chapter eighty-eight. you're losing me
BY MY SIDE
꒰ ۫₊˚ɞ chapter eighty-eight .˚ׅ🗡 ຊ ҂
❝ you're losing me ❞
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—NO VAYAS A CASA, si quieres encontrarnos contéstame— pedí por medio de la radio —Tenemos un plan, Carl y yo, creo que te agradaría.
Cerré mis ojos por un momento mientras avanzaba —Huir de esta manera sobreviviendo me recuerda a Atlanta, a la pandilla diría Daryl— reí —Siento como si fuesen siglos desde que sucedió.
No hubo respuesta, por supuesto.
—Michonne— llamé nuevamente —Si escucha esto... solo quiero que sepas que estoy viva y...— esperé —¿Michonne?
No hubo respuesta alguno, suspiré y guarde el radio mientras avanzaba a paso lento, deteniéndome cuando escuché los gruñidos de un caminante, seguido por una espada clavándose, conocía perfectamente el sonido.
—Judith— llamé acercándome y vigilando a mi alrededor —¿Qué estás haciendo, cariño?
—Estoy bien— aseguró mirándome.
—¿Con quién viniste?— entrecerré mis ojos.
—Con nadie— murmuró.
Estiré mi mano para que la tomase —Ven, vamos a regresar.
Estuve apunto de avanzar cuando ella se negó —Me quiero quedar, Lexie.
Negué —No, Jud.
—Le deje una nota a mi hermano, estaré bien.
—Jud, no te estoy dando a elegir, es peligroso estar aquí ahora, vamos.
—No— negó —Odio estar ahí, todo huele a pis.
Fruncí mi ceño con una sonrisa, mirando como bajaba su cabeza y luego con timidez volvía a subirla.
—Quiero aprender lo qué haces, lo que el tio Daryl te enseño cuando tenías mi edad— dijo —Quiero aprender a protegernos por si pasa algo.
Mi sonrisa se borro, suspire, mientras Jud se quedaba plantada en el suelo.
—Recorro el perímetro y me fijo si algo anda mal, si así es voy a un lugar seguro y aviso a Carl, en este momento no hay nada— conté.
—Lo se— asintió.
—Bien, si me acompañas harás lo que te pida y no te separarás de mi ni un solo segundo, ¿Vale?
Asintió rápidamente —Lo prometo.
—Bien, vamos.
CUANDO RECORRIMOS UNOS pasos más, seguía en alerta por ambas, sin descuidar cualquier movimiento que hacia la castaña.
Fue así como la detuve —Primera lección del profesor Dixon, si un cazador se mueve, todo a su alrededor se mueve.
—¿Profesor Dixon?— rió.
Asentí —Así le gustaba llamarse a sí mismo, pero no le digas que te dije— pedí —Debes buscar cosas que estén fuera de lugar, algo que te parezca raro, mira y dime qué ves.
Obedeció, caminando a su alrededor hasta un árbol, donde lo que parecía ser una pista.
—¿Es vivo o muerto?— inquirí.
—Muerto.
—Pueden ser varios, no te separes de mi y abre tu oído— señalé mi oído —Metafóricamente, los caminantes y los susurradores se distinguen fácilmente al gruñir como un muerto, ellos suelen hacerlo más preciso y los muertos más desganados.
Asintió, ambas caminamos hasta algunos arbustos, guardando silencio en cuanto noté a un susurrador.
—¿Lo escuchas?— susurré muy bajito y Judith asintió.
Saqué uno de mis cuchillos, apunte y lance inmediatamente hacia él o ella, quien titubeó con el cuchillo sobre su hombro.
Dándome la oportunidad de salir y matar al resto de caminantes, corrí con Judith siguiéndome tras el susurrador.
Apunté con la punta de mi espada en cuanto lo vi sobre el suelo.
—Ah, no, no— murmullo —Eres... eres tú.
