Epílogo

¡Hola! Si eres de ese tipo de personas a las que les gustan los finales abiertos, eres libre de omitir leer este epílogo. Lo escribí para que las lectoras no entraran en desesperación con el final en el que Raph se va sin mirar atrás xd y para que supieran más o menos qué pasó con la relación de Nadia y Raphael. No me odien ni nada, lo escribí con mucho amor <3 jaja.

6 meses después

Después de releerlas por enésima vez, guardo las cartas de Raph nuevamente en la caja celeste en la que las he ido coleccionando y resguardando como si se trataran de un tesoro. Lo extraño demasiado. He pasado solo un semestre entero sin él y ya se siente como si hubieran sido años. Bueno, en sí, he estado sin él lo que restaba del semestre anterior y todo este segundo semestre, pues él pasó las vacaciones allá; según el señor Smith, porque esos días de descanso le iban a servir para hacer todo el papeleo de inserción en la escuela asignada del Reino Unido, para familiarizarse con las instalaciones y con el entorno. Y también con los que serían sus compañeros. Ese profesor movió cielo y tierra para que Raph aceptara asistir a una especie de curso introductorio exclusivo para estudiantes de intercambio en el que les iban a explicar todo lo que verían en el semestre que estaba por empezar. Lo peor de todo es que su única compañía es Sabrina, la bruja odiosa que se cree más que cualquier persona. Pobre de mi Raph. Ya me imagino lo mucho que se habrá aburrido con su sola presencia.

Los siguientes meses después de que el sabelotodo se fue estuvieron llenos de más despedidas; Ralph y Nadine también tuvieron que regresar cada uno al país del que habían venido. El gemelo elocuente fue el primero en dejarnos tan solo un par de meses después de que Raph se marchó. Dijo que en Suecia las cosas eran un poco diferentes, y que debía regresar a continuar con sus clases. Dejó entrever que pensaba terminar sus estudios aquí, pero no lo aseguró. Con la ayuda de sus padres, Stephen, Nadine, Ale y yo, logramos hacerle una pequeña fiesta sorpresa de despedida. Nos tomamos muchas fotos ese día, incluso le envié algunas a Raph junto con la carta en la que le contaba todo lo que había pasado ese día para que él también estuviera al tanto de lo que acontecía. Él me respondió algunos días después; en sus líneas me contó que sus clases ya habían comenzado, y que Sabrina se había encargado de separarles un lugar adelante del salón, hablando con el director de Wilfrid's que los había recibido. Al parecer allá también es un poco influyente. Asimismo, el sabelotodo me comentó que le estresa el acento inglés tan marcado que escucha en cada lugar al que va y que le incomoda que todos lo miren por ser de los pocos no ingleses que están en dicha escuela. Puedo imaginarme lo que siente, pues cuando Nadine llegó a Midtown pasó algo similar con ella. Las misivas de Raph siempre concluyen con que me extrañaba tanto o más que yo a él. Y yo siempre termino suspirando como boba cada vez que releo sus cartas.

Se ha vuelto un hábito en mí el hacerlo.

Podría decirse que me sé de memoria sus primeras letras, ya que la primera vez que me llegó una, me encerré en mi habitación para leerla incansablemente y ahí me quedé contemplándola hasta que se hizo de noche. Ale siempre dice que soy muy ñoña y exagerada cuando se trata de Raph, debido a que siempre perfumo mis cartas y firmo con mi nombre y un corazón cuando termino de escribir todo lo que quiero decirle. Según ella, lo del perfume no sirve de nada, porque la carta viaja desde aquí hasta el otro lado del mundo y el olor, obviamente, se pierde al pasar de mano en mano para la entrega. Claro que yo, como soy un poco obstinada, no dejo que sus palabras me detengan de hacer eso que he visto en las películas y que, a mi parecer, es muy romántico. Lo que sí hice fue omitir lo de la marca en forma de labios pintados con labial rojo a modo de firma, porque eso sí me pareció ridículo y porque además Ale amenazó con dejar de ser mi amiga si lo hacía. Por esa razón, mis cartas con Raph simplemente terminan con un corazón dibujado.

