CAPÍTULO 9
Los muchachos siguieron su camino haciendo otra ronda y en una ocasión Luffy agarró el volante y le dio una vuelta completa haciéndolos girar hasta dar de lleno con la pecosa que se les había acercado.
-- ¡¿Luffy estás loco?! ¿¡Querías matarnos o qué?!
El aludido sin embargo solo estalló en carcajadas y lo mismo hizo la muchacha con la que habían chocado.
-- Cicatriz, Pinocho, me caeis bien. -- Comentó entre risas.
-- ¿Cicatriz? -- Preguntó Luffy sorprendido por el extraño apodo.
-- ¿Pinocho? -- Usopp sin embargo se sintió más bien molesto por el mote.
-- Sí, ya que vosotros me llamáis pecosa yo también os llamaré como me de la gana.
El joven del sombrero de paja soltó otra carcajada mientras que Usopp se sintió aun más molesto, a él no le agradaban esa clase de motes.
La sirena tocó indicando que la tercera ronda había acabado por lo que los chicos al verse sin fichas salieron del vehículo.
-- ¿Montamos otra?
Luffy asintió y salió corriendo a comprar las entradas seguido de su amigo.
-- Aun así esta vez no pienso ir contigo.
-- ¿Y eso por qué?
-- ¡Porque no quiero morir! -- Exclamó con cara aterrada.
Su amigo se echó a reír y compró las fichas para luego dirigirse de vuelta a la pista seguido nuevamente de Usopp.
-- ¿Entonces por qué mejor no vas con Chopper? Parece que va a ir solo.
-- ¿Lo dices enserio? Estaba de broma con lo de no montarme contigo.
-- Lo se, pero también se que no disfrutas mi loca diversión en los coches de choque así que mejor vete con Chopper.
Le sonrió como solo sabía hacer y luego se adentró en la pista buscando un coche libre.
Al final se rindió y decidió volver a la rampa de espera hasta la siguiente ronda, pero una voz lo paró.
-- ¡Ei cicatriz! ¡Eeh!
El chico se giró para ver a la joven pecosa observándolo con una gran sonrisa mientras le señalaba el asiento libre a su lado.
Sin pensárselo dos veces corrió a sentarse en el vehículo.
-- Gracias. ¿Quién conduce primero?
-- Yo. Por cierto Cicatriz aun no se tu nombre.
-- Me llamo Monkey D. Luffy.
-- Conque D eh, llevas la sangre del diablo. -- Se burló mientras sacaba una ficha de su bolsillo y se preparaba para meterla.
-- Eso es solo una leyenda urbana. ¿Y tú como te llamas?
-- Phaedra, Phaedra Jones.
El chico la miró desconcertado.
-- ¿Jones es un nombre?
La joven soltó una carcajada ante su comentario.
-- No, es que en donde yo vivo el apellido va después del nombre no antes.
-- Ohm, que lugar tan raro.
La muchacha volvió a reír y en cuanto la sirena sonó metió la ficha y el coche dio un tumbo indicando que ya funcionaba.
-- Vamos allá, prepárate mocoso.
-- ¿Olle a quien llamas mocoso? -- Protestó el chico molesto.
-- ¡Agarrate!
La chica dio un bandazo que los mandó a la otra punta de la pista y chocaron con varios coches por el camino.
-- ¡Kiaaahhhh!
Luffy gritó a todo pulmón del susto para luego estallar en carcajadas.
-- ¡Dios, estás loca! -- Dijo entre risas.
-- Ya lo se, no eres el primero que me lo dice.
Volvió a dar otro bandazo que los mandó dando vueltas al otro extremo chocando con tropecientos coches por el camino.
Cuando iba a hacer el mismo movimiento Luffy agarró el volante para desviar el vehículo de dirección provocando que chocaran con quien él deseaba.
-- ¡Bestia! ¿¡Querías matarnos o qué?! -- Exclamó la pelirroja pero se detuvo al ver que se trataba de su amigo con una desconocida. -- ¿¡Luffy se puede saber que intentabas hacer?! ¿Y quien es esa chica?
-- Solo estamos jugando, ella es Phealdra, una nueva amiga.
-- Phaedra. -- Lo corrigió.
-- Ya veo. -- La joven frunció el ceño.-- ¡Pues tened más cuidado la próxima vez que choqueis con nosotras!
Acto seguido salió de su vista con Robin riéndose por lo bajo de la escena.
Aun así Luffy pudo notar que su amiga se encontraba algo más molesta de lo normal, no por nada era su mejor amiga. Y el chico sabía reconocer cuando se molestaba por sus imprudencias y cuando lo hacía por temas más personales.
-- ¿Esa chica era amiga tuya?
El chico asintió con la cabeza.
