❋ Capítulo 7: El Aclamado Héroe ❋

La familia del mal permaneció en el planeta Arcos durante una semana entera, como Gelice les había prometido a Frost y Winter cómo parte de su descanso (aunque estuvo a punto de quitárselos y castigarlos por la interferencia de la chica, quien le impidió seguir manipulando los sueños de Frost a su antojo, de no ser por Frode que le insistió mucho para quedarse en el planeta un tiempo más), antes de volver a su viaje por el espacio, a los entrenamientos y a sus actividades habituales como piratas espaciales en la Organización Interplanetaria de Comercio.

Unos meses después, Frost insistió a su madre en que le gustaría empezar a entrenar solo con Winter y por su propia cuenta, sin tener que estar bajo su constante supervisión todo el tiempo, argumentando que él ya es lo suficientemente fuerte para eso, y un adulto capaz de cuidar de sí mismo y tomar sus propias decisiones. Cómo era de esperarse, Gelice se negó de inmediato, creyendo que su hijo estaba buscando una excusa para no entrenar más debido a que aún no es capaz de llevar el mismo ritmo que ella, pero terminó aceptando después de que Winter le dijera que ella seguiría ayudando a Frost a entrenar y que siempre estaría cerca de él como su guardaespaldas.

Lo cierto es que Frost ya no quería seguir entrenando junto a su madre (más no abandonar del todo su entrenamiento) por sus métodos tan crueles y porque él siempre terminaba muy malherido en la enfermería. Por eso se alegró mucho cuando ella le permitió seguir entrenando sólo junto con Winter, quien decidió enseñarle algunas de sus técnicas con ilusiones para que él tuviese diferentes maneras para defenderse de sus enemigos cuando fuera necesario, y no depender únicamente de la fuerza bruta.

El joven changlong se sorprendió cuando su hermana le propuso aprender estas técnicas, creyendo que esos poderes estaban relacionados con su forma de sirena y que él nunca podría hacer tal cosa por no haber nacido como ella, por no ser de su misma especie. Pero Winter le dijo que eso no supondría ningún problema ya que no son técnicas exclusivas de su especie, por lo que él también será capaz de aprender y crear sus propias ilusiones.

-Vale Frost, ¿qué quieres crear primero?- Preguntó Winter mirando a su hermano con los brazos en jarra y una sonrisa dibujada en la cara- ¿Muñecos?¿Armas?

-Empecemos con muñecos y luego seguimos con armas- Respondió Frost todavía un poco inseguro de aquello, pensando que crear un muñeco será más fácil que crear un arma o un objeto mucho más grande. No lo quería tener muy complicado para el primer intento

-Vale- Comenzó diciendo Winter- Todavía es un poco difícil que hagas las mismas ilusiones que yo, pero creo que podrás hacerlo con una esfera de ki.

-Ya me suponía que no iba a ser tan sencillo- Comentó con evidente molestia e impaciencia al escuchar eso, pues ya quería ser capaz de hacer ilusiones tan increíbles como las de su hermana- Pero te prometo que me esforzaré mucho para algún día poder hacer ilusiones tan buenas como las tuyas- Agregó muy decidido a no fallar en eso

-Seguro que sí Frost- Sonrió la chica creando una esfera de ki del tamaño de su palma- Has de tener paciencia e imaginación para que tenga una apariencia lo más real posible.

-Bien- El joven changlong asintió de acuerdo con esa explicación- ¿Eso es todo lo que debo hacer?¿O hay algo más?- Quiso saber confundido. Estaba convencido de que había un truco especial para lograr materializar las ilusiones, no sólo imaginarlas y ya

-No creas que es tan fácil Frost, en momentos de tensión no siempre estás para imaginar cosas que te puedan ayudar en combate- Explicaba Winter de forma seria.

-Tienes razón, pero...yo quería saber sí hay algo más que debería hacer, aparte de imaginar cómo será la ilusión que deseo crear. No lo sé...¿Quizás un truco especial concentrando mi energía lo mejor posible para hacer que la ilusión se materialice, mientras trato de imaginar cómo será?- Insistió Frost muy impaciente y con temor de no haberse explicado bien

-Bueno sí. Recuerda que mis poderes sirven para la creación y tienen que ver con el ocultismo en gran parte, principalmente a partir de la sombra que genera uno mismo y de su propia sombra, los lugares con exceso de sombra y poca luz siempre serán muy beneficiosos a la hora de usar este poder- Explicó Winter a su hermano - Sabiendo esto, no puedes dejar que tus emociones influyan en las ilusiones, mucho menos tener miedo cuando las estés creando- Winter hizo especial énfasis en esto último- Las consecuencias de sentirse así cuando estás haciendo este tipo de cosas pueden ser terribles para el portador.

-¿Qué puede pasar si dejo que mis emociones me dominen cuando intente crear una ilusión?- Le preguntó Frost temeroso por la respuesta.

Él no era muy bueno controlando sus emociones, pues siempre lo invadía el terror cada vez que estaba delante de su madre (especialmente cuando ella se enojaba bastante con él), siendo incapaz de hacer nada para defenderse a sí mismo, solamente se echaba a llorar y suplicaba por su vida con desesperación hasta que su hermana aparecía para dar la cara por él. Aunque también suele impacientarse y frustrarse bastante cuando algo no le sale bien, o cuando tiene dificultades para pelear al mismo nivel que su madre o para aprender alguna técnica nueva que alguien intenta enseñarle como apoyo a la hora de luchar contra sus enemigos. Y eso es lo que le está pasando justo ahora, al saber que no será nada fácil para él aprender a crear sus propias ilusiones sin dejarse dominar por sus emociones ¡¿Cómo se supone que iba a lograr eso, siendo tan susceptible a ellas?!

-Uno de los aspectos negativos de ello es que aparecen creaciones aleatorias y cuando menos quieres que ocurran- Winter recordó entonces lo que le ocurría a ella antes de que su hermano le regalase los guantes para manejar sus poderes, aún preocupada por ese aspecto suyo.

-Ahora que lo dices de ese modo, eso suena muy peligroso y definitivamente no quisiera estar en una situación así- Recordó aquellas veces en que su ira provocó que perdiera la razón y el control de sus poderes durante algunos de los entrenamientos con su madre, así cómo la destrucción que había causado a su alrededor. Luego notó que su hermana tenía la mirada fija en otra parte-¿Qué ocurre, Winter? Aún... recuerdas lo que ocurría hace años,¿verdad?- Miró sorprendido a su hermana, suponiendo que ella decía eso por experiencia propia

-Así es Frosty, aún me preocupa el tener que ir a ningún sitio sin los guantes que me regalaste por miedo a lo que pueda ocurrir si me descontrolo o aumento mi fuerza- Respondió con preocupación.

-Te entiendo. A mi también me ha pasado que, en algunos de los entrenamientos con mi madre, perdía la razón y el control de mis poderes debido a la ira, y luego me despertaba en la enfermería sin poder recordar nada de lo ocurrido- Explicó un poco sorprendido por su cambio repentino- Ella decía que esa era la única forma de sacar todo mi potencial. Por eso insiste tanto con esos entrenamientos tan duros que me llevan al límite...

-Y aún así ninguno somos capaces de controlar toda nuestra fuerza- Pensó para sí Winter antes de asentir entendiendo la situación que le comentaba su hermano mayor.

-Bueno, hay que empezar- Comprendió que su hermana no quería hablar del tema, así que decidió que debían comenzar de una vez con el entrenamiento para crear ilusiones y se pusieron manos a la obra

Tardaron un par de semanas hasta que Frost al fin pudo empezar a crear cosas. No eran creaciones más allá de lo esperado, pero al menos era capaz de mantener las ilusiones por largos periodos de tiempo, por lo menos un par de horas al día. A pesar de ello, se sentía un poco frustrado por no ser capaz de avanzar más rápido cómo deseaba, envidiando a aquellas personas que pueden aprender fácilmente cualquier técnica después de un par de intentos o nada más con verla sólo una vez, pues había escuchado de seres prodigiosos en las artes marciales. Supongo que yo no soy uno de ellos- Pensó abatido poco antes de que pudiera crear su primera ilusión con éxito.