También hemos tenido oportunidades de hablar por videollamada, y eso ha sido lo mejor de todo. Raph sigue igual de atractivo que cuando se fue; sus ojos, sus labios e incluso su peinado me resultan más que atrayentes a pesar de que están al otro lado de la pantalla. Me he aguantado las ganas de abrazar mi portátil al verlo (estoy grave, lo sé). Hemos hablado por horas, inclusive me hizo un pequeño tour por su habitación de la residencia que comparte con un noruego que también está de intercambio. ¡Este hasta me envió un saludo en su idioma! Como no le entendí ni una palabra, mentalmente le dije contra a todo. Raph me explicó que me había mandado un saludo, así que luego me sentí culpable. Nuestras llamadas se daban en la noche, pues después de clases a Raph tenía que asistir a algunos talleres y más charlas, por lo que eran las únicas ocasiones en la que podíamos comunicarnos. Sin embargo, la encargada de supervisar que todos los estudiantes estén dormidos, interrumpió en muchas ocasiones nuestras llamadas, alegando que los alumnos deben respetar los horarios establecidos (y Raph más temprano no tiene tiempo para realizar las llamadas), por lo que hemos tenido que volver al método tradicional de las cartas escritas a mano. De todas maneras, siento que es más romántico así que enviarlas por fax, a pesar de que se tarde un poco más en comparación de los mensajes por redes sociales.

Tengo más de veinte cartas escritas por Raph; para mí son como una reliquia.

Ha pasado tanto desde la última vez que lo vi por la pantalla, que si no fuera por las cartas que nos mandamos a menudo, me sentiría incompleta y sola. Un par de meses después de la partida de Ralph, siguió la de Nadine. También me entristeció la noticia de que se tenía que ir, pero con los demás le hicimos un pequeño cartel con fotos del grupo y la llevamos a comer al igual que hicimos meses atrás con el sabelotodo. Cuando llegó el día de su partida, ella se despidió de nosotras un poco desanimada y con semblante nostálgico, pero dijo que eso era porque nos iba a extrañar mucho. Me pareció notar una mirada similar el día que acompañamos a Ralph al aeropuerto para despedirlo, mas no hice algún comentario al respecto por temor a que reaccionara mal o su humor decayera. Ella se marchó unos minutos después, aunque quedamos en mantenernos en contacto por si es que en el futuro nos encontrábamos.

Eso significa que ahora hemos vuelto al punto inicial. Ya no está Ralph, ya no está Nadine, y, lo que es peor, tampoco está Raph. Su ausencia ha hecho que Stephen, de cierta manera, ascienda en el tablón de notas, aunque Ale tampoco se queda atrás. Repito, ella sí tiene cariño por las matemáticas, mucho más que yo, así que ha estado escalando en la lista, hasta el punto de estar en el tercer lugar. Yo, bueno, me ha estado yendo mucho mejor en los exámenes. He mejorado mis notas, más de lo esperado. No dudo que pueda llegar al tercio en poco tiempo. Estos días sin Raph, para no martirizarme extrañándolo, he estado pasando mis tardes en la biblioteca de la ciudad estudiando sin parar. Lo prometí hace meses: estaré en el tercio superior este semestre. Es hora de dejar de conformarme con salir bien en las pruebas de conocimiento; tengo que aspirar a mejorar cada vez más. Tengo que mantener mis notas este segundo semestre para lograrlo en cuanto nos tomen las pruebas finales. Cuando Sabrina y Raph regresen en dos semanas, se llevarán una gran sorpresa. Me río al imaginar la cara de la bruja con su mandíbula hasta el piso al ver mi nombre entre los primeros de la lista, donde solía estar el suyo. Papá también estará orgulloso de mí. Incluso Ale, que siempre me dice que tengo que mejorar mi promedio o de lo contrario no podré aplicar a la universidad que yo quiera. Estoy al tanto de eso, y también tengo definido lo que quiero estudiar: Periodismo.

