Capítulo 47: Un mundo de piezas de rompecabezas.


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10 años atrás.

Botines de tacón mediado sonaron en el brillante piso del instituto, había miradas curiosas que al reconocer tal caminar echaron un vistazo a los ventanales para ver pasar al rey de la escuela. Quien pronto se graduaría y eso dejaría muchos corazones devastados.

El rey del hielo, como había sido apodado, o el príncipe frío, Park Jimin. Acomodó su uniforme, ese donde el color azul marino de la tela resaltaba sus facciones, y el pantalón a cuadros estilo escoces quedaba con el elegante logo del colegio, la corbata roja escondida entre el chaleco oscuro debajo de su saco, era como un modelo escolar, perfecto y elegante.

Detrás de él, una sombra más alta se curveó sobre su pequeña figura, con la camisa sin corbata, pero con el chaleco semi abotonar, pantalones a cuadros que parecían más grandes, pero se mantenían firme en su cintura. El alfa de alfas, Kim Taehyung.

Ambos llevaban a juego una bonita boina con pequeños detalles centellantes (en susurros se decían que eran diamantes) y el hecho de que venían hablando ruso en voz baja con fuertes acentos rítmicos, los hacía parecer General y comandante, intimidadores, dominantes y listos para liderar un batallón de cien personas. Y tal vez así pasaba en realidad, con el hecho de que toda la escuela incluido profesores y directivos, parecían acatar cada una de sus palabras como si fueran ley.

O al menos todo eso se proyectaba a la vista del alfa que los observaba. No fue su intención verlos, ni siquiera prestarles atención. Había llegado a la escuela para encontrarse con el director, un amigo con quien tenía negocios en común, pero para Min Hangkyu, encontrar al hijo de Park Kangjoon en su salto de adolescente-adulto en la preparatoria, fue como un golpe a su estómago.

Habían pasado años desde la muerte de Kangjoon, pero Hangkyu podía recordarlo, y ese omega, era su viva imagen, con un rostro mucho más delicado, pero también hermosamente masculino. Facciones andróginas que estaba seguro hacían que cualquier cayera a sus pies. No es como que Hangkyu fuera uno de ellos, por supuesto que no, no quería que lo mal interpretaran, no era propio de su parte ver y pensar tales cosas de un chico que fácilmente podría ser su hijo por la edad. Lo único que él quería expresar, era su desconcierto y parcial emoción al ver su fascinante parecido con su omega padre, y la belleza heredada que era obvia y la cual nadie podía negar.

En todo caso, Hangkyu volteó a ver a su hijo, Yoongi parecía desinteresado, recargado en el ventanal con los brazos cruzados sobre su pecho y auriculares en las orejas, su chico se había graduado del mismo colegio hace años atrás, y había decidido acompañar a su padre bajo el argumento de querer caminar por esos pasillos una vez más, pero el alfa no hizo más que estar de pie, tranquilo y en silencio mientras esperaba que su padre terminara lo que tuviera que hacer para regresar a casa.

Fue entonces cuando Hangkyu observó una acción fascinante, un acto tan discreto, tan pequeño que pasó desaparecido para todos excepto para sus ojos creedores de fantasía.

En el momento en que los niños de Jisub decidieron pasar caminando por su lado, hablando entre ellos. Yoongi levantó su rostro del suelo, sus ojos rojos vivo mirando confuso alrededor, levantó su nariz para olfatear, pero tan pronto como lo hizo volvió a su posición original. Y al mismo tiempo que aquello pasaba, Jimin se desconcentró de la platica de Taehyung, frunciendo el ceño y mirando por el pasillo, olfateando un aroma extraño en su nariz, sin saber que sus ojos de igual forma se habían vuelto de un plateado brilloso. Basto para que su amigo golpeara su brazo con levedad, y ambos volvieran a su charla, pasando de ellos y perdiéndose al final del pasillo. Como si no hubiera pasado absolutamente nada.

