Capítulo 60: Un mundo de ruinas.


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NOTAS antes de leer: 

1. La voz de sub mando de Yoongi se escribirá y representará de esta forma ladeada, mientras que su voz de mando se escribirá de esta forma en negritas. 

2. He estado reemplazando poner el ruso como tal en los diálogos y sólo escribir de forma cursiva ladeada para indicar que es un dialogo en ruso, cuando los personajes hablen y sea de esta forma es porque están hablando en el idioma antes comentado. 


Mansión Park, perímetro oeste | 5:10 p.m.


—¿Me harás daño? —susurró Jungkook, su voz difícilmente salió ante la tensión que sofocaba su cuerpo. No conocía muy bien al dragón de Yoongi, y en esos momentos no se sentía valiente, al menos no lo suficiente para hacerle frente.

Sabía que el Alfa mayor lo había escuchado porqué volteó a verlo, sin embargo, siguió abrazando a Jimin y enfocó su atención en él. Yoongi los llevó hasta el muro donde se encontraba Jungkook, pegando su espalda y deslizándose hacia abajo hasta acurrucar al omega en su regazo y protegerlo con sus brazos, necesitaba calmarse, su Dragón enojado estaba susurrándole palabras venenosas, hostigándolo a herir a personas que apreciaba.

Las feromonas de Jungkook habían cambiado de forma discreta desde que lo olió por primera vez, indicando que se encontraba en su transición de dragón joven a adulto, y el saber para su shifter, que un alfa adulto había robado a su omega de un lugar donde estaba seguro, maldición... era una suerte que Jungkook tuviera su mordida, porque no estaba seguro de que hubiera pasado si no fuese así.

Respiró fuerte y pesado en el cuello de su omega buscando la forma de tranquilizarse, necesitaba pensar en su bebé, en su hijo, su primer hijo, que el pensamiento de protección fuera más fuerte y dominante que el de la ira y la furia que circulaba por sus venas.

—¿Por qué te lo llevaste? —Los colmillos de Yoongi dolieron, encajándose en su boca para evitar soltar más sonidos guturales, no quería asustar más al pobre chico que ya esparcía un aroma tan acido y terroso con su sola presencia.

Jungkook miró sus manos, todavía incapaz de hacerle frente a ese par de ojos negros desconocidos.

—Jimin hyung necesitaba irse, quería irse.

—¿Y lo trajiste a un maldito campo de batalla?

—No... —La voz de Jimin parecía débil como si estuviese borracho, el mismo omega después de varios ronroneos intentó alejarse de la profundidad de feromonas que segregaba el Alfa, no lo estaban ayudando a pensar con racionalidad—, no... no lo regañes —murmuró.

Yoongi suspiró recargando su cabeza contra el muro marmoleado y cerró sus ojos, Jimin se movía en su regazo, y al sentir toqueteos por todo su pecho y brazos se dio cuenta que lo estaba revisando.

—¿Estas herido?

—No es mi sangre, Omega.

—Te escuchas enojado.

—Lo estoy.

—¿Lo estas ahora?

—Sigo enojado, Omega.

—...bueno... ¿y qué tal ahora?

—Omega...

Jungkook se movió mas cerca cuando la voz de Yoongi dejó de escucharse grave y tensa, el pelinegro mayor captó este movimiento, y simplemente estiró su brazo.

—Ven aquí.

El joven dragón no lo pensó dos veces para unirse donde el alfa, haciendo a Jimin soltar un molesto chillido cuando fue empujado.

—¿Qué eres?, ¿un bebé? Dios, bájate, no cabemos los dos —el rubio se quejó.

En cambio, de una forma sorprendentemente rápida, el dragón de Yoongi fue apaciguado, haciendo al mayor reír y apretar a ambos hermanos en su abrazo, olfateándolos y besando ambas cabezas mientras volvía a sonreír al escucharlos pelear entre ellos.

—Los voy a llevar a casa, los voy a encerrar conmigo para siempre, eso haré.

Jimin arqueó una ceja viendo al alfa reírse, añadió: —Cuando creo que ya conozco el límite de tu locura siempre dices algo que hace que me equivoque y me sorprenda más.

—A mí no importa siempre y cuando me mantengan -Ouh!, ¿por qué me golpeas?

—Cállate, no lo sé, sentí que tenía que hacerlo —Jimin se vio pensativo—, ¿Qué estábamos haciendo antes...? oh... si —y para sorpresa de ambos alfas, Jimin levantó su puño y golpeó sin fuerza el rostro de Yoongi.