Estoy decidida a sorprender a todos con mis notas.

Ni siquiera me doy cuenta de que me estoy riendo como una desquiciada hasta que Ale me tira una bola de papel en plena frente.

Auch —me quejo, sobándome y aplicando pequeños masajes en la zona afectada, a pesar de que no duele casi nada. De cierta manera quiero que ella se sienta culpable y termine comprándome algo como disculpa. Por supuesto, el truco no me funciona.

—Eres muy ruidosa —protesta, acomodándose sobre mi cama y sosteniendo el libro de aritmética. Luego, parece reparar en la preciada caja que tengo sobre mi regazo y señala—: Pensé que me llamaste para que estudiáramos.

—Así es, los finales se acercan, pero ya sabes que una dosis de Raph me da energías para la tarde que nos espera.

Después de rodar los ojos, y, sin despegar su vista del libro, comenta:

—Cursi.

Ahora la que rueda los ojos soy yo. Estoy por contestarle algo, pero la presencia de Zach en mi habitación me interrumpe. Algo bueno ha salido de todo lo que mencioné anteriormente y eso es que mi relación con mi hermano ha mejorado bastante. Todo fue desde que logré descubrir que la causante de sus cambios de humor era una estudiante de Midtown de otra clase, en la que él parece haber posado sus ojos. Como, de cierta forma, les ayudé a arreglar un problema, mi hermano ha cambiado el switch de odio a tolerancia ante mi persona. Es decir, ahora ya no parece que me aborrece, he dejado de ser un fastidio para él y me trata más como una hermana...

—Tormento, ¿puedes ir a comprarme una bebida energética? En unos minutos salgo a correr, pero me daré un baño y no podré ir.

Bueno, me sigue viendo de manera servicial, pero algo es algo, ¿no? Al primer momento me niego, para que no piense que siempre estaré a su entera disposición para revivir mi experiencia pasada, pero termino cediendo solo porque Ale accede a acompañarme. Y si Ale me acompaña es posible que me compre ese helado nuevo que ha salido, dado que cada ingreso que tengo ahora los coloco en el interior de mi alcancía apenas llegan a mis manos. Y Zach no es tan misericordioso como para darme de más. Salgo de casa en compañía de mi mejor amiga y caminamos hasta el minimarket más cercano en medio de una charla sobre los estudios.

Lo sé, en estos meses me he vuelto un poco nerd.

Al llegar, busco en el área de bebidas aquella que mi hermano siempre suele beber cuando sale a correr y me acerco hasta donde Ale. Ella, después de ver mi mirada insistente, termina cediendo y accede a comprarme aquel helado de hielo que apenas ha salido al mercado. Mientras esperamos en la fila para pagar por ambas cosas, seguimos hablando sobre las notas y los posibles temas que ahora vengan en las pruebas finales. Hemos sido muy cuidadosas en lo que respecta a estudiar, incluso ella que tiene poca paciencia para enseñar, ha estado ayudándome con algunos temas. Es consciente de la meta que me he impuesto y está más que dispuesta a ayudarme. Solo porque se trata de temas académicos, ya que en temas de amor es como un cero a la izquierda, dicho en sus propias palabras.

Después de pagar, salgo con ella y nos encaminamos con dirección de regreso a casa. En el trayecto volvemos a pasar por una pequeña plaza, donde algunas personas suelen concentrarse para tomar el sol, hacer coreografías o algunos mimos para hacer bromas a las personas y niños que pasan. Me quedo unos segundos mirando en esa dirección mientras degusto mi helado. Ale recibe entonces una llamada, que creo saber de quién es, y me pide que la espere en la banca que está frente a mí, así que me acomodo para mirar el espectáculo. Trato de hacer como si no estuviera mirando al mimo para que no me juegue una broma a mí, porque moriría de la vergüenza. Termino rápido el helado y deposito el envoltorio y el palito en el basurero que está situado al otro lado de donde el mimo se encuentra. Cuando paso por su lado para regresar a la banca, el mimo se interpone en mi camino.