Hangkyu no supo cómo sentirse, muy dentro de su corazón algo se apretujo. Dragones, nada bueno salía en el amor para los dragones, lo sabía de ante mano.


(...)


—¿Por dónde quieres comenzar?

Jimin miró alrededor del centro comercial, ambos se encontraban tomados de las manos ignorando las sorprendidas y obvias miradas de las personas. Eran personas del medio, importantes figuras que estaba seguro, pronto estarían en alguna plantilla de noticias en extraños rumores (que, aunque ciertos un poco exagerados) de citas.

—No lo sé, ¿Por qué no vemos los anillos de compromiso? —preguntó el omega cuando sus ojos captaron una de sus joyerías favoritas.

El alfa se quedó de pie unos minutos, haciendo un extraño sonido que reverberó desde su pecho y atrajo la atención de Jimin.

—¿Qué sucede?

—¿Así será?, ¿así de fácil? —la molestia de Yoongi fue discreta pero evidente.

—¿A que te refieres?

—¿No prefieres una cena y un buen vino? Entonces yo sacaré una cajita de terciopelo cuando menos lo esperes.

Jimin entonces comprendió, acercándose al alfa con una risa divertida mientras lo abrazaba por la cintura.

—Alfa Min, ¿no me digas que quieres hacer de todo este proceso uno romántico? aprecio el detalle, pero no estamos en la mejor de las posiciones para planear una boda de ensueño.

—No es que quiera hacerlo todo romántico, sólo quiero hacerlo de la forma en que te lo mereces, y entre todas mis opciones, no esta en dejarte escoger tu anillo, tiene que ser... —Yoongi gruñó refunfuñado—, sorpresa, una sorpresa, ¿no es en la elección de anillos cuando yo demuestro mi capacidad de proveerte y, sobre todo, saber de tus gustos?

Jimin suspiro y asintió, a pesar de que encontraba divertida la situación, llevó una mano a la mejilla del alfa para que este pudiera mirarlo—¿Quieres que dejemos eso para después y hoy nos enfocamos en otras cosas?

Asintiendo, Yoongi pegó su nariz con la del omega por unos segundos, escuchó algunos cuchicheos en la lejanía y estaba seguro que hubo unos cuantos flashes de cámaras, pero no le importaba. Estaba acostumbrado a la atención, sin embargo, no podía decir lo mismo para su omega, prefería llevárselo de ahí que dejarlo a la vista de personas indiscretas.

—Vamos a comprarte ropa, bonitas sedas que me encargaré de que me modeles después.

Rodando los ojos, Jimin se alejó—Mejor contesta ese teléfono tuyo que lleva vibrando desde hace un minuto.

Dándose cuenta de que el rubio tenia razón, Yoongi se alejó un poco, había contestado el mensaje de Hoseok en su camino, pero ahora había obtenido una segunda pregunta. Miró al omega antes de hablar—¿podrás esperarme un momento? Tengo que atender esto, aunque al parecer, Hoseok ya ha comenzado a actuar —murmuró cuando vio a tres familiares figuras caminar en su dirección, los hombres uniformados se quedaron a una corta distancia mientras hacían una leve reverencia. El alfa se quedó pensativo al ver a los hermanos Choi ahí, extraño, Hoseok no los movía si no fuera por algo importante.

Jimin se dio vuelta al notarlos, reconociendo a uno de ellos, sus ojos escaneando al joven alfa que había capturado su atención, tan pronto como recordó a Soobin, movió su mano al alfa, respondiendo en su caminar hacia el menor—Ve, ve con tus asuntos, este niño y yo andaremos en Saint Laurent.

Yoongi extendió su tarjeta color negro a Jimin—Compra lo que quieras. Sera rápido, en seguida los alcanzaré.

Tan pronto como el omega la tomó, siguió caminando hasta llevarse del brazo a Soobin, parecía más emocionado por gastar que por preguntar por la situación. Aunque, esos ojos azules no pasaron desaparecido que el uniforme de guardaespaldas de esos dos hombres que vinieron a Yoongi era diferente a lo común, Jimin estaba seguro de que fuera de la persecución y el hecho de que había hombres detrás de ellos, algo más había sucedido. Porque el Abogado Jung no mandaría a una unidad especial para una simple escolta, y no es como que Yoongi y Jimin no pudiera deshacerse de sus persecutores por si mismos.