-- Pues menudo genio tenía. Parece mi hermana cuando tiene la regla.
Luffy al escuchar lo último no pudo evitar estallar en carcajadas.
Tras escuchar la sirena Luffy sacó una ficha de su bolsillo y la posicionó en el conducto de introducción.
Pudo observar, mientras esperaba a que la sirena volviera a sonar, como una persona muy conocida para él se montaba en un coche solo, los amigos de este se fueron a otros vehículos ya vacíos.
Metió la ficha y el coche se movió levemente por lo que tomó el volante.
-- Ahora me toca a mi.
-- Todo tuyo, no creo que puedas ser más bestia que yooooooo...
Phaedra soltó un grito al sentirse casi fuera del coche por el fuerte golpe que habían recibido.
-- ¿¡Qué diablos?!
Se giró alarmada para ver a un chico moreno un poco mayor que ella riéndose a carcajadas.
-- ¡Ace eres un bestia! ¡Casi nos matas!
-- Perdón hermanito, era inevitable. -- El muchacho se calmó un poco de la risa.-- ¿Y bien? Veo que te lo estás pasando bien. Ya has hecho una nueva amiga.
-- Sí, esta es Phe, Pho... ¡Pecosa! -- Exclamó entusiasmado el menor.
La aludida soltó una carcajada ante el nombramiento de su amigo.
-- Me llamo Phaedra.
-- Yo soy Ace, Portgas .D Ace, el hermano mayor de este melindre.
Estiró su mano para revolverle el pelo al mencionado.
-- Por cierto Luffy, convencí a Makino para que nos dejara ir más tarde para casa con la condición de que te echara un ojo así que no te metas en problemas plis.
-- ¡Pero si eres tú el que siempre se mete en líos!
-- Bueno da igual. Me largo, aunque no os prometo que no vuelva a embestiros con el coche.
Soltó una carcajada y viró el vehículo para alejarse de ellos y perderse entre el resto de coches de choque.
-- Me cae bien tu hermano. -- comentó la muchacha sin borrar su sonrisa socarrona. -- ¿Bueno qué? ¿Vas a conducir ya o nos vamos a quedar aquí parados hasta que se acabe la ronda?
El aludido agarró el volante y empezó a conducir de la única forma que él sabia: A lo bestia.
-- ¡Kiaaahhh! ¿¡Y decías que yo era la loca?!
________
-- ¡Chicos esta es Pecosa! -- Exclamó el muchacho entusiasmado.
-- Me llamo Phaedra.
El rubio nada más verla se tiró al suelo incando una rodilla mientras sujetaba su mano.
-- O que bella dama se encuentra ante mis ojos. -- Dio un corto beso en su mano. -- Permíteme presentarme como es debido. Mi nombre es Sanji.
-- Valla, ¿Y hace falta idolatrarme tanto para presentarte? Hace tiempo que dejamos a tras la edad media Eh. -- Comentó la chica con sorna.
El muchacho se puso en pie con enormes corazones sustituyendo sus ojos azules.
-- ¡Cejillas límpiate la nariz!
-- ¡Vete al carajo Marimo!
Mientras los dos hermanos comenzaban una nueva pelea el resto de chicos se presentaron como era debido.
-- Por cierto nunca te había visto por aquí. -- Comentó Robin extrañada.
-- Ya, es que acabo de llegar al pueblo. Me he mudado aquí con mis hermanos por el trabajo de mis padres.
-- ¿Y en que curso estás?
-- Estoy repitiendo 3°ESO.
-- ¡Igual que nosotros! -- Exclamó Luffy entusiasmado agarrando del brazo a su amigo de pelo rizo.
-- Oye, oye, que no es para enorgullecerse. -- Protestó este.
-- En realidad yo tendría que estar en 1° de Bachiller, pero ya veis.
-- ¡Nosotros también! Aunque yo voy a hacer un ciclo, pero bueno.
-- ¡Enserio para ya, que esto no es para alegrarse! -- Exclamó su amigo.
Todos se echaron a reír ante el comportamiento de los chicos.
-- Bueno ¿Y ahora que hacemos?
-- ¡Vamos a La olla loca!
-- ¡Ni de broma! ¡La última vez que monté ahí acabé vomitando!
-- O vamos Nami.
El moreno puso cara de cachorrito degollado lo cual más que pena le dio risa a toda la pandilla que estalló en carcajadas.
_______
-- ¿Y viste sus caras? ¡Fueron buenísimas!
-- ¡Pobrecillos casi le sacamos el corazón del pecho por el susto!
Ambos chicos iban riendo a carcajadas mientras se encaminaban a La olla loca. Después de una ardua disputa Luffy había logrado lo que quería.
Sus amigos los seguían detrás, algunos animados con montarse a la atracción y un par molestas por ninguna razón aparente.
