La Doble de Granger

La anciana vio a los ojos de la jovencita que se notaba sorprendida y contrariada por sus palabras.

-Es una historia larga de contar pequeña, y sin embargo, he sido más feliz en estos últimos meses de lo que he sido en los últimos años. Nuria era mi nieta, se parecía mucho a ti para ser sincera, pero su cabello era negro, cuando el tuyo en realidad es castaño. Ella es la que aparece en  las fotos que te mostré, las ropas que usas asi como tus pertenencias eran de ella,  murió hace ya mucho años, se ahogo en el rio, fue un lamentable accidente.

-Eso que tiene que ver conmigo. -Interrogo aun mas confundida sintiendo que su mundo se desmoronaba, bastante difícil era ya no tener recuerdos después de un supuesto accidente, como para que ahora los pocos recuerdos que había formado se basaban en mentiras y relatos contados por la anciana que ahora confesaba que ni siquiera era nada suyo.

-Te encontré hace ocho meses a la orilla del rio, estabas muy herida casi agonizando, y te parecías tanto a mi nieta muerta que no pude dejarte a tu suerte, muchos trabajo me costó traerte hasta aquí y curar tus heridas, pero estabas débil y una profunda herida en tu nuca así poco probable que sobrevivieras. Tuviste fiebre por muchos días y no parabas de hablar cosas si sentido, quizás provocados por la  elevada temperatura. Cuando estuviste un poco más estable me percate de algunas cosas que habían pasado desapercibidas, no sé porque o de quien pero estabas huyendo.

-¿Como sabe? -Pregunto de nuevo con un hilo de voz no estaba enojada por el relato de la anciana solo se sentía conmocionada por todo lo que escuchaba y tocaba con sus dedos la cicatriz que tenía en la nuca y que se perdía entre el nacimiento de su cabello, y que no había notado antes.

La chica entendía ahora porque siempre sentía como que le faltaba algo, como si su vida estuviera incompleta, se daba cuenta que estaba viviendo una vida que no era la suya ¿Pero cuál era su vida entonces? Cuando no tenia recuerdo alguno de su pasado.

-Soy muy vieja y se de esas cosas, tu rostro mostraba miedo y preocupación aun sumida en el sopor de la inconsciencia, además tus pies estaban muy lastimados como si hubieras corrido mucho con los pies descalzos, tu ropa estaba maltratada y tu cuerpo lleno de heridas. Pequeña era evidente que huías de algo, tus brazos tenias cardenales, claramente se distingan las marcas de dedos sobre tu piel. Pensé entonces que quien te seguía probablemente todavía te estaría buscando y no me equivoque.

La chica se estremeció de repente -Vinieron a buscarme. -Dijo y sintió como un escalofrió recorrió su piel haciendo erizar los bellos de sus brazos.

-Habían pasado tres semanas desde que te encontré cuando tres hombres tocaron a mi puerta, todos vestidos de negro con ropas muy raras y capas, los deje pasar al instante y les invite un poco de café, sabía que debía mostrarme amigable, porque si ellos eran las que te seguían no se detendrían porque yo fuera una inofensiva anciana. Ya había tomado yo la precaución de teñir tu cabello con la mezcla de una raíz y savia de árbol, la misma mezcla que combino con el champú que usas  para que tu cabello siga de ese color. Les conté que estabas muy enferma, viruela para ser precisa, solo tu larga melena se asomaba tan negra como ahora y sobre tu frente tapando también tus ojos tenias un paño húmedo para bajar la fiebre. Mostré tus fotos o mejor dicho las de mi difunta Nuria y por miedo al contagio se fueron de inmediato.

-¿Preguntaron algo?

-No dijeron mucho, solo que una jovencita se había escapado de su casa y la estaban buscando. Se fueron tan rápido como llegaron y no me dijeron nada mas.

El silencio se hizo prolongado cuando la anciana termino el relato, ahora esperaba que aquella jovencita a la que había acogido como su propia nieta sabiendo la verdad se marchara.

-Gracias. -Después de un momento la chica agradeció y tomo entre sus manos las manos de la anciana. -No tengo como agradecerle lo que ha hecho por mí.

