Capítulo 33: Un mundo de caras falsas.


Nota antes de leer: Voy a dejar algunos comentarios porqué aunque para mí punto de vista lo veo bastante accesible a la comprensión lectora, tal vez hay algunas cosas que se necesitan aclarar para ustedes como lector, de ante mano, les deseo una feliz lectura. 


Línea divisora de Corea, 3er túnel al norte.

Corea del Sur, a 50 km de Seúl. 

Park Jaemin tenia una memoria demasiado preciada para él, y de igual manera, demasiado... confusa también, pero sabía en lo más profundo de su mente, que era lo más invaluable que tenía y que no podía cambiarlo por nada.

Ojos azules, profundos y centellantes, un zafiro mezclado con el océano más helado y oscuro, pero plata, variante plata y diamante, los ojos más hermosos en un rostro casi borroso, casi... olvidado. Y después un aroma dulce pero acentuado, cítricos que golpeaban bajo su nariz con suavidad y posteriormente la amarga dulzura de un buen vino en su lengua.

Y cuando se esforzaba, cuando cerraba sus ojos y dejaba que la tensión se fuera de su cuerpo podía incluso llegar a uno de sus recuerdos más rotos, en donde encontraba una voz suave, casi tintineante en sus oídos, que se reía de él por caer al caminar, una voz que lo llamaba con cariño, con amor. Una voz llena de confianza y seguridad, que lo abrazaba en las noches solitarias y que buscaba arroparlo cual manto de lino y seda.

Pero lo más sorprendente de poder navegar en la negrura de su inconsciente, era el cosquilleo en su pecho, era sentirlo a él, esa sensación suya dentro de todo lo que lo conformaba, su padre adoptivo quien solía sentarse junto al pequeño Jaehwan y él en noches lluviosas solía hablar acerca de eso.

El lobo shifter lo miraba con comprensión y solía repetirle: —Ese es tu espíritu animal... la raza de tu existir, y la criatura que habita en ti, eres tú.

Al parecer sus pensamientos y deseos más bajos tenían origen, incuestionable e indudable, sus sentimientos más oscuros, y las emociones más benévolas venían de ese espíritu, de esa criatura que le habían dicho habitaba en él. Aprendió entonces así, que sus instintos tenían nombre y voz.

Y eran las suyas.

Jaemin era tanto sus deseos profundos, como los instintos difíciles de controlar, era toda sanidad mental y las emociones fuera de control que difícilmente lo dejaban dormir por las noches.

Entonces Jaemin comenzó a odiarlo, a odiar la sensación de ese monstruo habitando dentro de él.

—No luches contra él, Jaemin... es tu alfa, tú eres alfa, no hay una distinción para separar tus instintos mayores.

Pero Jaemin no quería, no le gustaba la sensación de pensar de que más allá de ser un monstruo, de poseer una habilidad tan desfavorable en sus manos, todavía era un alfa. El pensamiento de que en algún momento podría perder el control, y volver a lo que fue, lo aterraba, lo llenaba de pánico, una razón principal por la que él seguía firme en su intento de estar solo, necesitaba estar solo, no podía hacer más daño.

Aún recuerda la expresión de miedo de su hermano adoptivo, el pequeño Jaehwan lo había convencido de ir al bosque a jugar, y todo pasó demasiado rápido, gritos furiosos y dardos tranquilizantes volaron en su dirección.

No pudo controlarse, no pudo verlo venir, la sangre furiosa y marchita ya corría con toda la adrenalina en su cuerpo mientras el ácido segregaba con rapidez y entonces, un vicioso dragón negro venenoso tomaba su lugar, escamas negruzcas y opacas, como un monstruo gigante que con la más mínima gota lograba hacer morir a los árboles.

—¿Wung?

La voz del bebé oso hizo que saliera de sus pensamientos, el adorable cambiaformas se encontraba en sus brazos, ahora despierto, pero con rastros de sueño por el leve bostezo, parpadeó varias veces, grandes ojos redondos que prontamente se hicieron tan pequeños como dos finas líneas.

