Capítulo siete
La noche había avanzado, y una parte de mi estaba algo más contenta, quizá la parte que estaba siendo nublada por los chupitos de vodka, y por la conversación graciosa de esos chicos. Todos estaban siendo muy amables, y aunque yo realmente no me estaba integrando mucho, una parte de mi se había relajo, y se había dado cuenta de que si es posible divertirse y medio socializar.
—Tengo una pregunta para ustedes —su mirada divertida recorrió el lugar antes de volverse a posar en los chicos frente a ella—. La mayoría aquí son mujeres... Y los bailarines con poca ropa hombres, ¿Por qué están aquí ustedes? —todos rompieron a reír y ella se sintió muy avergonzada.
—Tienen buen culo los bailarines —Pablo fue el primero en contestar con una sonrisa divertida.
—Definitivamente si —Jesús, que de santo solo tiene el nombre, un chico alto y delgado con cabello muy negro fue el siguiente en hablar—. Y espaldas muy anchas.
—Oh.
No había mucho más que pudiera decir, y todos rompieron a reír de nuevo, ella tenía un gran talento para ser la burla de los demás.
—Pero también el lugar está lleno de chicas —la voz divertida de Lucas llamó su atención—. El lugar es agradable, la música es agradable, lo que ofrecen es agradable, y está lleno de chicas guapas, hasta los bailarines son agradables —el chico se encogió de hombres—. No es como que haya que ser chica para venir hoy, eso es para masculinidades frágiles. Y concuerdo con que los bailarines tienen buen culo.
—Y los miércoles hay dos por uno en tragos —completó Pablo sonriendo.
—Y tres por dos en dildos —Mario, un rubio añadió con semblante serio, y todos rieron a carcajadas de nuevo.
***
—¿Te gustó el lugar? —Pablo había dejado a sus amigos para acompañarla a casa a penas un poquito pasada la media noche, por más que lo intento, no es buena quedándose mucho tiempo en fiestas.
—Me sorprendió el lugar, fue bastante curioso, teniendo en cuenta que este pueblo es una ciudad ultra religiosa y medio perdida.
—Si, pero hay que reconocer que es un negocio creativo.
—Si... Bastante ingenioso la barra de juguetes sexuales.
—Lo sé. Es bastante estimulante.
—Pervertido.
—Solo para ti ama —le dedicó una sonrisa y le guiñó.
—No te burles de mi Pablo.
—Nunca lo haría Ágatha.
—Creo que lo haces a menudo.
—Eso es porque no me tomas enserio. No porque yo me burle de ti —su cara de póker y su voz burlona no le dejaban creer a cabalidad en lo que decía.
—Puede ser. Pero no puedo estar segura.
—Es que debes confiar un poco más en mi ama.
—Imposible. Hemos llegado.
—A mi casa —la mirada de Pablo recorrió la entrada de la tienda de su familia.
—A su casa princeso. Aquí yo soy la adulta responsable —ella le dedicó una sonrisa divertida—. Ya te acompañe a casa, así que buenas noches Pablito.
Él siempre odió cuando ella adoptaba la actitud de mayor y "madura" frente a él. Incluso cuando era su tutora de la escuela debía ser muy cuidadosa con lo que le decía al Pablo de trece años, porque se enojaba demasiado si ella le trataba como niño.
—No me jodas Agatha. Vamos que te acompaño a casa.
—Claro que no. Entra a casa que te vigilo niño —una sonrisa divertida se posó en sus labios—. No seas desobediente.
Cómo siempre, Pablo sabía cómo devolverle cualquier burla.
—Esta bien ama, me voy a portar bien, y espero recibir un premio —la miro y le guiñó el ojo con descaro antes de entrar a la tienda.
A pesar de todo, ella solo pudo sonreir, y pensar que fue una noche divertida.
Una parte de mi, esa que quiere ser más guapa, vestirse bien, ponerse labial llamativo, saber maquillarse, e ir por la vida sonriendo, está extasiada con una noche así. Asustada de no volver a repetirla. Y pensando que cada vez más cerca los veintiséis, también es un recordatorio de que la vida se va rápido, y no se ha hecho nada de provecho.