—Arrójalo— indiqué refiriéndome al cuchillo que llevaba en manos —Ya.
—¡Lo hare si me quitas el cuchillo!
Negué —No hago tratos, bájalo.
—No quiero morir así— añadió —No es natural.
—Suelta el cuchillo y lo pensaré— obedeció tirándolo lejos —¿Dónde esta tu gente?
—Unos kilómetros al éste— susurró a duras penas —Se dirigen al océano.
—¿Van con la horda?— asintió —Así que estás sola.
—Salí a explorar y decidí huir.
—¿Por qué?
—No tenía opción— negó —Amo a esas personas pero él... no podía quedarme ahí.
—¿Él qué?— inquirí confusa.
—Se volvió loco, después de lo que le hiciste a ella— respiró a duras penas —Ahora... ¿Ya puedes quitarme esto?
—¿Sabe dónde estamos?
Negó —No... no lo se— trago en seco —Pero seguirá viviendo por ustedes, le quitaron demasiado, quiero caminar... por favor, quítame el cuchillo.
Negué —No hago tratos— clavé la espada sobre su cabeza.
Acercándome para quitar el cuchillo sobre su hombro, Judith me miró boquiabierta.
—No hacia falta hacer eso— admitió.
Encogí mis hombros —No tenía información útil, iba a morir de todos modos.
—¿La dejaremos ahí?— me miró.
Asentí —Vamos.
Ella se giró —Tal vez ella tenga familia.
—Jud...— me acerqué —Si están a unos kilómetros tal vez veamos algo desde la cima de la Torre, vamos.
Tomé su mano y avancé casi arrastrándola tras de mi.
FINALMENTE ME HABÍA DECIDIDO en volver al edificio para tener una mejor vista o, al menos intentarlo.
Tomé los binoculares para intentar ver más de cerca la horda que esperaba por nosotros afuera del edificio.
—¿Es verdad?— unos pasos apresurados me hicieron girarme.
Mire a Carl, —¿Que cosa?
—Lo de Alpha, ¿La mataste?
Trague en seco y asentí —Lo hice— solté, sin involucrar a nadie más que a mi.
Carl me miró enojado, algo que me sorprendió —¿Por qué?— cuestionó con brusquedad.
Encogí mis hombros —Porque ella se lo merecía.
—No, no así.
Fruncí mi ceño —¿Por qué te enojas? Creí que pensábamos lo mismo.
Asintió —Si, las otras veces pero esto no— exclamó —Ni siquiera me lo dijiste.
—Porque quería hacerlo sola, no quería que nadie más se viera involucrado en esto
—¿Y entonces por qué lo hiciste?
—¡Ella asesinó a Enid!— interrumpí —Y a Tara, a Henry, alguien debía hacerlo.
—¿Tú debías hacerlo? ¡Podrías haber muerto!— gritó de la misma manera —¡Y no es solo porque quiera protegerte, si no porque yo quería hacerlo contigo ¡Que hiciéramos eso juntos! ¿Por qué no dejas que los demás hagan algo por ti? ¡Yo estoy tan enojado por lo que paso como tú, yo estoy tan afectado como tu! ¡Ellos eran mi familia también, Alexandra!
Mi ceño se aligero.
Pero no fue tu culpa sino mía. Fue tu corazón en la línea.
El aire salió de sus pulmones, evitaba mirarme en todo momento pues estaba cabizbaja, temblando y respirando apenas.
—Tengo... esta irá— se señaló —Y no, no quiero sacarla contigo, no me parece justo, pero tampoco me parece justo que no me preguntaras si quería lo mismo que tú, nunca lo haces, tengo sentimientos, pasamos la mitad de nuestras vidas juntos y... no se cómo sentirme ahora... así que lo siento, Alex, pero creo que deberíamos darnos tiempo. Separarnos.
Realmente lo jodí esta vez
Asentí —Carl, era ella o nosotros, tomé mi decisión y no me arrepiento por ello.
