Final.
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Nico di Angelo Pov.
— ¿Saliste…? ¿CON LA DIOSA DE LA TIERRA LOCA HOMICIDA que intento matarte a ti y a tus amigos?—El tipo me cuestiono con incredulidad.
Eso me molestó.
— Ella no era la diosa loca, homicida cuando YO ESTABA SALIENDO CON ELLA—Exclamo con rudeza.— Esa era su antecesora.— Defiendo a la diosa.
Sí, Gaia pudo haber sido una diosa loca que quería matar a los mortales y quizás Shiera tenía esa fibra maniaca también, pero nunca mató a nadie.
Bueno, si lo hizo, pero no es su culpa.
Ella era prácticamente una bebé en el cuerpo de una deidad. Básicamente, es su propia madre y padre también.
No podía exigirle moralidad en ese entonces, pero entendió rápidamente que lo que hizo estuvo muy mal.
— Aiden, creo que es mejor que vayamos a la pista.— Murmuro Leo entre risas nerviosas, dirigiendo al chico hacia los otros semidioses que bailan en la sala medio borrachos.
— Sí, mejor vete.— Gruño receloso.
— Esa táctica de ligar discutiendo sobre tu ex, con tu cita no la conocía.— Dice Jason con un gesto cansado.
Sé que a ninguno de mis amigos les agradaba Shiera y entiendo que hayan sentido resentimiento hacia ella, pero siento que eso los hace menospreciar mis sentimientos por ella y todo lo que significa para mí por años.
Dioses, estuve viviendo con Shiera toda mi adolescencia.
No puedo simplemente olvidarme de ella en un día o en 5 años.
— Te dije que era mala idea.— Murmuro bebiendo de mi vaso.
— Ya pasaron 5 años y estás a punto de graduarte, no puedes seguir así.— Me dice Leo luciendo preocupado, no se burla de mis problemas para ligar.
— ¿Nico por qué no te das una oportunidad?— Me pregunta el hijo de Júpiter—Hay muchos mestizos a los que le pareces atractivo.
— Ya déjenlo.— Resopla Annabeth —Nico decidirá por sí mismo cuando empezar a salir.— Los regaña.
Mis amigos se disculpan por entrometerse y yo suspiro.
— Voy a tomar un respiro.
Le doy una mirada de agradecimiento a la rubia y camino hacia la salida de la mansión del padre de Piper dando traspiés con un vaso de cerveza en mi derecha. El aire gélido de la noche me golpea el rostro, camino por las aceras, tratando de dispersar los recuerdos de Shiera de mi mente. No lo logro. No he podido olvidarla durante cinco años.
Una pequeña parte de mí estaba segura de que esto se debía al aura divina de Shiera que se quedó tan profundamente grabada en mi cerebro como una cicatriz.
Subí a uno de los grandes carteles que anunciaban una bebida energética y me dedique a mirar la ciudad a la par que terminaba mi baso de cerveza.
Estaba un poco mareado. Todas las luces se veían intensas y borrosas a la vez. Tenía la rara sensación de querer vomitar por la sobre estimulación de mis sentidos, pero solo me tambaleó con la brisa. Miro mi baso ahora vacío y me preguntó si alguien me drogo.
El aire estaba cargando de euforia, tal vez por qué la ciudad de los Ángeles no duerme nunca. Tan brillante.
Si no estuviera tan llena de personas sin hogar que adictas que te pueden matar por un maldito celular, quizás me plantearía vivir aquí por qué hay una entrada al inframundo cerca.
Lleno mis pulmones de aire y cierro los ojos por un momento.
Cuando vuelvo a abrir mis ojos veo como un enorme capullo emerge del suelo y crece poco a poco hasta tener el tamaño de un edificio bloqueado, mi vista a la ciudad, esta empieza a tomar moldearse hasta adquirir una forma femenina de cabello largo de color marrón y rubio. Se endereza y toma una bocanada de aire, veo su perfil iluminarse con las luces de neón que vienen del anuncio.
Ella se gira hacia mí. Tan grande que su mano es más grande que yo.
Sus ojos verdes parecen cambiar a marrones, mezclándose en una como dos líquidos que chocan a la vez. Su piel dorada se ve brillante, divina y sus labios afelpados entreabiertos se tienen un color rosa natural perfecto.