Fue más dolorosa la sorpresa en el rostro del Alfa, ojos grandes y redondos mirándolo estupefacto, incluso Jungkook se quedó inmóvil, sin saber si respiraba o no.

—Mierda... —el alfa lo soltó para tocar su nariz, no había sangre, y tampoco había dolido mas allá de un entumecimiento, pero... —¿Qué diablos?

—Eso es porqué lo primero que haces cuando entras en modo Alfa es drogarme con tus feromonas, es una falta hacia mi persona, calmas y tranquilizas mi angustia, pero en momentos de supervivencia, angustia y miedo es justamente lo que necesito.

Yoongi pareció apunto de refutar, pero cerró su boca y frunció su nariz, bueno, tenía un punto. Lamentablemente la ficticia paz que los envolvió por minutos fue interrumpida por el sonido de disparos a muy corta distancia.

El mayor los instó a moverse—Vámonos, busquemos un lugar seguro.

Todos se pusieron de pie, y, sin embargo, Jimin se mantuvo petrificado, todo este tiempo ninguno de los dos Park había caído en cuenta que a tan solo cinco pasos de distancia estaba el templo que habían construido para su primer heredero. Casi había olvidado cual había sido su ansiedad en el hospital, su pequeño momento de tranquilidad fue aniquilado por completo por el remordimiento en su estómago, por el nudo que gritaba por salir de su garganta.

—Yoongi... —murmuró Jimin. El alfa se giró a mirarlo intrigante, el Omega Park no usaba su nombre personal muy seguido, casi nunca—¿Tienes tu arma contigo? el candado, dispara al candado.

Jungkook abrió sus ojos teniendo la misma realización que su hermano, el omega estaba señalando el pequeño templo especial. Yoongi leyó la placa dorada con el nombre de quien estuviese en la tumba y sintió su corazón hundirse, Park Jaemin, era el templo de la urna funeraria de Park Jaemin.

—Omega, no creo que sea el momento, en realidad, hay algo que tienes que saber, oh mi vida... si supieras...

—Lo sé —su voz fue tan débil y pequeña—pero primero... por favor, ayúdame con esto, e iremos contigo. No tengo... la fuerza suficiente para usar mi ácido.

La lluvia caía tan fuerte que apenas podían escucharse entre ellos, las gotas golpeteaban el suelo encharcándolo y haciendo difícil el caminar. Un disparo fue ahogado por el sonido de un trueno crujiendo entre las nubes, el cielo estaba en completo desacuerdo con todo lo que estaba sucediendo.

Era casi gracioso como habían acabado ahí, pudo haber sido la tumba de su decimo bisabuelo o algún desconocido en el árbol familiar y, sin embargo, el instinto los había llevado a tal fúnebre lugar.

El agua que caía del cielo comenzó a escurrirse por el suelo haciendo difícil el caminar, pero aun así el omega se movió impaciente, rompiendo el cristal de la ventanilla con una roca para sacar la urna de cerámica dentro. Supo que algo andaba mal cuando el peso del objeto no fue normal, se sentía demasiado ligero, demasiado pesado al mismo tiempo, levantó la tapa y encontró tierra, con crecimiento de pequeñas plantas, no más, sólo eso, no había cenizas dentro, no estaba el característico compuesto grisáceo después de una cremación, era tierra simple tierra lodosa con verde.

Metió la mano y sacó un puñado, su primer instinto fue buscar la mirada de Jungkook quien parecía confundido, perplejo y atónito. En cambio, para el menor, ver la mirada azulada de su hermano demostró muchas cosas, la culpabilidad atravesó sus facciones, se veía avergonzado, vulnerable, indefenso, y vacío.

La urna resbaló de sus manos y cayó al suelo, quebrándose y esparciendo la tierra sobre el húmedo piso. Jimin pudo haber caído también si Yoongi no hubiera sido tan rápido para atraparlo en sus brazos.

Todo fue una ruleta de emociones para el omega, tan pronto paso del arrepentimiento al desprecio, repulsión y resentimiento, había un devastador enojo que bullía en su sangre haciéndolo sentir ridiculizado, humillado, rechazado como si toda su presencia no fuera más que la de un inútil omega deficiente, se habían burlado de él en su propia cara, habían hecho de su persona una marioneta desvergonzada.

