🦋 8 años de edad.

—Palo, palo... palomitas —cantaba Jungkook mientras veía, dentro del horno de microondas, como el paquete que había metido giraba y giraba, haciendo los segundos más largos—... Palo, palo... palomitas.

—Coca, Coca... Coca-Cola —imitó Taehyung, mientras sacaba lo mencionado de la nevera de su amigo, sin prever que, al segundo siguiente, ya tenía al ajeno tapándole la boquita.

—¡Ssh!, Mi mami te va a oír... Sabes que no le gusta que tomemos refresco en la noche —pero una lamida llegó a su palma, haciéndolo retirar su mano de un solo movimiento.

—La señora Jihyo está en su habitación, no se enterará —indicó, sosteniendo la botella contra su pechito—... Quiero beberlo —dijo, poniendo sus ojitos de borrego a medio morir, sabiendo que Jungkook nunca podía resistirse.

—Pero... mi mami lo hace por nuestro bien, tomar refresco nos llena de energía y no podemos dormir.

—Jungkook, por favor. Te prometo que no me va a afectar, me voy a dormir rapidísimo.

—¿Seguro?

—Te lo juro.

—Bien —terminó diciendo y se escondió la botella de refresco debajo del suéter de su pijama, fingiendo que el estampado de Ironman lo disimulaba por completo—. Toma las palomitas y vamos.

Una vez subieron las escaleras con todo el sigilo del mundo, entraron en su habitación y se echaron entre las almohadas y edredones que ya habían acomodado en el piso, para ver una de las películas favoritas de Jungkook.

Cuando ésta terminó, ambos niños se dispusieron a dormir y apagaron la lámpara que habían colocado cerca, esperando conciliar el sueño de inmediato.

—¿Koo? —cuestionó Taehyung en un susurro pequeño, mientras veía con insistencia el techo de la habitación del pelinegro.

—¿Mmh? —con los ojos muy abiertos también, Jungkook contestó.

—Me encanta Spiderman.

—Me encanta también.

—¿Te gustaría ser un superhéroe?

—Mmh, sí.

—¿Qué poderes tendrías?

—Volar.

—¡¿En serio?!, ¡Yo también! —mencionó, pero la sonrisa se borró de su rostro casi al instante—. Aunque yo soy muy miedoso, no podría ser un superhéroe, por eso te lo dejo a ti... Bueno, solo si me eliges como tu chico de la silla, te informaré de los crímenes que nuestros satélites capten y...

—Tae, no tienes sueño, ¿Verdad?

—No —confesó en un murmuro apenado y Jungkook solo soltó una risita tierna.

—Ven, osito parlanchín —le indicó y abrió sus brazos de par en par, recibiendo al niñito que se acurrucó al costado de su cuerpo y se abrazó al mismo, recargando su cabecita despeinada en el pecho del que lo envolvió al instante.

—Lo siento, Kookie... No volveré a tomar refresco por la noche, lo prometo.

—Tranquilo, Tete, no pasa nada. Pero intenta dormir o entonces sí pasará algo, cuando tu mami me regañe mañana.

—Cierto, cierto —y de un solo movimiento, un besito tronado le fue dejado en la mandíbula, haciéndolo pegar un respingo pequeño—. Duerme bien, lindo Spidey.

—Buenas noches, osito bonito —contestó, cuando su cerebro volvió a chocar con la tierra, después de haber viajado más rápido que la luz en la galaxia—. Buenas noches —volvió a decir y entonces subió un poco más las sábanas sobre sus cuerpos, brindándole a Taehyung el calor necesario para que cayera dormido más pronto que él mismo, antes de poder preverlo.