❋ Capítulo 2: Mi amiga Gwendolyn ❋
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-SIETE AÑOS DESPUÉS-
Los años pasaron rápidamente, mientras Frost crecía bajo el cuidado y la educación que su familia le daba. Cómo su madre había prometido, tanto ella como su esposo se encargaron de entrenar al pequeño cuando este llegó a la edad necesaria para introducirse en las artes marciales, para que aprendiera a controlar sus poderes. El sello mágico que Lady Eira puso en él cuando era un bebé le impedía liberar su verdadero poder como precaución, haciendo que todos a su alrededor creyeran que era un changlong como cualquier otro. Pero Gelice estaba segura de que su hijo había heredado sus poderes oscuros, podía sentir una fuerza tremenda en su interior que él debía liberar si quería ser un emperador poderoso y temido en el futuro, por eso le exigía mucho cuando tocaba entrenar.
Frost nunca fue a una escuela con otros niños. Así que nunca tuvo amigos de su edad con quienes jugar, y siempre estuvo supervisado por sus padres y maestros particulares que se encargaron de enseñarle todo lo que necesitaba saber cuando tuviera que gobernar (cómo Matemáticas, Economía, Administración y Contaduría para saber cómo administrar la OIC y hacer negocios correctamente; Historia de Arcos, Historia del Universo, Ciencias Naturales, etc), incluyendo modales y refinamiento. Cabe destacar que el pequeño changlong obtuvo notas sobresalientes en todas sus clases, demostrando tener una inteligencia prodigiosa a pesar de su corta edad, lo que indicaba que se convertiría en un gran emperador y digno sucesor de la familia Yuki.
Esa inteligencia también le confirió una gran astucia y habilidad para mentir que solía utilizar para librarse de tener que asistir a las clases que no le gustaban, logrando inventar excusas bastante creíbles para sus profesores que caían fácilmente en su engaño y no se enteraban de ello hasta mucho después (evidentemente enfurecidos por haber sido engañados por un niño de 7 años); incluso los asustaba con que le diría a su madre que lo molestaban, sin ser realmente consciente de lo que ella era capaz de hacer debido a su carácter frío, agresivo y cruel. Su padre le había advertido muchas veces que tuviera cuidado con su madre, pero el pequeño no entendía porque lo decía porque aún no había hecho nada para recibir su ira, al menos no por el momento.
Su única amiga era una Kryodonte llamada Gwendolyn (*), una criatura muy parecida a los lobos del extinto planeta Tierra, que tenía el pelo plateado, ojos amatistas y poderes fríos, siendo una de las especies de animales que habitan en Arcos en ambos universos. Ambos se conocieron hace un año en el mismo planeta, cuando Gwendolyn protegió al niño de ser lastimado por un pirata espacial que no tenía nada que ver con la OIC. Desde entonces son muy buenos amigos y se tenían un cariño incondicional el uno al otro, algo que sólo sucedía entre ellos dos; mientras que para los soldados y sus profesores, Frost era un crío rebelde e insolente (a pesar de lo bien que le iba en las clases) que les hacía jugarretas con su amiga cada vez que tenían la oportunidad.
Una mañana como cualquier otra, Frost decidió que no quería desaprovechar un día tan bonito con sus clases, así que le inventó a sus maestros que estaba enfermo (y se maquilló para parecer que sí lo estaba, logrando engañarlos) y se fue a jugar con su mejor amiga por toda la nave, aprovechando también que sus padres estaban fuera conquistando planetas.
-Jugar contigo es mucho más divertido que ir a esas clases tan aburridas- Dijo a su amiga sin sentirse culpable por mentir y faltar a clases. Llegaron al campo de entrenamiento donde algunos soldados estaban entrenando, empeñados en ser más fuertes para complacer a su señora- Mira, esos soldados se ven muy concentrados en su entrenamiento ¿Qué te parece si nos divertimos un poco con ellos? Hace mucho que no lo hacemos- Sonrió malicioso, a lo que Gwendolyn ladró con aprobación.
Frost le pidió que congelara el suelo con sus poderes de hielo, orden que ella obedeció con todo gusto, provocando que todos los soldados se resbalaran en el suelo ahora congelado y se cayeran unos encima de otros.
-¡¿Pero qué demonios?! ¡Eso me dolió!- Se quejó un soldado que se había golpeado en la cabeza al caer. Intentó levantarse, pero volvió a resbalar en el hielo y esta vez cayó de cara contra el suelo- Maldición...- Murmuró apretando los puños.
Era un humanoide serpiente de piel escamosa verde lima con manchas café distribuidas uniformemente por todo su cuerpo, cabello verde oliva oscuro, cuernos blancos que sobresalen de su cabeza, ojos rojos, una larga cola de serpiente y garras en sus manos y pies. Vestía una camisa negra sin mangas y pantalones rojos.