— Te ves solitario.— Susurra mirándome fijamente.
Apenas puedo respirar.
Mi corazón parece detenerse por un momento y cuando vuelve a latir su ritmo es acelerado y fuerte contra mi pecho que lo escucho en mis oídos.
Me levanto dando traspiés y la miro con total incredulidad. Extiendo mi mano hacia ella, intentando comprar que no sea parte de mi imaginación y siento la calidez de su piel en mano.
Shiera gira ligeramente su cabeza y parece examinarme con curiosidad.
— ¿Cuándo vas a despertar?— Pregunta con voz suave.
A mi siguiente aliento mis ojos se abren en un campo de flores. Estoy acostado entre la hierba alta llena de flores silvestres, con la ropa hecha un desastre y el profundamente malestar que deja la resaca instalado en todo mi cuerpo.Uff. Mi cabeza late como si tuviera vida propia, estoy sediento y tengo los labios secos. Mi cuerpo se encuentra adormecido y sin fuerzas.
No sé qué hice anoche, pero supongo que estaba tan borracho que alucine con mi exnovia ausente y termine desmayándome en un campo.
¿Acaso sigo en los Ángeles? Dudo que haya un lugar como este allí.
El aire se siente limpio y hay tanta vegetación a mi alrededor que no me dan ganas de levantarme. Estoy tan cómodo que sopeso la posibilidad de seguir durmiendo para reponerme.
— ¿Vas a seguir durmiendo? — Pregunta una voz femenina.
Giró mi cabeza hacia la izquierda.
Allí estaba Shiera con las piernas recogidas y las manos apoyadas debajo de su rostro hermoso.
De inmediato pienso que seguía dormido cuando noto que Shiera aún conservaba esas esposas que forma parte de su castigo en sus muñecas, solo que las cadenas parecían haber sido arracadas con los dientes.
— ¿Eres real?— Preguntó con la voz desgastada y ronca por la resaca.
— ¿Crees que soy real?
— Shiera no te pongas filosófica conmigo, solo responde mi pregunta — Exclamó con fastidio.
Eso salió tan naturalmente de mí que fue una sorpresa lo rápido que todo mi cerebro regreso 5 años atrás.
Una sonrisa se extendió en los labios de Shiera y sus ojos se iluminaron.
Ella extendió su mano hacia mí y sus dedos acariciaron mi mejilla, eso me lleno de una extraña energía y euforia que empujó mi malestar lejos de mi cuerpo y lo lleno con puro alivio.
Era una sensación similar a la que tuve cuando me dio su bendición.
— Eres una idiota.— Gruño con la voz agitada antes de subirme sobre ella y llenar su rostro de besos mientras ella se rie carcajadas y se sostiene de mi cintura, recibiendo con cariño mis besos torpes y llenos de felicidad.
Mis lágrimas caen sobre sus mejillas y se mezclan con las suyas.
Shiera me abraza y yo hago lo mismo echándome sobre mi espalda para que ella se recostara en mi pecho.
Se siente tan bien sentir su cuerpo cálido contra el mío. Su cabello huele a sol y pinos. Cuando mis labios se apoderan de los suyos es todo.
Shiera se despega de mis labios con dificultad y se sienta sobre mi regazo con la respiración agitada, aparta la tela blanca que cubre sus pechos y la deja caer a sus costados mientras yo desabotono mi camisa. Ella vuelve a mis brazos y nos besamos con fervor, mi erección se presiona su centro y la escuchó gemir con dulzura. Entonces nos unimos una y otra vez, hasta que vuelvo a sentir que somos uno solo.
Shiera me mira directamente en tono momento con sus ojos vidriosos por el placer. Ella se estremece y súplica.
Al terminar estábamos agitados, ella me abraza por los hombros y yo por la cintura, intentando que no existía ningún espacio entre nosotros.
— ¿Por qué tardaste tanto?— Le cuestionó con voz jadeante.
— Quería hacerlo, pero no podía.— Ella suspira y esconde su rostro en el espacio entre mi cuello y hombro.— Hueles increíble.— Murmura.
Sus caderas se meten contra las mias y yo la sostengo con fuerza.
— No te distraigas, Shiera.— Gruño entre dientes con dificultad, todo mi cuerpo reacciona al suyo.
