CAPÍTULO 14
El joven corría de un lado para otro intentando parar a los niños que lo estaban volviendo loco del estrés.
El bebé de pelo verde no para de tirar del pelo al mocoso de cejas rizas. La pequeña pelirroja gateaba como una flecha por todo el lugar y mientras tanto una pequeña morena discutía con otro niño de pelo rizo sobre como nacieron los bebés: si de la cigüeña o de otra parte.
-- ¿Luffy de donde salieron los bebés?
El joven azabache que andaba detrás del bebé de cabellos cobrizos intentando devolverlo a la cuna, se giró para ver atónito a los propietarios de la pregunta.
-- Emmm... Usopp pues verás... Ehh... La cigüeña...
Un fuerte ruido lo interrumpió salvándolo de dar una explicación sumamente difícil para un niño de 5 años.
Se giró para ver a los bebés que no habían dejado de pelear en ningún momento y a su lado se encontraba un jarrón que había aparecido de la nada completamente echo añicos.
-- ¡Mierda! ¡Sanji, Zoro estaos quietos!
Cogió a Zoro en brazos para alejarlo de su compañero.
-- ¡Robin, Usopp, coged a Nami y a Sanji! -- Exclamó al ver que los bebés se alejaban gateando.
Los pequeños se acercaban a unas escaleras que habían aparecido de sabe Dios donde y estaban a punto de despeñarse.
-- ¡Mierda! ¡Apuraos!
Los niños obedientes cogieron a los bebés y los llevaron de vuelta con el mayor.
Se escuchó entonces la alarma de un móvil y el joven de cabello azabache agachó la cabeza para observar el bolsillo de su pantalón que no paraba de vibrar.
Lo cogió como pudo sujetando con una mano al bebé de pelo verde y con la otra el móvil. No era fácil pues el pequeño hacía fuerza hacia abajo en un intento de seguir su guerra con el bebé de cejas rizadas.
-- ¡Zoro estate quieto! ¡Maldita sea!
El móvil se le escurrió de su mano y el bebé también calló al suelo. El muchacho se quedó horrorizado al ver la caída del menor, pero nunca llegó a ver el impacto pues de pronto todo se borró quedando en una estancia completamente en blanco.
Ahora se encontraba solo a excepción del bebé pelirrojo que lo miraba con una sonrisa pícara y llevaba en su mano un fajo de billetes con la cantidad de 50€ en total.
***
Se incorporó en la cama sobresaltado y se llevó la mano a la cara.
Eso sí que había sido un sueño extraño.
Escuchó los ronquidos de sus hermanos y suspuso que aun no era la hora de levantarse.
Miró aun así la hora en el reloj de su muñeca para cerciorarse y casi le da algo. ¡Las 2:00 de la mañana! ¡Aun quedaban 5 horas para el momento de abrir los ojos!
Se percató entonces de otro sonido persistente que había empezado hacía unos instantes, el mismo sonido que había escuchado en sus sueños.
Cogió el móvil de la mesilla y efectivamente lo estaban llamando, también se percató de que tenía 2 llamadas perdidas de hacía unos minutos cuando aun estaba soñando.
-- ¿Se puede saber quien llama a las 2:00 de la mañana? -- Murmuró el chico para sí.
Le dio al botón de coger llamada y se llevó el móvil a la oreja.
-- ¿Puedes decirme tú que clase de persona llama a estás horas Usopp? ¡Son las 2:00 de la mañana! -- Exclamó en susurros.
-- Perdón, pero es que necesitaba hablar contigo.
-- ¿¡Ahora?! ¿No podías esperar hasta vernos en clase?
-- No, no podía.
-- Ya puede ser algo importante Usopp. ¡Porque tengo un sueño que no puedo ni con mi alma!
-- ¡Es Kid!
-- ¿Qué pasa con él?
La respuesta lo dejó helado. Si es que eses días la suerte no parecía estar tan de su parte como creía al inicio de la mañana.
-- ¿Estás seguro de lo que estás diciendo?
-- Sí tío, es él. ¿Que hago?
-- Quedate ahí y encargate de que no se largue. Y procura que tu madre no se entere o le dará un ataque al verlo.
-- Vale, y mi madre no está en casa que ya empezó en el curro.
-- Voy ahora a tu casa, chao.
-- Vale. Espera ¿qué?
Pero en lugar de responder colgó la llamada y se levantó.
Con todo el sigilo del mundo cogió un par de prendas al azar de su mueble y salió al pasillo para encerrarse en el baño.
Se cambió allí de ropa solo para asegurarse de que no haría alboroto en la habitación, lo último que quería era despertar a sus hermanos.
