Celos

Todo parecía estar en calma, Narcisa Malfoy había logrado salir adelante de esa riesgosa intervención.

Un perdón silencioso se había otorgado por aquellos que habían sufrido en carne propia las calamidades causadas por esa pequeña familia de sangre pura. Los Malfoy estaban agradecidos y conmovidos en muchos sentidos, como quizás jamás habían estado en sus vidas, aun no comprendían del todo la manera de actuar de esa peculiar familia de pelirrojos que habían considerado traidores de la sangre, pero se contentaban con poder encontrar en ellos el perdón que les hacía falta.

Hermione poco a poco volvía a ser la misma, recuperando su vida, su esencia perdida con los recuerdos que habían estado extraviados. Pero ante toda esa alegría de estar recuperando su vida, un detalle de suma importancia se le estaba pasando.

Nunca se localizo a los hombres que la habían secuestrado, tras las largas pesquisas solo encontraron cuerpos sin vida  de algunos mortifagos que se habían dado a la fuga, pero no habían determinado si aquellos hombres eran los mismos que habían irrumpido tras los servicios funerarios para secuestrar a Hermione, como tampoco sabían la razón por la cual les habían dado muerte.

En las sombras, el hombre que tenía esas respuestas vigilaba, acechaba a la distancia esa presa que se le había escapado y había dado por muerta. Tenía que ser cauteloso pues con su regreso ponía en riesgo la estabilidad que había adquirido después de matar a sangre fría a sus aliados, para que no hubiera testigos de su participación en ese y otros actos como mortifago.

A duras penas había salido bien librado de los cargos que se le imputaban, respecto a su participación en la guerra en el bando de los malos, pero ahora que la única testigo viva estaba regresando, representaba un grave peligro, por tanto estaba planeando terminar ese trabajo que se había quedado pendiente.

Harry por fin podía tener un poco de calma en su vida, después de tantos años llenos de angustia, al fin la había encontrado, posiblemente lo correcto sería decir que ella lo había encontrado a el, pero sin importar como se habían dado las cosas, por fin podía respirar tranquilo.

Cuando veía a Hermione parecía que esos años de sufrimiento se habían borrado por completo, ya no había miedo en su corazón, ni la incertidumbre de preguntarse dónde estaría o si habría muerto como todos imaginaban. Su sonrisa le llegaba al alma, ver sus ojos brillar de alegría cuando hablaba e cualquier tema, su ceño fruncido cuando se molestaba y esa facilidad para desenvolverse sobre temas que a veces le costaba del todo entender, era como si no la hubiera perdido nunca, como si ella siempre hubiera permanecido a su lado.

Ron observaba a Harry con una media sonrisa, se acerco después de unos minutos haciendo que el pelinegro se sobresaltara un poco.

-¿Cuándo le dirás? -Pregunto el pelirrojo, no era que los temas amorosos fueran su fuerte, pero estando casado con Luna había aprendido un poco a observar mejor su entorno y podía notar cosas que quizás antes pasaban inadvertidas.

-¿Decir qué? -Desconcertado Harry salió de su ensimismamiento.

-Lo que sientes por ella. -Dijo señalando de manera disimulada a Hermione, Harry suspiro.

-Para ella soy como su hermano.

-Aun así deberías decirle, quizás las cosas puedan cambiar para ella, como cambiaron para ti.

-No es fácil no quiero perderla.

-Ya no la perderás. -Le aseguro Ron dándole palmaditas en el hombro en señal de apoyo.

Hermione estaba feliz entre sus amigos, sentada a un lado de Luna y Ginny platicaba animadamente de todas las cosas que se perdió en sus años de ausencia. Sentía quizás solo un poco de nostalgia por haberse perdido tantas y tantas cosas importantes en la vida de sus amigos, pero al fin sabía que no debía estar triste, si no agradecida por esa segunda oportunidad que le había dado la vida.

La castaña fue feliz cuando busco a sus padres y les regreso todos esos recuerdos que les había borrado para mantenerlos a salvo, ellos estuvieron un poco molestos por esa decisión, sin embargo, lograron comprender que solo lo había hecho porque los amaba demasiado y tenía miedo de que los lastimara. Regresaron a Londres y se establecieron en el que había sido su hogar para también retomar sus vidas a partir de donde las habían dejado.

