Parte Única
El barullo de los pasillos le estaba dando más leña al fuego de su mal humor, ocasionado por una sesión de estudio cero productiva de la que salió sin entender un pimiento. Guardó con rabia el libro de historia, tan odiado objeto, junto al también odiado a muerte libro de matemáticas. Si estaba pasando alguna materia era por pura suerte, porque pese a ser un alumno tranquilo y callado, eso no era sinónimo de estudiante estrella. La verdad era que SeHun no tenía la más mínima motivación para salir adelante con ninguna de sus clases, para él todas eran demasiado aburridas o cuánto menos no se estaban desarrollando de la mejor manera. Prefería centrarse en el diseño de personajes, tenía una libreta llena de modelos que iban desde formar parte de historias de vampiros o realidades alternas, era mucho más divertido. A lo mejor esa era la causa de que en toda su vida no hubiese recibido un sólo regalo por San Valentín además de los de su amigo BaekHyun, que a todo esto, eran siempre cajas de dulces demasiado caros.
Una vez puesta la llave en el casillero, sintió unos brazos colgándose de su cuello por detrás.
– Buenos días, mi poulet.
– Te dije que no me llames así – SeHun rodó los ojos, ocultando cualquier atisbo de la risa que se estaba aguantando.
– Tengo que practicar cada palabra divertida, que si no se me va la pronunciación – Desde que BaekHyun había empezado a estudiar francés, el apodo del pollo se había vuelto más molesto, pero en realidad era esa palabra una de las pocas que el bajito de pelo lila se había aprendido en las últimas dos semanas – Anda, desactiva un poquito tu interruptor de "quiero machacarte a palos", que tengo una cosita para ti – Sacó una caja de chocolates decorados con cereza de su bolsa.
– ¿Una cosita? Si estos chocolates valen más de lo que ahorro en una semana.
– Aprovecha, que de todos mis gastos eso fue barato en comparación ¿Sabes cuántos chocolates, cartas y adornos tengo que devolver?
– Muero por saber.
– Más de diecisiete, parezco vendedor o caridad dando vueltas con esta bolsa por todos los pasillos.
– Y por eso deberíamos abolir este día, es una tontería. Si yo estuviera en tu tesitura, no me molestaría en devolver cada pequeña cosita que deja cualquier persona que ni conozco.
BaekHyun era demasiado bueno, y es que aunque la mayoría de gente que le dió cosas el catorce de febrero apenas y había cruzado palabra con él en su vida, por eso no entendía por qué tanto esmero en regresar todo eso.
– Eres muy malagradecido, ¿Lo sabías?
– Vendrás a decirme que no te gustó el cárdigan de Red que te conseguí hace un mes exacto, no fue fácil.
– Supongo que tienes un punto.
– En fin, gracias por los chocos, estoy que muero de inanición.
– ¿Sabes? En realidad si que me da un poco de cosa.
– ¿Mmh? ¿El qué? – Preguntó SeHun mientras masticaba un chocolate.
– Que ChanYeolliee esté a un océano de distancia y la gente no acepte que en realidad tenemos algo, quiero decir, sólo porque no estemos físicamente juntos significa que no lo estamos amorosamente tampoco. A veces quiero gritarles que dejen de insistirme, pero creo que es mejor una paleta y decir "Lo siento, pero no gracias, podemos ser amigos si te apetece."
– Nunca vas a ganar contra los ciegos, así que por ello digo que dejes esa bolsa con alguien que en verdad la necesita – Iba a quitarle los dulces, pero BaekHyun retrocedió con una sonrisa maliciosa.
– Muy listo tú, pero ya tienes tus cosas, así que no.
– No culpes a un hambriento por intentarlo.
– Yah, comete esos. Bueno, me voy que tengo que seguir con mi...
– ¿Labor de caridad?
– Llámale como quieras. Au revoir, mon chéri.
BaekHyun se alejó corriendo y después giró a la izquierda, saliendo de su vista. Cuando le escuchó hablando por ese breve momento de su relación con ChanYeol, sintió cierta... Envidia, por llamarle de alguna manera. Mentiría si dijese que no se había imaginado lo que se sentiría tener a alguien que pensara en ti o te recordara cada que ve una determinada planta por la calle o alguna chorrada así. Sacudió la cabeza y se dispuso a tomar su mochila, pero al girarse se halló con la visión de un perro blanco y esponjoso esculcando en los bolsillos y en menos de diez segundos ya había tomado su reloj de bolsillo vintage. El animal se alejó corriendo por los pasillos.