***_***
Sus manos estaban un poco sudorosas, y su nuca también, toda ella era un manojo de nervios, pero solo podía pensar en él. En la sonrisa de Pablo, en los labios de Pablo. En Pablo acercándose más y más... Y en las manos de Pablo en su cintura.
Oh... Las manos de Pablo.
♪♪Ring-Ring-Ring♪♪
Jesús.
Virgen de las prostitutas, amparame, protegeme.
Jesús. María. José.
Sus manos de verdad estaban sudorosas y el hijo de puta despertador no solo la trajo de vuelta de ese sueño indebido. También la trajo de vuelta a la triste realidad.
Sus pies se movieron lentos hasta el baño, y una parte de ella, la sincera, no pudo evitar sonreir. A pesar de ser un sueño pecaminoso, porque siempre había considerado a Pablo como su vecino menor e impertinente. Pudo pensar en que ya Pablo no es tan menor, y que está muy guapo.
Pero la otra parte, la real y la pesimista, le recordó que Pablo creció para ser un guapo, coqueto y popular. Y es raro llamar a Pablo guapo. Antes nunca lo habría hecho.
Mmm, sueños de raros.
Mayo 23, 2015. Viernes.
Cuando llegó a la tienda, por frituras y gaseosa, casi podía sentirse cohibida y tímida. Casi. Casi.
Pero detrás del mostrador estaba Eloy, el hermano mayor de Pablo, su viejo compañero de la escuela, padre de dos hijos, y sabio al decirle que si no conseguía un novio en aquel entonces sería probablemente una solterona por siempre. El motivo de uno de sus traumas.
El estúpido de Eloy había dicho frente a todos su opinión sobre ella siendo posiblemente una solterona. Podía recordarlo muy muy bien. Había comentado que nadie la había invitado a salir y que no había besado a nadie en su último año de secundaria. Y aunque eso no fuera realmente tan serio ni una tragedia, se sintió vergonzoso y más cuando todos se burlaron de ella, y pusieron en el vídeo de la graduación su foto y un "Agatha, futura solterona con gatos".
Cosas que parecen bromas tontas en la vida, pero luego, te ves con casi veintiséis, sin besar a nadie y avergonzada, y ya la broma tonta parece más seria. De esas cosas que te recuerdan que tienes cero experiencia, que te avergonzaría demostrar que no la tienes, y que lo tonto puede trascender en miedos fuertes.
También te recuerdan que tus pensamientos divagan y parecen demasiado tontos, y activan ese miedo a que alguien sepa que estás lleno de pensamientos basura paralizantes y tan asustados a lo que se podrían considerar tonterías.
—Hey, Agatha. Tiempo sin verte.
—Hola Eloy. Si, he estado ocupada.
—¿Trabajas aún en el muelle?¿No has conseguido nada de lo que estudiaste?.
—Si, aún en el muelle.
—Es que escogiste una carrera de difícil salida. Te lo dijimos, sería complicado, y más cuando eres tan tímida.
Lo sé imbécil. Pero por lo menos escogí algo que me gustaba. Por lo menos estudié, fuí a la universidad, aprendí. Por lo menos hice algo. Y no quiero que opines en mi vida porque ya estoy llena de miedos y reproches a mi misma. Porque me paraliza pensar siempre que soy una fracasada y que lo seguiré siendo toda la vida. Porque me siento basura y odio que me digan cosas que parecen reafirmar mis fracasos. Y tambien odio que des opiniones que no te pedí. Joder, lo odio.
—Si, es complicado conseguir un trabajo de lo que estudié.
"Sigo sin poder dar mis opiniones, sigo siendo absurda y estúpida, me sigo dejando controlar de todas esas cosas que me paralizan y que no deberían controlarme.
Un día feliz, y un evento feliz, no es lo suficiente para ahogar todas esas demás cosas que parecen poder ahogarme, que me asustan, que me paralizan, que me asfixian.
Tengo miedo.
No quiero ser una fracasada siempre.
No quiero tener veintiséis así. No solo por no conseguir ese beso.
Todo esto es realmente porque no soy feliz.
#BuscandoUnBeso"
♠♠♠♦♠♠♠
Tú, quien seas. Si lees esto, gracias. ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top