Capítulo veintitrés

—Ey, hola —Lena parecía bastante sobria, se acercó y la saludo con un beso en la mejilla—. ¿Eres la amiga de Pilar?

—Si...

—Vaya, que pequeño es el mundo.

—¿Se conocen? —definitivamente Mari Pili si está ebria, su voz sonó baja y lenta.

—Si amor, por Pablo.

—Oh vale.

—Lamento haberlas interrumpido chicas. Solo quería decirte Mari que ya me voy, ¿Tienes como legar a casa?

Parece que su mente se había aclarado un poco después de ese encuentro casual.

—Yo la llevaré a casa en un taxi, no te preocupes —Lena estaba sonriente y amable cómo siempre.

—¿Estás bien con eso Mari Pili? —a pesar de lo que dijese Lena, la decisión es de su amiga.

Pili solo asintió cómo distraída, sus mejillas estaban un poco rojas, y Ágatha se dió cuenta que su amiga estaba avergonzada. Vaya... Que extraño en la atolondrada de Pilar

»Vale, entonces yo me voy a casa. Que pasen buena noche chicas.

—Gracias —dijeron ambas al unisiono, y se apresuró a salir para que ellas pudieran seguir.

—Agatha —antes de llegar a la puerta la voz de Lena la detuvo.

—Dime.

—Pablo también estaba por irse, deberías llamarlo.

—No es necesario, bye.

Aún no lograba procesar lo que sea que pasó allí dentro. Sus pasos fueron bastante lentos de regreso a la mesa, y antes de lograr llegar su cuerpo impacto con alguien.

—Agatha, hola —el chico frente a ella la miraba sonriente y se acercó a saludarla con dos besos—. La última vez no me diste tu número.

—Hola Mario, ¿Cómo estás?

—Bastante despechado, pero eso no es tu culpa. ¿Con quién viniste?

—Amigas del trabajo.

—Pero ya te veo sola, ¿Quieres tomar un trago conmigo?

—No sé si...

—No seas así, vamos que tengo el corazón roto.

Antes de que pudiera responder algo Mario tiro de su mano hasta la barra y pidió algún trago que no escuchó de que se trataba. Pero ese trago se convirtió en cuatro más. Ya estaba viendo incluso a las personas de colores fluorecentes con todo el neón al rededor del lugar. 

—Agatha —una borrosa Doris apareció frente a ella—. Desapareciste. Y aun no encuentro a Pilar. 

—Estaba en el baño —su voz sonó ronca—. Tenia necesidades fisiológicas urgentes. 

—Bien, ¿Y donde está ahora? creo que ya deberiamos irnos. 

—Dijo que se iría por su cuenta, estaba con su... amiga —soltó una risita indiscreta. 

—Bueno, ¿Y tú? Vamonos, te llevamos a tu casa. 

—No es necesario —la voz de Mario sonaba graciosa—. Volvemos juntos. 

—¿Agatha, lo conoces?

—Si, esta bien. No te preocupes. 

—Vale, cuídate y envíame un mensaje —Doris se despidió un poco insegura. 

Ella se volvió a Mario y los dos comenzaron a reír mirándose a los ojos, la risa no paro por lo que parecieron un par de minutos en los que su abdomen comenzaba a doler. 

—¿Y ustedes de que se ríen? —Lucas se acercó mirándolos divertido. 

—De algo —Mario murmuró con voz agitada volviendo a reír más fuerte. Ella inevitablemente lo acompañó agudizando el dolor en su abdomen. 

—¿Se drogaron? 

Ambos se miraron y el ataque de risa continuó. 

>>Mierda, parece que sí. Buscare a los chicos —Lucas salió disparado a algún lugar. 

—Buscare —Mario dijo la palabra y rompió a reir de nuevo—. Buscando. 

Ella inevitablemente siguió riendo sin parar, como si del mejor de los chistes se tratara.

—Un beso —completo ella entre risas. 

Por alguna borracha razón le había contado a Mario su situación, y eso solo desencadeno aquel loco ataque de risas. 

—Ey, ¿Que te metiste? —el brazo de Pablo, que se veía relativamente sobrio, la envolvió por los hombros. 

—Pan de arequipe —la frase inevitablemente avivo sus carcajadas y las de Mario. 

—Vaya —Pablo soltó una risita mirandola a los ojos—. Si estas bromeando debió ser algo fuerte. Vamos que te llevo a casa. 