-¡¿Lo has visto, hermana?! ¡Al fin pude crear una ilusión!- Exclamó muy emocionado por su logro, sin dejar de mirar la pequeña muñeca de Winter que antes había sido una esfera de energía

-Sí Frosty. Te dije que lo conseguirías tarde o temprano- Lo felicitó la chica con una sonrisa, cuando la muñeca se desvaneció casi al instante y Frost hizo un mohín- No te preocupes, es normal que eso pase ya que es tu primera ilusión, pero muy pronto podrás mantenerlas durante mucho más tiempo y luego todo lo que quieras- Aseguró dándole ánimos para continuar.

Y así fue, por lo menos lo primero. Pero algo es algo ¿no?

Ambos decidieron mantener en secreto aquellos entrenamientos, siendo Frode y el Doctor Kenzo los únicos en toda la nave que lo saben (y también prometieron guardar silencio al respecto), porque el joven changlong no quería que su madre se enterase de ello antes de que él consiguiera perfeccionar del todo sus ilusiones para usarlas como un factor sorpresa en algún posible combate contra ella en el futuro. Su padre le había dicho más de una vez que era muy importante que siempre tuviera un as bajo la manga, algún truco o técnica que nadie más conociera, pues eso le ayudará mucho cuando tenga que enfrentar a oponentes muy poderosos o que no puedan ser derrotados con facilidad (hay luchadores que no tienen un gran poder de pelea, pero algunas habilidades especiales que compensan esa debilidad, permitiéndoles defenderse y resistir ataques fuertes sin problemas).

Entre otras cosas, Gelice junto con su ejército, conquistaron nuevos planetas durante ese tiempo, uno de los cuales resultó ser muy rico en minerales que se venden muy bien en el mercado negro espacial, por lo que esclavizaron a los sobrevivientes para sustraer todo el mineral que se pudiese encontrar y comercializar con el. Todo estaba marchando según las expectativas de la malvada emperatriz, quien desde hacía una semana estaba pensando que ya era el momento de pasar el mando de su imperio a su hijo Frost. No había razones para seguir retrasando su ascensión al poder, él ya era un guerrero fuerte (aunque todavía le faltaba mucho para llegar a su nivel) y ella le enseñó todo lo que necesita saber para gobernar un imperio por su cuenta.

-No hay ninguna manera en que ese mocoso eche todo a perder después de todo lo que le he enseñado para ser un líder digno de este imperio- Pensó la mujer con seriedad, tomando al fin una decisión

-¿Qué te ocurre, Gelice? Te veo muy pensativa- Le preguntó su marido confuso, mientras la observaba caminar de un lado a otro en la sala del trono. Él aún no sabía nada de lo que su esposa estaba planeando hacer

-Ya lo verás "querido"- Se limitó a responder antes de girarse hacia un soldado que estaba haciendo guardia en la puerta- ¡TÚ!- Gritó haciendo que este se asustara- ¡Ve a buscar a Frost y a Winter, y luego diles a todos los soldados que se reunan aquí. Tengo un anuncio muy importante qué hacer!- Le ordenó con ferocidad y Frode la miró sorprendido,¿a qué se refiere?

-¡Sí, mi señora!- Exclamó el soldado y salió a toda prisa de la sala del trono para cumplir con esa orden de inmediato.

A los pocos minutos llegaron Frost y Winter algo confundidos ante el inesperado llamamiento de Gelice con el fin de darles un anuncio importante a ellos junto a los soldados, para poco después llegar todos los hombres, temerosos por lo que pudiera decirles o hacerles su jefa.

-¿Qué ocurre Madam?- Quiso saber Winter sin entender el por qué de la presencia de todos allí.

-Es algo que a Frost y a ti os conviene mucho, Winter- Le respondió ella sin cambiar su expresión y se dirigió hacia todos- Cómo todos ustedes saben, he estado gobernando este imperio con mano de hierro por muchos años y todo se ha hecho cómo yo quería, pero ha llegado el momento de que pase el mando a mi heredero, el príncipe Frost- Anunció y todos en la sala la miraron con sorpresa, pues nadie se esperaba que su señora decidiera hacer algo así.

-¡¿QUÉ?!- Exclamó Frost completamente atónito, sin creer lo que escuchaba e ignorando la mirada fulminante de su madre. O tal vez escuchó mal- Madre ¿es cierto eso que dijiste?¿Voy a ser el nuevo emperador?- Preguntó incrédulo.

-¿Por qué Gelice no me hizo saber de esta decisión antes de decírselo a todos los soldados?- Se preguntó Frode un poco molesto porque su esposa no le había dicho nada, pues se supone que ambos gobiernan el imperio. 

-Así es. Desde ahora estarás al mando del imperio, tendrás todo un ejército de soldados y sirvientes a tu disposición para que hagan todo lo que tú ordenes, y Winter será tu mano derecha y guardaespaldas- Explicó Gelice brevemente y de forma seria- Frost será su nuevo emperador, por lo que ahora deben obedecer todas sus órdenes al pie de la letra y sin ninguna queja ¡¿entendieron?!- Dijo esta vez para sus soldados.

Todos se habían puesto a murmurar sobre el nombramiento del príncipe Frost como el nuevo gobernante del imperio de la familia del mal, algunos estaban de acuerdo mientras que otros no, ya que lo consideraban demasiado débil y cobarde para tener un puesto tan importante cómo ese (y no nos olvidemos de los soldados que aún le guardan rencor por las bromas que el changlong les hizo cuando era niño con su amiga Gwendolyn), pero no se atrevían a decir nada delante de su señora, cuyo grito hizo que todos se callaran y la mirasen con temor una vez más.

-¡Sí señora! ¡Estamos a sus ordenes, emperador Frost!- Gritaron todos los soldados a la vez, haciendo una pose militar con una mano en la cabeza. El mencionado los miró sin decir nada, un poco incómodo. 

-Pero...- Comenzó decir preocupado porque aún no se sentía preparado para ejercer tal responsabilidad

-Frost- Dijo Winter poniéndole una mano en su hombro para tranquilizarlo, después miró a los soldados- Todos a sus respectivos puestos, el emperador necesita un respiro ahora mismo - Les ordenó.

-¡Cómo usted diga, señorita Winter!- Dijeron todos para volver a sus respectivas labores. En la sala sólo quedaron Gelice, Frode, Frost, Winter y el Doctor Kenzo.

-Gracias Winter- Dijo muy aliviado. Eso le daría tiempo de pensar con más calma y asimilar que ahora es el emperador del ejército de su malvada familia.

-De nada- Respondió la chica con tranquilidad.

-Felicidades por su nombramiento, señor Frost- Dijo el Doctor Kenzo acercándose hacia él y haciendo una reverencia- Se que va a ser un gran emperador cómo sus padres, y yo estaré encantado de servirle en todo lo que necesite- Estaba usando un tono muy formal para dirigirse al joven changlong, pues este ahora es su nuevo jefe.

-Gracias doctor, pero no es necesario que me trate de esa forma. Puede llamarme solo Frost sin problemas- Aclaró Frost todavía incómodo con eso. Luego sintió que alguien se le acercaba por detrás, era su madre.

-Ahora el Doctor Kenzo está bajo tu mando, al igual que todos los soldados. No debes permitir que tus soldados te hablen con tanta confianza y hagan lo que quieran. Debes hacer que respeten tu autoridad cómo emperador con mano de hierro- Le dijo ella en modo de reproche.