– ¡Vuelve aquí, joder!
Lo persiguió de inmediato, no iba a perder ese reloj, le costó una fortuna y se veía demasiado bien con su chaleco a cuadros. Casi dándose en la maceta contra el piso, corrió entre los pasillos poblados de estudiantes entrando a la siguiente clase del día. "Bien, nadie me ayude, muchas gracias." Pensó SeHun.
Vaya que era rápido ese ser maligno. Llegó al amplio pasillo que conectaba con la cafetería y a punto de lanzarse sobre el animal, alguien más se le aventó encima frente a sus ojos. Como en cámara lenta, la persona (un chico) se estrelló contra unos botes de pintura azul causando un destrozo de color, pero con el animalito y su reloj a salvo entre sus brazos (o eso esperaba).
– Uy, no te rompiste algo ¿O sí?
Un quejido.
– No, creo que no – El chico se rio de vergüenza. Al ponerse de pie y darle la cara, la verdad es que le pareció muy atractivo, tenía unas mejillas rellenitas, labios que no parecían muy reales y ojos brillantes, aunque todo esa pintura en su cara y gran parte de su ropa le estaba afectando, lo sentía por eso – Son tuyos, supongo – Notaba que titubeaba un poco para hablar.
– Sólo el reloj, no sé quién dejó entrar a ese animal, ha sido espantoso.
El chico rió otra vez.
– Entonces ten, está enterito – Le extendió el reloj después de liberar la cadena de la boca del perro y limpiarlo con su camisa, SeHun le pondría sanitizante después. Milagrosamente no pilló pintura.
– Gracias. Estás todo azul ¿No deberías ir a cambiarte?
– Sí, supongo que debería.
– Perdón por arruinarte la ropa, en serio. Adiós.
Iba a irse con prisa una vez recuperado lo que era suyo, no podía tener más faltas en chino, sería su perdición.
– ¡SeHun, espera!
– ¿Me conoces? – Se detuvo sin dejar de balancearse de un lado a otro entre quedarse y largarse.
– B-bueno, yo... En realidad no, pero... Quería darte esto.
Extrañado, lo vió sacar lo que parecía una tarjeta de color blanco, poco arrugada y ahora con una pequeña mancha azul.
– ¿Por qué? ¿Qué es eso?
– Es solo un detalle, esto... ¿Podrías esperarme mañana en la salida?
– Lo siento, pero creo que necesito contexto.
– Sé que suena raro pero no quiero que pierdas más tiempo – Sacudió tímidamente la mano que seguía sosteniendo su carta – ¿Por favor? Mañana puedo decirte más.
"Okaaay, weirdo." Dijo para sí.
– Al menos podrías decirme tu nombre ¿No?
– JunMyeon.
– ¿Qué? – No oyó apenas ese susurro.
– JunMyeon – Repitió, con más fuerza.
– Vale... – Agarró la hoja y está vez si que fue corriendo a su clase de chino, sin decidir cuál asunto le preocupaba más.
♡
En el primer minuto que regresó a casa, despejó su escritorio de cada cosa para poder abrir de una vez la "carta" que le habían entregado. Honestamente, estaba sorprendido, era la primer cosa que alguien aparte de Baek le había dado. Sin darle más vueltas, desdobló la hoja, que en vez de traer una nota con cosas que se podían haber dicho en diez segundos, desplegó una rosa blanca de pliegues exactos, con algunos dobleces aquí o allá, pero nada que arruinase su belleza.
– ¿Cuánto tiempo gastó en esto? Vaya...
No sabía que sentir, es decir, era algo demasiado detallado para ser un regalo de un extraño. Necesitado de plática, escribió a BaekHyun como si se fuese a asfixiar de no hacerlo.
Poulet
Hey, algo ha pasado.
Purple Bambi
El k? -_-
Habla yaa
Poulet
Digamos que un perro random maligno me hizo perseguirle por media escuela
Se llevó mi reloj
Y cuando iba a atraparle otro se le lanzó encima
Purple Bambi
Sigue, sigue
Poulet
...
Luego resultó en que el pobre infortunado acabó bañado de pintura azul
Creo que no le ayudé mucho con eso
Como sea, dijo que se llamaba JunMyeon. Yo iba a irme pero me dió esto
Le envió la foto del desplegable de rosa.
Purple Bambi
Uuuuuh :0
ChanYeol nunca me ha hecho algo así
>:(
Quizá he oído su nombre unas cuantas veces por los de natación
Pero hey, eso es muy lindo
No te dijo nada?
