CAPÍTULO 5
Los muchachos no tardaron en reconocer al hombre que cogía las entradas y se encargaba de supervisar cuanta gente debía entrar a cada momento.
-- ¡Brook!
-- ¡Luffy, chicos!
-- ¿Brook ahora trabajas aquí? Mola el disfraz de esqueleto.
-- Sí, estoy ayudando a Moria con su atracción y de paso me gano un dinerillo. Y muchas gracias, a mi me encanta, creo que no me lo voy a sacar de encima. Yohohoho.
Todos se echaron a reír ante su comentario.
De pronto unos gritos llamaron su atención y vieron como un grupo de chicos salían corriendo de la atracción con la ropa raída, el pelo completamente despeinado y unas caras de espanto que hasta daban miedo.
Nami y Usopp ante esa vista se pusieron rígidos mientras Luffy se emocionó todavía más por ver el interior, el resto permanecieron impertérritos.
-- Bueno, ¿me dais las entradas para entrar a la terrorífica casa del terror?
Le dieron las entradas y esperaron a que el hombre les abriera el paso, incluida Perona que al estar sola le tocó con ese grupo de entrada.
-- Vale, estas son las normas: no se puede fumar, ni comer, ni beber, ni nada parecido. La atracción dura como máximo una hora y media, en tal caso de que no salgáis hasta entonces irá alguien a buscaros. En cada habitación hay lo que se llama un botón del pánico, si lo pulsais vendrán enseguida a buscaros y os sacarán de allí. Y como a vosotros ya os conozco, no hagáis ninguna locura, recordar que todo lo que pasa ahí dentro es mentira, esto es una atracción de terror, nada es real.
Todos asintieron y echaron a caminar en dirección a la entrada.
Nada más pisar la entrada la puerta a sus espaldas se cerró de un portazo sobresaltándolos.
Todo estaba completamente oscuro por lo que no se veía nada.
-- Bien venidos a mi humilde morada. -- Una voz gélida resonó por toda la estancia. -- Que vellas damas se encuentran en este lugar...
Las chicas notaron como algo escurridizo les tocaba la pierna y todas, salvo Robin, pegaron un grito de terror.
-- ¿Chicas que pasa?
-- ¡Hay algo en mi pierna! -- Exclamaron las tres a la vez.
-- Bos, bos, bos, bos, ¿estáis preparados para sufrir como nunca antes? Aun estáis a tiempo de rectificar, pero el que aquí se adentra ya no sale ileso. Bos, bos, bos, bos.
-- ¿Esa risa no se parece a la de Moria? -- preguntó Luffy haciendo caso omiso a las palabras del locutor "invisible"
-- Por que es Moria imbécil, esta atracción está hecha por él.
-- Oh, cierto.
-- Venga vamos, tenemos que avanzar haber que pasa.
-- Es... espera Luffy.
-- ¡Vamos!
El chico volvió a agarrar a los dos muchachos que tanto pavor le tenían a avanzar siquiera.
Mientras caminaban por el oscuro pasillo escucharon unos gritos provenientes de sus compañeros que los alertaron.
-- ¿Chicos?
-- Lu... Luffy... creo que estamos solos. -- murmuró Hancoock asustada colgándose de su brazo.
-- No, yo también estoy aquí. ¿Los demás no están? ¡Chicos! -- Esa era la voz de Nami. -- ¡Zoro, Sanji, Usopp, Robin, Franky, Perona!
-- Creo que estamos nosotros 3 solos. ¿Qué le habrá pasado al resto? ¿Estarán bien?
-- Eso espero, pero bueno esto es una atracción no hay de que preocuparse. -- Dijo Nami nerviosa.
-- En ese caso sigamos. ¡Esto se pone emocionante! -- Exclamó Luffy.
Y echó a caminar con Hancoock aun colgada de su brazo y Nami siguiéndole y agarrada de su camiseta para no perderse como el resto.
______
Mientras tanto en otro pasillo se encontraban un peliverde y una pesada pelirosa.
-- Agh, ¿Como hemos podido perdernos? ¡Seguro que a sido tu culpa!
-- ¡¿Mi culpa?!
-- Sí, tu culpa, eres tú el que siempre se pierde.
--¡Pues no haberte pegado a mi! -- exclamó Zoro exasperado.
-- ¡Esque tenía miedo! ¡Había algo tocándome la pierna y tu eras a quien más cerca tenía!
El muchacho puso los ojos en blanco, pero no dijo nada.
-- Bueno, ¿Y ahora que hacemos?
-- Avanzar.
-- Entonces será mejor que valla yo delante o nos perderemos todavía más.
-- Haz lo que quieras. -- Suspiró el peliverde ya exhausto.
La chica con dos pasos se posicionó delante. Pero no duró mucho en ese sitio.