Desde donde estaba sentada podía ver mas allá a Ron y Harry platicando, pudo notar la mirada apagada del moreno, como si la tristeza o embargara por algún motivo que desconocía. Se levanto para ir a su encuentro.

-¿Estás bien? -Le pregunto a penas llego a su lado y lo abrazo con afecto como si  le doliera esa tristeza que veía en los ojos verdes de su amigo.

Harry correspondió el abrazo apretándola contra si con suavidad, sintiendo un indescriptible bienestar al sentir el calor y percibir el aroma tan peculiar y dulce de Hermione. Se separo incomodo después de que escucho como Ron tocio un poco para regresarlo a la realidad.

-Estoy bien. -Dijo avergonzado

-No lo creo.

-Solo está un poco preocupado por el trabajo. -Lo salvo Ron.

-¿Seguro que estas bien? -Pregunto de nuevo no muy convencida de la respuesta de Ron.

-Desde que estás conmigo todo está bien. -Contesto con sinceridad y acaricio su mejilla antes de poner un mecho rebelde de Hermione tras su oído.

Draco acababa de llegar, Granger lo había invitado a comer a su departamento con todos los demás, lo que no esperaba era encontrar esa escena entre Potter y Hermione, la manera en la que la miraba no dejaba duda respecto a lo que sentía por ella.

Sintió los celos invadirlo e incapaz de tolerar esa amargura prefirió girar y salir de nuevo por la puerta sin que nadie lo notara, o mejor dicho casi nadie. Ginny lo había visto, se disculpo con Luna diciendo que regresaba en un momento y salió tras el.

Le dio alcance cuando ya caminaba por la acera de enfrente, sus pasos eran rapidos, reflejaban el malestar que sentía por lo que vio.

-¡Malfoy espera! -Le pidió casi sin aire por la carrera. Draco detuvo sus pasos y se giro, vio como se acercaba un tanto acalorada a la menor de los Weasley. -¿Por qué te vas? -Pregunto.

-Recordé que tengo cosas que hacer no puedo quedarme. -Mintió con maestría y de no haber sido porque vio su rostro decepcionado cuando vio a Harry y Hermione juntos le hubiera creído.

-Mientes. -Lo acuso

-Piensa lo que quieras Weasley. -Dijo a la defensiva, estaba enfadado y la pelirroja solo lo irritaba más con sus cuestionamientos.

-La quieres. -Pronuncio esas dos palabras y el enojo se desvaneció en el rostro de Draco.

-Eso no puede saberlo. -Dijo intentando ser indiferente.

-Sé que es cierto, tu te has enamorado de Hermione.

-Eso es algo que no te tiene porque importar.

-Me importa porque eso que tu sientes cuando los ves juntos es lo mismo que siento yo. -Dijo triste pero firme la pelirroja. -Yo amo a Harry, siempre lo he amado, pero parece que el ahora esta enamorado de ella, bueno, creo que al parecer siempre la quiso de una manera especial y diferente, pero apenas se dio cuentas que es mucho más de lo que había imaginado.

-¿Por qué me dices esto? -Pregunto más sereno por la confesión que le acababa de hacer la pelirroja.

-No sé, supongo que es porque me siento un poco sola y no tengo con quien más platicar que entienda lo que siento, que mejor que con alguien que es casi un desconocido que está pasando por los mismo -Dijo encogiéndose de hombros y sonriendo triste. -Vamos a regresar, Hermione esperaba por ti, si quieres después podemos tomar un café y platicar.

Draco la miraba con curiosidad, parecía sincera, pero él que  no estaba del todo acostumbrado a abrirse con nadie, eso era algo casi imposible, después de que le enseñaran a ocultar sus sentimientos para que estos no fueran una debilidad. Pero después de todo, no había nada que perder, y las cosas en su vida habían cambiado demasiado desde que Granger entrara en su vida y quizás hablar con esa pelirroja podría ayudarle después de todo.

Sonrió por lo extraño que resultaba descubrir lo mucho que el mismo había cambiado, le ofreció el brazo a Ginny quien se aferro a el con una sonrisa cómplice, después de todo ambos sufrían del mismo mal, por lo cual su mutua compañía podía serles de ayuda.  

Cuando llegaron al departamento de Hermione, entraron sonrientes sin soltarse aun caminaba juntos, Ginny tomaba del brazo de Draco y sonreía como hacía mucho no lo hacía. Alguien al verlos sintió una fuerte punzada en el pecho. ¿Serian celos?

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