-Sí madre...- Frost suspiró y bajó la cabeza. Las cosas serán muy diferentes de ahora en adelante, y tendrá que ser un emperador tan duro como su madre sí quería que sus nuevos soldados lo respetaran y obedecieran.

-Debo destacar que ahora que el imperio es de Frost, sea él quien decida cómo quiere que se le refiera- Interrumpió Winter no muy de acuerdo con lo que acababa de decir Gelice- Al menos el cómo se referirán sus altos mandos como el doctor Kenzo o yo.

-Muy bien, mientras sólo sean ustedes dos- Aceptó la ex-emperatriz de mala gana- Espero que su mando se desempeñe bien y no tenga que arrepentirme de mi decisión- Los miró con severidad antes de darse la vuelta para marcharse. Frost sentía que tenía que decir algo.

-Te prometo que voy a dar todo lo mejor de mi para ser un buen emperador, para hacer que nuestro imperio siga creciendo y ser dueños de todo el universo, madre- Dijo Frost mostrando seriedad y determinación, aunque dentro de sí aún tenía dudas de sí mismo.

Gelice se detuvo a mitad de camino.

-Eso espero, mocoso- Fue lo último que dijo antes de dirigirse a la puerta.

-Espera un momento, Gelice, ¿por que no me dijiste nada antes sobre el nombramiento de Frost?- Le preguntó Frode luego de alcanzarla.

-Porque yo soy la principal gobernante de mi imperio, el cual es de mi familia desde hace muchas generaciones, y tú sólo eres mi segundo al mando- Le respondió para seguir su camino. Frode la miró sorprendido (también molesto) por aquellas palabras y se fue tras ella.

Una vez que ya ninguno de los dos estaba cerca, Frost aprovechó para confesarle a Winter y al Doctor Kenzo sus preocupaciones sobre su nueva responsabilidad.

-No me siento preparado para esto, Winter. Sabes que no todos nuestros soldados estarán dispuestos a obedecerme porque no soy tan fuerte y decidido cómo mi madre, incluso ella misma me lo dice todo el tiempo. Ni siquiera tengo confianza en mí mismo ¡¿cómo demonios espera que me haga cargo de todo yo sólo?!- Le dijo Frost muy angustiado.

-Frost, no deberíais alteraros así- Comentó el doctor Kenzo intentando calmarle- Eso no mejorará las cosas.

-Ya lo se, doctor. Pero no puedo evitarlo. Estoy seguro de que fracasare cómo emperador- Se sentó en el trono con las manos en la cara.

-No lo harás, me tienes a mí como tu mayor confidente, guardaespaldas y oráculo- Respondió Winter- ¿No era lo que querías?¿Gobernar para que Madam te dejara tranquilo?

-Tienes razón, yo quería gobernar para demostrarle de lo que realmente soy capaz, y sé que contigo a mi lado nada malo ocurrirá- Dijo Frost de acuerdo con su hermana- Perdón, no puedo pensar bien cuando estoy alterado...

-No tienes nada de qué disculparte Frost...- Respondió Winter con una leve sonrisa- Ahora, doctor Kenzo, podría dejarnos solos, ¿por favor?

-Está bien, me retiro. No dudes en ir conmigo si necesitas algo, Frost- Dijo el médico con otra reverencia y se fue.

-Te esperaba más nervioso- Dijo Winter una vez que el doctor Kenzo salió de la sala- ¿No te alegra saber que ahora esta sea una sala exclusiva para nosotros solos?

-Claro que sí me alegro- Afirmó Frost- Pero es una noticia demasiado repentina, y ya te lo he dicho, necesito ser más fuerte para poder ser como madre.

-Me preocupa que puedas sobre esforzarte demasiado con el tema de las ilusiones y tus entrenamientos, Frost- Comentó Winter preocupada por la respuesta dada por su hermano.

-Entiendo cómo te sientes Winter, pero no voy a parar hasta que pueda crear y dominar las ilusiones a la perfección. No puedo darme el lujo de que todos me vean como alguien débil- Dijo el ahora emperador cruzando los brazos.

-Me aseguraré de que te vean como el emperador que eres, solo quiero que tengas cuidado, no estaré siempre- Responde Winter con una sonrisa algo nostálgica.

-No digas eso, hermanita. Tú siempre vas a estar ahí para mí, no sé lo que haría sin ti- Dijo preocupado, sin entender porqué Winter le había dicho eso.

-Simplemente promete que mantendrás el control de ti mismo- Pidió Winter preocupada- El único que puede protegerte de ti mismo eres tú.

-Está bien, Winter. Te lo prometo- Dijo el changlong sin saber qué más decir ¿Qué quiso decir ella con protegerse de sí mismo?¿Acaso había visto algo muy preocupante en su futuro que no quiere contarle?

Sin poder evitar la curiosidad, Frost quiso preguntarle al respecto, pero fue interrumpido por su padre quien había regresado para recordarle que ahora tiene nuevas responsabilidades que cumplir y el tiempo corría, así que decidió dejar esa conversación para otro momento. Aunque terminó olvidándose del tema por un buen rato por tener la cabeza ocupada con un montón de cosas, mientras él y Winter organizaron todo para empezar su nuevo trabajo, y no volvieron a hablar más de ello.

Así fue como empezó el mandato de Frost como emperador de la OIC (y posteriormente del Universo 6), el cual no estuvo libre de altibajos, especialmente durante los primeros años. Tal y cómo le había dicho a su hermana, la mitad de sus soldados (Dokuto, el hombre serpiente, entre ellos) se negaron a obedecerle debido a su falta de experiencia en el cargo, y por no tener el mismo nivel de poder o el carácter fuerte de su madre. La mayoría de ellos no lo pensaban ni dudaban mucho para burlarse o hablar mal de él (mejor dicho, insultarlo) a sus espaldas, e incluso lo hacían en su cara sin miedo y con mucha hipocresía, sabiendo que él no sería capaz de castigarlos como solía hacerlo su señora. Todo eso, añadiendo los asaltos a diferentes planetas, las constantes negociaciones con otros comerciantes y nuevos socios de la OIC, el papeleo de oficina, la administración de los recursos que conseguían, la supervisión y el mantenimiento del ejército, entre otras cosas, así como la constante presión de tener que mantener todo en orden y no equivocarse en nada habían puesto al joven emperador de los nervios.

Tanto así que ya se había vuelto común verlo muy estresado con bastante frecuencia, a veces al borde de la desesperación por todas las ocupaciones que tenía a diario casi las 24 horas del día y con muy poco tiempo de descanso entre una cosa y otra. Y no ayudaba en nada que sus soldados se dedicaran a molestarlo e hicieran lo que se les viniera en gana, sin importarles que él estuviera a muy poco de sufrir un colapso nervioso por su culpa. Winter siempre estaba allí para ayudarlo en todo como le había prometido, pero aún así no era suficiente, y más de una vez ella tuvo que intervenir. Su madre le había advertido que eso podría llegar a pasar, que sus soldados no lo iban a respetar por ser tan blando, permisivo y débil de carácter. Ella no se había equivocado y él ahora no sabía qué hacer para arreglarlo todo.

Hasta que finalmente, un día, el joven emperador perdió la paciencia después de que un grupo de soldados le dijera que era un inútil y que jamás iba a ser un buen líder cómo su madre, estalló en ira de la misma manera que ella (eso demostraba que Frost había sacado un temperamento tan fiero como el de su madre cuando alguien lo hace enojar, después de todo) y los atacó con rápidos y casi imperceptibles rayos de sus dedos, dejándolos bastante malheridos y sin poder moverse. Incluso lo había rodeado un aura oscura muy aterrador, y ni siquiera Winter hizo nada al respecto, dejando que su hermano se desahogara (aunque, en su interior, todavía estaba muy preocupada por el poco control que este tenía sobre sus emociones).