-Lamento mucho haberte mentido, pero estaba tan sola y tú me la recordabas tanto que me daba miedo perderte. ¿Te irás? -Pregunto con desconsuelo sabiendo que pronto la perdería.

-A donde iría. -Dijo mas para si misma que para la abuela y se encogió de hombros tratando de mostrarse indiferente, no quería que aquella buena mujer se sintiera mal por ella, después de que la había ayudado tanto. -A dónde puedo ir si no se quien soy o de donde vengo, no tengo recuerdos y por tanto no hay una vida para mí que no sea la de Nuria Wood. Así que querida abuelita me quedare contigo.

Dijo decidida la jovencita, aunque tenía dudas que podría hacer ella cuando no poseía recuerdo alguno de su vida pasada. Era cierto que presentía que alguien la llamaba pero era absurdo alejarse de lo único que conocía desde que tuvo ese nuevo despertar.

El rostro lleno de arrugas de la anciana no podía mostrar más felicidad al saber que se quedaría con ella, y por aun cuando la chica no hizo más preguntas, ella le conto con detalle sobre sus delirios.

-¿Magia? -Pregunto desconcertada

-Si deseas muchas cosas cuando la fiebre subía hablabas de magia, hechizos y  magos, de alguien que no debe ser nombrado, pedias tu varita a gritos cuando tus sueños se agitaban.

La chica pensó que todo debió ser producto de la imaginación porque solo los niños aun creen que la magia existe. ¿Varita? Se pregunto y rio al pensar en tales tonterías, todo debió ser producto de sus delirios por la fiebre, la magia y los magos no existen, se dijo a si misma pero algo en su interior se removió al hacerlo.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Cuatro meses más habían pasado, justo el día de hoy se hacía un año del secuestro de Hermione. Se realizo una ceremonia especial para honrar a los caídos y mientras se efectuaba algunos no podían olvidar que precisamente ese día hacia un año atrás habían visto por última vez a su mejor amiga.

Ginny habia sido paciente, pero no había manera de hacer reaccionar a Harry para que aceptara que no la encontrarían. Eso le dolía a la pelirroja pero por bastante cosas habían pasado ya, como para que ahora no pudieran ser felices por el recuerdo de la castaña. No deseaba ser egoísta pero en ocasiones se le parecía imposible seguir manteniendo a flote la relación que mantenía con Harry, el chico estaba tan metido en la búsqueda de Hermione que prácticamente no se veían.

Por otra parte Ron tampoco podía olvidarla, los primeros meses fueron devastadores, no conseguía dormir y comía muy poco, siempre estaba en algún rincón alejado en la madriguera cuando la búsqueda del día terminaba. Estar sin Hermione era terrible, la amaba profundamente y se maldecía por ser tan indeciso y miedoso y no haber confesado su amor cuando tuvo oportunidad de hacerlo, ahora no sabía si volvería a verla. Solo se habían besado una vez, cuando la guerra todavía estaba en apogeo y después de que pensaron que podrían estar juntos y ser felices, les robaron todos sus sueños.

Los padres de Ron estaban sumamente preocupados por el estado de su hijo, parecía que se estaba dejando morir poco a poco, pero para su alivio Luna logro que se animara un poco con sus ocurrencias y su manera de ser.

Con Harry todo era distinto, su único objetivo era encontrarla, eso representaba su prioridad y había dejado de lado el último año en el colegio que iban a repetir por estar en busca de los horroculex. Solo regreso Ron por la insistencia de Luna y Ginny porque estaba fastidiada de la actitud de Harry. Después de todo el pelinegro no se preocupada por eso, tenía un puesto seguro en el ministerio de magia después de la guerra, pero tampoco eso le importaba, si ahora colaboraba con ellos era con la única finalidad de hacer lo posible por dar con el paradero de Hermione.

Pasaron dos años más, otro aniversario para festejar el término de la segunda guerra, con el tiempo el dolor por los caídos iba menguando, pero algunos corazones no podían sanar por completo.