Cuando la desesperación finalmente nubló su mente, jaló al alfa que lo sostenía hasta encararlo.

—Ordéname, haz que despierte, dame un mandato.

Yoongi gruñó—No, no así, lamento lo que sucedió, pero no así, Omega, escuch-

—¡Te lo estoy ordenando!, ¿o prefieres que suplique?, ¿Quieres que suplique, alfa? —Yoongi no podía reconocer a Jimin, no había visto esta faceta tan desolada en su omega nunca.

—Entien-

—Por favor... hyung, Yoongi hyung, solo... sólo hazlo —murmuró tan bajito que apenas pudo ser escuchado, escondió su rostro en el pecho del Dragón Alfa.

Yoongi cerró sus ojos pasando saliva que se sintió como lija.

Ven a mí —ordenó suave en su oído.

Pero Jimin negó con la cabeza—No es suficiente, no lo es.

Omega, por favor, despierta, despierta por mí.

—No...

Despierta.

Apretó sus manos sobre la camisa del mayor—No así —gruñó—no está funcionando.

Entonces, en un susurro grave y directo, se escuchó: —Despierta.

El abrazo seguía, pero el ambiente se sentía diferente, Jungkook sintió a su dragón tomando impulso para volar, se proyectó en su mente como un travieso y gigantesco cambia formas que batía sus alas para despegar. Asustado llevó una mano a su pecho, sin ser consciente de que sus garras habían salido, y sus ojos se volvieron viperinos y cristalinos.

Ven a mí, Omega —. El comando sobre pasó cualquier barrera que hubiera podido poner Jimin dentro de su mente, el latigazo de feromonas que atacó su cuerpo más la sensación de dominio se hizo camino de forma imponente, buscando por cada rincón hasta que las palabras llegaron a un pequeño cambia formas enroscado en un círculo, dormido y silencioso.

Por fuera, el rubio se sacudió de forma brusca, sus propios mecanismos de defensa estaban actuando por si solos, buscando morder y arrancar la garganta de ese alfa que osaba levantar su voz de mando sobre él.

—Sé que estás ahí, estoy esperando.

Sacudió su cabeza queriendo salir del fuerte agarre en sus muñecas, pero las manos de Yoongi en él se habían plantado como grilletes, sabía que sus colmillos habían crecido porqué sintió el pinchazo sobre sus labios. La piel de sus manos y brazos comenzó a verse luminosa, pequeñas escamas tornasol, brillantes, azuladas y diamantinas hicieron aparición de una forma tan fastuosa que el Alfa no pudo evitar tomarlo más enérgico, atrayéndolo con fuerza, golpeando su pecho contra el otro, y gruñendo avaricioso cuando los ojos del omega pasaron de azul a blanco, de blanco a diamante, de diamante a azul de nuevo.

—Te lo pido, no... yo lo necesito, yo...

El dragón albino abrió un ojo, atrapado entre los grilletes de su mente, abrió ambos, moviéndose lento como una serpiente entre la espeses de los pensamientos, palabras y recuerdos que fueron pisados por las grandes garras y enormes músculos escamados que se flexionaban al sacudirse.

La voz de mando que había roto su jaula lo sacudió con fiereza, provocando que tropezara de forma torpe, viéndose mareado y desconcentrado, la sensación de familiaridad se enroscó sobre su grueso cuello e hizo que esponjara sus alas, batiéndolas hacia atrás y hacia adelante, se reclinó y entonces abrió sus enormes fauces absorbiendo todas las memorias colgadas a su alrededor, recuerdos que engulló con orgullo y hambre, memorias de su compatriota más pequeño, su drakan mas joven a quien llama hermano, imágenes de él creciendo, hablando y riendo, comió los pensamientos intrusivos que el omega había lanzado hasta el fondo de su cueva y los devoró de forma aversiva, comió toda la vida que se le había privado desde su ultimo sueño por completo, y cuando saboreó la ultima emoción, cuando el sabor de un lazo maternal que no había sentido en muchos años crispó su cuerpo... fue entonces que el rugido más vengativo terminó por quebrar su encierro.


(...)


Seúl, Hospital privado de Gangnam | 5:40 p.m.

Seokjin gruñó furioso cuando entró a su oficina, buscó con sus ojos llameantes al responsable de tantos murmullos y susurros de pánico por el hospital.