Desde aquel entonces, ya nadie se atrevió a llevarle la contraria, burlarse o insultar al joven emperador Frost, quien ahora les daba casi tanto miedo como su madre (pero ella seguía siendo la gobernante más aterradora que han tenido) y ya no hubo más insubordinaciones por parte de ningún soldado, pues ahora todos le obedecían sin dudarlo. Bueno, casi todos: Dokuto se había impresionado un poco por el arranque de ira de Frost, pero seguía negándose a verlo como su jefe debido a todas las jugarretas que le hizo en el pasado y constantemente le ocasionaba problemas por diversión, haciendo caso omiso a las llamadas de atención de Winter. De todas formas, que Frost consiguiera ganarse la lealtad de sus soldados permitió que ya no se sintiera tan presionado al mando, que las cosas fluyeran mejor, y que poco a poco se acostumbrara y tuviera más confianza en sí mismo.

Frost se fortaleció tanto física, cómo mentalmente con el paso de los años, convirtiéndose en un emperador que utiliza su poder con mano de hierro para controlar a otros siguiendo el ejemplo de su madre. Sí alguien intentaba sublevarse o causar problemas, él se encargaba de los castigos físicos con sus técnicas de Ki y algunas de tortura que su madre le enseñó, pero no lo hacía con tanto sadismo ni se excedía cómo ella porque no deseaba reducir el número de soldados de su ejército, ni mancharse las manos innecesariamente con sangre. Los necesitaba vivos para seguir conquistando y destruyendo planetas. Él ya no era el niño miedoso que solía esconderse detrás de su padre cuando algo (casi siempre su madre) lo asustaba. Ahora era un Frost más rudo y malvado que no está dispuesto a dejarse pisotear por nadie, un Frost que quiere que todos le teman, respeten y hagan su voluntad. Aunque sigue llevando una bonita relación de hermano-hermana con Winter (y el miedo que le tiene a su madre aún no desaparecía).

Sin embargo, cuando todo parecía marchar a la perfección durante su mandato, surgieron algunos problemas que amenazaban con arruinar todo por lo que había trabajado tan duro en estos años: en primer lugar, había escuchado sobre un tipo llamado Hit quien tiene como 1000 años de edad, es de la misma raza que el Doctor Kenzo y se ganaba la vida como sicario (un asesino a sueldo), siendo toda una leyenda viviente en el Universo 6. Ese sujeto estaba buscando a su familia y a todos los piratas espaciales bajo su mando para matarlos uno por uno, por encargo de personas que han sido afectadas directamente por los delitos de la familia del mal y se sabe que Hit jamás ha fallado ni una vez en su trabajo. La eficacia y rapidez con la que comete sus asesinatos es aterradora para muchos, eso ha provocado que el número de soldados en el ejército de Frost disminuyera poco a poco.

El otro problema es la Patrulla Galáctica, una organización de corte militar que se encarga de atrapar malhechores y brindar seguridad a todo el universo, haciendo cumplir las normas espaciales e incluso del tiempo. La PG (para abreviar) también ha estado persiguiendo incansablemente a la familia del mal durante milenios, consiguiendo atrapar y encarcelar a muchos de sus subordinados con éxito, y planeaban hacer lo mismo con quien sea el actual líder de la OIC (Frost, aunque la PG no sabe que se trata de él).

Frost sabía que debía hacer algo de inmediato para evitar que la PG destruyera su imperio y que lo encarcelaran de por vida junto a sus soldados, su hermana y el resto de su familia, una idea que lo asustaba de sobremanera. Además, cómo miembro de una de las razas más poderosas del U6, no podía darse el lujo de ser humillado de esa forma, si es que su madre no lo ha matado antes cómo castigo por su fracaso. Para su suerte, no tardó mucho en dar con una solución para ese dilema.

Decidió convertirse de manera fingida en un héroe que lucha por la paz y la justicia en todo el universo, lo cual fue muy sencillo gracias a sus dotes como actor, ese talento natural que siempre ha tenido para mentir, engañar y manipular a la gente de tal forma que no dejaba ningún cabo suelto y nadie ponía en duda su palabra. Por supuesto, esto también lo obligó a idear una nueva modalidad de negocios que hiciera su fachada de héroe más creíble, con el fin de asegurarse de que nadie interferirá en sus planes: se dedicaba a provocar guerras en distintos planetas con el apoyo de piratas espaciales a su servicio (quienes, por precaución, no llevaban ninguna identificación que los vinculara con él), después las terminaba salvando a la gente con el propósito de volverse muy famoso en el universo, al mismo tiempo adquiría los planetas destruidos a un precio bajo para venderlos a un precio más alto y conseguir mucho dinero. 

Esa estratagema tan vil le había funcionado a la perfección, logrando eludir y desviar la atención de la Patrulla Galáctica con éxito. Aunque no tuvo el mismo resultado con Hit quien no se dejó engañar fácilmente por esa actuación que para los demás era muy convincente. Él ya tenía cientos de años de experiencia lidiando con todo tipo de personas, especialmente con malhechores y piratas espaciales, de forma que sabía perfectamente sí estaban mintiendo o no. De todas maneras, desde que se convirtió en un "héroe", a Frost ya no le preocupaba el asesino. Mientras tuviera a todo el universo de su lado, no había razones para hacerlo.

Con el tiempo, Frost consiguió hacerse muy famoso en todo el Universo 6 gracias a sus actos de "heroísmo", y las "obras de caridad" que hacía para los niños huérfanos, personas en carencias o de planetas devastados por las guerras que él mismo causó, llegando a ser considerado cómo el Emperador del Universo 6 por todos sus habitantes (quienes no sabían que estaba al mando de una organización de piratas espaciales), un líder benévolo y generoso que se preocupa "verdaderamente" por el bienestar de todos, que ama a los niños y, por sobre todo, desea traer la paz a su universo. Mucha gente lo admiraba por sus buenas obras, las cuales lo hicieron digno de recibir el Premio a la Paz dos veces. Estaba en la cima del poder, se sentía muy bien con todo lo que había logrado, la fama se le subió a la cabeza (tanto que se volvió muy egoísta, codicioso y engreído, cosa que aumentaba la preocupación de Winter) y pensaba que no había nada mejor que eso.

A su madre no le gustó mucho aquel plan en un principio, creyendo que era una estupidez y una pérdida de tiempo que su hijo se pusiera a "jugar al héroe", y trató de convencerlo de que desistiera. Pero luego comprobó por sí misma lo útil que esto ha llegado a ser para seguir dedicándose a sus labores sin ser molestada por la PG, lo felicitó por su inteligencia (esta una de las pocas veces en que Gelice felicita a su hijo por algo).

-Bien hecho, Frost. Has logrado lo que tanto esperaba de ti, me enorgulleces- Le dijo Gelice un día, cuando ambos estaban reunidos en la nave de este. Frost se sorprendió mucho al escuchar eso de su madre, es muy raro que ella lo felicite por algo y eso le hizo saber que ha estado haciendo bien las cosas

-Gracias madre. Aunque no lo habría hecho sin tus enseñanzas- Comentó Frost bastante agradecido por esas palabras y, evidentemente, muy orgulloso de sí mismo, mientras Winter escuchaba todo detrás de él

-Si sigues con ese plan, no tendremos que preocuparnos más por la Patrulla Galáctica.

-Tengo a esos tontos ingenuos comiendo de mi mano, por eso se que nunca descubrirán lo que realmente hacemos, ni se pondrán en nuestra contra- Esbozó una sonrisa maliciosa- Ahora sí me disculpas, madre, tengo que ocuparme de unos asuntos muy importantes- Dijo haciendo una reverencia para ella

-En ese caso, no te detengo más- La mujer se retiró sin más.