-¡Quítense de encima, imbéciles!- Gritó otro que era aplastado por el resto, un extraterrestre azul con lunares púrpuras.
-¡¿A quien le dices imbécil?!- Replicó un tercero que lo pateó en las espinillas- Estoy seguro que esto fue obra ese pequeño demonio y su estúpido chucho- Comentó gruñendo, a lo que los otros soldados soltaron un montón de palabrotas e insultos porque habían caído en otra de las jugarretas de ese par.
-Pero qué lenguaje tan "refinado" tienen ustedes- Dijo el pequeño changlong con sarcasmo, mirando la escena desde la puerta-¿Se encuentran bien? Esa fue una caída muy dolorosa- Añadió fingiendo que estaba preocupado por ellos, para luego estallar en carcajadas con su amiga.
Los soldados lo miraron con cara de asesinos en serie.
-¡Y de paso te atreves a burlarte de nosotros, maldita lagartija!- Gritó el hombre serpiente hecho una furia- ¡Ahora sí te mato! ¡Sólo espera a que pueda levantarme y te enseñaré!- Lo amenazó mostrando sus colmillos
-Cuidado con esa boca, soldado. No puedes hablarle así a tu futuro emperador- Le advirtió Frost patinando hábilmente sobre el hielo alrededor de ellos. El soldado le disparó un rayo de energía, pero el pequeño lo esquivó- ¡Fallaste cara de serpiente!- Le saca la lengua
-¡TÚ NUNCA SERÁS MI EMPERADOR, MOCOSO MALCRIADO Y BUSCAPLEITOS!- Al fin consiguió ponerse de pie, se elevó en el aire y se lanzó hacia Frost con intenciones de darle su merecido
-¡Dokuto (**) no!- Le gritaron los demás soldados, pero él los ignoró
-¡A QUÉ NO ME ATRAPAS!- Frost salió corriendo del gimnasio hacia el interior del castillo, seguido de cerca por Gwendolyn y más atrás por Dokuto que iba golpeando a todo aquel que se atravesaba en su camino- ¡¿Qué pasa, soldado?! ¡¿Eso es todo lo qué puedes correr?! ¡Eres muy lento, no puedes alcanzarme!- Se ríe de él como un loco.
-¡CÁLLATE!- Su voz retumbó por todo el palacio- ¡YA NOS TIENES HARTOS, PEQUEÑA LAGARTIJA DEL DEMONIO! ¡TE DARÉ UNA LECCIÓN QUÉ NUNCA OLVIDARÁS!- Lanzó una esfera de energía, pero Frost la esquivó. Gwendolyn vio aquello y se puso delante de su amigo para protegerlo- ¡TÚ TAMBIÉN SUFRIRÁS EL MISMO CASTIGO, MALDITO CHUCHO!
-¡USTED NO LE HARÁ NADA A MI AMIGA!- Gritó Frost en defensa de esta y atacó con sus poderes al soldado, derribandolo- ¡Corre Gwendolyn!- Los dos aprovecharon la oportunidad para escapar por otro corredor.
-¡VUELVAN AQUÍ!
Dokuto los persiguió por todo el palacio, atacandolos sin parar con esferas de energía en un intento fallido por detenerlos, causando destrozos a su alrededor e interrumpiendo las ocupaciones de los demás miembros del ejército de la familia Yuki. Pasaron por delante de la puerta de la enfermería donde el Doctor Kenzo estaba atendiendo a unos heridos.
-¡¿Qué está pasando aquí?!- El médico había salido de la enfermería para saber el porqué de tanto escándalo y vio a los tres corriendo de un lado a otro por el pasillo- Ay no, no de nuevo...siempre es lo mismo...- Suspiró cansado y llevándose las manos a las sienes, pues no era la primera vez que eso ocurría- ¡Basta! ¡Paren con eso de una buena vez, por favor, que estoy atendiendo a unos heridos!- Les pidió con reproche poniendo los brazos en forma de jarra.
-¡Lo haré después de darle una buena lección a ese mocoso, doctor!- Le prometió Dokuto y siguió correteandolos.
-Dioses, denme paciencia...- Se lamentó el Doctor Kenzo.
-¡JAJAJA, NO PUEDE ATRAPARME!- Frost se paró al final del pasillo y comenzó a burlarse del soldado, enseñando y toqueteando sus nalgas con sus manos. Dokuto enrojeció de ira y corrió hacia el pequeño changlong, pero este se apartó velozmente haciendo que chocara con la pared de atrás- Que idiota ¿Cómo no te diste cuenta de la pared atrás de mi?- Se ríe de él.
-Te has salvado de momento, mocoso. Pero la próxima vez no tendrás tanta suerte- Le dijo Dokuto adolorido, sobándose la cara.
-Se suponía que estabas muy enfermo para estudiar, jovencito- Dijo otra voz asustando a Frost, quien vio a su padre y al maestro acercándose hacia él muy enojados. Dokuto sonrió con malignidad porque esa pequeña lagartija estaba en problemas.
-¡Papá!- Frost lo miró asustado. No esperaba verlo de regreso tan pronto.
-Regresé para saber cómo iban tus clases de hoy, aprovechando que terminé un poco antes mis obligaciones, pero tus profesores me dijeron que estabas enfermo y me preocupé mucho. Así que fui corriendo a tu habitación para verte, sólo para descubrir que no estabas allí y que nos mentiste de nuevo...- Comenzó a decir Frode mirando severamente a su hijo- ¡¿Cuándo va a terminar esto?! ¡Pensé que sabías lo importante que es tu educación para tu futuro, pero me equivoqué!- Gritó reprendiendolo, mientras Dokuto disfrutaba viendo aquella escena.
-Padre...las clases de historia son muy aburridas- Se excusó Frost con desgana.
-Nada de peros, Frost. Es muy importante que tengas un amplio conocimiento sobre cómo manejar los negocios de la OIC porque TÚ estarás a cargo algún día ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?- El pequeño changlong hizo un mohín- Tienes mucha suerte de que sea yo y no tu madre quién te está regañando justo ahora...
-¿Por qué te preocupa tanto lo que madre diga? Ella siempre está demasiado ocupada con sus cosas y nunca tiene tiempo para mi, ni siquiera sabe si estoy estudiando no- Cuestionó Frost a su padre sin entender.
-Te equivocas. Ella está muy al corriente de tu educación, siempre le pide a tus profesores que le informen regularmente sobre tus progresos académicos y no le hará ninguna gracia saber que has estado evitando las clases para jugar- Dijo Frode muy preocupado por lo que su esposa podría hacer de saber esto. No quería que castigara duramente a Frost sólo por comportarse como el niño que es, así que optó por no decirle nada.
-Lo siento, papá- Se disculpó el muchacho bajando la cabeza apenado.
-Descuida, no le diré nada a tu madre de lo que pasó hoy. Ahora regresa a clases que aún tienes un día muy largo por delante- Le aconsejó, a lo que Frost obedeció a regañadientes y se fue con el profesor al aula de clases. Unos segundos después, otro soldado apareció para informarle que la emperatriz había regresado de su misión, cosa que lo sorprendió- ¡¿Cómo que ya está aquí?! ¡Ella me dijo que no volvería hasta después de un par de días!- Exclamó alarmado.
-Parece que algo salió mal, señor. Está furiosa- Dijo el soldado temblando de miedo.
-¡INÚTILES BUENOS PARA NADA!- La escucharon gritar desde la distancia y el palacio se estremeció.
La emperatriz llegó con paso rápido a través de uno de los corredores con una expresión de furia muy aterradora. Todos los soldados que andaban por allí cerca (incluyendo a Dokuto) se fueron corriendo nada más verla y se ocultaron lejos de su alcance, dejando el corredor desierto, exceptuando por Frode quien supo de inmediato que la misión de su mujer había fallado y que ella buscaría desquitar su ira con alguien.
-Tranquilizate, Gelice- Le dijo en un intento vano por calmarla, pero ella estalló en ira.
-¡¿CÓMO QUIERES QUE ME TRANQUILICE DESPUÉS DE LO QUE ACABA DE PASAR?! ¡LA MISIÓN FALLÓ POR CULPA DE ESTOS SOLDADOS TAN INÚTILES QUE TENEMOS, SON UNAS MALDITAS ALIMAÑAS!- Gritó la mujer a todo pulmón, siendo escuchada muy claramente en todos los rincones del palacio, pero nadie se atrevía a salir de sus escondites por miedo a que la tomara contra ellos.
-Les diré que entrenen más duro para que esto no vuelva a suceder...
-¡YA ME DEMOSTRARON SU DEBILIDAD, ASÍ QUÉ ENTRENAR NO LOS AYUDARÁ A SER MÁS FUERTES! ¡MALDITOS SOLDADOS DE PACOTILLA QUE NO SIRVEN PARA NADA, MERECEN QUE LOS PULVERICE HASTA QUE NO QUEDE NADA DE ELLOS!- Lanzó un potente ataque de energía hacia una pared, haciéndola trizas. Quién podía culpar a los soldados que temblaran aterrorizados en ese momento
-¡QUERIDA, NO DIGAS ESO!- Exclamó su marido con sorpresa. A este paso, no quedarían más soldados disponibles para continuar las actividades de la OIC sí Gelice los mataba a todos.