Este se quedó estático ante aquello que había dicho, mirándome de una manera diferente, como si fuera una completa extraña.
—No sé qué es lo que sucede contigo.
Tense mi mandíbula y asentí, dejando escapar una lagrima.
—Muchas cosas suceden aquí, Carl, nosotros ya no podemos elegir quien muere y quien no, no podemos porque entonces moriremos también.
—Esto no es lo que hemos pensado desde que empezamos siendo líderes.
Negué —¡Carl, tu eres el líder, ambos lo sabemos, ambos sabemos que pensamos diferente, tu eres quien sabe liderar y yo no, porque no me gusta, jamás me gusto pero lo hago por ti!
—¡A eso me refería, si me lo hubieras dicho desde un inicio nada de esto estaría pasando y te dedicarías a lo que te gusta pero jamás hablas conmigo sobre lo que sientes!— se quedo en sinencio un segundo —Sobre Glenn...-
—No te atrevas a...-
—¿Hablar de él?— interrumpió —Jamás lo hago, pero parece que cuando apenas y escuchas su nombre te alteras.
—Me altero porque sabes lo qué paso.
—No, te alteras porque no quieres hablar de él porque sabes que si lo haces le vas a demostrar al mundo cual afectada estas, me importan tus sentimientos pero ya ni siquiera puedo hablar contigo de cómo te sientes, es lo único que quiero, apoyarte, pero no me dejas y jamás me has dejado así que esto no es un matrimonio, jamás lo fue y jamás lo será.
—No, jamás lo será— respondí con agresividad.
Ninguno era consciente de lo que estábamos diciendo, pero si de que queríamos gritarlo desde hace tiempo.
—Volvemos a lo mismo— añadí en un susurro.
—Esto no va a funcionar y lo sabes.
Lo sabía.
Finalmente me miró a los ojos y lo supe, estaba por llorar, con un brillo pero... no me miraba igual, era diferente.
Todo era diferente.
—Lo sé...— se corrigió —No deberíamos estar juntos así.
—No, no deberíamos.
Me dio una última mirada antes de irse, la cual me demostró cual herido estaba como yo.
No quería perder también a Carl por esto, por una simple discusión por algo que ya había sucedido, pero es que ni siquiera yo sabía lo qué me sucedía.
—¿Estás bien?— la voz de Negan me hizo levantar la mirada y asentí sorbiendo mi nariz
—Como un rayo de luz— contesté volviendo la mirada a la ventana.
—¿Estas segura? Porque yo no tengo mucho qué hacer y después de esos gritos supongo que quieres desahogarte aunque no sea la persona correcta.
—No puedes decirme qué hacer y tampoco tienes que tomar la responsabilidad de protegerme, Negan.
Oh no, más vomito verbal.
—Es verdad, lo se— musitó —Aunque creo que deberías golpearme, te hará sentir mucho mejor.
Le mire rápidamente, riendo sin humor y sorbiendo mi nariz.
—Me siento bien.
—Debes permitirte llorar, sacar todo lo acumulado por años— aconsejó —De lo contrario te va a consumir por dentro hasta que... solo confía en lo que te digo, sé que quieres hacerlo
Creo que ya era demasiado tarde, aquello me había consumido desde hace meses, pero no le había puesto tanta atención hasta ahora.
Relamí mis labios —Tu no sabes lo que quiero— le señalé.
—Entonces dímelo— pidió.
Sentí mis ojos lagrimear, no podía guardarmelo más, simplemente no podía.
—¿Cómo pudiste?— solté —¿Cómo pudiste hacerle eso? No pude decirle adiós, no pude decirle adiós, ¿Por que se lo hiciste a él y no a mi? ¿Por qué a él y no a mi? ¡yo estaba ahí! ¡estaba detrás de ti! Y mi padre... mi papá... él no lo merecía, los sabes, él creyó que seríamos una familia y se lo arrebataste, no lo dejaste ¡no lo dejaste vivir!— grite, dándole un gran empujón que no le provoco en lo más mínimo —¿Cómo pudiste hacer eso?