-- ¡Bua y cuando chocamos contra el bestia de tu hermano, su reacción fue épica!
Ambos estallaron de nuevo en carcajadas.
-- No me gusta esa chica. -- Murmuró Hancoock molesta. -- Está demasiado confiada con Luffy y casi no se conocen.
-- Hancoock afróntalo de una vez, Luffy nunca se fijará en ti. --Comentó Perona con sorna. -- Ni en ti ni en nadie
-- Me da a mi que ese es asexual. Nunca sentirá eso a lo que llaman amor por nada más que no sea la carne. -- se rió Usopp.
-- Idiotas.
Todos se callaron y se giraron a ver atónitos a la pelirroja que había echado a caminar con más ánimo en un acto de molestia.
-- ¿Hemos dicho algo malo?
Usopp y Perona se miraron desconcertados.
-- ¡No hay cola! ¡Vamos a comprar las entradas para montarnos ya! -- Exclamó Luffy entusiasmado mientras echaba a correr a la cabina seguido del resto.
En cuanto tuvieron las entradas se montaron y el chico fue directamente a sentarse a la colchoneta seguido de Zoro, Sanji y su nueva amiga.
El resto prefirió sentarse en los asientos sujetos a la barandilla.
En cuanto la atracción empezó a moverse Luffy se puso de pie haciendo equilibrio.
-- ¡Va, a ver quien aguanta más de pie!-- Exclamó la joven pecosa levantándose también.
Los dos hermanos siguieron sus pasos y empezaron a hacer equilibrio en un intento de no matarse.
-- Ten cuidado Cejillas, no te vallas a caer.
-- ¡Ni lo sueñes Marimo! ¡Tú caerás primero!
La atracción empezó a dar bandazos más fuertes hasta que los tiró a todos prácticamente a la vez.
-- ¡Mierda!
Luffy se levantó enseguida y se tiró a la colchoneta de plancha, pero en lugar de caer en esta pasó de largo y calló encima de Nami y Usopp dejándolos sin respiración.
-- ¡Maldito bruto! ¡Casi me matas! ¡Sacate de encima!
De una patada la pelirroja devolvió al chico a la colchoneta. El muchacho ni se inmutó por el golpe, en su lugar soltó una carcajada y volvió a hacer equilibrismo.
Mientras a otro lado de la atracción se encontraban los dos hermanos gritando a pleno pulmón.
-- ¡Sacate de encima maldito Marimo!
-- ¿¡A quien llamas Marimo cejas rizadas?! ¡Es por tu culpa por lo que nos matamos de la colchoneta!
En cuanto el rubio se vio libre se preparó para darle una buena patada al peliverde. Pero justo en ese momento la atracción viró haciéndole perder el equilibrio por lo que la patada en lugar de ir a la cara fue a la parte débil de cualquier hombre.
-- ¡Aaaaahhhhhh! ¡Me cago en todos tus muertos Sanji!
Calló de rodillas agarrándose la zona herida.
-- ¡Mierda, lo siento!
Todos los chicos, incluidos Luffy y Phaedra que habían estado entretenidos en la colchoneta, se giraron sorprendidos ante la escena.
-- ¡Sanji te has pasado! -- Exclamó Nami.
Todos asintieron de acuerdo con la pelirroja.
La atracción paró y las puertas se abrieron indicando que ya había acabado.
Zoro se puso en pie de mala gana y salió dando zancadas sin girarse a ver a nadie.
-- Parece que se a cabreado. -- Comentó Luffy preocupado.
-- Normal, su hermano le acaba de humillar de buena forma.
Todos se giraron a ver al rubio con expresión desaprobadora.
-- ¡Ya he dicho que lo siento! ¡No lo hice adrede! -- Exclamó frustrado y suspiró. -- Iré a buscarlo.
Salió de la atracción y echó a correr en busca del muchacho ya desaparecido.
-- ¡Ei vosotros! ¿Vais a salir o qué?
Los chicos obedecieron ante el comentario molesto del hombre que recogía las entradas.
-- ¿Y ahora qué?
-- Yo tengo que buscar a mi hermana e irme ya. Ya es tarde y sino nuestra madre se enfadará.-- Dijo la pelirroja.
-- Yo también tengo que largarme ya.
Todos asintieron afirmando lo mismo.
-- ¿Y vosotras? -- Luffy se giró a ver a Robin y a Phaedra.
-- Yo también me iré pronto, pero me quedaré contigo hasta que encuentres a tus hermanos. -- Respondió Robin.
-- Entonces yo me largo, tengo que buscar también a mis hermanos y volver a casa antes de que mi tío se de cuenta de que aun no llegamos. Hace rato que tendríamos que estar en casa. -- comentó la pecosa mirando su reloj. -- Mi hermana estará como loca buscándome.