AÑO 761. PLANETA ARCOS

Han pasado dos semanas desde aquella reunión. Frost y Winter regresaron a Arcos para intentar tomarse unos días libres, y Frode se les había unido un día después de su llegada. Ahora, Frost estaba metido sólo en su oficina, arreglando algunos papeles relacionados con el imperio mientras bebía una copa de vino, su bebida favorita, mientras Winter atendía otros asuntos. Él había empezado a tomar vino al poco tiempo de haberse convertido en el emperador de la OIC, como una forma de lidiar con el estrés al que estaba sometido casi a diario, y posteriormente para celebrar todos sus logros, mientras disfrutaba de la buena vida que obtuvo a través de sus engaños.

Le encantaba estar rodeado de lujos y comodidades, que la gente le diera regalos cuando era su cumpleaños o como agradecimiento por haber salvado su planeta de alguna guerra, que los soldados hicieran todo lo que él les pedía, entre otras cosas; era muy feliz viviendo de esa forma. Sin embargo, desde algún tiempo para acá ha estado sintiendo cómo sí algo le faltase, un extraño vacío que la fama y las riquezas no podían llenar, y eso le molestaba.

No era la primera vez que sentía algo así, ya le había pasado mucho antes, el día de su cumpleaños número 27 en el año 714. Hoy también era su cumpleaños, pero no podía celebrarlo cómo quería ni divertirse porque tenía mucho trabajo pendiente por hacer. Por lo menos recibió un montón de regalos de su familia y admiradores que abrirá después, cuando tuviera tiempo libre, pero aún así extrañaba aquellos días que podía celebrar a lo grande sin tener que entrenar o trabajar. Entonces recordó lo ocurrido en aquel lejano cumpleaños, su hermana había logrado convencer a su madre de darles todo el día libre sin entrenamientos para celebrarlo, pero eso sólo fue una de las tantas sorpresas que recibió ese día.

*FLASHBACK

Desde que se puso firme y los soldados le mostraban el respeto que se merecía, le encantaba estar rodeado de lujos y comodidades, que la gente le dieran cualquier obsequio que el requiriese (por muy complicado que fuese), además de que tenía a su hermana y al Doctor Kenzo de su parte, ¿Qué más podía pedir llevando esa vida? Por otro lado, sabía que aquello debía compartirlo con alguien más, no solo con Winter, pues sentía que le faltaba algo más.

-¿Ocurre algo malo, Señor Frost?- Cuestionó Winter al ver que su hermano se mantenía pensativo en algo. Desde que llegó al poder, la chica procuraba referirse a él conforme a la situación, y solo lo trataba de "hermano mayor" o "Frosty" cuando estaban solos para evitar que nadie más le tratase de igual manera.

-Bueno, es que no entiendo algo, soy alguien muy rico, poderoso y famoso en todo el universo. Se podría decir que tengo una vida perfecta. Pero tengo el presentimiento de que me falta algo- Contestó el changlong, dejando ver parte de su frustración.

-Si no me fallan los oídos, les escuché decir a padre y Madam que quieren casarte- Indicó Winter en murmuro para que nadie más en aquella fiesta les oyese.

-¡¿Qué dices?!- Frost se atragantó con la bebida y miró a su hermana con sorpresa. No había pensado que podría ser eso lo que le faltase, pero él no tenía ningún tipo de interés en casarse.

La conversación entre ambos hermanos iba a seguir, pero la interrupción de su madre en aquel momento para llevarlo al trono para estar frente a todos los presentes fue lo que le impidió seguir preguntando a su hermana al respecto.

-Madre, avisa antes de hacer estas cosas- Se quejó Frost después de que la mujer lo soltase con brusquedad en el asiento, pocos segundos después, Winter se colocó al lado de su hermano, manteniéndose de pie como buen guardia que era.

-Necesitas una esposa- Contestó Gelice sin darle importancia a la reacción de su hijo- Hace ya tiempo que estás en edad para desposar a una mujer que consideres digna de ser tu emperatriz- Le explicó con voz severa- Por eso he organizado esta comida, he convocado a las mujeres que he considerado más bellas de este planeta para que elijas una.

-De ninguna manera madre. Sabes que no tengo tiempo para esas cosas, tampoco quiero hijos y soy perfectamente capaz de gobernar el imperio con la ayuda de Winter- Dijo Frost negándose rotundamente a casarse, aunque tampoco se había percatado hasta ese momento que había mujeres de su especie que no pertenecían a su grupo de aliados- ¡Además, a mi me gustan los hombres!- Pensó lo último. 

Frode apareció también para encontrarse con su esposa y sus dos hijos con el semblante más tranquilo que el de Gelice.

-Por una vez coincido con tu madre, Frost, debes encontrar ya una mujer con la que tener hijos- Agregó Frode ahora con una sonrisa, sin hacer caso a las negativas que su hijo estaba dando.

-¡PAPÁ!- Exclamó Frost molesto al ver que no se ponía de su parte, Winter trató de contener la risa al ver que su hermano estaba arrinconado en aquel momento con ese tema.

-Winter, haz que vengan las mujeres y anúncialo a todos en la sala del trono para que atiendan este momento- Ordenó Gelice a la joven para que accediese.

-Como guste Madam- Respondió ella, y procedió a ir a buscar a las jóvenes a las que se refería su maestra.

-¡¿Qué?!- Frost trató de detener a su hermana- Madre, no puedes tomar esa decisión por mi- Le reprochó a la mujer changlong- Además, no veo preciso anunciar algo así cuando aún no está decidido con quién me casaré.

Frost jamás le había dicho a nadie sus gustos por los hombres, de hecho, la única que lo sabía era Winter por su visión futura, ni siquiera el Doctor Kenzo, y ahora que estaba armando toda esa escena absurda no sería la excepción para hacerlo, y menos con su madre delante.

Cuando quiso darse cuenta, Winter ya llegó con las 6 chicas de su especie que Gelice había seleccionado para que eligiese quién sería la indicada para engendrar al futuro heredero de Frost.

-Madam, cuando usted quiera llamo la atención de todos para que el Señor Frost decida por su esposa- Indicó Winter con una leve inclinación hacia ella.

-Bien hecho, Winter- Felicitó la mujer adulta con una mueca- Preciso de tu opinión un momento, muchacha- Le dijo a la pelinegra - ¿Crees que debería anunciar la selección de la futura esposa de mi hijo ahora mismo o más tarde?- Winter miró a Gelice un poco confundida al escuchar que por una vez aquella mujer pedía, pero prefirió responder.

-Bueno, me parece precipitado anunciar todavía algo que no sabemos ni su círculo más cerrado- Comentó Winter- Lo mejor sería esperar a que tengamos por seguro quién será la afortunada de casarse con el Señor Frost antes de decir nada a nadie más.

A pesar de que no le agradó la idea de ambos héroes, Gelice gruñó y advirtió a su marido e hijo que más les valía que de aquella comida saliese una elegida para ser la esposa de Frost, para luego marcharse de aquel lugar a regañadientes y molesta de no conseguir aquel objetivo por completo.

Al cabo de unos segundos de que Gelice se fue de allí, Frode presentó una a una a las chicas que se ofrecieron voluntarias para ser la futura esposa que se casaría con el emperador.

-Lo siento, tu tampoco me gustas- Le dijo Frost con aburrimiento a la tercera chica de la fila quien se puso a llorar porque el emperador la había rechazado, al igual que las demás que pasaron antes que ella. Frode le envió una mirada furibunda.

-El emperador Frost es muy difícil de complacer- Comentó una de las chicas rechazadas con enojo.

El capitán Oniyu, líder de las fuerzas especiales de más alta confianza de Frost después de Winter, trató de conquistar a una de las chicas, pero solo recibió un manotazo en una de sus mejillas.