Poulet
Sólo que quiere que lo vea mañana en la salida
No es eso raro?
Purple Bambi
Depende
Poulet
Del qué?
Purple Bambi
De si es guapo o no 😝
Poulet
Y eso importa porque ?
No me convence la idea, para qué quiere que vaya?
Purple Bambi
Tú estás tonto o te vale tres hectáreas de... 🤬
Qué no es obvio???
Le gustas, estúpido
Por eso quiere verte
Poulet
Qué carajos
Hasta hoy ni le había visto
Bueno, chance una o dos veces pero ni me acuerdo
Purple Bambi
Eso no impide a nadie invitar a otra persona a salir
Por Dios, esa tarjeta debió de tomarle horas, deja de ser tan ingrato
Yo voto porque vayas, no le dejes tirado
Poulet
Y si te equivocas?
Purple Bambi
Qué? Tienes algo que perder?
A menos que se trate de un reto o una cosa pesimista de esas en las que te gusta pensar no hay razón para que no vayas
Mmh, bueno ahí si que no podía decir nada. Aceptaría por curiosidad.
Poulet
Veré qué quiere, supongo...
♡
Las horas del día siguiente decidieron aminorar la marcha. Maldición, sí que no se esperaba sentir ese repentino interés, hasta se había puesto el chaleco con el reloj en el bolsillo. ¿Que por qué? Pues, porque sí, le gustaba verse bien. Durante su clase final, la de literatura, en vez de poner atención estaba trabajando en su actual proyecto: una chica llamada Sunuh, que en su mente sería protagonista de un videojuego simple, relacionado con diversos juegos de mesa, reflejados en su elegante aunque inusual vestido. Cuando sonó la campana, fue como si todos los otros pensamientos se hubieran apagado para dejar que el del chico JunMyeon tuviera su momento, ni siquiera se cercioró de si su mochila estaba correctamente cerrada. Se puso un pelín nervioso según daba vuelta a los pasillos hasta llegar a la entrada del edificio, de lejos distinguió al chico entreteniendo al perro del día anterior con un pingüino de goma.
"Le ha agarrado cariño y todo."
Avanzó entre los estudiantes que se encaminaban a casa y espero a que la atención se dirigiera a él.
– S-seHun, viniste – JunMyeon sonreía, aunque se veía que le había descolocado con su aparición, muy inmerso debía de estar en el juego con el perro.
– Sí, así es. Bueno, ¿Qué pasa?
– ¿Qué tal la tarjeta que te dí ayer? ¿Te gustó?
– Sí, es muy bonita. Gracias.
"¿Estoy siendo duro? Debería hablarle más."
– Así que se hicieron amigos, ¿Eh?
– ¿Huh? Ah, sí, después del accidente de ayer no paró de seguirme por todos lados, hasta que logré que fuera tras un palo. Hoy volvió y le compré esto – Mostró el pingüino y lo presionó para que pitase – Creo que le gustó mucho.
– Sí, se ve que te quiere.
– ¿Ese es el reloj que se robó ayer? – SeHun asintió – Oh, qué bien que te lo regresé, te queda bien, ¿Sigue andando? – Asintió nuevamente.
– ¿Y qué ocurrió con la pintura? Espero que sin problemas.
– Me regañó el de limpieza y estuve limpiando en compañía de este amiguito. Cuando pasen por allí quizá vean unas cuantas sorpresas pero ya no se podía hacer mucho más – Rió.
– Bueno, me da gusto que estés bien, que te vaya bien.
Se giró con demasiada brusquedad, y el cuaderno en el que dibujaba todos sus personajes cayó al suelo. JunMyeon lo levantó y lo primero que se encontró allí fue el concepto de Sunuh: en la falda de su vestido había diseños de la baraja inglesa, el cinturón tenía lo que según las notas eran damas chinas, la espalda del corsé parecía tener incrustados palillos chinos de forma muy elegante y la diadema de su pelo se adornaba con piezas de domino. Vaya que era creativo. Quiso hojear más pero no estaría bien, y SeHun se alejaba.
– ¡Espera! Se te cayó esto.
SeHun volteó y se sorprendió al ver su blog en sus manos.
– Ah, gracias.
– Oye, ese vestido de ¿Sunuh? Es muy lindo, ¿Lo hiciste tu?
– Eeemh, sí, me gusta diseñar.
– ¿Puedo ver más?