Soltó una carcajada como si fuera algo gracioso.
-- ¿Qué de gracioso tiene tener a tu hermana preocupada?
-- No se, es gracioso verla histérica.
Luffy seguía sin encontrarle la gracia, pero se encogió de hombros y sonrió.
-- Bueno Luffy, Robin, Phaedra, ya nos vamos. Chao.
Los chicos se giraron para despedirse de sus amigos.
--Yo también me las piro, Bye.
Tras despedirse de la pecosa echaron a caminar en busca de los hermanos del chico.
No tardaron en encontrarlos junto a uno de los tenderetes de palomitas y manzanas de caramelo.
-- ¡Ace, Sabo!
El chico corrió a su encuentro y se tiró a sus brazos como si hubieran pasado años sin verse.
-- ¡Ei enano! ¿Ya se fueron tus amigos?
Luffy asintió y se giró a ver a Robin.
-- Bueno yo me voy ya. -- Dijo la mujer. -- No os metais en problemas y no vallais muy tarde a casa no valla a ser que Makino se preocupe.
-- Descuida Robin. -- Sonrió Sabo.
-- No hay problema profe.
-- Por cierto Ace, espero que hallas estudiado algo para el examen del lunes.
El mencionado se rascó la nuca nervioso.
-- Eh, claro. He estudiado bastan...
-- ¿¡Tienes un examen el lunes?! ¡¿Cuándo has estudiado?! ¡Porque no te e visto tocar los libros en toda la semana! -- Exclamó su hermano echando chispas.
-- ¡Bueno ese es mi problema! ¡No me vengas ahora de madre a decirme cuanto tengo que estudiar!
Ambos se acribillaron con la mirada, pero fueron interrumpidos por Luffy.
-- Por cierto Sabo, esto me recuerda a que ya se mi nota de biología.
-- Si suspendiste mejor no quiero saber la nota. -- Suspiró.
-- ¡No es eso! ¡Saqué un 6!
Sabo abrió los ojos como platos y acto seguido mostró su mejor sonrisa.
-- ¡Bien hecho! ¡Al menos alguien que estudia, no como otros! -- Miró al pecoso de reojo.
Acto seguido abrazó con fuerza a su hermano menor y le revolvió el pelo.
-- Ala pues de premio te voy a comprar una manzana de caramelo.
-- ¡Bien!
-- Actuais como si Luffy aun tuviera 7 años y ya está a punto de cumplir los 16, que patético.
-- Cállate cascarrabias.
El rubio pagó las manzanas de caramelo y le dio la suya a Luffy quien empezó a caminar contento mientras comía.
-- Toma gruñón.
Estampó en el pecho del moreno pecoso otra manzana de caramelo que si no fuera por los reflejos de este ya le habría manchado toda la camiseta.
-- ¡Olle no seas tan bruto! ¡Casi me manchas!
El rubio lo ignoró por completo.
-- ¿A dónde vamos? -- Preguntó el menor de los hermanos.
-- A ver los fuegos artificiales que están por echarlos ya dentro de 5 minutos.
-- ¿Ah era hoy? Pensaba que aun eran para mañana.
-- No Luffy, ¿donde estás? ¡Si lo comentamos veintemil veces en casa con Makino y los niños! -- Exclamó Ace llevándose una mano a la cara.
El aludido se encogió de hombros y siguió caminando mientras devoraba su dulce.
Al cabo de un rato llegaron a una pequeña colina de césped llena de gente y se sentaron en un hueco libre a la espera de que lanzaran los fuegos.
Para cuando estos llegaron Luffy ya se había acabado la manzana y Ace prácticamente también.
-- Son preciosos. -- Murmuró Sabo llevándose su dulce a la boca.
-- Haber si te acabas ya la manzana macho, o te va a desapare...
El mayor de cara pecosa no pudo terminar la advertencia porque ya era demasiado tarde.
-- ¡Luffy devuélveme mi manzana!
Ace empezó a desternillarse de la risa mientras veía como sus hermanos se peleaban por el dulce de caramelo.
Sintió como todas las miradas se dirigían hacia ellos por el escándalo que estaban montando, pero no se inmutó en lo más mínimo para alertar a sus hermanos.
Ya estaba acostumbrado a esa clase de berrinches y le resultaba gracioso ver al rubio peleando con el moreno menor por un estúpido dulce de caramelo.
El simple echo de pensar que muy pronto quizá ya no volverían a tener esas estúpidas peleas lo entristeció.
La hora se acercaba, en cuanto cumplieran los 18 todo se acabaría para ellos, a menos que Luffy decidiera lo contrario lo cual el mayor ya dudaba.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top