Kim Taehyung se encontraba recargado en una pared, llevaba su uniforme de camuflaje oscuro, y sin embargo cualquiera podía decir que las manchas oscuras y negruzcas en ciertas partes eran sangre. Tal vez esa fue la razón de que fuera llamado con tanta urgencia, o el hecho de que llegara con un niño en brazos cubierto de heridas y sangre, y, sobre todo, una lesión de bala que había hecho que trabajo social tuviera que llamar a la policía.

—Una jodida investigación, Taehyung, se acaba de abrir una jodida investigación, ¿en qué mierda estabas pensando?

—Para lo poco que importa eso ahora, la maldita policía está rodeando toda la mansión, prioridades son prioridades.

—¿Prioridades?, ¡Prioridad es saber en donde se encuentra Jimin!

La pantera lo miró irritado.

—Explícate.

—Jungkook y Jimin dejaron el hospital, el Alfa Min se esta encargando de eso.

Taehyung llevó una mano a su rostro y escondió una risa abrumada y consternada.

—Maldita sea esa maldita pulga escurridiza —pateó una silla—, ¿Cómo es que siempre se esta metiendo en problemas?, ¡Maldición! —Golpeó la pared con agresividad, comenzaba a respirar fuerte y frustrado.

—Tranquilízate y mejor explícame quienes son los niños que fueron internados bajo la tutoría del Alfa Min.

—... No los conozco a todos, sólo sé que necesitan recibir atención medica cuanto antes, todos estaban heridos.

—Dos heridas de bala, y los demás posibles fracturas, excepto el bebé, no sé quién lo haya protegido, pero aferró su vida a él porque esta ileso.

—¿Dónde está?

Seokjin lo miró impaciente.

—¿No vas a terminar de contarme? niños, niños heridos, Taehyung, esa no es nuestra política lo sa-

El moreno rugió interrumpiéndolo—Mejor comienza a enseñarme el camino hyung, mientras pueda llamarte así antes de que comience a ordenarte —se acercó, sus ojos verdosos se estaban haciendo más oscuros—Llévame con ellos.

Apretó sus labios con fuerza, pero, aun así, Seokjin resopló rendido, nunca iba a entender el carácter tan jodido de esos dos, mucho menos el de Taehyung.

—El más grave está en terapia intensiva, sígueme, te llevaré con los demás.


(...)


Sintiéndose intranquilo, Yakov se dio cuenta que ya había terminado por quitarle todas las hojas a un pequeño árbol estilo bonsái que decoraba el centro de la habitación. Lo habían puesto en la cama reclinable, pero decidió que el sofá era más cómodo, y con la angustia reverberante recorriendo su cuerpo, ya había acabado por deshojar la decoración.

Mataste al pobre arbolito —susurró Cillian en un acento ruso cantarín, su garganta dolía después de haber llorado en todo el camino. El chico se encontraba recostado en una de las camas con uno de sus tobillos vendados reposado sobre un cojín.

—Crecerá.

—Era de plástico.

Yakov sacudió el pequeño tronco del anteriormente árbol rosado para darse cuenta que en realidad era falso. Con un suspiro, señaló las almohadas detrás de Cillian.

—Ve a dormir.

—No puedo dormir, cierro los ojos y sigo viendo a Beomgyu sangrando —susurró el irlandés. Después de unos momentos en mudez, añadió: —¿Vamos a morir?

La serpiente cruzó la habitación de forma rápida al escuchar el tono quebrado de Cillian, su ruso ya ni siquiera era entendible entre el desquebrajo de palabras y llanto que había iniciado de nuevo.

—Vamos a morir, no quiero morir, quiero vivir, deseo tanto vivir, no quiero morir, sé que no tengo padres ni un hogar, pero, ¿acaso eso me quita el derecho de vivir?

—No pequeño lloroncito, vamos a vivir, vamos a estar tan llenos de vida que no sabremos ni qué hacer con ella.

—Jae... quiero verlo, ¿él va a morir? Estaba tan herido, es tan delgado y delicado, ¿será fuerte?

—Por supuesto que lo es —Yakov tomó la mano de Cillian con cuidado—, ¿no te protegió de esos hombres desconocidos? Estaba parado frente a ti, listo para recibir una bala si fuera necesario, el mismo chico que nos dijo que viajaba solo, él fuertemente iba a morir por ti.

La habitación se sumió en un silencio incomodo que hizo suspirar a Yakov, esos definitivamente no eran sus planes, su corazón había latido por la libertad que veía prometida en los ojos de un pequeño niño, y, sin embargo, se encontraba apunto de morir de preocupación por ese mismo.