-Le pasa por querer juntarse con quién no le toca, capitán- Dijo con burla Winter al ver el golpe del hombre, luego se acercó a su hermano al ver su cara de aburrimiento y decepción.

-¿Acaso no hay algo mejor entre tantas chicas?- Le preguntó el changlong en voz baja y con molestia.

-A mí me parecen bastante guapas todas Frost, y si alguna fuese para mi, ya la hubiera elegido- Indicó Winter manteniendo el mismo tono que su hermano, sorprendiéndole al escuchar aquello- Una pena que no sea decisión mía.

-Frost, ¿hasta cuando vas a seguir rechazando a estas chicas? - Le insistió su padre con enojo, sin entender porque Frost tenía esa actitud tan repelente con las chicas -Esfuérzate más y elige una, por favor.

-Pero a mi me gustan otras cosas -Se excusó Frost en voz baja sin pensar - Como los chicos.

-¡¿Chicos?!- Frode había alcanzado a escucharlo y lo miraba entre alarmado y en shock.

-¡Nada!- Frost desvió la mirada con vergüenza. Debía tener más cuidado con lo que decía delante de su padre.

-Señor Frode, a lo que el Señor Frost se refiere es que necesita algo más que no sean esas chicas- Respondió Winter intentando explicarse a su padre.

-¿A qué te refieres con eso Winter? Para mi es muy importante que Frost consiga esposa- Dijo Frode con frustración y nerviosismo por la futura bronca que ambos recibirían más tarde- ¡Por la diosa Eira!¿Es que no son capaces de entender que yo quiero nietos?- Exclamó para sí el hombre.

-Padre, tranquilícese, no vale la pena que estas chicas pierdan el tiempo aquí, seguramente haya alguien mejor para ellas que el Señor Frost- Indicó Winter con serenidad- Creo que tanto el Señor Frost como ellas se merecen algo mejor.

-Estoy de acuerdo con Winter, padre. Ninguna de estas chicas es lo que estoy buscando- Dijo Frost muy decidido y seguro.

-¿Me estáis sugiriendo entonces que tengo que encontrar mejores seres para ti, hijo?- Preguntó Frode pensativo al escuchar aquellas palabras, recibiendo caras de reproche por parte de las jóvenes que allí presente estaban.

-Así es, señor Frode- Respondió Winter sonriente, deseando que aquella reunión con las chicas esas acabara de una vez - Lo siento, padre, pero debe esperar todavía más tiempo- Pensó.

-¡Ya me cansé de todo esto!- Exclamó furiosa una de las chicas, llamando la atención de Frost, Winter, Frode y del resto de invitados que asistieron a la celebración- Yo no quería venir aquí, pero mis padres insistieron en que serias un buen esposo- Señaló a Frost con un dedo- ¡Pero ahora veo que sólo eres un idiota que no sabe apreciar la verdadera belleza cuando la tiene delante!- Algunas de las otras chicas coincidieron con ella.

Frost se quedó tranquilo y sin inmutarse del sitio sabiendo de antemano que Winter se encargaría de todo aquel que pudiera faltarle al respeto, por lo que se limitó a mirar a su hermana.

-¿Sabes? Todas me parecéis una monada, de verdad- Respondió Winter acercándose despacio a la chica. Las que coincidieron con la primera se apartaron nerviosas al ver que no debieron de haber coincidido con ella- Pero faltando al respeto a los demás no conseguiréis nada.

-Fue el héroe el que comenzó a faltarnos al respeto al no considerarnos bellas- Protestó la chica, que miró a Frost molesta, pero se mantuvo impasible.

-Capitán Oniyu, ¿podría llevarse a las 5 chicas fuera de aquí?- Le pidió Frost al imaginar que es lo que podría estar pensando su hermana.

-En seguida, Señor Frost- Contestó el capitán, las chicas restantes se fueron de allí siguiendo al hombre de cuernos.

Ante la expectante mirada de todos los invitados, que miraban con curiosidad la escena que recién había ocurrido, provocada por una joven changlong que decidió levantarle la voz al 'héroe', todos observaron cómo la soldado más fiel de Frost dio un par de manotazos al rostro de la chica y luego la mandó contra la pared contraria de la sala.

Algunos de los allí presentes tragaron saliva al ver lo que podría pasarles si decidían alzarle la voz a Frost, mientras que otros se mantuvieron impasibles ante aquel resultado (ya que sabían de aquello y no esperaban menos), y finalmente Frode, que negaba con la cabeza al ver que su plan de casamentero no salió como esperaba, y recibiría más tarde una reprimenda por parte de Gelice.

-Les pido que sigan con sus conversaciones, queridos invitados, no dejen que este pequeño incidente les impida disfrutar de lo que queda de fiesta- Anunció Winter para calmar el ambiente mientras se llevaban a la malherida chica para que Kenzo la curase.

-Gracias Winter, pero tampoco hacía falta llegar a esos extremos- Agradeció Frost con una pequeña gota de sudor cayéndole por la frente- Además, así solo conseguirás que la bronca de mi madre sea peor.

-Tienes razón hermano, la próxima vez trataré de ser mas cuidadosa con tus pretendientes- Contestó Winter riendo y restándole importancia a lo último que dijo su hermano.

Con el paso de las horas, finalmente cayó la noche y los invitados se fueron después de un largo día de felicitaciones y regalos hacia Frost, quién se había aburrido bastante después de no haber podido cumplir el deseo de sus padres de escoger una mujer a la que desposar.

Sin embargo, Winter aún debía darle su regalo de cumpleaños a su hermano, pues quería animarle después de ver que no se divirtió en la comida, que había parecido más una reunión habitual que una fiesta de cumpleaños.

-¿A dónde quieres que vayamos ahora hermana?- Quiso saber Frost al ver que Winter no le decía el motivo por el que ella le tomó del antebrazo para llevarle con ella, gesto que solo hacía cuando quería mostrarle algo realmente importante, hasta que recordó lo que su hermana le dijo cuando hablaban de las pretendientes que fueron a ser elegidas- Y todavía no me explicaste por qué me dijiste que te parecían guapas aquellas chicas.

-Ya lo verás cuando lleguemos- Contestó Winter sin dar ningún tipo de explicación o resolver las dudas de su hermano.

-Ok, ok, pero no vayas tan deprisa- Pidió Frost inútilmente a su hermana.

Finalmente llegaron al gran lago de hielo que había cerca del palacio, y el changlong entendió que su hermana quería patinar con él como solían hacer cuando eran niños.

-Ahora entiendo lo que querías- Respondió Frost una vez que se detuvieron frente a la entrada del lago helado- ¿Vas a hacer los patines?

-En verdad, esto es parte del regalo de lo que quiero hacer- Indicó Winter mientras creaba unos patines para los dos.

-¿De verdad?- Preguntó el changlong con curiosidad al ver que su hermana tenía más cosas pensadas que hacer en aquel lago de hielo.

Ambos empezaron a patinar juntos, echando carreras por todo el lugar y haciendo diversos malabares mientras se divertían rememorando viejos momentos de cuando eran niños, antes de que fuesen héroes reconocidos por todo el universo.

Unos minutos más tarde, Winter rompió una parte del hielo para dejar ver como el agua estaba tranquila bajo aquella firme capa de hielo.

-Hermana, ni se te ocurra entrar al agua, volverás a resfriarte como cuando eras niña- Exclamó Frost deteniendo a Winter para evitar que hiciera aquello.

-No hay por qué preocuparse, Frosty, ya tengo más resistencia al frío que en aquel entonces- Contestó la chica tratando de llegar al agua, aunque su hermano se lo dificultaba.

-Dije que no Winter, no quiero que enfermes- Volvió a decir el changlong, negándose a dejarle paso a su hermana- Además, eres débil en esa forma, lo mejor será que volvamos a palacio para descansar.

