C a p 6
Lisa odio que el despertador sonara, más que los días anteriores. No quería ir al trabajo para encontrarse con Tae, después de lo que había pasado el día anterior sus sentimientos hacia el chico se habían removido. Quería convencerse de que solo se trataba de un simple cariño que le estaba tomando, pero eso sería mentirse a ella misma.
Se levantó de la cama y se quedó sentada mirando a la nada.
Frotó sus ojos con las palmas de sus manos.
— No Lisa, no puedes enamorarte de él — se dijo. Quería escucharlo salir de su boca, solo para convencerse a ella misma — Debes de sacarlo de tu mente. No puedes jugar con él.
Frustrada porque sus palabras no dieran resultado se tumbó nuevamente a la cama. Giró hacia la derecha donde se encontraba la cuna de su pequeño.
Jeonsang dormía tranquilamente. Sonrió al mirarlo, le recordaba a Jungkook.
Jungkook, pensó Lisa. Llevó su vista al techo. ¿Qué estarás haciendo ahora? volvió a cuestionarse. Solo podía imaginar lo felices que podrían estar en esos momentos, aunque también se imaginaba que la estarían buscando, o eso Lisa quería soñar.
Debía de pensar en su hijo, y la felicidad de ella. No quería que su pequeño fuera infeliz por no tener una familia completa. Jungkook había hecho seguramente ya una vida sin ella, así que ella también merecía un nuevo comienzo.
Estaba decidido, si Tae quería comenzar algo con ella, no se negaría. Estaba comenzando a sentir cosas por él, y estaba segura que con el tiempo lo llegaría a amar. Se levantó de la cama y se dirigió a comenzar arreglarse, ese día lo comenzaría siendo una nueva Lisa, volvería hacer su vida.
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Jungkook estaba desayunado solo en su gran mesa. Su pequeña se había ido al colegio y ahora no había nadie con él. Llevó su taza de café hasta su boca para dar un sorbo.
Miró con algo de nostalgia el lugar que Lisa solía ocupar. Se imaginó como en ese momento ella estaría ahí, dándole de comer a su hijo, pero la realidad era otra,y le costaba un poco aceptarla.
Sacudió la imagen de su mente, no quería pensar en el que hubiera pasado, creándose falsas ilusiones. Tomó su teléfono y marcó el número de la chica, solía hacerlo con la esperanza de que ella contestara. Al quinto tiembre colgó. Ninguna respuesta había recibido.
Se dirigió hasta su habitación para seguir con su búsqueda. No había dormido en las últimas horas para poder encontrar algo sobre Lisa, pero no había nada, incluso había ido a la habitación que había sido de IU, solo para ver si podía encontrar algo más que le hubiera ocultado.
“Jisoo, si tienes noticias sobre Lisa, ¿podrías avisarme?.”
Envió el mensaje. Jin le había dicho que lo mantendría informado, pero desde la última vez que se había visto no habían hablado.
“Claro, y no te preocupes la vamos a encontrar :)”
“Gracias”
Se dejó caer en su cama. Jamás la había sentido tan vacía, se había acostumbrado a dormir solo, pero después llegó Lisa y se acostumbro a dormir abrazando su pequeño cuerpo, ahora nuevamente la soledad lo acompañaban.
Él no era el único deprimido por la situación, así que buscaría algo para poder distraer a Gía. No quería que la pequeña viviera como él, esperando noticias.
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Al salir del colegio Gía tenía una sonrisa en su rostro. En la clase de arte los habían puesto a dibujar a su familia. Aunque el tema la había puesto un poco sensible al principio, después creyó que sería un gran regalo para darle a Lisa cuando la encontraran.
Quería hacerle ver que la extrañaba y que quería pedirle perdón.
— ¿Cómo te fue princesa? — le preguntó Jungkook al salir del colegio.
— Le hice un dibujo a Lisa — Gía le entregó la hoja a su padre.
Ahí estaban dibujados Lisa, después el bebé, Gía y al lado Jungkook, con un fondo verde y azul.
Jungkook miró detenidamente el dibujo.
— Seguramente le encantará — la pequeña, quien estuvo atenta a la reacción de su padre, sonrió. Estaba feliz de que a él le gustara.
— Se lo daré cuando la encontremos.
Jungkook no quería seguir hablando del tema, al menos no delante de ella.
— Te tengo una sorpresa — le dijo para cambiar de tema.
— ¿¡Ya encontraste a Lisa y a mi hermano!?.
— No, sigo en eso. Te inscribí en clases de ballet, siempre me dijiste que querías ir.
— ¿En serio? — aunque no era la noticia que esperaba, aún así estaba feliz. De más pequeña siempre había querido entrar en una clase de ballet, pero por el trabajo de su padre no había podido.
— Si, y esta tarde es tu primera clase, así que iremos a comprar ropa adecuada.
Gía sujeto la mano de su padre y lo hizo caminar de prisa. Jungkook había logrado lo que quería, hacerle olvidar a Gía el tema de Lisa, al menos por un tiempo.
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— ¿Entonces aceptas? — el turno de Lisa había terminado, era fin de semana y solo trabajaba hasta medio día.
— Esta bien — Tae había invitado a Lisa a dar una vuelta al centro comercial para poder comprarle algunas cosas a Jeonsang, y aunque Lisa se había negado demasiadas veces, el chico era insistente. Además, Jennie no había ayudado mucho a su amiga, le había dado un poco de dinero a su hermano para que le compraran algo al pequeño de su parte
— Genial, voy por el auto — mientras Tae salió del establecimiento Lisa se quedó para poder guardar las cosas de Jeonsang.
— ¿Te cae bien Tae? — le preguntó Lisa a Jeonsang. El pequeño sonrió — Bueno, lo tomaré como un sí — y el pequeño volvió a sonreír.
Lisa lo tomó en sus brazos cuando ya había tomado sus demás cosas. Se acercó al mostrador donde Jennie estaba en la caja.
— Nos vemos mañana — le dijo Lisa para despedirse.
— Adiós Lisa, adiós pequeño — se despidió — Por cierto, Lisa, debemos de hablar después — Lisa no había querido hablar con Jennie sobre Tae, le incomodaba, más por el hecho de que era su hermana y no sabía aún lo que sentía.
— Mañana lo hablamos — antes de que Jennie pudiera contestarle Lisa ya estaba afuera esperando a que Tae pudiera llegar.
No pasaron muchos minutos cuando Lisa ya se encontraba en el asiento del copiloto cargando con ella a Jeonsang. Tae manejaba el auto y ahora se dirigían al centro comercial, por suerte le había pagado ese día a Lisa así que pagaría lo que pudiera, no quería abusar de la amabilidad del chico.
— En serio, ¿por qué no vamos a otro lado? — Lisa realmente se rehusaba a ir de compras, jamás le había gustado.
— Creo que ese pequeño va a crecer en cualquier momento, así que no puedes llevarlo sin ropa — eso era cierto, el pequeño estaba creciendo y eso significaba que su ropa ya no le quedaría igual. Al principio Lisa le había comprado la ropa algo grande, para poder seguir usándola.
— Solo un conjunto — Tae rió. Un conjunto era prácticamente nada para él, pero si Lisa iba a aceptar solo de esa forma, no le quedaba de otra.
— Esta bien, pero yo le compraré el cochecito.
— Pero yo te ayudaré a pagarlo con lo que pueda.
— ¿Por qué te cuesta tanto aceptar un regalo? — Tae rio. Sabía que no iba a ganarle, pero quería saber el porque la chica era tan insistente.
— Así soy — Lisa se encogió de hombros. Ella tampoco lo sabía, pero siempre había crecido ganándose sus propias cosas.
— Espero que Jeonsang no sea tan necio como tu — el pequeño mencionado estaba durmiendo en los brazos de su madre, ajeno a la conversación.
— No te preocupes, es igual a su padre — Lisa sabía que no debió de haberlo nombrado. Tanto a ella, como a Tae, mencionar al padre de Jeonsang era algo incómodo, así fue como el auto se quedó en un silencio incómodo.
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Jungkook había dejado unos minutos atrás a Gía en la academia de danza. La pequeña estaba ansiosa por poder comenzar. Llevaba su cabello sujeto, algo desordenado, pues peinar no era el fuerte de su padre.
Una de las niñas que estaba en la habitación se acercó al verla sola.
— Hola, soy Mika — la pequeña niña de cabello castaño y chino le extendió la mano.
— Hola, yo soy Gía — ambas estrecharon sus manos.
— ¿Eres nueva? — Gía asintió. Mika sonrió — Yo también, ¿quieres ser mi amiga? — la sonrisa se Gía se extendió. Jamás había tenido una amiga como tal, a excepción de Adrian, con quien se juntaba en el colegio.
— ¿En serio? — no podía creer la propuesta.
— Si, me caíste bien — Gía no pudo aguantar las ganas de abrazarla, y así lo hizo. Ambas niñas se abrazaron.
— Niñas vengan, vamos a comenzar con la clase — ambas se separaron y se acercaron a donde las demás se encontraban.
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