Aquel horrible escándalo se escuchó también en el aula de clases, impidiendo que estas se desarrollaran con normalidad. Tanto Frost como el profesor estaban muy asustados por lo que le habían escuchado decir a la malvada emperatriz, que asesinaría a todo aquel que le resultara inútil y el pequeño comenzó a entender lo que su padre quiso decirle con respecto a ella.
-Pero yo soy su hijo. Estoy seguro que ella será más amable conmigo ¿O no?- Pensó Frost dudando de sus propias palabras cuando sus piernas temblaron sin control.
-¡EL MOCOSO! ¡¿DÓNDE ESTÁ?!- Preguntó Gelice de repente, haciendo que se sobresaltara y sintiera un escalofrío recorrerle la espalda.
-¿Tú dónde crees? Ha estado viendo sus clases durante toda la mañana- Mintió su esposo. El pequeño changlong rogaba porque su madre creyera esa mentira.
-Sí eso es cierto ¡¿Por qué sólo puedo ver destrozos por todo el palacio?!- Miró a su alrededor- La misma situación se ha repetido en días anteriores y tú sólo te has dedicado a insistir que todo está bien, pero yo no soy idiota...- Se veía calmada, pero eso no iba a durar mucho- Dime la verdad, Frode... ¡¿QUIERES DECIR QUE FROST HA ESTADO HACIENDO TRAVESURAS Y EVITANDO SUS CLASES DURANTE TODO ESTE TIEMPO?!- Alzó la voz de nuevo.
Frode no pudo decir ni una palabra más en defensa de su hijo al ver que su esposa se alejó rápidamente hacia el ala este del castillo, mientras él la seguía muy preocupado y con el presentimiento de que aquello no acabaría bien. Gelice entró en el aula de clases tirando la puerta y con el rostro distorsionado por la ira, haciendo que Frost se asustara mucho ya que nunca había visto a su madre tan furiosa. Gwendolyn se apresuró a esconderse debajo de la mesa.
La mujer se acercó con paso decidido hacia su hijo y lo tomó del brazo con tanta fuerza que le causó mucho dolor.
-¡MAS TE VALE QUE ME RESPONDAS CON LA VERDAD, FROST! ¡¿QUÉ ESTUVISTE HACIENDO TODA LA MAÑANA?!- Le preguntó furiosa, apretando su brazo
-¡Me lastimas, madre!- Fue lo único que el pequeño pudo decir, ya que estaba sufriendo mucho por el dolor del apretón
-¡RESPONDE A LO QUE TE ACABO DE PREGUNTAR!- Le exigió su madre. Desde atrás, su padre quiso acercarse, pero un halo de energía proveniente de su esposa se lo impidió
-Es...estaba jugando con Gwendolyn y...y le dije a los profesores qué...que estaba enfermo- Respondió Frost entre sollozos. Unas lágrimas brillantes bajaban por sus mejillas.
-¡MALDITO MOCOSO! ¡TE DAMOS UNA EDUCACIÓN DE PRIMERA Y ASÍ NOS PAGAS!- No solo lo reprendió con mucha dureza, sino que también comenzó a pegarle sin ninguna consideración.
-¡No mamá, ya basta! ¡Me duele!- Gritó Frost adolorido por los golpes, pero esta no tenía el menor deseo de detenerse a pesar de las súplicas de su hijo. Cada golpe era más doloroso que el anterior.
-¡TU ÚNICO DEBER ES ESTUDIAR Y APRENDER TODO LO NECESARIO PARA QUE TE CONVIERTAS EN UN EMPERADOR TEMIBLE ALGÚN DÍA! ¡NO ESTAR PERDIENDO EL TIEMPO EN ESTÚPIDOS JUEGOS CON ESE SUCIO ANIMAL!- No sentía remordimientos por tratar así a un niño pequeño. Gwendolyn, muy aterrada, se cubrió la cara con las patas, incapaz de hacer nada para ayudar a su amigo.
-¡No lo volveré a hacer, te lo prometo!- Frost trató de huir de su madre, pero ella lo sujetó de la cola.
-¡YA BASTA, GELICE!- Frode consiguió pasar a través de la barrera de energía y se acercó a su esposa e hijo para separarlos.