—Wung —. A pesar de que Jaemin lo miraba sin expresión alguna, el pequeño shifter lo miraba como si fuese lo más increíble del universo—Wung.

Finalmente, Jaemin suspiró mirando los alrededores, habían logrado llegar a Corea, y había un sentimiento fuerte en su pecho, uno realmente forzoso que casi le impedía respirar con normalidad.

—Se viene algo grande... puedo decirlo —susurró para sí mismo.


(...)


Sindicato Rojo Ginebra | Localización: Mansión Min.


Jimin caminaba con una postura recta, caderas contoneándose con una levedad natural, la mirada en lo alto y sus helados ojos al frente.

No había sentimientos solidos para describir la confusión aberrante que había atentado contra su mente en esos momentos, ¿en qué estaba pensando Min Yoongi? no, no, no, ¿en qué estaba pensando él mismo? si bien el movimiento de Yoongi fue estúpido, el saber que el enojo fue suficiente para poder rechazar una oferta que venía persiguiendo desde hace un mes lo hacia sentir idiota, como si le hubieran jugado una mala pasada de la cual fue una traicionada víctima.

En el momento en que había salido por la puerta de la elegante oficina, no había tardado en enviar un rápido mensaje a Taehyung para que pasara a recogerlo a la mansión. No sabía ni como le iba a decir a su derecha la gran estupidez que había hecho, nuevamente pensar en el alfa rodeado de omegas...

Sintió un nudo doloroso en su estomago que jamás había experimentado, una chispa fogosa que encendía todo su cuerpo y provocaba que sus orejas se pusieran rojas de la vergüenza.

¡Una escena!, ¡le había hecho una escena a un alfa!

Rápidamente cerró los ojos, girando hacia otro lado recordando el vergonzoso momento.

Bajo el último escalón para caminar el corto trayecto hacia las enormes puertas, pero su nombre haciendo eco por toda la recepción lo detuvo al instante.

Mejoró su postura cuando miró a Yoongi bajar tan rápido los escalones, sus ojos whisky caramelo brillando en rojo, y suspiró pensando que nuevamente trataría con un dragón insoportable.

Hoseok quien lo había estado escoltando se acercó un poco más, como si quisiera esconderlo detrás de su espalda al ver que el alfa de su jefe podría estar fuera de control, Jimin alzó una ceja para si mismo, iba a recordar ese momento para después.

Taehyung tenia tantas cosas que explicarle.

—Jimin... —. La voz de Yoongi fue profunda, y cada parpadeo de color de sus ojos entre naranja, rojo y su hermoso color ámbar hacía ver que estaba luchando contra sus instintos, controlándose ante el presente desconcierto en todo su rostro.

No había más exquisitez que ver el rostro afligido del alfa aún cuando Jimin sabía que él también había hecho una escena ridícula, al parecer Yoongi ni le prestó atención, ni analizó la situación, su alfa solo actuó en cuestión al ver que el omega en quien estaba interesado salía de la habitación.

—Bueno, bueno, ¿se desinfló tu nudo o por qué te ves tan abatido? —exclamó el rubio cruzándose de brazos—, sólo estoy esperando a Taehyung, pero si te molesta verme aún aquí, Hoseok puede llevarme.

El abogado Jung levantó sus cejas al escuchar su nombre sonar tan familiar y normal en los labios del joven CEO omega, pero asintió levemente en confirmación. Yoongi le lo miró con un atisbo de intriga antes de caminar hacia Jimin, quedando a una moderada distancia.

—Déjenos solos —exclamó Yoongi en voz alta, sus hombres rápidamente se retiraron, pero Hoseok se mantuvo dubitativo, fue Namjoon quien se acercó a tocar el brazo del pelirrojo alfa, preguntando silenciosamente con su mirada por qué no se movía.

