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Lisa había aceptado el que Jungkook se llevara toda las tarde a Jeonsang con él, después de todo era el padre y tenía derecho, además tenía mucho que explicarle a Tae.
No había más gente por atender y esperó a que Tae saliera de la cocina, se había metido ahí y no había salido de ahí desde entonces. Desesperada porque él no salía decidió entrar.
— ¿Podemos hablar? — Tae dejó de lado la bolsa de hielo que había estado sosteniendo. Jungkook había golpeado justo debajo de su ojo y una inflación se hacia presente en su rostro.
Lisa al verlo se sorprendió, no estaba al tanto de lo que había pasado minutos antes.
— ¿Y Jeonsang? — preguntó Tae ignorando lo que la chica le había comentado minutos antes.
— