E X T R A 1


S

u mirada se mantenía concentrada en el espejo. Sentía que no se veía bien en ese vestido blanco, aunque solo eran sus nervios e inseguridades hablando por ella misma. Tanto Gía como Jisoo le habían repetido que lucia hermosa.

- Aquí tienes - habló Jisoo mientras se acercaba para entregarle un ramo de rosas blancas - Te ves hermosa - Lisa sonrió y dio una última mirada a su reflejo.

- ¿Y Gía? - preguntó mientras tomaba asiento en la cama. Aún faltaban unos minutos para que pasara Jin por ella, Jisoo y los niños.

- Esta abajo con Jeonsang Están tomando jugo de naranja - los ojos de Lisa se abrieron. Sabía que Jeonsang no era el niño más cuidadoso del mundo, seguramente en ese momento su pequeño traje blanco ya estaría lleno de jugo de naranja.

- ¡Jisoo! - la reprochó antes de salir apresuradamente de la habitación.

Tal y como su amiga lo había dicho Gía y Jeonsang se encontraban sentados en la mesa tomando lo que venía siendo jugo de naranja. Gía trataba de limpiar la mesa con unas servilletas mientras que Jeonsang ya estaba jugando en un charco de jugo que se había creado cuando lo había derramado.

- En mi defensa Young no es así de traviesa - dijo Jisoo antes de que su amiga la reprochara.

- ¡Jeonsang! - gritó Lisa para llamar la atención de su pequeño. Él volteó mostrando una sonrisa inocente. Mientras Gía mordía su labio inferior con miedo de que también la regañaran.

- Jugo - respondió Jeonsang riendo. El pequeño estaba consciente de lo que había hecho y le causaba gracia.

- Si, acabas de tirar el jugo - Lisa trató de acercarlo pero el brazo de Jisoo la detuvo.

- De que mi vestido se ensucie al tuyo, prefiero sacrificarme - haciendo todo un drama la coreana se acercó para tomar a Jeonsang y bajarlo de la silla. Lo dejó en el piso y le quitó su traje.

- ¿Y ahora qué le vamos a poner? No le empaque otro traje - Lisa llevó sus manos hasta su cabeza, ya había presentido que algo malo saldría ese día, sólo deseaba que nadie apareciera en la ceremonia y dijera las palabras "Yo me opongo".

- Podemos ir a comprar otro. Tenemos tiempo, seguramente Jin ya viene para acá - solo asintió. Hasta ahora era la única solución con la que contaban.

- Mamá - habló Gía atrayendo la atención de su madre.

- ¿Qué sucede? - respondió dulcemente.

- Te ves muy linda - Lisa sonrió. Aunque cada día Gía crecía la pequeña seguía siendo tan dulce como lo había hecho desde que la conoció.

- Tu no te quedas atrás - Gía sonrió tímidamente.

- ¡Llegué! - habló Jin mientras entraba en el pequeño departamento que habían rentado.

- Que bien, tenemos que ir a un centro comercial o cualquier lugar donde vendan un traje para Jeonsang - dijo apresuradamente Lisa.

- ¿Qué sucedió? - preguntó con gracia Jin mientras veía como Jeonsang caminaba relajadamente por el living.

- Jisoo lo dejó comiendo solo - la risa de Jin no tardó en salir. Lisa lo miró mal. Tomó a Jeonsang en sus brazos y fue hasta la salida.

- ¿Y Jisoo? - preguntó el coreano a Gía quien agarraba una pequeña canasta con pétalos de rosas.

- Fue por Young.

(...)

- ¿Crees que se haya arrepentido? - preguntó Jungkook mientras BamBam reía. Habían aprendido a llevarse bien en los últimos meses y ahora eran amigos.

- Claro que no - le parecía extraño que aún no llegaran. Solo faltaban unos diez minutos de lo acordado y no parecían dar señales.