Jimin rodó los ojos, pero se movió un poco para mirar a Hoseok—Esta bien, señor Jung, si necesito nuevamente su escolta, estoy seguro que el Alfa Min me hará el favor de llamarlo.

Carraspeando un poco, Yoongi habló cuando finalmente estuvieron solos—no sé como comenzar.

—Bueno, yo si puedo decirte como terminarlo.

—No sé qué estaba pensando.

—Obviamente no estabas pensando.

—Supongo que la oferta con ABO... ya no habrá declaraciones para un acuerdo comercial.

—Supone bien.

—Creo que fue un acto... intolerable.

—Más bien idiota, eres un idiota.

Ambos mantuvieron contacto visual, Jimin se sentía arisco y Yoongi imperturbable, pero aun así el dragón de fuego bufó levemente y lo miró con una expresión más apaciguada, sus ojos volviendo al hermoso color ámbar whisky con lentitud.

—Te he sobreestimado bastante, tal vez no fue el mejor movimiento para tratar de llamar tu atención —comenzó el alfa.

Ladeando un poco su cabeza con sincera confusión, Jimin respondió—¿por qué tratarías de llamar mi atención si he dejado en claro desde que nos vimos en la sala de juntas que estoy deseoso de comercializar con tu empresa? ¿no está de más decir que realmente me interesaba? Joder, si esa es tu definición de invitarme a salir, te recomendaré al mejor psiquiatra del país.

—No me interesa ningún contrato millonario que tengas, ningún negocio que muestres a mi disposición, Park Jimin —Yoongi apretó sus labios en una fina línea unos segundos antes de volver añadir: —me importas tú.

Jimin movió una de sus manos restándole importancia al asunto—que lastima, ya que este es un mundo que se maneja por negocios, y yo no estoy a la venta, pero... mis acciones son otra historia, mis bellas y hermosas acciones están listas para que las tomes siempre y cuando firmes un acuerdo de fidelidad comercial, obviamente ya no será lo mismo con ABO, me has quitado las ganas por completo.

Un paso adelante, y Yoongi tuvo la audacia de poner sus manos en cada costado del omega, mirándolo directamente a los ojos.

—Saca esa testaruda cabeza del dinero por un momento y préstame atención —musitó el alfa, su voz bajó unos cuantos tonos, casi rosando su sub mando.

Jimin lo miró directamente a los ojos nuevamente, más atento que desconcertado.

—Me interesas Omega Park, me interesas como omega, como hombre, como pareja, como compañero y Dios quiera como a quien deseo que lleve mi marca un día.

Sin inmutarse, el rubio se movió un poco, casi pudiendo escuchar con más claridad la respiración del dragón, quien comenzaba a agitarse.

—¿Por qué?

—¿eh?

—¿Por qué te intereso? —preguntó Jimin de forma neutral.

—Hemos pasado mi celo juntos y... —Yoongi resopló—, no es tan fácil de explicar cuando me lo preguntas así.

—¿Te intereso por qué tengo dinero?, ¿por qué tal vez soy la única cabecilla que podría secundarte en el bajo mundo?, ¿por qué no has encontrado otro omega igual?, y Dios también sabe que has estado buscando, eh... —murmuró Jimin arremedando su tono—, pero al final, ¿te intereso por que simplemente encontraste satisfactorio mi cuerpo o como por qué de pronto te has interesado en un omega a quién has insistido en molestar?

—Mi dragón se ha imprimado en ti.

—Tu dragón eres tú, Alfa Min, deja de excusarse hablando como si fueran personas diferentes, conozco esa esencia, ¿por qué tu dragón se imprimado en mí si apenas y hemos logrado acatar una charla buena y pacifica? no me digas que fue amor a primera vista, de ser así, no estuviéramos en esta posición.