Oh, Dios. No, por favor.

Me quedo inmóvil viendo que me hace gestos y señas que no entiendo. Mi cara debe haber llamado demasiado la atención, pues prontamente mucha gente nos rodea para ver el "espectáculo". El mimo sigue con lo suyo, caminando a mi alrededor, comunicándose con el público mediante mímicas y pidiendo ovaciones. Ale, ven a rescatarme por favor, ruego en mis adentros. Ella fácilmente podría obligar al mimo a hablar como castigo, pero no está conmigo. De un momento a otro, el mimo en cuestión saca de algún lado una rosa que me extiende, pero que, por supuesto, de la sorpresa, no recibo. La gente me abuchea por no cooperar. Al mimo parece no importarle mi aparente trance.

Observo a mi alrededor y hay gente hasta grabando el show que me encuentro representando sin querer. No sé qué hacer. ¿Debería salir corriendo? ¿Está mal que un mimo me use como medio para atraer la atención de los demás? Mentalmente, busco un artículo en la constitución que se asemeje a lo que estoy viviendo justo ahora. Cuando veo que se distrae, intento retroceder y tratar de escabullirme, pero entonces el mimo alerta a los demás espectadores y estos me hacen barra para que continúe el espectáculo, por más que yo no esté haciendo nada. Bueno, al menos estoy haciendo reír a algunos niños sin molestarme en abrir la boca. ¿Acaso me ven con cara de mimo? Difícilmente podría yo dedicarme a esto. Es decir, no podría estar callada tanto tiempo ni hacer caras tan raras. Me daría mucha vergüenza. En estas circunstancias solo estoy callada porque la repentina atención de la gente me ha tomado por sorpresa.

Este mimo del mal... Como aparezcan memes con mi cara por redes sociales a raíz de esto, yo...

—Disculpen, pero vengo a robarles a la protagonista.

En ese momento, todos se vuelven hacia el lugar de donde ha venido dicha voz y abren un camino para que el mimo pueda verlo. Y de paso yo. Cuando mis ojos dan con los de la persona que está delante de mí, olvido en el acto todo el mal momento de hace unos instantes. ¡Es Raph! Mi Raph. Sigue tan irremediablemente apuesto, tan varonil, tan irresistible... Sin esperar un segundo más, me dirijo corriendo hacia él, que abre sus brazos a medida que me acerco. Termino colgada de su cuello y con mis pies en el aire cuando sus brazos me rodean. No puedo creer que, después de tanto tiempo, estemos así. Ni siquiera sabía que vendría hoy, se supone que llegaría en dos semanas, justo antes de navidad, después de que terminaran los exámenes. Parece que fuera un sueño. ¿Y si es un sueño? Ha pasado tanto tiempo desde que pudimos sentirnos el uno al otro, desde que lo tuve así, frente a mí. Aspiro su aroma hasta embriagarme con él. Necesitaba esto; lo necesitaba mucho.

La gente que antes se encontraba mirando el espectáculo, se aleja del lugar al reparar en el semblante sombrío que Raph les muestra para que dejen de observarnos como si nuestro reencuentro también fuera parte de un espectáculo.

—Te extrañé tanto, no pensé que llegarías hoy —exclamo en medio de nuestro abrazo—. Quería irte a recibir al aeropuerto el día que llegaras, ¿por qué no me lo dijiste?

—Era una sorpresa, ¿sabes? No fue fácil convencer a tu hermano de que me ayudara.

Me separo un poco de él para verlo.

—¿A Zach?

—Sí, le pedí que te diera un motivo para salir, con eso de que ahora te encierras en casa a estudiar.

—No me lo puedo creer —murmuro cuando Raph me deposita de nuevo en el pavimento sin soltarme—. ¿Entonces Ale también tiene que ver en...?

Él asiente sin dejarme acabar mi pregunta.