El changlong mayor tomó en sus brazos a su lloroso hijo que lo abrazó escondiendo su cara en su pecho, evitando mirar a su madre quien salió de la habitación destrozando todo a su paso, mientras que el profesor sólo pudo observar horrorizado y estupefacto aquella escena por la actitud de esa mujer para con su hijo. Incluso los soldados que lograron escuchar los gritos (incluyendo a Dokuto) sintieron algo de pena hacia el pequeño changlong, a pesar de que este y su amiga solían molestarlos cuando entrenaban.
Varios minutos después, el pequeño Frost se encontraba en la enfermería donde el médico estaba revisando los moretones que su madre le había dejado con los golpes, en especial el brazo izquierdo que estaba bastante hinchado y pulsaba dolorosamente, haciendo que el niño no dejara de llorar.
-Tranquilo, mi pequeño príncipe. Ya pasó todo- Le dijo el Doctor Kenzo con una voz suave y cariñosa.
-Mi madre es muy mala...- Expresó Frost sollozando y el médico tuvo que admitir, dentro de sí mismo, que aquello era cierto, pero no lo dijo en voz alta para no asustar más a Frost.
-Ella sólo quiere lo mejor para ti- Le limpió las lágrimas con un pañuelo y luego miró el brazo que estaba rojo por la hinchazón- Mira, esto ayudará a reducir la hinchazón de tu brazo- Se untó las manos con una crema verde pastel y masajea suavemente el brazo de Frost, quien gime de dolor- Sea fuerte, príncipe Frost...
Su incondicional amiga Gwendolyn le estaba haciendo compañía acostada junto a él en una camilla, esperando a que se recuperase. Después de lo que tuvo que presenciar en el aula de clases, pensó que debía tener más cuidado con aquella mujer de ahora en adelante.
-En otra parte del palacio-
-No puedo creer que le hicieras eso a tu propio hijo- Dijo Frode mirando intensamente a su esposa, pero esta ni se inmuta.
-Él se lo merece por irresponsable. Sus prioridades son estudiar y entrenar, no esos juegos estúpidos que no le aportan nada a su vida- Replicó Gelice excusando su comportamiento. Ya no parecía estar enojada, pero Frode no se confiaba de su aparente "tranquilidad".
-Gelice, es sólo un niño. No puedes pedirle que no se divierta de vez en cuando- Él también se mostraba un poco en desacuerdo de que Frost "perdiera" el tiempo jugando, pero eso es algo que hacen todo los niños de su edad y es bueno para su desarrollo.
-Va a crecer para convertirse en un temible guerrero y emperador que no estará jugando con sus adversarios, o con ese maldito chucho que lo sigue a todas partes- Dijo mostrando su odio hacia Gwendolyn, a quien veía cómo la principal responsable de distraer a Frost de las cosas más importantes (según ella).
-No han hecho nada malo, sólo se divierten porque es su naturaleza- Frode intentó razonar con ella, pero fue inútil- Ya no eres la misma Gelice de cuando nos conocimos...- Murmuró para sí mismo.
-Eso no me importa en lo absoluto...y no creas que esto se va a quedar así, querido- Le dijo ella con desprecio y se dispuso a salir de la habitación.
-¿Sabes qué? ¡Tienes razón, ya me cansé de todo esto!- Exclamó el changlong llamando su atención- ¡Me iré de aquí con Frost! ¡Debí hacer eso hace mucho tiempo, él se merece una mejor vida que esta!- Añadió muy decidido.
Intentó salir de allí para buscar a su hijo y marcharse de una vez, pero su mujer enfurecida se interpuso en su camino, sus uñas se alargaron como garras monstruosas y lo atacó en la cara dejándole dos cortes, uno largo que atravesaba su ojo de manera diagonal (afortunadamente no se quedó ciego de ese ojo) y otro más corto a un lado en la misma posición, cerca del borde del ojo. Unas gotas de sangre roja salpicaron el suelo.
-¡DE NINGUNA MANERA! ¡SÍ TE LO LLEVAS DE AQUÍ, YO TE ASESINO!- Lo amenazó con los ojos rojos brillando de furia y un aura oscura, similar a la de su hijo, la rodeó- ¡ÉL VA A SER EMPERADOR Y TÚ NO PODRÁS HACER NADA PARA IMPEDIRLO! ¡PUNTO Y FINAL!- Se fue dejándolo allí.
Frode se llevó una mano a la mejilla sangrante, sintiéndose muy cabreado y frustrado por no poder alejar a su pequeño hijo de esa psicópata. Ella siempre cumplía sus amenazas, él no iba a ser la excepción a esa regla y se aseguraría de que no le hiciera daño a Frost.
Afortunadamente, las cosas estuvieron muy tranquilas en el transcurso de la tarde, ya que Frost había decidido volver al estudio a pesar de su brazo herido y le dijo a Gwendolyn que ya no podrían volver a jugar más por buen tiempo, cosa que alegró y alivió muchísimo a los soldados, pues eso significaba que esos dos no los volverían a molestar más.