Ron comenzaba a salir con Luna en un intento por continuar con su vida, el pelirrojo no podía negar que la rubia era encantadora y con el paso del tiempo había aprendido a quererla y aunque aun pensaba muy frecuentemente en Hermione, se daba cuenta que podría tener una buena vida al lado de Luna.

Ginny también intentaba seguir adelante, pero el estar al lado de Harry no se lo permitía, su novio seguía obsesionado por encontrar a Hermione y aunque en el principio la pelirroja lo había apoyado en todo, ya que la chica era su mejor amiga, no pudo evitar darse cuenta de algo estaba pasando en Harry.

-Sabes que también la extraño, también era mi mejor amiga, pero ya es tiempo de que sigamos adelante.

-¿Qué no entiendes que tengo que encontrarla? -Reprocho el pelinegro ya fastidiado por otra discusión con su novia.

-Lo que entiendo es que parece que no te importa nuestra relación, estás tan metido en su búsqueda que solo eso te importa.

-Sabes que tu también me importas, pero tu estas bien, estas a salvo mientras que no sé como la estará pasando Hermione.

-Harry debes de aceptar que por mucho que nos duela, que después de estos tres años Hermione solo puede estar muerta.

-¡Cállate! -Grito colérico el pelinegro, poniéndose frente a la pelirroja.

La chica no se inmuto pero le dolió que su novio le gritara. -Eres el único que se niega a aceptarlo. Pero piensa Harry, Hermione es inteligente y  si estuviera viva en este tiempo hubiera escapado o dado señales de vida, pero no es así, el ministerio suspendió la búsqueda ya se atraparon a la mayoría de los mortífagos que habían escapado, más de uno de ellos confeso que murió en un rio.

-Pero no se encontró el cuerpo Ginny.

Desesperada la pelirroja se paró de la silla donde estaba sentada.

-Ya hemos tenido esta discusión muchas veces, no solo soy yo la que dice que estas mal. Incluso Ron está intentando seguirá delante, solo tú te aferras a una causa perdida.

-Ginny, cariño es que debes entender que Hermione nunca me dejo solo a pesar de lo peligroso, a pesar de que por apoyarme corría riesgo su vida siempre estuvo a mi lado. ¿Cómo me pides que deje así las cosas?

-Lo se y lo siento, pero ya llegamos a un punto en el que no puedo seguir así, quiero vivir mi vida, dejar atrás los fantasmas que dejo la guerra y uno de ellos es Hermione por mucho que nos duela a todos.

-Es que no puedo. -Le dijo desesperado y por un segundo Ginny vio en los ojos de Harry algo que se había negado a ver.

La pelirroja se llevo la mano a la boca y abrió los ojos con sorpresa, un pensamiento cruzo su mente y ya no pudo apartarlo.

-Tú la quieres. -Afirmo con los ojos nublados por las lágrimas, El chico la miraba sin comprender porque lo observaba de aquella manera como si hubiera descubierto algo de repente.

-Claro que la quiero es como mi hermana.

-No Harry, tú la quieres como mujer. -Repitió con un profundo dolor la chica.

Harry se conmociono por las palabras de la pelirroja.

-Por eso te niegas a olvidarla, tú la amas.

-Yo no...

-No te atrevas a negarlo no soy estúpida, tarde mucho en darme cuenta pero ahora puedo ver claramente que la amas.

EL chico no atinaba a decir nada, ¿Qué podía decir? ¿Negarlo o Afirmarlo? Cuando aquella declaración lo tomaba por sorpresa, ni el mismo sabía si era verdad lo que Ginny le estaba diciendo. Lo cierto era que no podía aceptar perderla que le dolía mucho siquiera pensar en no verla de nuevo, pero no sabía que tan cierto era que eso que sintiera fuera amor.

De lo único que estaba convencido es que no deseaba lastimar mas a Ginny.

-Lo siento Ginny, yo no...

Una sonora bofetada le impidió seguir hablando.