—Está bien, Alex...— susurro.
Negué con la cabeza —¡No, no está bien, no está bien, me quitaste todo lo que amaba! ¡Tu me lastimaste, merecías morir! ¡No digas que está bien, porque no lo está, nada está bien!
Golpeé incontables veces su pecho, sin importarme si lo lastimaba o no, solo sacando toda mi ira en él.
—¡¿Como pudiste?! ¿Por que no a mi? ¿Por que no a mi? ¡No merecía eso!— exclamé —¡Glenn era mi...!
No pude completar si quiera mis palabras cuando sentí sus brazos rodear mi cuerpo.
En un abrazo que solo me hizo sentir peor...
—MAMÁ, TENGO MIEDO — Gracie se lanzó a abrazarme en cuanto me vio adentrarme al pasillo.
—Está bien, todo va a estar bien— aseguré —Estaremos a salvo, lo prometo.
—¿Qué hay si no? ¿Qué pasa si entran?
—Gracie...-
—Mama, ellos nos superan en número— murmuro.
—Tenemos a Hilltop, Alexandria, al Reino y Oceanside, estaremos bien, peque.
—¿Con eso alcanzará?
—Estaremos bien, necesito que cuides de Rj por ahora, ¿Si? Deja que me encargue yo.
Asintió rodeando su brazo sobre mis hombros, la apachurro mientras besaba su cabello cantidades de veces.
Los niños estaban tan asustados ahora que antes, miraban curiosos por todos lados, Judith les había ayudado a tranquilizarse y le agradecía aquello.
Mientras tanto, los adultos nos encargabamos de lo demás, corríamos de un lado a otro, trayendo y llevando cosas por doquier, asignando tareas a los demás entre otras cosas.
A Ron y a mi nos había tocado la tarea de colocar los explosivos sobre las escaleras que quizá nos haría ganar más tiempo.
—¿Ayudar a unas personas? ¿Eso es todo lo que dijo?— inquirió Ron y asentí.
—Si— coloqué con cuidado el explosivo sobre el suelo.
—Si son como nosotros lo entiendo— admitió.
—No sé por qué no lo dijo, habría ido con ella.
—Se fue porque sabía que ustedes estaban aquí cuidando a los demás.
Suspiré —Sabes, tengo un mal presentimiento de que... no volveré a verla y me asusta mucho.
—Volverá— aseguró —¿Qué hay de ti y Carl?
Negué —No me habla, solo me mira y esta de acuerdo conmigo con los planes pero ni siquiera lo dice, al parecer soy la villana por querer protegernos.
—¿Segura que no es por la forma en que lo hiciste?
—¿Que otra manera había?— me giré —Entiendo que... hacer un trato con Negan fue muy lejos pero no tenía opción.
Se cruzó de brazos —No digo que ella no se lo merecía pero... Alex, deberías hablar con Carl y esta vez con más tranquilidad.
Suspiré —¿Debería disculparme?
—Ambos— señaló —No es fácil pero ambos tuvieron la culpa.
Sonreí levemente —Gracias, debería hacerlo antes de que el plan se lleve a cabo y uno de los dos salga.
—Es un momento difícil.
—Aveces... desearía volver a la prisión— admití —Cuando no había problemas, cuando no nos peleábamos más que por los cómics... cuando todo era perfecto.
—El tiempo pasa, Alex, no podemos hacer nada, tu y yo lo sabemos— peino su cabello.
Encogí mis hombros —Si, pero ¿Por qué? ¿Por qué tiene que pasar esto ahora? Creí que estas peleas las tendríamos cuando fuéramos ancianos.
Una imagen de ambos ancianos peleandonos por plantar vegetales venía a mi cabeza de pronto.