—No seas atrevido Pablo. Respeta a tus mayores, y no vengas a cortarles la diversión —dejo de reír intentando recuperar la compostura. 

—Atrevido Pablo —Mario repitió señalándolo con el dedo acusadoramente. Y de nuevo la risa los invadió. 

—Vamos a que te laves la cara al menos para que se te baje un poco —sin tiempo para negarse, Pablo tiro de su brazo llevandola al baño. 

—El baño esta ocupado. 

—Esperaremos. 

—¿Estas de mal humor? —hizo un puchero mirandolo, él siguió caminando con la vista al frente. 

—No. 

—Si lo estas, ¿Por qué? 

—No lo estoy, venga Agatha Cristina, entra al baño —señaló la puerta. 

—¿Y si interrumpo algo?

—¿Que vas a interrumpir?

—Cosas de adultos —se acerco bastante a su rostro antes de murmurar—. Serias cosas de adultos. Bueno, adultas. 

—No vas a interrumpir nada —Pablo volvió a tirar de su mano entrando él primero al baño. 

—¡Pervertido! Te van a correr de aquí —el baño estaba completamente vacío. 

—No estamos en una pelicula, loca —abrio el grifo y se mojo la mano antes de pasarla sin mucho tacto por su rostro. 

—Auuu. Que me vas a sacar un ojo. 

—Exagerada —tomo un poco más de agua y esta vez paso las manos por su nuca. 

—Ya, ya. Dejame. Yo puedo. 

Un poco más ubicada y bastante mareada intentó peinarse un poco.  

—¿Qué haces aquí hoy? —podía sentir su mirada en el espejo. 

—Noche de chicas —por alguna razón, encontró hipnótico el que sus miradas se encontraran en el espejo—. ¿Tú que haces aquí hoy?

—Noche de despecho. 

—¿Por eso estas enfadado? 

Sus miradas seguían unidas en el cristal, y su mente inevitablemente comenzó a divagar, sintió un pequeño calorcito extenderse en su cuerpo, en subida hasta sus mejillas. 

—Algo así. 

Sus dedos picaban un poco, y casi podía verse dándose vuelta y envolviendo las manos en la nuca de Pablo... Es tu amigo, tu super amigo de siempre

No te gusta.

No te gusta. 

Claro que no te gusta. 

—Lo siento, ¿Quieres hablar al respecto?

—No ahora.

Terminar recostada en el lavavo en un beso profundo, aún con los olores a orines del baño, pero con Pablo, seria algo celestial... Es lindo. Muy lindo.

Sus ojos seguían encontrándose en el reflejo del espejo. ¿Será por Lena?¿le rompió el corazón?

—Me estas mirando raro —Pablo soltó una risita abandonando su seria actitud de la noche. 

—No te estoy mirando nada —solo quiero comerte a besos y sentirme pecadora... 

—Bah, mentirosa —se dió vuelta para mirarlo directamente y evitar el rumbo de sus pensamientos, aunque quizá fue peor—. ¿Ahora si quieres ir a casa?

—No. es tu noche de despecho... vamos a tomar un trago y a bailar, como en los viejos tiempos. 

—Pensé que no bailabas en publico —Pablo la estaba mirando con una sonrisita divertida. 

—Por ti puedo hacerlo, vamos antes de que me arrepienta. 

Estaba escapando de sus pensamientos en el sonido de la música, y quizá estaba un poco al filo de la inconsciencia, porque para terminar así, se necesita una muy buena dosis de alcohol. 

Su cuerpo estaba pegado al de alguien más, y su mente estaba en algún lugar mirándola con reproche y reprobandola. Odia sentir su sudor, y su calor corporal, sumado al de su acompañante de baile, pero por alguna razón está vez no se sienta tan mal estar así, su cuerpo se había restregado un poco con el de su pareja, sus manos en algún momento cumplieron la fantasía de divagar en su nuca, y las de Pablo, seguían pegadas a su cintura alterando todo lo alterable en su sistema.

Es hora de volver a casa ama —por alguna razón quizá algo obvia, esa frase cerca a su oído la hizo estremecer. 

Esta vez simplemente asintió. 

***-***-***

Casiii. Está es la gran recta final xD

Muchísimas gracias por llegar hasta aquí ☺️

Recuerde, acepto criticas, opiniones, comentarios. 

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