-Si ella estuviera aquí lucharía por tu amor, pero no puedo luchar contra un recuerdo con un fantasma. -Le dijo dolida y salió dando un portazo, así terminaría la historia de amor que habían iniciado en el colegio.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Muy lejos de ahí, en un hospital una muchacha de larga cabellera negra, vestida de blanco atendía a algunos pacientes bajo la supervisión de una enfermera experimentada.

-Lo haces muy bien Nuria. -Alago la señora ya entrada en años de manera amable.

-Muchas gracias Delia. -Agradeció apenada.

-Aprendes muy rápido, no puedo creer que lleves solo meses aquí y te desenvuelvas como la más experimentada de las enfermeras, incluso parece como si hicieras magia con tus pacientes ya que son los que más rápido sanan.

Hermione seguía siendo Nuria para todo aquel que la conocía, no podía ser de otra manera cuando no tenía aun ningún recuerdo. La antes castaña  junto con la amable anciana habían dejado su casa del bosque para ir a la ciudad, en mucho influyo que enfermara la abuelita, por lo que comenzaron una nueva vida, apenas llegaron la chica se puso a trabajar como mesera en un restaurant y estudiaba medio tiempo enfermería,  había adoptado la personalidad de Nuria Wood ya que tenía todos los documentos de la fallecida chica.

La chica aun seguía estudiando pero daba su servicio en un reconocido hospital, su querida abuela había fallecido despues de un año de vivir en la ciudad debido a complicaciones por la avanzada edad, dejando a Hermione nuevamente sola a su suerte, pero la chica no se dejo vencer siguió preparándose  y siendo tan brillante como era no tardo en hacerse notar.

Delia tenía mucha razón al decir que Hermione era muy hábil con los pacientes, lo que nadie sabía, ni siquiera la ex castaña era que mucho se lo debía a la magia que utilizaba de manera inconsciente para ayudar a los enfermos.

Hermione aun se sentía incompleta, pero no tenia manera de saber nada de su vida pasada, no tenia referencia alguna de quien era o mejor dicho quien había sido. Pero pronto las cosas cambiarían.

Un hombre elegante caminaba por uno de los pasillos del hospital, era el mejor según le habían dicho y tenía que serlo por lo que estaba pagando. La madre del caballero tenía un mal cardiaco y habían dicho que ese lugar se encontraba el mejor medico muggle por lo que aun a su pesar tenía que intentarlo todo con tal de que su madre mejorara.

El muchacho se dirigía a la salida del lugar, había pasado parte de la tarde visitando a su madre, ya que estaba internada y a la espera de ser evaluada para una intervención quirúrgica. Pero se equivoco al girar en un pasillo siendo un lugar tan grande y termino en el bullicio de la sala de emergencias.

Intento salir de inmediato pero al girar choco con una enfermera que llevaba en las manos una charola con medicamentos.

-Lo siento señor iba de prisa. -Se disculpo parándose de inmediato con el rostro sonrojado y cohibida por la manera en que ese muchacho la miraba.

-Apúrate Nuria. -Le llamaron y rápidamente recogió del suelo las cosas y las coloco de nuevo en la charola y se fue tan rápido como llego, no sin antes disculparse de nuevo. -En verdad lo siento.

El muchacho estaba congelado, no se podía mover de la impresión que le causo toparse con esa chica que era idéntica a Granger. Su piel estaba más pálida que de costumbre incluso parecía como si fuera a desmayarse.

-Se siente bien señor. -Interrogo una joven enfermera.

-Estoy bien. -Alcanzo a articular. -¿Por donde está la salida? -Pregunto

-Por ese pasillo sigue hasta el fondo y gira después  a su derecha y ahí está la salida principal. -Indico la enfermera aun temiendo que ese muchacho se desmayara de un momento a otro.

Draco salió de ahí aturdido, podría jurar que aquella chica era Granger, pero el sabia al igual que todo el mundo mágico que ella había desaparecido hacia ya poco más de tres años, era imposible que fuera la misma chica, pero el parecido era sorprendente, solo que su cabello era negro y la habían llamado por el nombre de Nuria. Y por algún motivo no podía dejar de pensar en los ojos de esa jovencita tan parecida a Hermione.

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