En vista de que Frost no cedía a que Winter se transformase en sirena, la chica procedió a empujar a su hermano al agua para que ambos tomasen un baño juntos. El chico se agarró a su hermana para tratar de no caerse, pero el hielo falló en su contra y ambos acabaron cayendo al agua casi al mismo tiempo.

-¡Winter!- Gritó Frost molesto de que la chica hubiese hecho eso mientras salía para sentarse al borde del hielo - ¿Por qué lo hiciste?

-Por que quiero que toques mi cola de pez- Contestó ella con tranquilidad. Desde que su hermano sabía de aquel secreto, nunca quiso tocar su cola de pez por miedo a que pudiera pasarle algo malo como romperle alguna aleta delicada, y aquella vez no sería la excepción para negarse- Oh, venga ya, no puedes estar toda la vida sin tocar una cola de sirena,  ¿Qué pasará si realmente me ocurre algo estando en esta forma y necesito que me lleves con Kenzo?

-No me hagas ni pensar eso Winter- Se quejó Frost alarmado de tener que imaginarse aquello- Me preocupa que con mis poderes oscuros o sólo con mi toque acabe haciéndote daño.

-Frost- Nombró la sirena sentándose a su lado en esa forma- No me pasará nada, solo tienes las manos muy frías y mis escamas tendrán reacción al frío.

-Ya pero...- Quiso reprochar el changlong queriendo excusarse para evitar tocar a su hermana, quién le miró expectante a ver si se decidía a hacer algo de una vez- Vale, de acuerdo, pero no quiero que me vuelvas a pedir que toque tu cola de pez.

-Está bien- Contestó Winter de acuerdo con lo que su hermano le dijo.

Luego de un par de segundos, finalmente Frost tocó la cola de sirena de su hermana con muchas dudas y bastante miedo. El tacto era liso, y algunas escamas eran punzantes debido al frío de la mano de Frost.

-¿Se siente bien, verdad?- Cuestionó Winter con una sonrisa viendo como su hermano se había quedado ensimismado mientras seguía acariciando su cola de pez.

-Si...no sé por que no lo hice antes...- Respondió Frost embobado, para posteriormente apoyar su cabeza en el lomo de su hermana, confundiendo bastante a esta- Es lo menos que me debes dejar hacer, es mi cumpleaños.

-Vale, de acuerdo- Contestó ella riendo - Pero no te acostumbres, te resultará incómodo después de un rato.

Pasaron un par de minutos en el que Frost se quedó completamente dormido en el regazo de su hermana como si de un niño pequeño se tratase, y Winter admitió para si misma que era de las pocas veces que podía verlo tan relajado como en aquel momento. Muy a su pesar, tuvo que despertar a su hermano para que se fuesen a sus respectivos dormitorios para descansar propiamente para el día siguiente.

De camino de vuelta al palacio, Frost, aún medio dormido del pequeño reposo que había tenido con su hermana, recordó que aún no le había preguntado su duda.

-Winter, aún tengo una duda- Indicó el changlong, y esta lo miró curiosa- En la fiesta dijiste que esas chicas te parecían muy guapas, y que si hubiese sido por ti, ya hubieras elegido una, ¿acaso te gustan las mujeres de la misma manera que a mi los hombres?

-Bueno, no quise decirte antes para no alarmarte, pero creo que tengo gustos por ambas partes- Explicó Winter pensativa- Y aunque solo me inclinase por las chicas, tampoco sería un problema.

-Ah, ahora entiendo- Respondió Frost más calmado al entender la situación- No te preocupes hermanita, te guste lo que te guste, te apoyaré con lo que quieras.

Después de aquella corta conversación, se dieron las buenas noches con un abrazo y ambos se dirigieron a sus respectivos dormitorios para descansar.

FIN DEL FLASHBACK

Había disfrutado mucho aquel cumpleaños pese a que sus padres intentaron meterlo en un matrimonio forzado con una mujer para tener herederos, y Winter finalmente lo convenció de tocar su cola de sirena por primera vez, una sensación que se le hizo mucho más agradable de lo que había pensado, pero eso no disminuyó su miedo a lastimar a su hermana con su toque y no ha vuelto a hacerlo desde entonces por la misma razón. Y aunque le gustó recordar aquellos momentos, la sensación de vacío aún no había desaparecido y consideró la posibilidad de que necesitaba una pareja cómo le habían dicho sus padres en esa ocasión, pues era lo único que no tenía. Pero no conocía a nadie que le gustase lo suficiente para poder casarse y satisfacer ese deseo de compañía, exceptuando a cierto joven elecktriano a quien todavía no ha tenido la dicha de conocer. Según su hermana, aún faltaba mucho tiempo para que eso sucediera, cosa que no le hizo mucha gracia.

-Esto es muy frustrante, ¿de qué rayos me sirve saber el futuro sí no puedo hacer que algunas cosas sucedan más rápido?- Se quejó molesto para sí mismo, frustrado por no poder conocer antes al chico y bebió otro trago de vino- Si Ryo estuviera aquí, lo convertiría en mi pareja de inmediato y después nos casaríamos para poder vivir juntos toda nuestra vida, no importa sí él no es la esposa que mis padres esperan. Estoy 100% seguro de que ese joven será la pareja perfecta para mí, y mucho mejor que ese imbécil desgraciado de Freezer- Gruñó al pensar en su homólogo del U7.

Ambos emperadores se conocieron hace un año más o menos, y el changlong azul tenía muchas razones de sobra para odiar a su "contraparte" de aquel universo. Todo empezó durante los últimos meses del 761 en el planeta Arcos del U7, cuando Freezer encontró un lago escondido en lo más profundo de su castillo, el cual resultó ser un portal que conecta su universo con el U6. Fue así cómo ambos se conocieron y el tirano del U7 llamó la atención de Frost al instante cuando lo vio por primera vez, provocándole sensaciones extrañas que nunca antes había sentido con nadie hasta ahora. Lo consideraba un ser muy hermoso en todos los sentidos, al punto de querer hacerle cosas indecentes sin su consentimiento por emborracharse con un montón de botellas de una bebida extraña muy fuerte y dejarse llevar por la lujuria de los deseos sexuales que llevaba reprimiendo desde hace muchos años. La cosa no pasó a mayores gracias a que su hermana intervino con ayuda de Windy, la soldado más poderosa y fiel de Freezer. Y cómo era de esperarse, Freezer estaba tan furioso con él por su atrevimiento qué casi lo mata, pero afortunadamente eso no ocurrió.

Desde ese momento, ambos emperadores y sus guardaespaldas empezaron a pasar más tiempo juntos para conocerse mejor, siendo que Frost y Winter siempre iban al U7 para visitarlos por motivos diferentes. Los dos changlongs decidieron formar una alianza entre ellos con el fin de conquistar ambos universos, además de conseguir la inmortalidad que Freezer tanto deseaba, por lo que siempre se juntaban para hacer sus planes, aunque no avanzaron mucho por las muchas ocupaciones que ambos tenían con sus respectivos imperios. Por otro lado, Windy le enseñó a Winter sobre su origen como princesa de Zaruma y de una transformación que suelen tener los seres de su raza, pero que Winter nunca había experimentado.

Ambas chicas se volvieron muy cercanas y unidas con el paso del tiempo gracias a esas interacciones, además del hecho de que son hermanas a pesar de pertenecer a diferentes universos. Pero no sucedió lo mismo con Freezer y Frost, quienes estaban teniendo muchos problemas para llevarse bien debido las imprudencias del segundo, que hicieron enfurecer a Freezer, ya que Frost se enamoró perdidamente de él por su apariencia y personalidad, más allá de esos deseos sexuales que le mostró en un principio por accidente. Freezer se enteró de esto y rechazó a Frost de la peor forma posible, sintiéndose asqueado porque a él sólo le interesan las mujeres y veía a Frost cómo un ser débil y patético a quien solo estaba usando para sus propios fines.