Cuando las clases terminaron, Frode se acercó a su hijo para tener una conversación muy seria con él, advirtiéndole nuevamente de no provocar la ira de su madre, o volvería a pasar lo mismo que en el aula de clase.
-Después de lo que pasó hoy, estoy seguro de que madre puede hacerme daño de nuevo- Frost compartió con su madre el gran temor que sentía hacia ella.
-Comprendo tu preocupación, hijo. Pero mientras yo esté aquí, ella no podrá hacerte daño porque yo no se lo permitiré. Te lo prometo- Dijo su padre con seguridad, sonriéndole- Eres nuestro heredero, algo que ella siempre debe recordar...
-Sí tú lo dices...- El pequeño changlong aún no se sentía seguro. Entonces notó la cicatriz doble que su padre tenía en la mejilla izquierda- ¿Que te pasó en la cara, papá? No tenías esos cortes cuando me salvaste de mi madre hace rato ¿Acaso ella te hizo eso?- Le preguntó abriendo los ojos de par en par, aterrorizado.
Frode asintió sin decir nada más, a lo que su hijo tragó saliva. El Doctor Kenzo había intentado curarle esas heridas, pero sus poderes no funcionaron y Gelice, que había visto aquello, les dijo su poder oscuro impedía que cualquier herida producida con ellos pudiera ser sanada con esa clase de métodos, lo que significa que su esposo tendría esas cicatrices toda su vida. A este no le quedó de otra que aceptarlo, sintiendo un poco de miedo porque su mujer no había dudado en lastimarlo por querer llevarse a Frost lejos de ella y decidió no contarle a este lo sucedido para no asustarlo más de lo que ya estaba.
-¡¿Por qué no te veo entrenando, mocoso?!- Gritó una voz que lo hizo saltar de inmediato y su madre apareció en el lugar. Frost, al verla, se escondió detrás de su padre- ¡Mira como te escondes! ¡Qué mocoso más cobarde eres!- Espetó ella con desagrado al notarlo.
-Frost no puede continuar con su entrenamiento de hoy debido a la lesión que le hiciste en el brazo, por si lo olvidaste- Le recordó su esposo con rabia.
-Bien...espero que mañana continúe entrenando sin interrupciones. Ya sabes lo que pienso al respecto- Dijo Gelice con indiferencia a Frode y los fulminó a ambos con la mirada antes de retirarse. Entonces, a Frost lo asaltó una duda.
-Papá...¿Qué pasa si no puedo ser tan poderoso como madre quiere?- Le preguntó el niño preocupado.
-¡Tonterías!- Exclamó el changlong mayor descartando esa posibilidad- Provienes de la raza más poderosa del universo y eres nuestro hijo, pues nosotros tenemos un poder que nadie es capaz de superar. Así que, por lógica, tú también lo posees- Le dijo muy confiado. Frost suspiró aliviado, pues sí su padre cree eso no hay nada de qué preocuparse- Mañana habrá entrenamiento muy temprano. Ve a descansar hijo- Le dedicó una sonrisa de cariño.
Obedeciendo a su padre, Frost regresó a su habitación para descansar con Gwendolyn que ya se encontraba allí y no pasó mucho tiempo para que cayeran profundamente dormidos, sin darse cuenta de que Gelice los estaba observando justo en ese instante con una mirada fría y penetrante desde la puerta entreabierta. Luego se alejó sin decir ni una palabra...
El tiempo siguió pasando, pero el pequeño changlong se mantuvo concentrado estudiando y entrenando durante la mayor parte del día para no hacer enfadar de nuevo a su madre, y le prometió a su compañera canina que volverían a jugar juntos cuando tuviera un día libre. Aquel día llegó más pronto de lo que pensaron, ya que Frode había logrado convencer a su mujer de que Frost merecía un descanso después de tanto esfuerzo de su parte, lo que ella aceptó sin más para su sorpresa.
Frost se puso muy contento cuando su padre le dijo que podía ir a jugar con Gwendolyn, así que ambos fueron a divertirse en la nieve sin darse cuenta de que la malvada emperatriz los miraba fríamente desde lejos.
-¡Corre Gwendolyn!- Gritó Frost riendo mientras se perseguían. Ella logra alcanzarlo y le da unas cuantas lamidas cariñosas- ¡Está bien, ya!- Sigue riéndose hasta que su amiga se apartó- ¿Qué tal si hacemos un muñeco de nieve?- Le preguntó entusiasmado.
La kryodonte asintió enérgicamente y se puso a dar saltos de alegría.
