Capítulo Veinte

Definitivamente la inconsciencia llegó en el momento adecuado, ni idea cuando fue, pero se quedo dormida en algún momento entre Luna nueva y Eclipse.

Parpadeó un poco acostumbrándose a la claridad, y casi quiso gritar con el tirón de su cuello por la mala posición en la que durmió. Su cuerpo se sentía entumecido, y podía sentir parte de sus piernas en el aire, y sus pies sobre la mesita de centro. 

¿Que diablos...?

Junto a su brazo había otro, claramente masculino, y ese brazo estaba pegado a un torso, y ese torso significaba que se había quedado dormida junto a Pablo.

¡MIERDA! 

¡Oh Dios!

Mierda, PERO, ¿Y QUÉ?

Antes Pablo se había quedado en su casa a ver películas toda la noche, y también habían dormido en los sofás, sin problemas, de hecho incluso se quedo a acompañarlo noches enteras en su casa, pero nunca había sentido esos erráticos latidos que su corazón estaba produciendo, nunca por Pablo. Bueno... Nunca por nadie real. 

Quería moverse y a la vez no, porque en su cabeza ya se estaba reproduciendo una playlist romántica, y los títulos de películas de amor y canciones de romance destellaron, como llenándola de ilusiones y diciendo que esta también podía ser su gran historia de amor.

Intento no moverse mucho, pero se acomodo ligeramente para ver a Pablo dormir, y definitivamente era una tontería sentirse de esa forma por el espécimen junto a ella, que estaba con una marca de baba seca en la mejilla y un poco mas se estaba escurriendo por la comisura de su labio, es una locura.

El idilio de sus pensamiento solo pudo demorar unos minutos, antes de que la avasalladora verdad llegara de golpe.

Pablo tuvo una cita ayer... con una chica 10. 

Ustedes solo son súper amigos.

Eres mayor.

SIMPLEMENTE NO LE GUSTAS.

Recuerda la frase de aquella peli: "Simplemente no te quiere". O te quiere como amiga y ya está.

Se dirigió al baño un poco enfadada consigo misma. Aunque claramente hay pensamientos que no puedes controlar, también es claro que vivir de la ilusión no es el buen camino. 

"Un día te das cuenta que la vida se te esta pasando, y es quizá un poco tarde ya —las palabras comenzaron a fluir solas en las notas de su móvil—. solo queda un mes y una semana y media para la llegada de mis veintiséis, y ese beso se ha alejado más y más...

Definitivamente este camino quizá no ayude tanto como un inicio, porque aunque he tenido mis avances en otros sentidos, en materia amorosa sigo dando pasos de bebé, y demasiado llena de historias románticas y de amor iluso como para poder conseguir algo.

Quizá mi destino sea ser tía solterona, un destino al que estaba hecha y resignada, pero sentirme nerviosa, con la piel erizada y ligeramente embobada por alguien también es genial...

Solo que quizá todo esta fuera de tiempo... Quizá deje ir oportunidades, o mi época, quizá debo dejar de escribir esto y volver a la terapia y a los antidepresivos... Quizá debo ser más consiente, más madura... Dejar de ir por la vida persiguiendo sueños tontos, ilusiones vacías, amores de cuentos... Historias que solo son felices porque son imaginarias.

Yo ya debo..."

—Agatha —los golpes en la puerta del baño interrumpieron sus pensamientos—. ¿Estas ahí? —la voz de Pablo sonaba ronca y aún adormilada.

—Sí.

—Vale, ya casi es medio día —pudo escuchar el bostezo que emitió—. Paso por ti a las dos treinta para ir a la fiesta.

—No he dicho que iré Pablo. No insistas.

—Dos treinta, gracias por dejarme dormir aquí.

—¡Pablo, no iré! —de nada sirvió gritar.

Solo pasaron unos segundos antes de escuchar el sonido de la puerta de la calle cerrarse. Tampoco es como si quisiera salir del baño y verle la cara, pero algo claro es que no quería ir a esa fiesta, no después de rechazar la invitación de Andres.

Aunque pensando en Andres, quizá seria algo bueno si lo encontraba en la fiesta, si hablaban si socializaban en otro ambiente...