- Le marcare a Jin - Jungkook tomo su celular del bolsillo interior de su saco y comenzó a buscar al coreano de su lista de contactos - ¿Por qué aún no llegan? - lo directo que había sido había tomado por sorpresa a Jin

- Amigo, creo que no es algo que podamos hablar por teléfono - esas palabras le habían caído como un balde de agua fría a Jungkook. Comenzaba hacer una y mil teorías de lo que pudo haber pasado.

- ¿Qué pasó? - Jin trataba de mantener la compostura y no soltar alguna risa que lo delatara. Lisa estaba a su lado y luchaba por quitarle el celular, no quería que le hiciera una broma a Jungkook

- No encontramos a Lisa. Desapareció junto con Gía y Jeonsang ¿No han llegado ahí? - Jungkook tuvo casi que sostenerse de BamBam No esperaba eso, si una vez la rubia lo había hecho, no dudaba que lo volviera hacer, pero esta vez no encontraba alguna razón.

- ¿¡Qué!? - respondió después de un tiempo de analizar lo que había escuchado - ¡Voy para allá!.

- ¡Kim Seok-Jin! - la voz de Lisa se escuchó por el altavoz causando la risa del coreano. Jungkook se confundió al principio, pero después de escuchar la voz de Lisa hablándole entendió que todo era una broma.

- Dile que lo mato - Jungkook estaba enojado, y Lisa podía imaginarlo.

- Tranquilo, ya vamos para allá, sucedió un accidente con Jeonsang - trataba de mantenerse tranquilo, pero si veía a Jin seguramente se lanzaría sobre él y le daría un buen golpe. Con eso no se jugaba.

- Te veo entonces - cortó la llamada antes de descargar su ira con ella, no quería arruinar el día, y debía de tranquilizarse si no quería hacerlo después.

(...)

La música comenzó a sonar haciendo escucharse la marcha nupcial. Lisa entró con Jin sujetando su brazo. Sus pasos iban lentos. Gía venía detrás dejando un camino de pétalos de rosas mientras vigilaba que Jeonsang hiciera lo mismo. Ambos sonreían y lograban hacer que los demás lo hicieran de la misma forma.

Jungkook estaba de pie frente al altar mirando a la chica que en unos momentos se convertiría en su esposa. Su sonrisa no podía ser mas grande y su mirada no podía mostrar esa ilusión que sentía en esos momentos de comenzar una nueva vida con ella.

- ¿Sabías que te ves hermosa de blanco? - le susurro cuando la tuvo a su lado. Lisa sonrió.

La ceremonia comenzó. Los minutos pasaban lentos.
Los presentes podían presenciar el amor que ambos se tenían. Si los veían de frente notarían lo increíble que sus miradas conectaban sin decir alguna palabra. Las sonrisas que ambos poseían parecían alumbrar el lugar.

Gía estaba a unos metros sentada justo al lado de Jisoo. La pequeña siempre había soñado con ver a su padre casándose con la persona que amara y que Lisa fuera esa chica la hacia sentirse aún más feliz. Desde que había visto a Lisa con un vestido de novia imaginaba ese momento. Una pequeña lágrima de felicidad recorrió su mejilla y una pequeña mano la limpio en seguida.

- No llores - le dijo Jeonsang. Su vocabulario se había extendido, pero su dulce e inocente voz seguía permaneciendo. Gía le sonrió y lo abrazó.

- Si alguien se pone a esta unión que hablé ahora o calle para siempre - tanto Lisa como Jungkook miraron alrededor nerviosos de lo que podía pasar - Bueno, sin más, los declaro marido y mujer - los invitados comenzaron aplaudir.

Lisa se volteó al mismo momento en que Jungkook lo hizo. Ambos se miraron y sonrieron. Ella agachó la mirada unos segundos y cerró sus ojos, creía que todo era un sueño. Al abrirlos se encontró con la mirada de Jungkook.

Él se acercó unos centímetros para tomarla de la cintura, le acarició su mejilla con su otra mano y le dio un dulce beso.

- Te amo, y mucho - le dijo Jungkook después del beso.

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