-¡Perfecto!....Aquí está bien....- Dijo decidiendo el sitio para hacer el muñeco de nieve. Toma un poco de nieve entre sus manos para hacerle el cuerpo con la ayuda de su amiga, quien movía la nieve con las patas. Luego de unos minutos, el muñeco ya estaba casi terminado- Sólo le faltan unas ramas para los brazos...Espera aquí, voy por ellas...
Se fue corriendo al bosque cercano para conseguir las ramas que necesitaba, dejando sola a la kryodonte junto a la figura de nieve sin imaginarse lo que ocurriría después. Gwendolyn esperó pacientemente a su amigo en aquel lugar, hasta que una sombra apareció detrás de ella, pero no era él. Aquella persona levantó un dedo que emitió un destello rojo, quiso huir, pero sus patas no le respondieron y miró a esa persona con horror cuando la luz roja se reflejó en sus ojos amatistas.
Mientras tanto, Frost seguía buscando las ramas. La nieve estaba tan densa que no podía encontrar nada, pero luego de un rato finalmente halló unas y se dispuso a regresar cuando escuchó un sonoro chillido lastimero, era Gwendolyn. Su corazón saltó muy fuerte dentro de su pecho y corrió lo más rápido que pudo al lugar donde la había dejado, encontrando algo horrible que le hizo tirar el cargamento que llevaba en sus brazos y que casi se le saliera el alma...
Su mejor amiga estaba tendida, inmóvil, sobre un charco de sangre a su alrededor que tiñó de rojo la nieve blanca. El pequeño changlong se quedó en shock durante unos segundos bastante largos, hasta que por fin reaccionó, corrió hacia la kryodonte y se tiró encima de ella, notando que tenía una herida sangrante en el pecho. La llamó varias veces y la movió tratando de despertarla, pero ella permaneció completamente inmóvil y notó, para su horror, que no respiraba. Eso sólo podía significar una cosa...
-¡NO GWENDOLYN!- Gritó Frost llorando sobre su cuerpo- ¡POR FAVOR, QUE ALGUIEN ME AYUDE!- Pidió desesperado.
Sus gritos de auxilio fueron escuchados por su padre y el Doctor Kenzo, que se apresuraron a ir al lugar pensado que algo malo había pasado y, en efecto, así fue. Encontraron a Frost llorando sobre el cuerpo de Gwendolyn, temiendo lo peor.
-Ven aquí, Frost...- Su padre lo apartó de ella y lo abrazó contra su pecho.
-¡PAPÁ! ¡ALGUIEN LASTIMÓ A GWENDOLYN!- Le dijo con lágrimas en los ojos- ¡DOCTOR POR FAVOR, HAGA ALGO!- Le pidió intentando salir de los brazos de su padre para volver con su amiga. El médico la examinó.
-Lo siento mucho, pequeño príncipe...ya es muy tarde- Dijo este negando con la cabeza con tristeza.
-¡NO! ¡NO ES CIERTO!- Frost se negaba a creer que su amiga estaba muerta
-Ya no hay nada que podamos hacer, hijo- Le dijo su padre.
El pequeño changlong consiguió liberarse de los brazos de su padre y corrió al bosque para llorar porque Gwendolyn, su única amiga en el mundo y compañera de juegos se había ido para siempre por culpa de alguien desalmado que arrebató la vida. Cuando estuvo bastante lejos del palacio, se tiró boca abajo en la nieve y siguió llorando amargamente, las cosas no volverían a ser lo mismo después de aquello. Los minutos pasaron lentamente, tanto que le pareció estar en ese lugar durante horas, con los ojos hinchados de tanto llorar y la piel muy entumecida por el frío.
De repente, escuchó los pasos de alguien que se acercaba hacia donde él se encontraba y quiso levantarse para ver de quien se trataba, pero aquella persona lo golpeó en la cabeza, dejándolo inconsciente sobre la nieve. No despertó si no hasta un par de horas después en su habitación, sin saber muy bien cómo había llegado hasta allí y su mente estaba borrosa; tenía recuerdos muy vagos de haber salido a jugar con alguien que no conocía, de quien no podía recordar absolutamente nada y sintió un vacío enorme en su corazón.
Frode había visto a Gelice regresando al palacio con Frost en los brazos, diciendo haberlo encontrado inconsciente en el bosque. Pero él estaba seguro de que ella tenía algo que ver con la muerte de Gwendolyn, se fue a cavar un hoyo no muy lejos de allí y la enterró, aquel iba a ser su lugar de descanso final. Luego regresó al palacio para ver cómo estaba su hijo, para ayudarlo a afrontar aquel dolor, pues aquello iba a ser nada fácil para él. Pero se llevó una gran sorpresa al darse cuenta de que Frost no recordaba nada de Gwendolyn, ni de lo que le había pasado, como si ella nunca hubiera existido en su vida.
