Hmm, ya veo━ La suave voz de la chica se hizo presente, acariciando a su cuervo en forma de agradecimiento━ Iré en unos momentos━ Sonrió a el emplumado, alzando vuelo de nuevo. La chica se dirigió hasta dónde su pupila la cual observaba una moneda cómo si fuera lo más interesante━ Kanao, necesito que cuides la finca y a las niñas junto con Aoi, por favor.

Sí━ La pelinegra respondió volteando a ver a su maestra.

Bien, nos vemos━ Dijo y desapareció de la vista de su pupila.

La misión no podía ser tan difícil, ¿verdad?. Es decir, solo tenía que investigar un bosque dónde supuestamente había un demonio, habían mandado a varios cazadores ahí pero ninguno volvió por lo que ella cómo Pilar tuvo que ser mandada a esa misión.

Después de unas horas de estar corriendo por fin llego al dichoso bosque, quedando maravillada por lo hermoso que era, los árboles eran de un color café oscuro y otros eran pálidos, las hojas eran de varios tonos de morados hasta rosados asimilándose a las glicinas con la diferencia que no lo eran, habían unas enredaderas que eran del mismo tono con la diferencia que eran más brillantes y claras que las hojas. La vegetación era extraordinaria, había demasiado pasto con varias plantas y flores en el, de varios colores y tamaños, se esperaba que el olor del lugar fuera uno podrido debido a el olor a la sangre y cuerpos putrefactos pero era lo contrario, el lugar emanaba un extraño pero agradable aroma; dulce y relajante era lo que podía describir. Los pocos rayos de luz solar traspasaban por las copas de los árboles, alumbrando a medias el lugar pero era suficiente para que algún demonio evitara aparecer.

Ahora entendía un poco el porqué ninguno volvía, llegar ahí era cómo entrar a la perdición, era un lugar del que no te querías ir hasta el momento dónde te dabas cuenta que todo era una pesadilla por los susodichos demonios.

Shinobu suspiro y se adentro en el bosque, observando el ambiente en busca de alguna pista que la pudiera ayudar pero nada, es cómo si el lugar estuviera en soledad completa. Camino hasta que el sonido de agua se hizo presente un poco cerca de dónde estaba, se guío del ruido y llego a un pequeño río en dónde nada tenía mucho sentido. El agua era de un color rosado fuerte mientras que los peces variaban de color, iban desde azules hasta rojos y por último el blanco. Era lindo y a la vez raro pero curioso, aun así no se debía despistar tanto del hermoso lugar, fue ahí por una misión, no a admirar el lugar.

Recorrió el camino que tomaba el río y los peces hasta llegar a una pequeña cascada la cual daba a un lago, con cuidado bajo y pudo observar varios peces y algunas tortugas. Suspiro y observo el lugar solo encontrando lo mismo.

Se sentó sin ganas en el pasto cerca del lago, lo único que haría sería esperar a que diera la noche para poder buscar al demonio responsable de las muertes. Su mirada se poso en unas flores de color crema que estaban cerca suya, encima habían unas cuantas mariposas con alas muy hermosas, literalmente se movían los "colores" que estaban presentes. Primero eran de un color amarillo con los bordes algo blancos, en las alas habían nubes de tonos amarillos pasteles. Después se cerraban y los bordes cambiaban a negro mientras que dentro de las alas ahora todo era de tonos morados y azules oscuros reflejando la noche, con puntitos blancos que parecían brillar siendo similares a las estrellas. Y así se repetía una y otra vez cambiando los colores.

Se quedo mucho rato observándolas, después de todo aun estaba siendo algo temprano, en todo momento se sintió observada pero le resto un poco de importancia, después de todo podría ser algún animal pero de todas formas no bajaba la guardia por precaución.