—Hola, cuanto tiempo —saludó Jimin bastante casual, ni siquiera se molestó en mirar al chico, sus ojos buscando su tienda favorita entre todos los departamentales.

Soobin en cambio, abrió sus ojos como un cachorro curioso, asintiendo, aunque el otro no estuviera viéndolo.

—Es un placer verlo de nuevo, Omega Park.

—Si, bueno, creo que te debo una disculpa, ¿no te mordí o algo así? no recuerdo, pero bueno, si no quieres mi disculpa entonces de nada, tómalo como una bendición en un día de suerte.

—Yo... esta bien, no se preocupe, sé que no se encontraba en la mejor de las situaciones. Espero ya se encuentre mejor, ¿es así? —su tono fue tímido, pero todavía formal.

Finalmente, Jimin volteó a verlo, el chico era mucho más joven que Jungkook, eso podía notarlo, no sabía su edad, pero esos ojos redondos que a pesar del miedo y curiosidad compartida que expresaban, todavía lo veían sin esquivarle la mirada.

—Por supuesto, y no necesitas sonar tan formal, no soy tu profesor o algo así, ¿no compartí mi nido contigo después de todo? —Jimin contestó tranquilo, entrando a la tienda departamental donde fue recibido con reverencias de los empleados.

Soobin ladeó su cabeza, todavía siguiéndolo a su costado puesto que Jimin no lo había soltado—¿Cómo podría atreverme a dirigirme a usted de forma casual siendo el Omega Park?

El rubio alzó una ceja—¿Y que es exactamente el Omega Park?

Los ojos de Soobin brillaron, enumerando con sus dedos—Millonario, poderoso, inteligente, audaz y atractivo.

Una pequeña risa salió de los labios del omega, dejó su agarre para apretar ambas mejillas de Soobin con sus manos—Pero que muchacho tan bien educado, sabes de lo que hablas, me dan ganas de llevarte a casa. Señorita —se giró a la trabajadora que los había seguido discretamente en espera de una orden—busca un traje, obsérvalo —exclamó al ver que la beta sacaba una cinta—, no vayan a tocar a mi muchacho, con mirarlo calcula sus medidas, que sea de temporada y tenga corbata. Ahh... —Jimin se giró para ver el calzado de Soobin—, y unas botas militares que combinen estarían bien, consigue un numero mediano.

—Omega Park, señor... no necesito —Soobin se encontraba confundido, sin saber de dónde había venido todo eso.

—Deja que haga esto, después de todo, andarás conmigo y tenemos que combinar, además, todo lo pagará tu jefe, te debería de importar menos. 


(...)


—¿Cuál es la situación?

—El heredero Park se encuentra en la mansión Min en estos momentos —Fue uno de los hermanos Choi quien habló, Minho—, el Alfa Min se ha quedado a su lado, desconocemos las razones o variantes de eso, sólo hemos recibido ese reporte.

—¿Y del atentado?

—Al parecer el sindicato de Serpiente Dorada se encuentra bajo luz naranja en estos momentos, Park Sanghyuk es prófugo de forma no oficial, y los hombres de los Park han estado rodeando todo el perímetro de Sur a Norte de Seúl. No ha habido bajas de ninguno de los dos sindicatos, desconocemos cifras de los hombres de Sanghyuk.

Choi Taejoon agregó—El segundo al mano, el alfa Kim ha estado moviéndose junto con el abogado Jung para dar con el paradero de Park Sanghyuk.

Yoongi hizo un ademán con su mano, restándole importancia—Era de esperarse. El chico, el niño, ¿Cómo esta?

—Sin lesiones externas, obtuvo seis disparos de dardos sedantes, actualmente se encuentra fuera de peligro.

—¿Algo más?

