Capítulo 9. Piscina
🦋 14 años de edad.
—Jungkook, no me gusta este lugar —afirmó, Taehyung, algo que los dos ya sabían; pero el azabache solo le regaló un pucherito que lo hizo sentir extraño: le gustaba mucho cuando esos labios bonitos hacían ese simple mohín, debía aceptar.
—Vamos, Taehyungie... te cuidaré mucho y estaremos lejos del agua: nos sentaremos... por allá —indicó el sitio debajo de unos frondosos árboles, que estaban lo suficientemente lejos de las piscinas de aquel parque acuático—... Solo, quería...
—Ya sé, ya sé... querías mi compañía en este tonto convivio... sobre todo porque Park Chaeyoung no deja de perseguirte y...
—¡Jungkook!
—Hablando de la reina de Roma —murmuró, fingiendo una sonrisa que a Jungkook le causó extremada gracia, pero, desafortunadamente, no pudo reírse porque la chica de voz chillona ya estaba frente a él, metida entre ambos y dándole la espalda al castaño—. Estaré por allá —indicó en un suspiro molesto y se alejó a paso tajante, haciendo que la mirada de Jungkook le siguiera, arrepentida, mientras la chica comenzaba a hablar de aquellos temas que siempre le aburrían.
Pero si algo tenía Jeon Jungkook, a comparación de todos los adolescentes de su edad, era la caballerosidad en la sangre: heredada por su padre e inculcada, firmemente, por la mujer que la había dado la vida; así que, haciendo honor a sus buenos valores, le prestó atención, aun cuando lo único que quería era ir a divertirse con el jovencito que había llevado muchas frituras para los dos.
—Entonces, ¿Qué dices? —le preguntó la chica y Jungkook solo llevó su mano a rascarse la nuca.
—¿Mañana?
—Sí, ¿No te agrada la idea?
—No es eso, es que ya tengo un compromiso —en la habitación de Taehyung y con la consola que recién habían comprado; pero no le quedó más que mentirle a la pobre chica, la verdad es que no quería enredarse con ella.
—¿Qué tal el domingo?
—Mmh —no obstante, no pudo contestar a aquello, pues un grito de una voz conocida llegó hasta sus oídos, haciendo que prestara atención al mundo exterior y viera como Taehyung era lanzado a una piscina... una muy profunda... una que lo hizo entrar en pánico y comenzar a ahogarse mientras pataleaba y trataba de salvar su propia vida—. ¡Taehyung! —exclamó y, sin pensarlo dos veces, dejando de lado toda la caballerosidad para con la dama, corrió y se lanzó a la alberca, nadando lo más rápido posible, hasta tomar el cuerpo de su osito y brindarle equilibrio dentro del agua, entretanto podía escuchar las risas de sus estúpidos compañeros de colegio.
Taehyung se le abrazó de inmediato, tosiendo irregularmente y temblando sobremanera, a la par que Jungkook lo llevaba a la orilla y sacaba a ambos del agua, dejando a Taehyung en una de las sillas plegables que ofrecía el lugar.
—¡Idiotas!, ¡¿Quién se creen que son?!, ¡¿Cómo se atreven a hacerle daño a este ángel?!, ¡Son unos hijos de...!
—Jungkook —pero la voz apenas existente en la garganta de Taehyung, hizo que el mencionado se girara a verlo, cambiando su mirada enfurecida a una repleta de angustia—, detente. No pelees.
—No, Taehyung, los voy a hacer pagar por esto, uno a uno: les daré su merecido y les haré mucho daño, hasta el punto en el que juren no poner, ni siquiera, su estúpida mirada en ti...
—No, Jungkook. Déjalo, está bien —dijo y tosió nuevamente.
—No, claro que no está bien: son unos malditos que no tienen ni una pizca de consciencia —pero ante un temblor que evidenció a Taehyung, Jungkook detuvo su ira y tomó una toalla cercana, envolviendo al chiquillo que abrazó en cuanto pudo hacerlo—... Ay, mi Tete —balbuceó, sintiendo ya el cuerpo de Taehyung estremecerse contra el suyo, alejándose un poquito para poder verle su bella carita—... ¿Estás bien, osito?... Lo siento tanto... Me distraje por un momento y no vi que esos idiotas vinieron.
—No te preocupes —Taehyung pudo decir, denotando sus ojos mieles ahora cristalinos y haciendo arrepentir a Jungkook con su nerviosa mirada: ¿Cómo podía aguantar tanto?, Era obvio que estaba a punto de llorar, ¿Por qué, últimamente, se guardaba las cosas?
—No me digas que no lo haga. Dije que te cuidaría y me distraje hablando con Chaeyoung... ¿Por qué ni siquiera estás molesto?, Deberías estar gritándome y golpeándome... No me gusta que reprimas tus emociones —mencionó, hablando seriamente y los ojos de Taehyung solo permanecieron sobre los suyos, siendo un par de perlas brillantes que estaban a punto de derretirse.
Entonces, no lo soportó y solo se abrazó con fuerza al cuerpo de Jungkook, escondiendo su rostro en el pecho de este, comenzando a sollozar levemente—. Pensé que iba morir, tenía mucho miedo.
—Tete —murmuró Jungkook—, lo siento mucho. Perdón.
—No es tu culpa.
—Claro que sí. Yo te pedí venir, sabiendo que le temes a grandes cantidades de agua. Perdóname, osito.
—Deja de hablar y abrázame fuerte —pidió y fue claro para Jungkook el siguiente movimiento, pues solo cerró la boca y regresó el abrazo, intentando que fuera el más reconfortante del mundo entero, para que Kim Taehyung dejara de sufrir.
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