Básicamente esforzarse más y cultivar sus sentimientos. Dejar de escribir tristes razones por la que no ha besado, y buscar un beso de verdad.

A: Hey, hermana... Estuve pensando en lo que me dijiste la ultima vez. 11:08 am

Pam: Siempre te digo muchas cosas Agatha. 11:10 am

Ugh. Siempre tiene que actuar como una maldita sabelotodo.

A: Esforzarme más y eso con mi vida Pamela. 11:12 am

Te odio hermana.

A: Entonces tal vez puedas ayudarme hoy... Saldré con unos amigos a una fiesta y quiero arreglarme un poco. 11:13 am

Pam: Pensé que este día no llegaría jamas. Mis ruegos han sido escuchado. 11:16 am

Dramática.

Pam: Estaré ahí en cuarenta minutos. 11:22 am

Se tomo su tiempo en una larga ducha relajante, intentando sacar los malos pensamientos y llenarse de la mejor actitud positiva, porque definitivamente la necesitaría.

Al salir, tomo uno de los conjuntos de lencería sexy en pros de sentirse más empoderada, pero no podía elegir su ropa hasta que su hermana llegara, porque definitivamente lo que menos necesitaba era una extraña y agobiante discusión que la hiciera sentir humillada.

—Aquí estoy —Pam entró como torbellino, traía una gran maleta cuadra de maquillaje en una mano, y un enorme bolso de viaje en otra.

—¿Te estas mudando?

—Me estoy esforzando.

Las discusiones comenzaron a los cinco minutos, justo como fue previsto, pero su hermana dejó muy en claro que tomaría el control de la situación, y lo que menos quería justo ese día era ir vuelta mierda emocionalmente a la dichosa fiesta, así que tocaba dejar a Pam apropiarse de la situación y joder.

Por más que intentó decir que no, tardo una hora con el culo adormecido en la silla y su hermana usando montones de cosas en su rostro y repitiendo la frase "estoy haciendo algo sencillo", pero para demorar tanto, definitivamente no augura algo sencillo.

—Lista, ahora hay que elegir la ropa —Pam parecía muy orgullosa, pero no la dejaba mirarse al espejo—. Mira, traje estas opciones.

—¿Te estas burlando de mi? —esto tomaría mal camino...Frente a ella estaban un par de tops, todos cortos, y shorts y vestidos escotados.

—¿Por qué me estaría burlando de ti Agatha?

—Porque esas cosas no me quedarían bien Pamela, soy obviamente gorda.

—Escucha Aga...

—No, escucha tú. No tendremos la misma jodida misma discusión de siempre, que yo tengo bascula y tengo espejo, y se que estoy llena de estrías también como para usar una cosa así, y también sé que no tengo autoestima, así que ya no lo menciones.

—Joder contigo Agatha, eres tan frustrante —le dedicó una mala mirada—. Pero esta bien, hoy no discutiré contigo, tengo otra opción.

—¿Cuál opción?

—Antes de que comiences a quejarte, ¿Qué tal usar una faja?

—¿Qué?

—Te traje una faja de cuerpo completo, ayudará a esconder lo escondible y fingirá que tienes cintura.

Simplemente tenía que quedarse en un voto de silencio para poder usar esa cosa. Un par de lágrimas intentaron salir de sus ojos mientras se vestía, y todos los pensamientos frustrantes la embargaban.

Una faja para fingir que tienes cintura. Tienes que fingirte para verte medio guapa. Ja.


—Te ves bien, definitivamente si, además ese vestido es perfecto si el lugar al que vas tiene piscina.

—Gracias, por ayudarme —caminaba a la salida mientras terminaba de guardar un par de cosas en su bolso—. Quedas en tu casa.

—Espera, hermana... —demasiado tarde. Cerró la puerta antes de tener que escuchar algo más.

Sus pasos a la tienda fueron rapidos y apurados, como si Pam pudiera perseguirla, y terminar de arruinar su tarde. Aunque su hermana no tiene realmente la culpa, solo quiere ayudar, y tiene razón, la faja esconde un poco todo aquello que se desborda por los lados. 

Pablo estaba en la entrada de la tienda, con un libro, café y un cigarro entre los dedos, podría ser la visión perfecta, si ese libro no fuera alguna cosa rara de matemáticas y de economía de la que no podrían comentar absolutamente nada. 