—Eres hermoso, y cuando te conocí, pensé que eras el omega más hermoso en el que mis ojos han tenido el placer de posarse, eso no lo voy a negar —. Yoongi refutó, peinó sus cabellos hacia atrás en un acto casi angustioso—, pero no entiendes como funciona mi dragón, como es la sutileza del hecho de que en toda mi vida no he podido estar con ningún omega o beta sin sentir que mis instintos quieran derramar su sangre porqué no somos compatibles, y contigo... contigo yo deseo muchas cosas y jodidamente he estado luchando con este maldito sentimiento asqueroso al cual no sé cómo nombrarlo.

Ambos se quedaron en silencio antes de que Jimin dejara salir una risa ofendida, casi burlona.

—No lo digas, no lo menciones, ¿amor?, oh joder... tú y yo, y amor... no es una ecuación a la que le vea futuro.

Yoongi gruñó levemente—tú y yo, y amor.

—tú y yo, y amor —repitió Jimin—, deja de jugar.

—Si esto fuera un juego, ¿por qué te has enojado tanto? me atrevería incluso a decir que vi una escena de celos.

Rápidamente Jimin boqueó, sin saber como responder ante aquello, sus orejas poniéndose de un furioso rojo mientras bufaba molesto y miraba hacia otro lado.

—Eso es estúpido, ¿Cómo no iba a enojarme cuando la intención es que soportara que el alfa que supuesta esta interesado en mí, estuviera rodeado de omegas?

—¡Pero eso es de lo que hablo! —gruñó Yoongi—, ¡yo soy el que está interesado, pero si tú no lo estás entonces porqué te has enojado! ¡por qué, jimin!

El silenció cayó como un manto espinoso sobre ellos, haciéndolos inhalar con lentitud para calmar sus agitadas respiraciones.

—¿Interesado en mí? —finalmente la voz de Jimin pareció quebrarse, como si el fuerte omega que lo había confrontado poco a poco comenzaba doblegarse en una careta de comprensible desanimo y denigrantes emociones negativas.

—En ti —gruñó el dragón—, estoy interesado en ti.

Los ojos del omega parpadearon como finos diamantes, su pupila adelgazándose como un palillo, brotes de plata escondiendo un azul helado que no se vio más.

—Arrodíllate —susurró Jimin—, arrodíllate en el suelo.

Alejándose estupefacto, Yoongi miró con falsa incomprensión al omega.

—¿Disculpa?

Fue Jimin una vez más quien dio un paso adelante sin querer perder la cercanía—Arrodíllate alfa Min, arrodíllate ante este pobre omega a quien planeas verle la cara de estúpido, arrodíllate ante mí, a quien jodidamente has investigado amenazando a sus doctores, sembrando la duda entre mis hombres de confianza, arrodíllate ante mí, a quién has investigado incluso en la base de datos criminales del país, ante el omega por quién has decidido comenzar una cruzada criminal en Rusia par atrapar a uno de los míos.

Conforme caminaba más cerca, sus ojos brillaron del más hermoso plata, su voz se mantuvo serena, y sin titubear continuó.

:—Arrodíllate, Min, arrodíllate ante el omega a quién le acabas de profesar un interés amoroso lo bastante profundo como para pensar en un lazo pero a quién acabas de intentar humillar en tu oficina.

Jimin apretó sus puños, porqué Yoongi, no estaba confundido, tampoco enojado ni desconcertado.

Estaba sonriendo.

—Y si realmente tienes el jodido nudo de un alfa, arrodíllate si te atreves ante este omega.

Carcajadas inundaron el salón, haciendo eco entre las elegantes paredes, rebotando en el blanco y extravagante mármol.

Entonces los ojos de Yoongi regresaron al rojo, su sonrisa se ensancho y se acercó al omega, tomando su mano sin dejar de mirarlo, una de sus rodillas se dobló contra el piso mientras se arrodillaba en una postura respetuosa.