Bajó a la entrada y tras coger el chaquetón que pilló más a mano y las llaves salió de su hogar.
Buscó una de las dos bicicletas que tenían tras la casa y puso rumbo fuera de las vallas que rodeaban todo el recinto que constituía aldeas para dirigirse a la casa de su amigo.
_______
-- ¡¿Se puede saber en que estabas pensando?!
-- ¡No lo se! ¿¡vale!?
-- ¡2 meses Kid! ¡2 Putos meses desaparecido! ¿¡Se puede saber donde demonios te metiste todo este tiempo?!
-- Luffy calmate. -- Lo alentó el joven naringudo.
-- ¡No me calmo Usopp, no me calmo! ¡Este imbécil a conseguido sacarnos el corazón de la boca a todos y ahora vuelve como si nada hubiera pasado!
-- ¡Olle, eso no es verdad!
-- ¡¿Se puede saber donde has estado todo este tiempo?!
-- ¡Eso no es de tu incumbencia!
-- Vale, estoy seguro que al abuelo le encatará descubrirlo.
-- ¿¡Luffy qué eres?! ¿¡mi madre?! ¡Te recuerdo que soy mayor que tú en edad y fuerza!
-- ¿Sí? ¿Y que me vas a hacer? ¿Atizarme hasta dejarme sin dientes como hiciste con Sabo? ¡Anda ya!
El pelirrojo suspiró. Claro que no le haría eso al estúpido mocoso que tenía delante. Aunque la palabra le supiera ácida por el poco uso que él le daba ese chico era su amigo y probablemente el único que le quedaba.
-- Luffy necesito...
-- ¡No!
Tanto Kid como Usopp, que seguía allí dentro viendo la escena en silencio, se quedaron atónitos ante el grito serio y autoritario de su amigo. No era algo normal en Luffy negarse así por algo y menos de forma tan brusca.
-- ¡No me pidas ayuda para tus estupideces, ni dinero, ni que te cubra, ni nada por el estilo. Si te has metido en problemas sal de ellos tú solo, yo no te voy a limpiar más los zapatos!
Se giró dispuesto a irse pero se detuvo para decir de espaladas al pelirrojo:
-- En esta casa no te puedes quedar, Banchina estará por llegar en breve así que lárgate. Y si quieres un sitio donde dormir aun sigue existiendo Aldeas, te castigarán cuando vuelvas pero es mejor que nada. ¿No crees?
Reemprendió sus pasos para salir de la casa de su amigo el cual había presenciado todo atónito.
_______
-- ¿Chicos habéis visto la bici roja?
El pecoso se desperezó mientras baja las escaleras y se dirigía a la cocina donde ya estaban desayunando sus hermanos.
-- Me acabo de levantar, es imposible que yo lo sepa. -- rezongo aun adormilado.
-- La cogí yo ayer. Fui a casa de Usopp y ya la dejé allí para cuando vuelva de la radio a la tarde.
-- ¿Cuando fuiste a casa de Usopp?
Ambos hermanos lo miraron desconcertados.
-- A la noche, serían las 2:00 de la mañana. Vosotros estabais Rocke.
-- ¿Fuiste a casa de tu amigo a las 2:00 de la mañana? ¿Se puede saber en que piensas?
El rubio le dio una pequeña colleja al menor.
-- ¡Olle!
-- ¿A qué fuiste a esas horas Luffy?
-- A solucionar un problema. -- Se tomó una cucharada de cereales. -- No estuve mucho rato afuera.
-- ¿Makino lo sabe?
-- Claro que no. ¿Crees que me habría dejado salir si se lo dijera?
-- Es obvio que no. -- Resopló el pecoso. -- Pensé que el portal lo cerraban por la noche.
-- Eso era antes, desde hace un buen tiempo dejaron de cerrarlo por si se daba el caso de una emergencia poder salir sin problemas. Pero claro no se lo anunciaron a nadie así que pocos somos los que lo sabemos.
-- ¿Desde cuando tu te enteras de esas cosas Luffy?
A diferencia de Ace, Sabo se veía alterado por el comportamiento imprudente del chico.
El aludido se encogió de hombros como respuesta y siguió comiendo sin decir nada.
-- ¡Olle Luffy lo que has hecho no está nada bien! ¡¿Cuantos años te crees que tienes como para andar solo por las calles a las 2:00 de la mañana?!
-- ¿Pero que más dará? ¡Si tampoco me fui tan lejos! ¡La casa de Usopp solo está a media hora de camino y aquí en el pueblo no se a dado ningún maldito caso de delincuencia! -- Exclamó ya alterado. -- ¡Eres un paranoico!
