Llegaron al ministerio y al momento todas las miradas curiosas se posaron en ellos, Hermione estaba nerviosa en aquel lugar que no recordaba y el que la observaran de esa manera no le ayudaba a apaciguar su nerviosismo.

Caminaron por los pasillos y a su paso no faltaron personas conocidas que los detuvieran para saludarlos, la castaña contestaba con educación pero era notable que no recordaba a nadie, por mucho que le insistieran en contar donde y cuando se habían conocido, su pasado seguía borrosa  eran pocos los fragmentos que aparecían en su mente.

Cuando por fin llegaron al elevador suspiro con cierto alivio.

-Pronto recordaras. -Dijo animándola Harry. -Se que es difícil todo esto, pero eres fuerte y pronto lo superaras.

-En verdad eso espero, es desesperante no poder recordar nada, cuando ignoraba quien era resultaba un poco más sencillo y ahora no puedo dar un paso sin toparme con alguien que sabe más de mil que yo misma. -La frustración de la castaña era más que evidente.  

-No te preocupes, muy pronto volverás a ser la misma. -Tomo con cariño su mano para darle apoyo.

-Muchas gracias Harry. -Dijo sonriente y mirando sus ojos verdes con un profundo agradecimiento.

No tardaron en llegar a la oficina del ministro, ya los esperaban.

-Bienvenidos. -Les invito a sentarse y sonrió al ver a la chica que había estado desaparecida por tanto tiempo.

-Buenas tardes. -Saludaron y se sentaron en las sillas frente al escritorio.

-Es un gusto saber que está usted bien señorita Granger.

-Gracias. -Contesto un poco ruborizada.

-Venimos con usted para hacer los trámites necesarios para finiquitar este asunto.

-Le debo una disculpa Señorita Granger, pero debe comprender que debido al tiempo que habia transcurrido tuvimos que parar la búsqueda.

-Comprendo, no se preocupe.

-Es una suerte que el Potter la encontrara.

-Estoy muy agradecida con él, quizás fue el único que siguió creyendo que yo vivía. -Explico la castaña.

-Si, es un gran amigo.

-Lo es. -Afirmo la chica con una gran sonrisa y el pelinegro solo pensó en cuanto le gustaría ser algo más que un buen amigo.

Estuvieron un par de horas arreglando los papeles que de alguna manera certificaban que ella seguía con vida, además de un par de tramites e interrogatorios de rigor sobre su secuestro y sus captores, fue demasiado breve tomando en consideración que no tenia recuerdo alguno de lo sucedido, pero la mayoría confiaba en que tarde o temprano recobraría sus recuerdos.

Harry acompaño también a su amiga a San Mungo con la esperanza de que le pudieran ayudar un poco para recuperarse de esa laguna en la que se habían convertido sus recuerdos. Pero a pesar del optimismo de los sanadores no lograron hacer ningún cambio sustancial en el estado de la chica.

Depues de una tarde ajetreada terminaron en una cafetería.

-¿Cómo te sientes?

-Confundida y sumamente frustrada.

-Sé que es difícil pero no hay que perder la esperanza de recuperarte por completo

-Se que debo ser paciente, pero en ocasiones me resulta muy difícil hacerlo, siento como si me hablaran de otra persona, no me veo haciendo todas esas cosas que hice, y aun no me acostumbro a saber que soy bruja y creer en la magia es complicado, de no ser porque todo lo que he visto en estos últimos días, aun no lo creería.

Harry la abrazo para tranquilizarla.

-De cierta manera te entiendo, es difícil descubrir que tu vida era muy diferente a lo que has vivido estos últimos años, pero siempre has sido positiva, una gran chica inteligente y decidida, aun lo eres no te des por vencida.

La castaña sonrió un poco. -No sé qué aria si no estuvieras conmigo. -Beso su mejilla y extrecho mas el abrazo.

El pelinegro  se estremeció por ese cálido beso y deseo ser capaz de apoderarse de esa boca, deseaba poder hablarle de sus sentimientos pero sabía que no era el momento para atosigarla con más cosas. Solo cerró los ojos y aspiro el aroma que emanaba su cabellos y percibió la calidez de su piel un instante mas antes de soltarla.

-Ya todo está listo para mañana. -Dijo intentando suavizar las cosas.

-Nuestros amigos más cercanos asistirán.

-Que bien. -Contesto separándose de su amigo. -Espero que no tengas problemas de que invitara a Draco.

-¿Lo invitaste?

-Fui a visitar a Narcisa, la van a operar en poco tiempo y quería saber cómo se encontraba, y pues me encontré con Draco y le invite.

Harry intento no dejar fluir su molestia. -Aun no me convence ese cambio en Malfoy, ni creo que a los demás les agrade que asista a la fiesta de mañana.

-No veo el problema Harry, es mi fiesta y creo que puedo invitar a quien yo quiera.

-Y lo puedes hacer pero entiendo que no es fácil para nadie aceptar este tipo de cosas.

-Lo entiendo y agradezco tu preocupación pero me parece absurdo que esperes que tenga resentimientos contra alguien que solo conozco por lo que me hablan de el, no digo que no sea cierto todo lo que me cuentan, pero según lo veo es otra persona completamente diferente a la que alguna vez fue, incluso su madre es muy amable. Entiendo que en el pasado la guerra cambio a todos y que por eso temes que me lastimen, pero cuando los veo no encuentro a las mismas personas crueles y elitistas que me despreciaron, ahora son solo personas que luchan para sobrevivir.

-Sera como tu digas. -Dijo con seriedad.

-Por favor no te molestes. -Le pidió tomando su mano entre las suyas. -Dale una oportunidad de demostrar si a cambiado o no, si no resulta lo alejare de mi vida.

-No estoy molesto, solo me preocupa que te lastimen.

-Lo sé y te lo agradezco profundamente, pero si quiero ser la misma que alguna vez fui necesito comenzar a enfrentar lo que deje atrás y el es parte de ese pasado.

 El chico termino cediendo, solo esperaba que en verdad Malfoy no fuera la misma persona despreciable que había sido en el pasado, aun tenía sus reservas, todavía mas porque en esos años no había sabido nada de el o su vida,  parecía tener una vida respetable después de lo ocurrido en la guerra, pero no estaba convencido.

Lo que Harry se negaba a aceptar era que veía en Malfoy un rival, pues el interés que estaba mostrando en Hermione no era usual, como tampoco lo era que se disculpara por todo lo que le había hecho en el pasado, intuía que algo se escondía detrás de ese interés.