De pronto una tenue luz se hizo presente, no era mucha luminosidad, pero sí la suficiente para ver que se encontraban ni más ni menos que en un lugar donde las paredes se curvaban haciendo caminos zigzagueantes que daban a callejones sin salida o a cruces y más cruces con distintos y diversos caminos.
-- ¡O Dios mio! ¡Un laberinto!
La muchacha se llevó las manos a la cabeza. De todos los lugares en los que podrían haber llegado a parar habían acabado en un laberinto.
-- ¡Este es mi fin! -- Exclamó desesperada al ver tal panorama.
-- Tampoco es para ponerse así, solo hay que seguir avanzando y buscar la salida.
La muchacha se giró para ver a su compañero con cara de escepticismo.
-- Ya, claro, y de paso ¿por qué no nos guías tú? ¡Seguro que encontramos la salida en 5 minutos! -- Exclamó con notable sarcasmo.
-- Pues entonces dejame ir delante.
-- ¿Tú no sabes lo que es el sarcasmo? ¡No estaba hablando enserio! ¡Si nos guías tú está claro que no volveremos a salir en la vida!
-- ¡Oye no te pases que no fuí yo el que se desvió hasta acabar en un laberinto!
-- ¡Sí que fuiste tú!
Ambos se acribillaron con la mirada echando chispas. De pronto un extraño ruido los detuvo y ambos desviaron la vista para ver de que se trataba.
-- ¿Qué es eso? ¿Insectos?
-- No, son cu... cu... ¡Cucarachas! -- Gritó la chica.
Todo el suelo se había infestado de esos insectos que pululaban de un lado a otro.
-- ¡Aahhhhh! ¡Socorro!
La joven se abalanzó encima de Zoro y acabó por subirse a su espalda en un intento de alejar sus preciados pies de esos horribles insectos.
-- ¿Pero que haces? ¿Quieres tirarme al suelo o qué? ¡No seas tan brusca!
-- ¡Cállate! ¡Me dan pánico las cucarachas! ¿¡Vale?!
El peliverde suspiró y sin más remedio sujetó mejor a la chica a su espalda y echó a caminar sin rumbo fijo por el largo laberinto haciendo caso omiso de las cucarachas que pululaban por el suelo que pisaba.
_______
En otra parte del enorme y oscuro laberinto se encontraba el resto del grupo.
-- ¿Oye, donde estarán los demás? -- Preguntó Usopp asustado.
-- A lo mejor se los tragó un monstruo de las tinieblas o un fantasma les arrebató el alma.
-- ¡Robin no digas esas cosas tan tétricas!
-- Robin es tan linda cuando tiene pensamientos tétricos.
No necesitaban tener luz para saber que su amigo ya tenía otra vez los ojos con forma de corazón y quien sabe sino también sangre derramada de su nariz.
-- Estamos perdidos en un laberinto y rodeados de cucarachas, SÚPER.
-- ¡Nada de súper! ¡Esto no es para alegrarse Franky!
-- Tienes razón, pero solo quería darle un poco de motivación al problema.
-- Agh, ¿Y ahora que hacemos?
-- Seguir caminando hasta buscar la salida o hasta encontrar a los demás, o ambas cosas. -- Sentenció Sanji poniéndose serio mientras encendía un cigarrillo.
-- ¿Pero qué haces? ¿No escuchaste las normas que nos dijo Brook? ¡Aquí está prohibido fumar!
-- ¿Y qué? No creo que pase nada malo por encender un pitillo.
Usopp suspiró exasperado. De pronto notó como algo se le metía por dentro de la pernera del pantalón y soltó un grito al notar como la cucaracha subía más arriba por debajo de la prenda.
-- ¡Ahh! ¡Quitadmela! ¡Quitadmela!
Empezó a sacudir la pierna como loco sin parar de gritar desesperado.
-- ¡Usopp cálmate!
-- ¡No puedo! ¡Tengo una cucaracha dentro del pantalón!
Sin previo aviso notó un golpe fuerte en la pierna que le provocó dar otro grito, pero este de dolor.
Sanji acababa de darle una de sus fuertes patadas en la pierna para matar a la cucaracha que tanto lo atormentaba.
-- ¡Subnormal! ¿¡Quieres partirme la pierna o qué?!
El muchacho se sujetó con fuerza allí donde había recibido el golpe.
-- ¡Aahhh! ¡Duele!
-- Al menos la cucaracha ya no se dirige a tu parte intima.
-- ¡Cállate! ¡Casi me rompes la pierna!
Los demás soltaron una carcajada y siguieron su camino dejando a sus escándalosos amigos atrás.
-- ¡Ei esperadnos! ¡No nos dejéis atrás!
Ambos chicos echaron a correr hasta alcanzar a sus compañeros.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top