-- ¿Paranoico? ¡¿Te parece paranoico ponerte así cuando tu hermano pequeño te dice que sale solo por la noche a altas horas de la madrugada como si nada?!
-- ¡Tío que ya no soy un niño! ¡Que haga a veces el gilipollas no quiere decir que no sepa cuidarme solo como para ponerte tú así!
-- En eso tiene razón Sabo, ya no es un crío y tu a su edad también andabas por ahí a las tantas a escondidas además.
-- ¡Salía a las tantas para buscarte a ti y evitar que te metieras en más problemas idiota!
Le dio una colleja al pecoso el cual enseguida se dispuso a devolvérsela. Pero el sonido del timbre los detuvo.
Ambos hermanos mayores se dirigieron a la puerta mientras el menor seguía comiendo sin inmutarse. Aunque desde allí podía escuchar perfectamente la conversación de la entrada.
-- ¿Dellinger que haces aquí?
-- ¡Traigo un notición!
Ambos hermanos alzaron la ceja para contemplar al muchacho que tenían delante que prácticamente ya era reconocido como el mensajero particular de todo Aldeas, pues siempre se las apañaba para enterarse de las cosas más y menos importantes e iba contando lo impactante por todo el recinto en cuanto tenía la oportunidad.
Si alguna vez querías saber algún secreto sobre ese lugar ese chico era la persona indicada para sacarte las respuestas.
-- ¿Haber que nos traes hoy? Espero que sea importante.
-- Si que lo es, sino no me habría molestado en venir. ¡Se trata de Kid! ¡A vuelto!
Los dos muchachos se quedaron estáticos en el sitio por la sorpresa.
-- ¿¡Qué?!
Ambos se giraron a ver a la vez y comprendieron al instante el por qué su hermano había salido tan tarde esa noche.
Mientras tanto, en la cocina, el joven seguía devorando su desayuno con una sonrisa en la cara. Al parecer el imbécil había hecho algo bien por una vez en su maldita vida y había decidido volver.
Empezó a recordar aquellos días de su infancia en la que prácticamente eran los mejores amigos del lugar y la primera vez que se conocieron...
FLASHBACK
-- ¡Es genial!
El pequeño contemplaba en la caja de arena el juguete de su amigo con los ojos brillantes de la emoción. El robot empezó a moverse solo entusiasmando aún más al niño.
-- ¡Es genial! -- Repitió entusiasmado.
El pequeño pelirrojo soltó una carcajada ante la reacción del niño que tenía a su lado.
-- ¡Pues claro que es genial! ¡Lo hice yo!
-- ¿Enserio?
El más pequeño de los dos niños estaba cada vez más emocionado por el juguete.
Extendió la mano para coger el robot pero el pelirrojo no se lo permitió.
-- ¡Alto! ¿Qué crees que haces? ¡Es mio!
Cogió el juguete apartándolo del pequeño moreno.
-- Jo, pero es muy chulo. Solo quiero jugar un poco con él.
-- ¡E dicho que no!
-- ¡Por faaa!
Intentó alcanzar el juguete sin éxito mientras el pequeño Kid intentaba evitarlo apartando su cara con la mano.
-- ¡E dicho que no! ¡Dejame en paz!
En un arrebato de enfado y estrés empujó al más pequeño con fuerza haciendo que este se hiciera daño al caer al suelo con brusquedad y torpeza.
Las lágrimas empezaron a brotar del pequeño a causa del dolor.
-- Niño llorón. -- Le recriminó el otro, lo cual solo provocó que llorara más.
Se alejó de allí dispuesto a largarse del arenero con su robot de juguete bien amarrado posesivamente.
-- ¡Eres malo! ¡Y un tonto!
Se giró ya cabreado para ver al mocoso que seguía sentado en la caja de arena mirándolo con un puchero en los labios.
Estaba dispuesto a replicarle, pero se dio cuenta entonces del niño rubio que venia corriendo.
Pasó por encima del arenero tirando a Luffy sin importarle siquiera y además le cogió el sombrero al vuelo.
El pequeño moreno empezó a llorar de nuevo pero esta vez el dolor era más razonable pues le acababan de pasar prácticamente por encima. Y también se habían llevado su tesoro.
-- ¿Sabo que haces? ¡Casi lo matas! -- Exclamó el pelirrojo girándose a ver al niño con desdén.
Este en respuesta le sacó la lengua a la par que se bajaba el párpado con el dedo índice haciéndole burla.