Jaemin, Jaemin, ¿Qué nos has hecho?

Los pensamientos de Yakov fueron interrumpidos por la puerta abriéndose, un hombre que ya habían visto entró en la habitación, poniendo tenso al shifter al verlo, se puso de pie, intentando enderezarse tanto como pudiera para proteger la vista de Cillian de los extraños.

El alfa más alto de los dos sonrió de forma amable—Hola, veo que se encuentran bien, ¿Cómo se sienten?

¿Cuándo nos dejaran ir? —preguntó Yakov, cuando ese doctor se presentó con ellos se había dado cuenta que podía entenderlos.

—Pronto, por el momento están seguros aquí, nada va a pasarles en este lugar, pueden confiar en mí.

Cillian se mantuvo abrazando la blanca almohada entre sus brazos, sus ojos encontrándose con el par de gemas verdes que lo miraban cuidadoso.

Malen'kiy tigr (pequeño tigre) —Taehyung se acercó, Yakov gruñó ante su primer paso, pero para la pantera no fue nada.

Esta bien, esta bien, lo conozco —murmuró Cillian bajito para el viperino. Yakov se giró sorprendido.

—¿De dónde?

¿Qué te sucedió?, ¿Qué le paso? —Esta vez el moreno encaró a Seokjin, quien, con un suspiro, movió su mano en un pequeño ademan.

—Además de cortes y hematomas, tiene un leve esguince en el tobillo, con reposo estará muy bien. Tiene una deshidratación y está muy por debajo de su peso, también presenta posibles síntomas de anemia, pero aún no están listos los resultados de laboratorio, salió limpio de cualquier... uh... —El shifter lobo miró hacia otro lado—, ets.

—¿Qué mierda?, ¿por qué fue necesaria esa revisión? —. Los ojos de la pantera comenzaban a oscurecerse.

Seokjin frunció el ceño—Porque es el protocolo, Taehyung, por las condiciones en que venían, fue el trabajo de las enfermeras.

Finalmente, después de soltar un resoplido tenso, el castaño miró al adolescente viperino—¿Quiénes son? explícate ahora, eso nos ayudará a todos.

—¿Crees que soy estúpido? no cruce un maldito país para llegar y ser atrapado en otro —Yakov marcó cada silaba en su acento, quería verse tosco, valiente, pero por dentro sabía que moría de miedo, preocupación que bullía por saber que iba a ser de ellos y donde estaba Jaemin, que habían hecho con Seob.

—No juegues con mi maldito tiempo, mocoso, tu amigo está en una cirugía ahora mismo, ¿quieres hacerme enojar?, ¿crees que te conviene?

—Taehyung —gruñó Seokjin enojado.

—Por favor... estamos cansados —. Cillian tuvo la valentía de hablar, sus ojos redondos color miel atraparon la atención de Taehyung y pasmosamente la tensión de sus hombros bajo un poco.

—Malen'kaya Omega (pequeño omega) —. El tono de voz con el shifter tigre fue diferente, y Yakov a regañadientes se separó un poco, dándole mejor espacio al mayor de situarse junto a Cillian.

—El bebé oso, ¿lo recuerda?, ¿Dónde esta el bebé? —fue lo primero que susurró Cillian cuando Taehyung se sentó en la cama con él, sus ojos iban de Seokjin a la pantera y de vuelta.

—Se llama Seob, así fue registrado, y está bien, está en una habitación grande y cómoda con otros bebés acompañándolo, está seguro.

Después de unos segundos más en silencio, el chico asintió en comprensión, quería jugar con sus dedos a causa de su timidez, pero el mayor había tomado su mano, la sujetaba con tanta delicadeza como si fuera un objeto de valor importante, nadie nunca lo había sujetado así.

—No entiendo porqué serian buenos con nosotros.

—¿Por qué no lo seriamos? eres un omega valioso.

Cillian frunció el ceño—No, no a la venta, no estoy a la venta.

—Por supuesto que no, no lo permitiré Jamás.

—No te conozco, no entiendo tu amabilidad.

—No nos conocemos, pero conoces a quien yo jure lealtad completa desde el día en que nació.

Alzando las cejas, el pequeño castaño pecoso se vio sorprendido—Jaemin, ¿conoces a Jaemin?