Eso era nuevo. Nadie además de BaekHyun se interesaba por sus diseños, tampoco es que el alentase a otros a preguntar pero esto si que le generaba ilusión. Tardó en responderle, pero decidió mostrarle unos cuantos bocetos más, como cyborgs, guerreras, un hechicero pirata. JunMyeon se dedicó ha alabar cada personaje, lo que acabó en una charla sobre varios de ellos y un buen ánimo en el más alto que hacía rato no sentía. El perro seguía entretenido con su pingüino a pocos pasos de ellos, que se habían sentado en una banca de la acera.
– Wow, son magníficos. Arlynn me atrapó, se ve muy ágil y clásico. Se parece un poco a ti.
No supo que responder a eso, así que optó por cambiar de tema.
– ¿Y tú? ¿Te dedicas a la papiroflexia? No tuve ocasión de elogiar la tarjeta, pero en serio, era muy hermosa y bien detallada ¿Cuánto te llevó hacerla?
– Bueno... Bastantes días e intentos, no conseguía que pareciera una auténtica rosa en vez de una caricaturización; la del resultado final tomó cuatro horas. No soy muy bueno con las manos.
– Eso sí fue mucho tiempo – SeHun se sonrojó un poco – De nuevo, fue un detallazo. Pero ¿Por qué me la diste? No nos conocemos.
JunMyeon respiró profundamente.
– Temía que dijeras eso. Aish, espero no sonar raro con esto pero la cosa es que tú... Me gustas desde hace tiempo. Ya te había visto otras veces en el patio, en los pasillos o por algún salón de pasada, siempre tenías este cuaderno y te veías muy absorto en él, como si fuera lo más preciado en el mundo para ti. Durante meses me pregunté que podría ser eso que te daba ese escapismo y emoción, y bueno... Creo que eres muy guapo. Intenté acercarme a ti una vez pero no me quitaba los nervios, y te ví hablando un rato con ¿BaekHyun, es su nombre? Te veías tan apasionado sobre lo que hablabas que no me detuve de preguntarme qué sería, de si alguna vez podría oírte hablar así sobre cualquier cosa. Quise armarme de valor de una vez y me prepare para entregarte un detalle, aunque me demoré un mes pero espero que haya sido especial en tu día blanco, incluso si no sabías nada de mí. Ahora que hemos hablado de tus personajes, creo que de verdad me gustas más de lo que pensaba y yo... Bueno, sólo quisiera saber si podrías darme la oportunidad de llevarte a una cita.
SeHun pensó por un momento en lo que acababa de escuchar ¿Cómo reaccionaba la gente en este tipo de casos? Nunca nadie le había dicho que gustase de él. ¿Se suponía que por fuera estuviera inexpresivo, pero por dentro sintiera una ola de calor y flores brotando en su jardín mental? Vaya sentimiento más raro y emocionante.
– Vale, uff, aaah... Esto es algo inesperado, si te digo la verdad. Nunca he salido con nadie, ni lo he intentado, es más, creo que no le he gustado a nadie en mi vida. Eres el primero.
– ¿En serio?
– Ajá. Debo decir que la rosa de papel me dejó confuso, pero ahora veo que significaba. Ya me pueden pegar por la hipermetropía – Soltó una risa, pero JunMyeon parecía estar caminando hacía la desilusión.
– Lo que quiero decir es que... Esto es nuevo, pero quiero intentarlo. En otras palabras: sí, me gustaría ir en una cita contigo y me alegra que seas tú mi primera vez.
– Ah ¿De verdad?
–Si, pero tengo una condición: háblame más de ti, de lo que sea, quiero escucharlo.
SeHun dió un paso que ni él se venía venir: le besó rápidamente la mejilla a un incrédulo y adorable JunMyeon.
– Bueno ¿A dónde iremos?
– Ahmm, ¿Te gustan los helados con muchos complementos?
– Supongo que lo descubriré hoy.
Ambos se levantaron y SeHun dejó a JunMyeon dirigir la travesía, con el perrito blanco que se negaba a dejarle.
– Deberíamos ponerle un nombre – Dijo JunMyeon.
– Uy, ¿No es un poco pronto?
– Sólo para poder reconocerlo, quiero decir.
SeHun se rió junto a JunMyeon. Había dejado que él diera el primer paso dentro de su corazón, era emocionante y extraño, pero esperaba que los dos pudieran entrar de lleno en el de ambos. Supuso que debía agradecerle a...
– ¿Vivi?
– ¿Huh?
– Para su nombre, ¿Te parece bien?
– Sí, creo que es lindo.
Caminaron bajo la luz de una tarde dorada, el color que el amor debería lucir.
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