El niño de cabellos rojos no se reprimió. Echó a correr hacia el niño rubio y le brindó un bruto puñetazo.
Empezaron a golpes mientras eran acompañados por los llantos del niño moreno que seguía en la caja de arena.
Al cabo de unos minutos llegó uno de los responsables y detuvo el pleito de los pequeños.
Minutos después los dos gamberros se encontraban en la enfermería. Kid con un montón de magulladuras y moretones y su compañero igual y sin un diente.
______
El pequeño pelirrojo se acercó a los columpios donde el pequeño moreno de hacía unas horas jugaba alegremente con una niña de cabellos cobrizos.
En su mano llevaba el sombrero que el otro niño le había robado.
-- ¡Ei tú, el de la cicatriz bajo el ojo! -- Lo llamó.
El aludido apartó la vista de su amiga y la llevó al niño que lo llamaba.
-- ¡Mi sombrero! -- Exclamó al verlo.
Salió del columpio para ir a recuperar lo que le pertenecía por derecho: su tesoro.
-- ¡Gracias! -- Sonrió entonces más alegre que antes mirando al pelirrojo.
Este último en lugar de responder se dio la vuelta dispuesto a irse.
-- ¡Espera! -- Exclamó el menor agarrándolo de la muñeca. -- ¡Ven a jugar con nosotros!
Después de un largo titubeo el pequeño Kid accedió empezando a amistar tan fácilmente con el pequeño azabache, al igual que con la niña que lo acompañaba.
FIN FLASHBACK
-- ¿Luffy por qué no nos lo dijiste?
El chico fue bruscamente sacado de sus pensamientos.
-- ¿El qué?
Cogió una tostada y empezó a untarla de mantequilla.
-- ¿Cómo que el qué? ¡El "piernas de mujer" nos acaba de decir que Kid a vuelto! -- Exclamó el pecoso. -- ¡Está claro que tu ya lo sabías!
-- ¿Y por qué tendría que deciroslo? Nisiquiera estaba seguro de que fuera a venir a aldeas.
-- ¡Luffy cuando te encuentras con un chico desaparecido y registrado en el listado de búsqueda de la policía tienes que reportarlo!
-- ¡Ponte en mi lugar Ace! ¿Si se tratara de Marco tú lo habrías echo?
El mayor se quedó callado pues no podía reiterar lo que era cierto por obviedad.
-- Aún así podrías habernos dicho que había vuelto. Nosotros no diríamos nada, pareciera que ya no confiaras en nosotros. -- Protestó el rubio.
-- Sabo odias a Kid desde... Siempre, ¿enserio quieres que me crea que no lo delatarías solo por ese simple hecho? Vale que no es tu estilo de actuar ante estos casos... pero si se trata de Kid me cuesta creerlo.
-- Eso es cierto. -- El moreno de pecas soltó una carcajada.
-- No es que lo odie, simplemente no me agrada y tampoco me gusta que te amistes con él. Es un chico demasiado problemático.
-- Es Kid, siempre a sido así desde que lo concí a los 7, pero simplemente es mi amigo así que te aguantas y lo aturas.
El mayor de los morenos soltó otra carcajada mientras el rubio suspiró rendido. Acto seguido se giró a ver al pecoso.
-- ¿Se puede saber que te hace tanta gracia? -- Reprendió.
-- Luffy.
El mencionado se giró a verlo con una ceja alzada indicando incertidumbre.
-- Es que... -- Volvió a estallar en risa. -- Es que... ¡Joder es que ver a Luffy hablando tan serio de un tema es tan irracional que de risa!
Y siguió muriéndose a carcajadas mientras sus dos compañeros lo miraban con una gotita de sudor en la nuca.
-- Que idiota es. -- Murmuraron a la vez.
_______
-- ¿Os enterasteis?
-- ¿De qué?
-- ¡Kid a vuelto! -- Exclamó el naringudo exaltado.
-- ¿¡Qué?!
-- ¡Vino a mi casa ayer por no querer ir a otra parte, estaba un poco magullado pero nada grave!
Todos se quedaron atónitos viendo al chico con incertidumbre.
-- ¿Estás hablando enserio o es una de tus tontas mentiras?
-- ¡Hablo enserio!
-- Es verdad. -- Lo corroboró su amigo colocándose mejor el sombrero en la cabeza. -- Fui a su casa a la noche para hablar con el idiota pelirrojo y ahora ya se encuentra en Aldeas. Vino esta mañana de madrugada.
-- Deben estar interrogándolo. ¿Tenéis idea de donde pudo estar todo este tiempo? -- Cuestionó la joven de cabellos cobrizos.
