadero papá, lo extraño.

—Yo extraño a mis padres— admitió la castaña.

—Si, también yo.

Suspiro con cansancio —Creo que... aunque suene mal, esta es la mejor misión suicida en la que he estado.

Reí ligeramente, haciéndola reír también —Fue algo brutal, la adrenalina.

—¡Ah! Me hubiera gustado verte aplastarle la nariz a ese desgraciado— se giró a mi —Hubiera llevado una cámara y tomarle fotografías.

Asentí —Lo haría otra vez solo para ti, y por todos, le aplastaría la cabeza yo misma si pudiese.

Frunció su ceño —Si que puedes, me das miedo enojada.

—No me gusta ser violenta— admití —No lo puedo controlar, me da miedo matar a alguien, como hoy.

—Si ese alguien es Negan, adelante.

—Ya deberíamos dormir— propuse —Haré la segunda guardia y acompañaré a Daryl en esta, tu duerme tranquila, ¿Si?

Asintió —¡A la orden, Lexie! Pero recuerda que tú también tienes que descansar.

Me detuve antes de pararme por completo —Lo haré.

—Promételo.

—No hago promesas que quizá no cumpla.

—Alexandra, lo digo en serio.

Levante ambas manos —Lo se, lo se.

Camine a paso lento hasta la ventana, recargándome sobre la fría pared, Daryl no observaba nada más que la calle obscura y con uno que otro caminante pasando por desapercibido.

—Que bueno que pudiste volver— susurre bajito.

—Gracias a ti.

Sonreí —Y a ti, si no fuese porque mataste a ese hombre nos hubiera delatado.

Asintió, estando en total acuerdo —¿Cómo lo llevas?

—Estoy bien— sonreí —Realmente bien, superando todo, bien, bien, todo bien.

Siguió asintiendo —¿Segura?

—¡Si! Quiero decir, si, por supuesto que estoy bien— suspire —Siempre estoy bien.

—Vale, te creo, no tienes que mentir.

—¿Sobre qué?— fruncí el ceño.

—Que estás bien, no estás bien— finalmente me observo —Pero tranquila, esta bien sentirse mal.

La mentira que más dicen las personas es estar bien.

Mi sonrisa se borro lentamente, como si una máscara se quitara de mi rostro, dándome la tranquilidad de mostrar esas ojeras que cargaba sobre mis ojos, ese acné que había comenzado a salir después de descuidarlo y, al igual, esas lágrimas que habían estado guardadas.

—Te equivocas, realmente estoy bien— insistí —Tengo que estarlo o todo lo demás se derrumbará, Carl, Rosita, Maggie, las personas que me importan se derrumban y no quiero que se sientan preocupados por mi, por... creer que una razón perdida como yo puede seguir sintiéndose bien.

—Se lo que se siente— admitió —He pasado lo mismo por muchos años desde que... desde que Beth y Merle... murieron, pero créeme que se siente un alivio cuando quitas esa máscara que tanto te pesa.

Mis ojos se llenaron de lágrimas que no permití salir —No se cómo... no se cómo superar esto.

—Nunca se puede saber— encogió los hombros —Simplemente llega el día en el que deja de doler menos y menos, hasta que ya no sientes nada.

Relamí mis labios —¿A ti ya te ha pasado eso también?

Negó —No, aún no.

MIENTRAS CORTABA LAS verduras para la cena, con Enid a mi lado ambas subimos la mirada al mismo tiempo al escuchar los gritos de Maggie en nuestro llamado.

—¿Esa fue Maggie?— preguntó ella.

Asentí, corrí fuera de la caravana directo en busca de Maggie y la imagen del grupo entrando por las puertas de Hilltop me hicieron formar una enorme sonrisa, esta se agrando cuando vi aquel castaño de orbes azules.

Corrí hasta él, cuando me tomó en sus brazos me giró con felicidad. Uni mi frente a la suya disfrutando su tacto en mis mejillas.

—Te extrañe— hablamos en unisonido, haciéndonos reír por nuestra coordinación.

Colocó sus manos en mi cintura dejando un cálido beso en mis labios, el cual seguí unos segundos hasta separarnos.

—Que bonitos— Tara suspiro.

Sonreí levemente mientras mi ojiazul reía por lo bajo en mi cuello.

Ella se distrajo saludando a Daryl y yo volví a Carl.

—Mataron a Olivia a Spencer... y a Eugene se lo llevaron— su sonrisa se borró, al igual que la mía.

—Negan— supuse y asintió —¿Te hizo algo a ti?

—No, estoy bien.

Tomé sus mejillas haciéndolo verme a los ojos, su ojo cristalizado a punto de llorar me hizo querer llorar a mi también.

—Lamentó que tuvieras que ver eso.



























Sisi pero no quería hacer esto:

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