Enseñando sus colmillos, Taehyung sonrió—Por supuesto, su nombre tiene más poder del que te puedas imaginar.

Son un sindicato, es el heredero de un sindicato —musitó Yakov de pronto en una realización veloz. Taehyung le rodó los ojos.

—Que niño tan inteligente, gracias por preguntar.

—Esa no es mi pregunta, en realidad quiero saber, ¿a cuál de todos?

Arqueando una ceja, el Alfa respondió—¿A cuántos conoces, muchacho?

—No muchos, pero con el que nos mandó a secuestrar y vender, con eso fue suficiente.

—Trata, lo temía —Seokjin inhalo para calmar su ira, llevo una mano a su cabello peinándolo hacia atrás y acomodo los anteojos sobre su rostro—, ¿de quién?

Empuñando sus manos, Taehyung intentó no gruñir en frente del pequeño omega—DongGun, hemos encontrado al maldito DongGun, ¿Con quién más tendría contacto Sanghyuk después de todo? Vender a su propio sobrino, seguiríamos siendo unos estúpidos si Kim Namjoon no se hubiera involucrado con su maldita investigación, joder, ¡su propio sobrino!

—¿Vender? ¿De que estas hablando? Si te refieres a Jaemin, no comparten la misma sangre.

—¡Era un niño, hyung! —exclamó sobresaltado, aunque al ver que Cillian había dado un pequeño salto del susto, se maldijo a sí mismo y se obligó a calmarse—Son niños...

Yakov, quien había estado analizando toda la situación, simplemente se rió y negó con la cabeza—y tú crees, ¿Qué eso va a detener al hombre que es cruel por naturaleza?


(...)


—No tengo ningún problema en que estén aquí, es el lugar más seguro —Seokjin habló mientras caminaban hacia el ala del hospital indicada por Taehyung—, pero sus identidades, ¿a que te referías con el heredero?

—Tienes que mantenerte sereno, hyung. Lo que te voy a contar a continuación es mera información confirmada, y en base a esto, tenemos que hacer un plan rápido.

—¿De qué tanto hablas? Joder, me estas poniendo de los nervios.

Llegaron a una de las habitaciones más privadas, había hombres del sindicato custodiando la entrada. Guardaespaldas que se movieron al verlos para darles acceso.

Una vez dentro de la habitación, Seokjin miró al chico que se encontraba sentado en la camilla, miraba la ventana con una seriedad que le erizó la piel.

Y cuando se giró a verlo, cuando esos ojos penetrantes hicieron contacto con los suyos, el medico pudo entenderlo por completo sin que la pantera tuviera que tomar palabra.

—Yo... dios mío, ¿Cómo es posible?

Jaemin entrecerró sus ojos a la defensiva al ver a la pantera, se sentía con menos dolor cuando despertó en el blanquizco cuarto del hospital, no había entendido mucho de la situación, pero había algunas palabras que había podido captar cuando el hombre de ojos verdes que lo inspeccionaba había peleado con el desconocido que los había salvado del tiroteo.

—¿Quiénes son ustedes? —El coreano fue un poco titubeante pero entendible.

—Mi nombre es Kim Seokjin y yo... —el alfa llevó una mano a su boca, luego a su cabello y lo señalo para después señalar a Taehyung y finalmente guardar silencio, no había nada que pudiera decir al respecto, ese chico era una mezcla perfecta de los mejores genes de Jimin y Wonho, tenia la nariz pequeña y respingada del omega, sus ojos, sus largas pestañas, las cejas oscuras y suaves, su cabello oscuro era de su padre sin duda, pero un mechón rubio rebelde y travieso era de su madre.

—¿y?, ¿vas a golpearme de nuevo? —habló Jaemin con enfado al ver que el castaño se mantenía en silencio.

—¿Qué?, ¿golpearte?, ¿nosotros?, ¡Dios, claro que no! ¿de que habla?, ¿Taehyung? —pero cuando Seokjin miró al shifter esté esquivó su mirar.

—Mi nombre es Kim Taehyung —carraspeó esquivando la pregunta—soy el vicepresidente de J.S.J Business. Estas a salvo aquí, todos tus amigos y tú recibieron y estarán recibiendo ayuda médica, no hay nada de lo que debas preocuparte.

—¿Por qué?

Alzando las cejas, Taehyung se vio confundido—¿Disculpa?