-- ¿De quien estáis hablando? No me entero de nada.
Todos se giraron para ver a la pecosa que los miraba con interrogante.
-- De Kid. Es un chico que residía, o bueno reside, en Aldeas Infantiles. Es muy problemático y un día de así por las buenas se fugó del pueblo y no se supo nada más de él hasta ahora. De eso hace ya 2 meses.
-- ¿Aldeas Infantiles? ¿Ese no es el sitio donde van los niños huérfanos o con padres que no pueden ocuparse de ellos por temas como la violencia domestica o problemas mentales?
-- Sí. -- Todos respondieron a la vez algo incómodos, en concreto el joven del sombrero de paja.
-- Valla, no sabía que había uno de esos recintos por aquí.
-- Pues lo hay. Antes no era muy conocido de todas formas, pero desde la pequeña guerra y los atentados que hubo en la provincia vecina, ese lugar empezó a cobrar vida haciéndose más que visible a causa del gran número de menores residentes en él. Casi todos los niños de este pueblo hemos pasado por aldeas la verdad. -- Le explicó la pelirroja con desgana.
-- Espera, ¿Aquí hubo una guerra? ¿Y vosotros estuvisteis en aldeas?
-- Sí y no. -- Luffy suspiró y acto seguido sonrió como solo él sabia. -- Aunque yo vivo allí todavía.
-- Yo estuve de pequeña un corto período de tiempo, luego me adoptaron. -- Comentó Nami.
-- Valla, emm... ¡Mierda! ¡No se que decir! -- Se llevó las manos a la cara agobiada por el momento incómodo.
Todos estallaron en carcajadas ante la reacción de la muchacha.
______
-- ¡Ace despierta!
De un fuerte golpe la pelirroja espabiló al moreno que se había quedado rocke sobre su plato.
Este levantó la cara adormilado y se quedó desconcertado al ver como todos estallaban en carcajadas.
-- ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿De que os reís?
-- ¡Tienes arroz hasta en las cejas! -- Su hermano volvió a estallar en carcajadas.
El pecoso se limpió con su propio brazo desnudo.
-- ¡Deja ya de reirte imbécil! ¡Y tú!
¿¡Quien te crees que eres para despertarme de esa forma?! ¡Maldita mocosa zanahoria!
Nami lo miró con un aura llena de oscuridad que daba miedo con el puño a la vista.
-- ¿Qué me has llamado?
Antes de poder responder siquiera ya se encontraba en el suelo agarrándose la cabeza del dolor con un chichón enorme reluciendo por encima de su cabello.
-- ¡Pero Nami que me vas a dejar sin hermano! ¡No seas tan bruta!
-- ¡Tú calla cabeza de buque!
Le propinó otro golpe al chico que tanto protestaba.
-- ¿Chicos ya acabásteis de comer?
Todos se giraron a ver al joven rubio de cejas rizadas que se encontraba plantado al lado de la mesa con una bandeja en la mano.
-- Sí, ya puedes recoger Sanji y apúrate que tenemos que irnos ya a la Radio.
-- Enseguida mi encantadora pelirroja. -- Dijo con los ojos como corazones.
Tanto a la aludida como al resto se les formó una gotita de sudor en la nuca.
Al cabo de un rato ya se encontraban todos en la puerta del recinto al que acudían para participar en la famosa Radio.
-- Vamos o Amanda se enfadará con nosotros por llegar tarde y yo no tengo ganas de aturarla. -- ordenó la joven de cabellos cobrizos.
-- Nisiquiera se por qué tengo que venir yo aquí. -- Suspiró el pecoso. -- ¿No era que las tomas ya estaban hechas? Y además yo nisiquiera me apunté a esta tontería.
-- Estamos repitiendo todo para reeditar los guiones y la serie en sí mientras el autor de la obra sigue creando más capítulos para continuar la historia. ¡Y deja ya de quejarte! ¡Todas las personas del pueblo participan aunque sea como personajes secundarios así que cállate!
El pecoso recibió otro golpe en la cabeza por parte de la amiga de su hermano.
-- ¡Aauhh! ¡Maldita bestia! ¡Zanahoria no me pegues maldita sea!
-- ¡Qué no me llames así!
Otro golpe seguido de otro grito y chichón.
-- A este paso Ace no llegará vivo al plató. -- Murmuró Usopp.
-- Tendré que buscarme un nuevo hermano mayor entonces. ¿Tú sabes donde se venden?
Todos los chicos, a excepción de los que tenían la fuerte disputa, estallaron en carcajadas ante el comentario del chico de cabellos oscuros.
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