CAPÍTULO 27

Sábado tarde/noche, 7:30 p.m. Hora punta a la que solía desaparecer el joven pecoso, sino se iba antes claro.

Los dos hermanos vieron como el más mayor cogía la bici para salir pedaleando del lugar y con sigilo se subieron a la otra para seguirlo sin ser visto.

Ya estaban hartos de tanto secretillo, ¡Querían saber! Y ya puestos que el moreno mayor no les iba a contar nada, ellos mismo tendrían que enterarse por su cuenta. Jugar a los espías ya era un actividad fácil después de tantas experiencias similares vividas.

El mayor aparcó la bici frente a un local del cual no tardó en salir alguien más.

Los dos intrusos se escondieron en un callejón bajando de la bici, para acto seguido asomarse a ver por la esquina de la pared.

No les sorprendió mucho la escena al principio, Ace solo había ido a encontrarse con su amigo Marco. Lo impactante llegó instantes después cuando el último lo agarró por la cintura y le plantó un beso en los labios.

El pecoso se separó al momento mirando a todos lados alarmado de que alguien pudiera verlos.

-- Marco aquí no, alguien podría vernos...

-- Vamos a dentro entonces y me cuentas que te tiene tan preocupado últimamente.

Se adentraron en el local ocultándose así de la vista de los dos hermanos que seguían atónitos. Aunque en realidad uno de ellos ya tenía leves sospechas.

-- Así que era eso, está saliendo con un chico. ¿Pero por qué no nos lo dijo? -- Luffy miró al rubio desconcertado.

-- Le dará vergüenza o quizá piense que lo vamos a juzgar mal... ¿A ti te importa eso Luffy?

-- A mi me da igual. Son sus gustos, es su vida. -- Se encogió de hombros restándole importancia.

-- Entonces ya está. Esperaremos a que él se confiese sólo. Digo yo que lo hará algún día.

Mientras hablaban ya habían vuelto a subirse a la bicicleta y Sabo se apresuró a darle a los pedales para alejarse del sitio.

No tardaron en llegar a casa y fueron enseguida a encerrarse en su habitación para seguir charlando.

-- Luffy de esto nada a nadie eh.

-- Ya lo sé, ¿Por quién me tomas? No diré una palabra. -- Suspiró. -- Pero, ¿Por qué no nos lo dijo? ¿Enserio piensa que lo vamos a juzgar mal, aun después de la mierda de polémica que hay por el hecho de si yo soy o dejo de ser homo? ¡Es decir, que a nadie le importa eso realmente!

-- No es tan fácil salir de armario, a lo mejor es eso. Mejor dejemos el tema y comencemos a preocuparnos por lo de tus tíos que es más importante.

-- Sí, tienes razón. ¿Qué haré?

Se tumbó en su cama mientras pensaba en como iba a resolver ese tema, porque en claro tenía que no iba a irse con esa familia, no quería y punto. ¿Pero que haría para hacérselo entender sin tener que salir a juicio?

****

El pecoso siguió a su novio cruzando toda la cafetería hasta dar a un pasillo aparte y unas escaleras que conducían a los pisos superiores. Subieron y no tardaron en alcanzar el apartamento del rubio.

Nada más entrar el pecoso se desplomó en el sofá del salón suspirando exhausto.

-- Haber cuenta, ¿qué te tiene tan comido del coco?

Volvió a suspirar frustrado.

-- Supongo que todo un poco. Los exámenes que no dejo de catear, el ser un cobarde por no confesar mi homosexualidad, y ahora, para colmo, viene una repugnante familia a exigir la adopción de mi hermano amenazando conque si no lo dejamos irse con ellos nos mandaran a juicio. ¡Estoy harto de tanta mierda! ¡Harto!

Se llevó las manos a la cara y se tiró del pelo en un acto desesperado.

-- Valla, son muchas cosas. -- Se sentó a su lado y lo atrajo hacia si sujetándolo por la cintura.

-- Siento que voy a explotar Marco, para colmo Luffy está fatal y no sabemos que hacer para animarlo. Finge estar bien, pero en realidad está más rallado que nadie con el asunto de la adopción, y eso aun me frustra más.

Se acurrucó acomodando la cabeza en el hombro del otro.

-- No se que hacer...

-- Habla con él y buscad una solución, a parte si Luffy no quiere irse no vais a perder nada ni aunque os obliguen a ir a juicio, ya que él es lo suficientemente mayor como para saber lo quiere y eso cualquiera lo entiende. -- Le acarició el pelo con ternura. -- Con lo de los exámenes no te preocupes tanto, es solo por el estrés y la vagancia, estoy seguro de que aprobarás los últimos más importantes y te sacarás el curso entero como haces siempre. Y sobre lo de tu miedo a "Salir del armario"... bueno, ya sabes que no tienes por qué adelantarte ni atormentarte con eso. Busca el momento correcto y sea cuando sea sabe que yo estaré ahí para apoyarte si alguien te recrimina.

El pecoso alzó la vista para verlo a los ojos y acto seguido le dio un corto beso en los labios que enseguida fue correspondido.

-- Gracias. Enserio gracias, por entenderme y aturarme. Siempre te vengo a contar mis penas y tienes que tragarte todas mis angustias y tonterías...

-- Ace te quiero y no me importa en lo absoluto que me cuentes tus temores. Al contrario, lo prefiero así. De esa forma puedo saber de ellos y ayudarte con tus problemas.

Besó sus mejillas y su nariz y lo estrechó en un fuerte abrazo. Estuvieron así un poco, disfrutando del contacto del otro, hasta que el pecoso pudo sentirse completamente aliviado y el ambiente perdió todo grado de tensión que hubiera podido albergar.

-- ¿Vemos una peli? -- Sugirió el mayor tras separarse de su querido novio.

-- ¡Claro! ¡Una de miedo! Hace tiempo que no me acurruco en el sofá por una película de terror. -- Sonrió alegre.

-- Vale, tengo en el plus la nueva que estrenaron hace poco en los cines. La de "Nunca apagues la luz".

-- ¡Genial!

El rubio acercó de nuevo al pecoso hacia si y sonrió pícaro.

-- Y después podríamos jugar un rato para cansar los nervios...

Llevó la mano traviesamente bajo la camiseta del moreno quien se sonrojo mostrando también una sonrisa gamberra. 

-- No es mala idea Piña.

-- ¿Qué dijiste Tarzán Pecoso?

Pellizcó la piel de su cintura sacándole una risilla al menor a causa de las cosquillas. Acto seguido volvió a unir sus labios esta vez en un beso profundo lleno de sentimiento. Realmente quería a ese mocoso de la misma forma que el sentimiento era mutuo.

Que pena, cruel destino, que no le agrade su felicidad al camino que los guía... Las desgracias vienen y van, pero el dolor queda. Son esas cosas de las que estas, entre muchas más personas, se darían pronto cuenta.

****

Jummm... La última frase da mucha que pensar... XD Ale comeos el coco para imaginar que mal se les viene encima a estos dos XDDD
/Soy mala >:) /

Bueno y espero que os gustara el cap, aunque salió muy corto pero bueh.

Bye.

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