—¿Por qué?, ¿son del gobierno?, ¿hacen casos de caridad?, somos niños de la calle, ¿por qué estamos en un hospital privado? —miró alrededor, al menos la costosa decoración era lo que decía—, no tenemos como pagarles esto, y no sé si queramos hacerlo en realidad. ¿Nos van a llevar a un albergue cuando terminen con todo este teatro?

Acercándose con cautela, Seokjin se sentó al final de la cama, soltando feromonas tranquilizantes.

—Escucha, debieron de haber pasado por muchas cosas, tus amigos nos contaron un poco de lo que fue, sabemos que estuvieron involucrados en una trata de especies, no tenemos ni idea de como pudieron llegar a Corea, pero estando aquí las cosas serán diferentes.

—Es cierto, no tienen ni la menor idea de lo difícil que fue llegar aquí, de las vidas que perdimos en el camino, ¿por qué insistes en que confiemos en ti?, ¿Cómo sé que no es una trampa? Mi vida entera se ha basado en huir y sobrevivir, ¿Cómo esperas que solo me quede callado, tranquilo y durmiendo como si nada atrapado aquí? —Jaemin intentó moverse, pero al instante una punzada de dolor atravesó el brazo que tenia vendado, aquel que había sido herido.

—Esta bien, sé que va a ser un proceso muy difícil, pero si no confías en mis palabras, tal vez, ¿Sera que puedas confiar en las de él? —Esta vez fue Taehyung quien habló, sacó su teléfono y después de algunos deslices, lo giró para que Jaemin pudiera ver la pantalla.

El pequeño alfa miró una fotografía con el rostro sonriente de un hombre, se veía feliz ante la cámara, tenía el cabello rubio y brillantes ojos azules idénticos a los suyos y sobre todo, a los de su sueño, ese recuerdo precioso al que se había aferrado tanto tiempo era real, no había sido un sueño, existía y tenia forma, tenia cara y muy probablemente nombre, esa única luz y chispa que lo había mantenido cuerdo tantos años existía y no era una mentira.

—Como... ¿Cómo se llama? —susurró tan bajito en una voz infantil, como si de la nada todo su empeño por verse grande y mayor se hubieran esfumado en un segundo, era un niño, un pequeño niño perplejo y abrumado.

Seokjin sonrió compasivo—Jimin, su nombre es Park Jimin.

—Yo... yo me llamo Park Jaemin.

—Si, así es, él escogió tu nombre —el shifter lobuno respondió de vuelta.

—Yo... —el nudo en su garganta se había engrandecido tanto que le fue difícil manejar su coreano, el ruso salió tan natural y lastimero—Yo lo busque tanto, lo busque cada noche, cada día, lo busque en mis sueños y al despertar...

—Él te ha esperado tanto tiempo, no tienes ni idea —Taehyung tomó la confianza de acercase, agachándose a un costado para estar a la altura del menor—, de lo que te ha extrañado, de todo lo que ha hecho por ti, en tu nombre, de lo que ha sido de su vida desde el día en que te perdió.

—¿Es mi... —Jaemin no se atrevió a preguntar de forma completa, sentía que esa palabra no existía en su vocabulario, una palabra que nunca se sintió con el derecho de mencionar. Mamá.

Seokjin asintió.

No le importó que hubieran dos desconocidos en la habitación, Jaemin hipó y después soltó todo el llanto que había estado soportando tanto tiempo, maldición era un niño, extrañaba a su mamá, quería a su madre, su padre, lo que fuera, no se merecía nada de eso, nada de lo que pasó, lloró tan fuerte que apenas pudo calmar su pecho que subía y bajaba de forma brusca con cada berreo, lloró siendo estrepitoso, contagiando sus lágrimas de vulnerabilidad, viéndose indefenso, asilado, y deprimido.

Llevó una mano a su pecho y terminó por gritar entre lamentos aterrorizado, porqué si, tenia miedo, mucho miedo, pánico y ansiedad, ¿Qué haría cuando lo encontrara?, ¿lo abrazaría?, ¿un hombre tan bonito como él se dejaría abrazar por un niño sucio y terroso que había visto la crueldad del hombre a tan temprana edad? De seguro lo rechazaría como la gente en rusia, aquellos que lo miraban con lastima y otros con reproche cuando buscaba refugio o comida en los callejones detrás de los contenedores de basura.