—Incluso me dijo: "La dejé sentada en la banca de la plaza" —relata, antes de mirar a nuestro alrededor—. ¿No sabe la cantidad de bancas que hay en esta plaza? Encontrarte fue toda una odisea.

No puedo evitar reírme al escucharlo. No es mi culpa que el mimo me haya abordado tan de repente, ni siquiera estaba en mis planes protagonizar ese corto espectáculo ni nada parecido. Yo simplemente me paré para, como toda buena ciudadana amante del medio ambiente, echar la basura en el tacho correspondiente.

—¿Por qué será así tu novia? —pregunto, bromeando.

Él se lleva una mano a la barbilla como pensando en una respuesta. Cielos, incluso haciendo ese simple gesto me parece más atractivo que nunca. Mi corazón palpita salvajemente dentro de mi pecho.

—No lo sé, pero desde que la conozco siempre ha sido el centro de atención de los demás —responde dejando pequeños besos a lo largo de mi mejilla en el proceso—. Ahora también es el mío.

—¿Ah sí...? —susurro, perdiendo la noción del tiempo al sentir sus labios sobre mi piel—. ¿Quién será la afortunada?

—Una pelirroja llamada Nadia Hussel —contesta besando mi frente—. Una pelirroja que es mil veces mejor que cualquier inglesa, la única a la que mis ojos pueden mirar de esa manera.

Dicho eso, junta sus labios con los míos, de nuevo hasta el punto de derretirme entre sus brazos. Su sola cercanía se lleva a Júpiter mi raciocinio. He pasado meses de abstinencia en lo que respecta a mi relación con Raph, al hecho de recibir sus besos y caricias; lo mismo ha sido para él, por eso ambos nos besamos de manera lenta y delicada, transmitiendo todo lo que sentimos a través del contacto de nuestros labios. Ambos nos hacemos saber el uno al otro lo mucho que nos hemos necesitado, la falta que nos hemos hecho.

Pensaba que solo se trataba de un simple romance adolescente al que muchas veces le restan valor, pero él y yo éramos mucho más que eso.‬ Seguimos siendo mucho más que eso.

Este el día más feliz de mi vida. Raph está aquí, mis notas han mejorado mucho y es posible que siga así hasta el próximo año que es el último antes de empezar la universidad. No hay nada más que podría pedir en este momento. Está más que claro que terminar el año así no estaba en mis planes. Ni siquiera en la lista de cosas que pretendía lograr con Raphael Thompson estaba enamorarme, mucho menos enamorarlo. Las cosas se dieron así, sin que ninguno de los dos lo sospechara. Es curioso, porque nadie hubiera creído que yo, la pelirroja de notas desastrosas que siempre solía meterse en problemas, podría llegar a meterme en su mente tan implacable y en su corazón tan impenetrable, pero se dio así, y no me arrepiento de nada.



•••

¡Raph está de vuelta! Y eso significa que su historia de amor con Nad no ha terminado.

Cadena de agradecimiento a mi hermana por el final feliz x1

En el próximo apartado explicaré algunas cosas que quedaron pendientes, pero recalco que esta versión es un BORRADOR. Tengo la historia completa en Word lista para empezar a corregirla ahora que esta terminada. Ya he ido cambiando algunas cosillas que no me convencían de los primeros capítulos, resolviendo los cabos sueltos y quitando algunas cosas, así que espero dejarla incluso mejor que esta versión Wattpad.

MUCHÍSIMAS, pero MUCHÍSIMAS GRACIAS por leer esta historia. Hay gente que incluso viene de leer DDC (manito arriba los que entendieron todas las referencias de esa historia en esta), y me alegra mucho saber que se tomaron la molestia de darle una oportunidad a BTM.

No me tomaré mucho tiempo aquí, porque planeo subir un apartado después de este en el que les explicaré algunas cosas, como dije, y les daré la invitación oficial a que esperen ahora las actualizaciones de BTA! Wuuu! Creo que esa será mi historia favorita jaja 👀

Nos leemos en el próximo apartado, se me cuidan!

Mich.

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