Era chistoso y algo triste.
—Las parejas pelean, ¿No?
—Bueno, sí, no hay ninguna pareja perfecta pero... duele— formé una pequeña mueca —Lo recuerdo y quiero llorar.
Me entregó otro explosivo —Podrás llorar cuando regresemos a casa y ustedes solucionaran las cosas.
Asentí —Que el santo de todo te escuche.
—EL PLAN SIGUE SIENDO el mismo— mencionó Carl al resto —Llevar a la horda lejos.
Ron asintió —Si, solo que no será desde Oceanside como dijimos.
—Cuando se vaya la horda evacuaremos hasta el punto de encuentro B, Luke— todos miramos al mencionado.
—¿Todo listo?— pregunté cruzándome de brazos.
Él asintió —Si, si, técnicamente— se levantó de su lugar —Bien, entonces... estas son las últimas piezas que tenemos que conectar a la carreta, pero, para poder poner en marcha lo del flautista sobre el Barranco hay que llegar desde A hasta B y conectar punto con punto, eso sería todo.
—Uh, la carreta esta al otro lado de la horda— recordó Magna.
—Ósea que alguien tendrá que atravesarla, entre los susurradores.
—Cuatro grupos de a dos, uno es el que carga, el otro protege— Carl avanzó —Debe ser vital que llegue a la carreta.
—Podemos atravesarla, yo iré— dije, llevándome una mirada de Carl.
Pude observar cómo titubeaba, sabiendo lo que me diría.
—También yo— hablo Lydia por primera vez.
—Iremos— habló una mujer de Oceanside —Pero si va ella, no.
Me percaté que se refería a Lydia, —Se que se ganó la confianza de ustedes pero... Oceanside no se fía con ella, no para esto.
—Está bien— defendió Sophia —La necesitaremos aquí.
—No todos lograremos llegar— mencionó Daryl —Pero es la única manera.
—Si Daryl va, yo tambien— Kelly avanzó al igual.
Ron asintió —También iré, ustedes quédense aquí— miró a Carl y a Sophia —Por si alguno de los dos lideres no vuelve.
—Eres muy positivo— me burlé.
—¿TE AYUDÓ?— Lydia se recargó sobre la madera.
Le miré y negué guardando la navaja sobre mi cinturón —Gracias.
—Bien... Alex...-
Me giré —¿Si?
Bajo la mirada —Solo quiero que sepas que no te odio por lo que hiciste.
—Deberías hacerlo— sonreí —Carl lo hace así que... no podría perder más.
—No debería.
Encogí mis hombros —No sirvió de nada.
—A mi si— avanzó —De algo, aunque sea, se que... suena horrible pero, ella nunca fue mi madre, no era importante, así que gracias y sería lindo que pudiésemos seguir charlando, de... lo que sea.
Le sonreí levemente —Si...— retrocedió dándose media vuelta, suspire y le volví a llamar —Lyd, esta bien si quieres volver, cuando recuperemos Alexandria podrás seguir viviendo con nosotros.
Su rostro se iluminó, sonriéndome con ternura, ella asintió —Ah, no estoy buscando otra mamá ni nada, no tiene que ser así, puede ser otra cosa.
Reí ligeramente —¿Una madrastra?
Ella negó riendo —Una mejor amiga me suena mejor.
Asentí —De acuerdo.
—Te veo después.
—Después.
Cuando la hora llego, cada grupo que saldría se preparo, listos para salir y atravesar la gran horda con caminantes y susurradores por igual.
Me preparé para salir, colocando la gorra sobre mi cabeza, me giré para mirar a Judith y Carl, quien, no quitaba la mirada de mi.
En ningún momento lo hizo, ese brillo de decepción seguía ahí, persiguiéndome por todos lados, haciéndome sentir mal al respecto.
Pero solo pude bajar la mirada y seguir mi camino hasta afuera.
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