— Puedo volver.— Dice con la voz entre cortada, mirándome con ojos llenos de esperanzas.— Durante unas veces al año— Me besa la mejilla —Si no descuido mis deberes.— Explica.
La emoción del momento se desvanece. Rodeo su nuca con mi mano y la sostengo con fuerza.
La miro frunciendo las cejas.
— ¿Qué te hace pensar que voy a aceptarte después de que me abandonaras de esa forma?
Los ojos de Shiera se llena de miedo.
— ¿No?— Balbuceó confusa.
Quiero estar molesto. Tengo derecho a estarlo, pero realmente no puedo.
La amo. Y extraño estar con ella.
—Nunca vuelvas a hacer eso, ¿Entendiste? — Le cuestionó.
La respiración de Shiera se tranquiliza y sus ojos brillan.
— Entendido.
La beso con rudeza y ella gime contra mis labios mientras me envuelve con sus brazos. Me apartó, la haga ponerse de espaldas y levantó sus caderas para hundirme en su interior nuevamente. Ella lloriquea con cada embestida y se deja caer contra la hierba, empuja sus caderas contra las mías y se arquea.
Pierdo la cuenta de cuántas veces nos buscamos mutuamente para llegar al clímax y cuando por fin nos sentimos satisfechos el cielo se ha teñido de un tono rojizo, naranja y rosa hermoso.
(...)
Tomo la liga en mi mano y ato mi cabello para empezar a cocinar.
Lavo los vegetales y luego los corto en pedazos muy finos, pongo los tomates en la licuadora y los trituro. Empiezo a hacer la salsa para los espaguetis y saco la carne de la nevera, siendo la próxima que irá a la sartén.
Sofrió la carne y luego vierto la salsa sobre ella. La apartó y preparo la olla, la pongo en la sartén y me apartó para esperar que el agua empiece a hervir.
La puerta del patio se abre de golpe y de inmediato mis oídos se llenan del llanto de mi hija. Me seco las manos y rodeó la cocina para ver la puerta.
— Papá.— Me llama entre sollozos.
Bloom está allí luciendo miserable, tiene el cabello desordenado y los ojos verdes cristalizados rojizos.
Entonces noto la causa de sus lágrimas. Se raspó la rodilla.
— Ven— Le pido y ella se acerca corriendo y me abraza—¿Qué paso cariño?— Le pregunto tomándola en brazos, ella está llorando y le cuesta hablar correctamente. Solo balbucea.
— Y-yo— Su voz se cortó y rompió en llanto. Me dolía verla así.— Mamá, y… ¡Mi rodilla duele!— Se queja.
— Shhhh, shhhh — Siseo contra su frente y empiezo a repartir besos por su rostro en forma de consuelo — Ya entiendo cariño, sé que duele.
La siento en una de las sillas del comedor y busco el botiquín de primeros auxilios para curarla.
Cuando paso de nuevo por el comedor, Shiera está allí luciendo culpable.
Apretó los labios y alzó una ceja.
— No pensé que fuera tan frágil.— Murmura Shiera cabizbaja.
Resoplo y niego con la cabeza.
Atiendo a Bloom y la llevo hasta su habitación para que tome una siesta. Llorar tanto la dejo exhausta.
Cuando bajo, la morena de piel dorada ha terminado de hacer la comida en mi lugar. Está sentada luciendo culpable hasta los huesos.
— No es tu culpa.— Digo antes de que ella me dé una excusa.— Los niños se lastiman todo el tiempo.
Shiera juega con sus dedos.
— Soy una pésima madre.— Murmura Shiera con la voz apretada.
Me acercó y guío su cabeza hacia mí para que se apoye en mi abdomen.
— Está bien. No eres mala madre.
Shiera tiene un concepto raro de la maternidad. Ella está pocos meses en casa y ve a nuestra hija Bloom más como un compañero que otra cosa.
Se quieren y se divierten juntas, pero Shiera no entiende su papel.
Ella lo intenta, pero no significa que sea buena en ello.
Cuando Bloom nació era aún más problemático, por qué no comprendía que la bebé nos necesitará tanto.
Y como va y viene para cumplir sus deberes como diosa de la tierra, pasa largos periodos sin ver a la niña.