Frost quedó bastante dolido por ese cruel rechazo por parte de Freezer, pero Winter lo convenció de que él se merece alguien mejor que este para que se sintiera mejor. De todas formas, Frost no volvió al U7 por esa y otra razón por la que Freezer le vetó la entrada a su castillo, pero Winter seguía visitando a Windy para saber más sobre el planeta Zaruma. Así transcurrieron varios meses durante los que las cosas siguieron igual, hasta que Windy decidió apartarse de Freezer por un problema ocurrido entre ellos por culpa del tirano, algo terrible que ella nunca podrá perdonarle y por lo cual Frost y Winter (en especial esta) lo odian aún más. Ella apareció un día en el U6 de sorpresa, les contó lo ocurrido con Freezer y decidió quedarse con ellos por un tiempo para evitar que este la encuentre, mientras piensa qué hacer con su vida.

-Maldito Freezer- Dijo Frost con desprecio hacia su homólogo del U7 cuando recordó todo eso- Lo que hiciste no tiene perdón. No sólo me lastimaste a mi, sino también a Windy. Espero que pagues algún día.

El changlong azul siguió haciendo papeleo hasta la noche, cuando su hermana vino a buscarlo para celebrar su cumpleaños en el comedor con una cena familiar (a la que no asistió su madre por obvias razones) y un delicioso pastel. No fue nada ostentoso como sus cumpleaños anteriores, pero se alegró de tener a su familia con él ese día especial. Lastima que esa felicidad no iba a durar mucho. 

Dos semanas más tarde, Frost y Winter se enteraron de que Freezer murió asesinado por un saiyan, ya que Windy había ido al U7 por noticias. Ella finalmente volvió a su universo para rehacer su vida, cerrando el portal que los unía y no se supo nada más de ella desde entonces, pero Frost estuvo muy deprimido durante días con la noticia de la muerte de Freezer porque aún tenía fuerte sentimientos por él a pesar de su rechazo. Winter había intentado de todo para levantarle el ánimo, pero nada sirvió y Frode también se dio cuenta de lo que le pasaba su hijo, enterándose a medias del motivo de su tristeza (Frost le ocultó quién era Freezer en realidad y que se enamoró de él). Como buen padre no le gustaba ver a Frost así, le dolía mucho ver a sus hijos sufriendo por algo, así que decidió llevarlo consigo a una misión para conquistar un nuevo planeta, creyendo que eso ayudaría a mejorar su estado de ánimo.

Frost aceptó porque no tenía otros planes en ese momento, y le daba bastante igual lo que su padre hiciera para intentar animarlo. El nuevo planeta a conquistar es Elecktree, un planeta habitado por seres con el poder de controlar la electricidad (Electroquinesis). Su madre estaba muy interesada en reclutar a algunos de ellos para su ejército por sus habilidades que no se comparan con nada que hayan visto antes.

La nave de Frode (la cual es muy diferente a la de su hijo para que nadie los vinculara y sospecharan) se mantuvo flotando en la órbita del planeta Elecktree, mientras decenas de pequeñas naves, manejadas por sus soldados, salieron disparadas hacia este y la invasión comenzó. Los elecktrianos lucharon con todas sus fuerzas para evitar que su planeta fuera conquistado por aquellos piratas espaciales, demostrando ser unos guerreros excepcionales con una fuerza inigualable. Frode, Frost y Winter observaban todo desde las alturas. Pero Frost, que estaba aburrido, decidió salir a pasear para distraerse un poco y tomó una capucha para cubrirse, así nadie lo reconocería.

-¿A dónde crees que vas?- Le preguntó su padre sorprendido en cuanto lo vio acercarse a la puerta trasera de la nave.

-Lejos de aquí, a un lugar donde pueda estar tranquilo sin tanto alboroto- Respondió Frost sin mirarlo. Frode insistió en que debía quedarse a mirar su trabajo- No hace falta. Lo he visto montones de veces- El changlong mayor se molestó por su insolencia- No me sigas Winter- Le dijo a su hermana antes de salir

-Soy tu guardaespaldas, Frost. No puedo dejar que salgas y andes por ahí sin protección, especialmente en medio de una guerra- Pensó Winter para ir detrás de su hermano, pero ocultó su Ki para que este no se diera cuenta de que lo seguía. Decidió que intervendría en caso de que este se encontrara en un grave peligro

Frost bajó a Elecktree sin ser notado por nadie, llegando a un lugar llamado Ciudad Lectrón según un letrero que estaba cerca de la entrada. Las calles estaban completamente desiertas, pues muchas personas habían ido a luchar y otras se refugiaron para protegerse de lo que parecía ser una guerra inminente. Todos menos un grupo de adolescentes de entre 15 y 17 años, evidentemente elecktrianos, que estaban reunidos frente a una joyería cerrada.

Un muchacho alto y corpulento estaba golpeando a otro que era más bajo y delgado. Aquel chico tenía la piel muy clara, cabello negro azabache, lacio y con mechones dorados que le llegaba hasta la mitad de la espalda y tenía atado con una coleta baja, y ojos dorados brillantes que se ocultaban detrás de unas gafas. Su apariencia daba entender que era muy débil en comparación con los otros muchachos varones del grupo (también había un par de chicas presentes), ni siquiera se defendió del mastodonte que lo estaba golpeando, ni de los otros que se acercaron para hacer lo mismo.

A pesar de su gusto por los hombres, ese chico pelinegro no llamó la atención de Frost, quien decidió no intervenir en ese pleito y se alejó. En ese momento no estaba en su papel de héroe, así que no se sentía en la obligación de ayudar a nadie y ese chico podía salir por sí mismo del lío en el que se metió. Sin embargo, no paraba de pensar en esos ojos dorados que le recordaban mucho a los de Ryo. Pensaba que era un color único y que ninguna otra persona, exceptuando por este, los tenía, pero estaba equivocado.

Cuando ya se había alejado hasta dos cuadras de la calle donde estaban los chicos, hubo una fuerte explosión de energía y rayos eléctricos que destruyó gran parte de la zona, como sí los desastres de la pelea entre elecktrianos y sus piratas espaciales no fueran suficientes. El changlong sintió una energía poderosa que provenía de aquel lugar, esos chicos habían llevado su pelea demasiado lejos o es que el debilucho por fin se había defendido. Pero no quiso ir a comprobarlo, pensó que ya había visto suficiente (eso sin duda le hizo olvidarse de Freezer por un rato) y decidió regresar con su padre cuando notó que varias naves de la PG se acercaban.

Winter (cubierta con otra capucha) estuvo siguiendo a su hermano todo el rato como una buena guardaespaldas, también vio como unos matones golpeaban a un pobre muchacho pelinegro y quiso ir en su ayuda, pero no fue necesario cuando este liberó todo su poder, destruyendo gran parte de la calle y aturdiendo a los matones en el proceso. Ella regresó con su hermano a la nave de Frode cuando la PG llegó para controlar la situación.

La intervención de la PG y la lucha de los elecktrianos por su planeta no permitieron que la familia del mal pudiese conquistarlo, teniendo que irse de allí con las manos vacías. Gelice no se tomó muy bien esta noticia y castigó duramente a los soldados de su marido por fallarles. Pero todavía estaba decidida a tener ese planeta y a los elecktrianos bajo su control. 

- Continuará -

*Este flashback fue extraído de un capítulo especial que mi amiga @Windyanas me escribió como sorpresa de cumpleaños el año pasado. Pueden leer la versión completa aquí: https://www.wattpad.com/1124553995-mi-familia-el-cumplea%C3%B1os/page/3 

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