—Ya tak dolgo zhdal vstrechi s nastoyashchim zachinshchikom zolotoy zmei (esperé tanto para conocer al verdadero cabecilla de serpiente dorada) —murmuró Yoongi después de depositar un cariñoso beso en el dorso de su mano, Jimin no pareció interesado ni sorprendido ante la perfecta fluidez del ruso, sabía que Yoongi lo hablaba perfectamente, después de todo...

Después de todo...


(...)


19 años atrás.

Y entonces Jimin sonrió, fue ahí cuando Hangkyu logró comprender y con una velocidad inhumana se acercó al pequeño omega, agachándose a su altura.

—Estas tranquilo, no pareces conmocionado... —quedándose en silencio durante unos momentos, Hangkyu continuó—¿por qué? ellos no planeaban hacerte daño ¿verdad?, no lo iban a hacer, entonces... ¿entonces por qué te llevaron?

Jimin se acercó al alfa, susurrando cerca suyo—porqué papá lo ordenó así, al igual... al igual que ordenó que asesinarán a tu esposa.

El dragón rápidamente se alejó, no queriendo lastimar al pequeño si explotaba fuego sin poder controlarlo, el enojo, la ira y sobre todo la decepción de una traición caía sobre sus hombros tan afligido que podía sentir como la humanidad abandonaba lentamente la coherencia de sus pensamientos.

—Vete, vete ahora.

Jimin se encogió de hombros y salió de la oficina del hombre, cerrando la puerta detrás se topó con que su vista estaba bloqueada.

Había un chico mirándolo con las cejas fruncidas, ojos profundos y gatunos cubiertos de un hermoso color ámbar, tenía ambas manos empuñadas y lentamente comenzaba a rodearlo un nítido aroma a cenizas, a fuego carbonizado que quemaba su nariz, un aroma que Jimin estaba seguro guardaría en su memoria.

—¿es verdad?, eso que dijiste a mi padre, ¿es verdad? —su voz no tenia impacto alguno, pero podía notar con facilidad que estaba tratando de controlarse, portaba aún su uniforme escolar.

El pequeño rubio cambió su expresión al instante, ladeando su cabeza en un aspecto adorable, grandes ojos de cachorro azules marino le miraron con confusión.

—Ya ne sovsem ponimayu, o chem ty (no entiendo muy bien qué quieres decir).

Mirándolo unos momentos más, Jimin lo reconoció al fin, Min Yoongi, único hijo y heredero de Min Hangkyu.

—¡No me hables en ruso! ¡te escuche hablar coreano! —exclamó con enojo Yoongi, sus mejillas comenzaban a ponerse rojas, sin saber si era ira o vergüenza.

—Ya ne znayu, o chem vy govorite, ya vsego lish' rebenok, chto mozhet rebenok? (No sé de qué hablas, sólo soy un niño, ¿qué puede hacer un niño?).

Bufando, Yoongi se alejo unos pasos, parecía angustiado, como si tuviera algún tipo de crisis intermedia, nuevamente se giró a mirarlo, esta vez sus palabras fueron algo inseguras, tal vez por no tener la fluidez del idioma.

—Prosto nazovi mne imya, skazhi, kto eto byl, kto ubil moyu mat', prosto nazovi mne imya, my bol'she nikogda ne vstretimsya (sólo dime un nombre, dime quien fue, quién mato a mi madre, simplemente dime un nombre, jamás volveremos a cruzarnos de nuevo).

Los segundos fueron imperturbables, ambos chicos podían sentir sus corazones latir fuertemente, pero ninguno quería expresarlo, ni Yoongi titubeante, ni Jimin sin saber como continuar. Fue entonces cuando los ojos del infante omega fueron a su brazo izquierdo, en él, había una pequeña mancha rosada, el doctor que lo atendió durante el día de su secuestro le dijo que no tendría cicatriz, que con el tiempo desaparecería, pero a pesar de ser un pequeño niño, el enojo comenzó a inundar su cuerpo, la ira y la vileza se adueñaron de sus pensamientos al recordar al hombre que lo había tomado sin dudar en esa fiesta, al hombre quien lo había visto transmutar por primera vez y se había atrevido arrancar una de sus escamas, dejando la evidencia tintada en su piel.