—Estoy aquí —se puso de pie frente a Pablo y sintió ligeramente vergüenza, él fácil podría notar que ella estaba usando una estúpida faja. 

—Vaya, vaya. Pensé que tendría que ir a sacarte de casa e insistir mucho querida ama —respondió después de lo que pareció un eterno minuto en el que estuvo mirandola. 

—Pues no. ¿A qué hora nos vamos?

—Ahora mismo, una amiga irá con nosotros, ¿No te molesta cierto?

—No, claro que no. 

—Vale, está dentro hablando con Mariela. La busco, y a las llaves, y nos vamos. 

Ir a la fiesta era una clara idea desde el principio, y al ver salir a la sonriente chica se recalco. Guapa, esbelta, con un vestido playero que dejaba ver debajo parte de su bikini... Quizá esta es la cita y futura novia. 

—Hola, ¿Agatha, cierto? He escuchado mucho de ti —le tendió la mano—. Un gusto conocerte, mi nombre es Lena. 

—¿Mucho de mí?

—Si, ¿Eres la mejor amiga de Pablo, no?

—Eso parece...


***_***_***

Quería encontrarle partes negativas a Lena, pero la verdad es que la chica no las tiene. Y a pesar de lo que sus recien descubiertos sentimiento hacia Pablo, la lleguen a hacer pensar luego, Lena sería la novia perfecta. 

Además de guapa y saludable, si podía intercambiar comentarios con Pablo sobre libros de economía, había visto la mayoría de buenas películas, incluyendo el top tres de sus comedias románticas favoritas. Estaba encargada de poner la música en el camión  y definitivamente estaban sonando buenas canciones y se estaba comportando amable y agradable. 

Como amiga de Pablo, definitivamente le daría el visto bueno. Sea dicho de paso, por alguna extraña razón nunca le agradaron mucho las ex's de él.  

—Hemos llegado —la entrada de la finca era solitaria, y muy a lo lejos se podía ver la pequeña casa.  

—Por fin, esto está muy lejos —Lena aplaudió sonriente. 

Eran poco menos de las cuatro de la tarde, la verdad es que si había sido lejos esas casi dos horas de camino. 

—Pero vale la pena —Pablo miraba el camino sonriente—. El lugar es lindo, la piscina esta genial y los alrededores muy agradables. 

Al estacionar la mayoría de vehículos que estaban eran motos, y autos pequeños, nada como ese camión de verduras, pero Pablo siempre había paseado con mucho orgullo su camión, incluso iba a la universidad en él. 

Al acercarse a la entrada, enseguida fue rodeado de personas que lo saludaban, como todo chico popular. 

—Agatha, me invitaron a un partido de Fútbol, ¿Quieres venir o vas a dar un paseo por los alrededores de la casa? 

—Voy a dar un paseo.

—Está bien, cualquier cosa estaré en la cancha. 

—Vale —Lena lo siguió sonriente hablando con otras chicas que claramente ya conocía. 

Intentó dar vueltas al rededor con una actitud sociable, el lugar estaba lleno de personas, mucho reggaeton, personas bailando, otros hablando, fumando, bebiendo. La mayoría claramente se conocían entre ellos, y se sintió como mosca en leche. 

Al ver a muchas de las chicas en bikini, de nuevo los pensamientos negativos comenzaron a surgir, la zona de la piscina no estaba tan llena, y el sol agradable, se acercó a una de las sillas reposaderas con la intención de tener un momento relajante, y recordando que siempre ha querido tener una de esas. 

A los poco minutos, cuando reggaton lento comenzó a sonar, se relajó un poco y la tensión de su cuerpo estaba siendo liberada... Estar en una fiesta ya es un avance, deberías considerarlo. De aquí a más tarde podrías entablar conversaciones, y sería un avance aún mayor. 

Su mirada escaneo el lugar en busca de potenciales conversaciones, pero una cara conocida apareció en el campo de visión. Andrés esta en la piscina, abrazando a una chica. 

Todo bien... Todo normal. No te alteres... Relájate. No ha pasado nada.  

Ambos sonrientes comenzaron a besarse... ¿Para que me invitó entonces?


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Espero que les guste ♥

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