A veces cuando regresa a casa tiene esa cara que dice; Oh, sigue aquí.
Como si una parte de ella pensará que Bloom iba a crecer de golpe e irse.
Ella no entiende el vínculo que se supone que deben tener los padres y los hijos. Incluso me confesó que por mucho tiempo pensó que de plano yo no tenía madre y que Hades me había hecho y tirado al mundo humano.
Shiera nunca ha tratado mal a Bloom, siempre la abraza e intenta enseñarle todo lo que sabe sobre sus poderes. Y se esfuerza mucho en demostrarle su amor, pero es obvio que le cuesta.
Incluso Bloom con solo 6 años puede ver la diferencia entre su padre y su madre. Quizás pase el rato con Shiera, pero cuando tiene hambre, algún tipo de problema en la escuela o algo no le gusta acude directamente a mí.
Y eso está bien. No puedo exigirle a Shiera que sea la madre perfecta.
Hace lo que puede con el cero instinto maternal que tiene.
La mayoría de las veces sus aportes con la crianza se basan en que deje de mimar a la niña y la deje explorar por sí misma. Cuando los mortales dicen «La madre naturaleza es la más cruel de las madres» no están tan alejados de la realidad. Es una metáfora.
Shiera no es tan mala.
Ahora entiende que la niña no sobreviviría sin nosotros.
Cuando se lo explique me dijo;
«¿Entonces la hicimos mal?»
Y yo le dije;
«Ella es básicamente un huevo»
— Iré a disculparme con ella.
Aún pienso en esa disculpa, Shiera se sentó en el filo de la cama de Bloom y le dijo «Lo siento, hija. Cuando te tire al cielo tan fuerte, yo realmente pensé que caerías de pie» Bloom miro a su madre con incredulidad y luego me miro a mí, yo le hice una seña con la cabeza para que la dejara pasar.
Al final se abrazaron y sinceramente pareció que Bloom la consoló.
El resto del día fue tranquilo. A la hora de dormir, Shiera se acurrucó contra mí con una expresión decaída en su perfecto rostro de muñeca.
— Quisiera ser adecuada para ti.
Acaricio su cabello y le beso en la frente. Shiera se relame los labios y esconde su rostro en mi pecho.
Tengo el mismo sentimiento de que alguien me estruja el corazón al ver a Shiera llorar al igual que mi hija.
— Eres adecuada para cualquiera.— Susurro y ella me abraza.
— Desearía ser mortal.
Soy egoísta. Sé que estar conmigo la lastima profundamente, ella desea ser mortal para mí y nunca lo será.
Quiere que tenga una vida normal, pero sabe que mientras este ella no pasará. Eso la hace sentir culpable. Quiere envejecer conmigo, vivir y morir como la gente normal.
Pero no puede.
Aun así prometió que se quedaría conmigo el tiempo que durará mi vida. Y eso es suficiente para mí.
La amo demasiado y ella a mí.
Somos felices juntos.
Y lo seremos hasta que mi alma se vaya a los elíseos.
Hola chicas y chicos.
Espero que este final los complazca más. Aunque para mí no hay nada mal trágico que una relación entre un mortal y un dios.
Ellos fueron felices sin dudas, pero Shiera siempre sintió que le robaba la vida a Nico y Nico que estaba obligando a Shiera a ser algo que no era. Pero se amaban.
Datos bonitos;
∆ Nico y Shiera vivieron felices hasta que Nico murió de causas naturales.
∆ Los amigos semidioses de Nico nunca llegaron a acostumbrarse a la presencia de la diosa es sus vidas, por ello Shiera prefería no asistir con Nico a las reuniones que hacian para no incomodarlos con su presencia.
∆ Bloom empezó a apreciar más a su madre cuando creció y quería más libertad, pues ella siempre se ponía de su lado y la dejaba ir a fiestas.
∆ Shiera siguió visitando a su hija semidiosa después de la muerte de Nico y siguió haciéndolo con todos los descendientes de la misma; Después iba a los elíseos para hablarle a Nico de los lindos bisnietos que tenían.
∆ Shiera nunca tuvo otro amante después de Nico.Cuando despierta de su sueño va al inframundo para verse con Nico en los elíseos.
Bye bye.
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