¿Y si lo decepcionaba? Era pequeño y flaco, tan flaco que era preocupante, no se consideraba bonito, y no parecía alguien que pudiera hacerle justicia a la belleza no heredara de su madre. ¿Y si lo miraba y se iba? Porque después de todo, ¿Qué madre querría a un niño que ya había manchado sus manos de sangre? Hizo todo lo posible para poder sobrevivir y regresar a casa que nunca pensó en que los medios en que lo hizo pudieran afectar la reacción de aquellos que lo esperaban. O al menos quería creer que lo esperaban. Que así era.

Negando con la cabeza, apenas pudo calmar su llanto, extendió una de sus manos cuando el hombre de ojos verdes intentó acercarse más consolarlo, pero no lo dejó, no sentía que lo pudiera merecer.

—¿Lo veré? —masculló con la voz quebrada.

—En cuanto puedas recuperarte, por supuesto —. Seokjin asintió.

Taehyung se separó porque su teléfono comenzó a sonar, echó un vistazo al otro alfa y salió de la habitación tan pronto contestó.

—Tengo miedo...

—¿Puedo saber a qué?

—A todo, a todo esto, debo estar en el bosque todavía, congelándome hasta morir, este debe ser un sueño, todavía sigo en esa jaula del infierno, me van a vender pronto, ¿verdad? esto es tan doloroso que parece una pesadilla, pero una pesadilla tan bonita...

Apretando sus labios, Seokjin no mencionó, había tanto dolor en las palabras de un pobre niño inocente, tanta tristeza que no debería de estar ahí, una herida de abandono que había comido por completo su alma.

Estiró su mano para tomar la del chico, pero en ese momento, la puerta se abrió de forma brusca, una enfermera se veía exaltada y preocupada.

—Doctor, hemos tenido un problema con el paciente que estaba en cirugía.

—¿Qué sucede? —preguntó levantándose—Volveré pronto, lo prometo —comentó en dirección de Jaemin. Fuera de la habitación, la mujer de blanco quien llevaba unos papeles en mano, los extendió con una expresión tensa.

—Lo siento, la hemorragia fue difícil de tratar.... intentamos reanimación tres veces, pero al último intento notamos fracturas en el esternón y costillas izquierdas que dañaron los demás órganos, no pudimos seguir intentando, lo lamento doctor, la hora de la muerte y detalles están escritos en el reporte.

Las manos de Seokjin apretaron las hojas conforme leía los resúmenes de la cirugía. Su vista se quedó estancada en los datos del paciente.


Surcoreano, Beomgyu, 7 años.


—¿Han avisado a sus familiares?, ¿tutores?

—El hombre que los registró salió hace un momento, ya se le notificó.

—Gracias, puedes retirarte.

Después de una reverencia, la enfermera salió y Seokjin casi corrió hacia la habitación donde estaban los demás niños, tan pronto como puso la mano en el pomo de la puerta se quedó estático por el horroroso llanto que traspasaba los ventanales. A través del vidrio pudo observar a un Taehyung abrazando fuerte al chico tigre, quien pataleaba y gritaba, su rostro rojo a causa de las lágrimas. El otro chico, el más grande, sólo sujetaba la mano del omega con la mirada agachada, pero por los espasmos que recorrían su espalda se notaba que estaba llorando.

Cillian se retorció, mordió y lloriqueó, gritando, suplicando saber.

—¿Por qué?, ¿por qué sucede esto?, ¿Qué culpa tenía, Beomgyu?, ¿Qué culpa teníamos nosotros?, ¿de que se nos esta castigando?

Retirándose de la puerta, el medico se recargo en la pared del solitario pasillo, había una emoción desconocida que apretaba desde la boca de su estómago. Levantó la manga de su bata y miró la pequeña serpiente negra enroscada y tatuada en su piel.

Sí, ¿de que se les castigaba? 




Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, dos cositas, 1. se supone que es Taehyung quien nombra al bebé oso como "Seob" peeeero me confundi en los capítulos anteriores, intenté editar tanto como pude pero deje algunos "seob" por ahí porque eran párrafos con comentarios y no querían que se eliminaran U_U .  2. Pos... que fuerte la verdad, trabaje bastante en escribir y editar el capitulo buuuueno no tanto como me hubiera gustado, lo quería mas largo pero en insta estaban ansiosos ya por la publicación, aun así, les he traído el capitulo, espero de todo corazón que les haya gustado, ¡Muchas gracias por su eterna paciencia, su amor y sus comentarios!

Nos leemos pronto, ¡Cuidense mucho!

-Susy

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