Los hermanos se miraron entre ellos.

Yoongi les fulminó—¿Qué pasó?

—Es... uno de los hombres de Park Sanghyuk es quien los ha seguido, y con varios detrás de usted, señor, me temo que también se encuentra en este centro comercial. Es la razón por la que el señor Kim y el abogado Jung nos dieron la orden de escoltarlo a casa de forma segura.

Fue entonces que Yoongi sintió a su dragón rugir—¿Quién? —el veneno destiló en cada letra.

—Wonho, señor, la mamba negra. Esta buscando al Omega Park.


(...)


Hangkyu suspiró mirando al joven muchacho dormitar en la cama, había tantas cosas que su hijo tenia que explicarle al llegar. Y tener a Park Jungkook inconsciente en su mansión era una de ellas, de seguro su muchacho no sabía la gravedad de tener al mismísimo heredero de otro sindicato en una forma tan vulnerable en su mansión.

El observarlo sólo hacia que volvieran memorias a su cabeza, viejos recuerdos crudos y amargos que había luchado para enterrar y que volvían a la superficie conforme más familiar se le hacía el rostro del chico. Si bien Jimin era la imagen de Kangjoon, Jungkook se parecía mucho a su padre, ese alfa escorpión venenoso de cabello oscuro que le había sonreído de forma engreída cuando el omega de cabello rubio corrió a sus brazos en una de las veces que Hangkyu intentó ayudarlo a escapar de la posesividad de Jisub y sus encierros.

Recordaba a Kangjoon preocupado diciendo que Jisub había estado alterando sus supresores, y que pronto entraría en su ciclo de celo de forma inevitable, estando ambos en Rusia, Hangkyu no lo pensó dos veces para abrir la puerta para Kangjoon, el omega escapando hacia los bosques fríos sólo para que el dragón alfa se diera cuenta que había sido terriblemente manipulado por la astuta mente del omega, si bien Jisub había hecho de todo para intentar aparearse con Kangjoon, Hangkyu se sintió traicionado cuando el omega volvió una semana después por cuenta propia, con una sonrisa satisfecha y sobre todo, preñado.

"—¿huir? Sólo no quería ser tocado sin mi consentimiento por un alfa asqueroso al que no deseo, pero no huiría, mi querido amigo, mi querido Hangkyu, soy una persona que tal vez comete errores, ¿pero abandonar a un alfa con una cantidad de dinero como la que posee Jisub? No será uno de ellos".

Las palabras del omega todavía iban marcadas en su alma, y a pesar de eso, Hangkyu no lo culpaba.

Kangjoon había soportado todo tipo de maltrato, por interés o por lo que fuera, pero al final, ya sea por su ambición o materialismo, había conseguido lo que siempre había logrado, dejar todo el dinero que alguna vez le perteneció a Jisub en manos de sus cachorros. El hecho de que Kangjoon planeó toda una estrategia para coincidir sus ciclos de celo, con las fechas de viaje a rusia, y escapar la misma semana en la que Jisub no estaría, sólo para regresar embarazado de su único alfa, y así, ningún hijo suyo llevaría la sangre de Jisub, pero si su dinero, su herencia, su poder y su influencia.

"—Voy a exprimirle hasta la ultima gota de vida, porqué es un alfa malo, Hangkyu. Y los alfas malos están destinados a toparse con omegas interesados y corruptos como yo, seré su propio karma, aquel que le recuerde que incluso teniendo un heredero alfa dragón, ninguno de los dos lleva su sangre, y al final, mis bastardos serán quien le arrebaten la corona, los criaré de tal manera en que nunca más tendrán motivos para regresar a un bosque helado olvidado por Dios".

Hangkyu se estiró en su asiento, mirando el techo con pesar.

—Joon, Joon, si tan sólo pudieras verlos ahora... 


al fin pude publicar esto, es mucho mas corto de lo normal, pero el proximo estará largo porque lo dividí en dos, ¡gracias por leer! espero les haya gustado ❤ 

-susy

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