¡¿Cómo era esto posible?!
-Se siente un gran silencio desde que ese molesto animal desapareció de la existencia ¿No te da gusto?- Dijo Gelice a su marido con indiferencia. No le importaba que su hijo estuviera sufriendo por su culpa. Frode la miró con odio- No me mires así, ella se lo merecía- Le dió la espalda.
La frialdad con la que dijo esas palabras era tan terrible que cualquiera sentiría escalofríos, pero también mucha rabia por existir una persona tan desalmada. Para el changlong fueron como una confesión del horrible crimen que había cometido.
-Quiero que el mocoso se levante a primera hora de la mañana seguir con su entrenamiento y nada de quejas- Le ordenó y se alejó de su esposo quien no dijo nada, pero se estaba conteniendo para no atacarla en ese mismo instante.
Ya no tenía dudas: Gelice había asesinado a la pobre Gwendolyn, pues ella era la única que tendría motivos suficientes para que la inocente criatura saliera de su camino. Ni siquiera él pensó en cometer tal atrocidad, a pesar de haber matado ya a muchos inocentes durante sus funciones como pirata espacial y mercenario, pues la kryodonte no le inspiraba ningún sentimiento de odio y, como él había dicho antes, ella sólo obedecía sus instintos naturales. Además, ella también era muy importante para el pequeño Frost.
Un día después, abandonaron el planeta en su nave sin contratiempos, dejando atrás los recuerdos amargos de aquella experiencia, pues pasará mucho tiempo hasta que Frost sea capaz de recuperarlos, o tal vez nunca lo haga. En definitiva, el pequeño changlong había olvidado por completo a quien fue su mejor amiga, aquella criatura que lo protegía de todo peligro, que le había traído mucha diversión a su vida y le permitió disfrutar una infancia más o menos normal durante el tiempo que estuvieron juntos. Pero todo eso había llegado a su fin abruptamente y nada, ni nadie, podría llenar ese vacío.
El ambiente de la nave volvió a ser tan gélido como antes de la llegada de Gwendolyn. Su nombre no volvió a escucharse por aquellos pasillos porque Gelice había prohibido a todos que la mencionaran, y se puso mucho más estricta con Frost en los entrenamientos. Frode tampoco volvió a hablar del tema, no por miedo a su esposa, sino por el bien de su hijo (o al menos eso pensaba él). Los soldados estaban contentos ya que el pequeño changlong no había vuelto a molestarlos más desde la muerte de su amiga, pero hasta ellos comenzaron a extrañarla. Pero no pasó mucho tiempo para que se olvidaran completamente de ella.
En definitiva, nada volvió a ser igual...
- Continuará -
*Gwendolyn es una variante de Gwendolen, un nombre de origen galés que significa "Anillo Blanco" y me gustó tanto que decidí usarlo para la mejor amiga de Frost antes de la llegada de Winter (a quien ya mencioné en el Prólogo, así que no estoy haciendo spoilers xD) ^^. Por otro lado, su especie es inventada por mi. El nombre Kryodonte es una combinación del término griego "Kryos", que está relacionado con las bajas temperaturas", y de la palabra "masdotonte", que es una persona o cosa muy grande o voluminosa, ya que los Kryodontes también pueden alcanzar un gran tamaño.
Para ser honesta, me dolió muchísimo haber matado a Gwendolyn (Lloré como magdalena cuando escribí esta escena por primera vez para la versión original de la historia, y luego cuando la edité para esta nueva versión, aunque casi no cambió nada), porque no se lo merecía </3 T_T . Ella solo quería proteger a Frost y hacerlo feliz como una buena mascota y amiga lo hace, pero esto era necesario para la trama de la historia. Pero no se preocupen. Esta no será la última vez que sabremos de Gwendolyn a pesar de su muerte, y con el tiempo veremos si Frost será capaz de recordarla nuevamente.
** Dokuto es una deformación de palabra japonesa "Doku" que significa veneno, ya que la especie de este personaje (tanto uno como el otro son inventados por mi) secretan un tipo de veneno a través de sus colmillos como las serpientes venenonas. De ahí su apariencia de hombre serpiente. Además, él también sabe mucho de venenos y sus antídotos, y tendrá un papel destacado en la historia. Es decir, no será simplemente un soldado de relleno como los demás. Por eso es el únco soldado, hasta el momento, cuya apariencia física se describe con detalle y del que se conoce su nombre.
Frost niño por Gloomy Moon: https://www.pinterest.com/pin/678002918881428326/
Imagen de portada: https://twitter.com/7716_3110/media
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