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-Law... ¿Que hacemos con esto?
La chica le mostró un archivo donde se encontraba el nombre de "Trafalgar D. Water Law" adentro estaban los crímenes cometidos por el pelinegro que la chica había leído por encima. El chico suspira pesadamente sin saber que contestarle con certeza.
-Tiene todos tus crimenes- la chica deja de mirarlo sintiendo muy poca empatía por el- También el nombre de tus víctimas... Así que robabas órganos
-Puedo explicarlo __~ya
-Se que me dirás que Doflamingo te lo ordeno- lo interrumpe- Que el fue quien te dijo a quien extirparle el órgano y tu solo lo hacías para que Doflamingo luego lo venda- la rubia le dirige la mirada seria- Pero bajo ese criterio todas estas personas serían santas e inocentes, pero tu y yo sabemos que no es así... Otra cosa que agregar a los antecedentes de Doflamingo: Tráfico de órganos.
-No negaré que tienes razón- el chico se sentía avergonzado, desnudo e inofensivo bajo la mirada seria de la rubia- No soy ningún santo... Esperemos a Sengoku~ya y que el nos diga que pasara conmigo...
-Yo te diré que pasara- ella comienza a ordenar los archivos y los guarda en la caja mientras habla- Terminaras preso entre cuatro paredes, sólo, en una prisión de máxima seguridad unos cuantos años por todos los crímenes que cometiste- ella toma la caja y lo mira- No hay que ser demasiado inteligentes para saberlo - la chica comienza a caminar a su habitación- Avisame cuando Sengoku llegué, hay que hablar seriamente con el.
-Esta bien- el pelinegro agacha su mirada- Pero... antes de que vayas a tu habitación puedo pedirte un beso.
-Law... no ahora...
Ella se encierra en su habitación dejando la caja en el suelo y comenzado a expandir los diversos papeles sobre este, leyendo tranquilamente. Sabia a la perfección que nadie se salvaría con tanta información pero a la vez eso le perturbaba y desanimada. Un gran hombre entra a su cuarto captando la vista de la chica quien le sonríe, la puerta se cierra dejándole intimidad a ambos.
-Es un gusto verle Sengoku~san
-Lo mismo digo pequeña Rocinante- acaricia la cabeza de la chica y se sienta en la cama- Dime... Esto es lo que creo
-Son los archivos de Doflamingo- contesta mientras el pelinegro ojea un poco la caja- Los Mugiwaras pudieron obtenerlos - vuelve a su semblante serio algo apenada- Pero... tener estos papeles me hacen sentir mal...
-¿Porque? Esto llevará a todos sus secuaces ante la justicia
-Justamente por eso- la chica aún sentada en el suelo se acerca a el- Los subordinados de Doflamingo, por lo menos los de rango más bajo, fueron manipulados ¡Yo lo sé! Baby5 y Law son claros ejemplos- ella suspira dejando caer su cabeza en la cama-... Se que hicieron daño, se que merecen pagar por lo que hicieron... Pero fueron manipulados, fueron abandonados por el mundo y por eso eligieron ese camino, no tendrían que ser juzgados pero a la vez siento que si... Y no puedo no entregar toda esta evidencia, sin estos archivos muchos no pagarían por el mal que hicieron y estaría obstruyendo a la justicia...
Sengoku con cuidado se sienta junto a ella en el piso, mira a la rubia a los ojos y sonriendo le contesta.
-Tienes el mismo corazón bondadoso y justiciero que tu padre, ten por seguro que Rocinante esta orgulloso de ti este donde esté
-Gracias- ella le devuelvo la sonrisa pero seguía algo frustrada- Lamanto ser grotesca pero eso no soluciona mi dilema
-Se que es difícil... Se a la perfección que Doflamingo es un manipulador y tu lo conoces más que nadie... No todos los subordinados tendrán el mismo castigo si te hace sentir mejor
-Yo lo conozco más que nadie...- ella se quedó pensando esa frase- ¡¿Y si lo demuestro ante un juez?!- Sengoku la miro sin entender- Si demuestro ante un Juez la manipulación de Doflamingo hacia sus subordinados ¿Esto podría reducirles sus condenas, verdad? Si demuestro que colaboraron en el caso de atrapar a Doflamingo ¿Podrian no ser castigados tan abruptamente verdad?
-Quizas si... Pero no puedo prometer nada, aunque es demasiado peligroso que lo hagas, no lo recomiendo
-Entonces me arriesgaré - hablo con determinación- Necesito que los subordinados como Baby5 o Law no sean tan injustamente encarcelados, necesito generar un punto medio entre lo que merecen y lo que deben recibir
-__ no mates a tu cabeza- el la mira preocupado- Sufriste mucho además de ser herida, debes descansar y seguir con tu vida
-¡Pero Doflamingo es parte de mi vida! El es de mi sangre, de mi familia, quiera o no quiera esa es la verdad ¡Law es parte de mi vida! Y aunque se que merece pagar por sus fechorías también debe de reconocerse que fue una de las personas que colaboró con el encierro de ese maniaco y que sin el nunca se lo hubiera atrapado... Me guste o no, sigo siendo una Donquixote y es parte de mi vida llevar ese apellido tan pesado de culpa.
Sengoku sonríe y abraza a la menor, aunque el hombre fuese de espíritu fuerte esa chica lograba ponerlo sentimental al recordarle tanto a su fallecido padre; el afirma y le pide ayuda para levantarse ya que le dolía algo la espalda.
-Estoy viejo para luchar- río el incorporándose
-¿Pero que dices, hombre? Estas hecho todo un jovencillo- río ella ayudándole
Ambos salieron de la habitación; __ no puedo evitar sonreír al ver al cirujano de la muerte sentado en el sofá con un conejo entre sus manos y una cabra descansado en su regazo mientras el chico les daba a ambos animales pedazos de zanahorias.
-Te llevas bien con los animales- hablo el mayor
-Eso creo- contesto alto desanimado el chico
-Chicos tienen que descansar- Sengoku llamo a su cabra quien corrió al lado de el- Yo tengo que seguir con papeleos de Doflamingo... Cuando termines con los archivos me los tres ¿Si pequeña Rocinante?
-De acuerdo Sengoku~san- ella lo guía a la salida- En cuanto termine me encargaré de que lleguen a tus manos... Nos vemos
-Nos vemos chicos
El mayor se fue con su cabra, los dos chicos se miraron algo incómodos por el asunto, aunque ambos estaban apenados.
-__~ya... Se que merezco pagar por mis crímenes, he lastimado a muchas personas y aunque yo no las mataba si veía como lo hacían y no hacía nada... eso también me hace culpable
-Se que eres culpable, también que no eres ningún santo- ella se sienta a su lado- Pero también eres culpable de ser abandonado por el mundo y culpable de llevar a Doflamingo ante las rejas...Muchos están en situaciones parecidas a las tuyas, fueron manipulados o abandonados haciendo que se unan a la familia Donquixote, pero yo me aseguraré de que tengan un trato especial... Por eso necesito tu ayuda
-Siempre tendrás mi ayuda- contesta seguro el chico- ¿Que debo hacer?
-Se que conoces muy bien las historias de los subordinados de Doflamingo... necesito que me las cuentes, todas las que sepas, necesito saber de ellos y hacer nuevos archivos que demuestren que fueron manipulados haciendo que su condena sea reducida
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