—Alek I. Mijaíl —murmuró Jimin, después miró a Yoongi con ojos decididos, el adolescente lo escuchaba atentamente—Alek I. Mijaíl es el responsable.

Después para Yoongi todo fue un borrón, los días tortuosos sin su madre a su lado fueron el infierno más viviente posible en su vida, la lejanía de un calor que jamás tendría el placer de sentir lo había vuelto demente a un grado en el que no podía pensar más allá de tener la sangre en sus manos de quienes se atrevieron arrebatarle lo que más amaba en su mundo.

Su dragón vicioso, egoísta y manipulador susurraba cada noche despecho en sus oídos, envenenaba su corazón con una rapidez que lo hizo tomar un par de armas y salir de la mansión.

Con el rostro aquejumbrado y la lluvia de ese diez de diciembre empapando su rostro, llegó a donde ellos, sin inmutarse, sin dudar ni pensarlo dos veces, jaló del gatillo y lentamente entre su risa y el dolor flotando en el aire los vio caer como piezas de domino, los miró esconderse cuando el escozor del fuego comenzó a palpitar en sus dedos gritando una furiosa libertad, y los observó hacerse cenizas cuando su enojo y su alma rota tomó la forma de un gigantesco dragón negro, flamante que quemó todo a su paso.

Cuando el sol comenzó pintar el cielo, el clan de Mijaíl ya no existía.

—Yoongi... mi chico... ¿Qué...? —Min Hangkyu había empujado a todos sus hombres para llegar hasta su hijo, tomando su rostro entre sus manos, ojos preocupados y furiosos al mismo tiempo—mi muchacho, ¿Quién...? ¿Quién te hizo?

Pero Yoongi rió, sus ojos whisky cambiando a su peculiar rojo.

—Escuché... rumores... —. Levantó su mirada, zafándose del agarre su padre, Hangkyu retrocedió al ver la expresión en su hijo, ojos que reverberaban una inocente juventud manchada por la crueldad de la vida, en cambio, Yoongi volvió a reír, tambaleándose entre sus pies—se burlaron de la muerte de mamá y yo sólo... los maté, ¿entiendes, Hangkyu? los maté, ¡los maté, los maté! —risas hicieron eco en el salón, las miradas de los demás miembros del sindicato fueron desconcertantes al ver el comportamiento del joven heredero.

—Mi niño... —murmuró el Dragón mayor—, ¿qué hiciste? tú-

Yoongi lo interrumpió dejando de reír al instante, su voz más profunda—Y lo volvería a hacer... lo volveré a hacer si un día encuentro a quien proteger, el día en que mi dragón vuelva a imprimarse en alguien más, si algo le llega a suceder, quemaré todo, ¿entiendes padre? quemaré todo hasta los cimientos, porqué nadie, absolutamente nadie volverá a hacer enojar al rey, nadie.


Regla entre reinos bajos, no importa cuanto se esconda y proteja al rey, creyéndolo un ser incompetente, si está en esa posición... siempre es por una buena razón. 

son exactamente las 4:21 de la mañana y no he dormido nada, lamento cualquier error de dedo que se me haya ido y alguna que otra incoherencia por mi falta de sueño, pero bueno, tenía que venir a reclamar mi corona como princesa de las madrugadas después de pasar tanto tiempo sin actualizar, ¡espero les haya gustado! 

Ahora, ¿Qué les ha parecido el capitulo? puede que la actitud de Yoongi les confunda y sorprenda hasta cierto punto pero aún no hemos explotado ni la mitad de la plantilla de su personaje, falta todavía mucho para su desarrollo completo, de igual manera, espero que les haya gustado. 

¡cuidense! les mando un beso y un abrazo

-susy

Pd: ando subiendo videitos de mis fics a Tiktok, me pueden encontrar como susy1599 ^^

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top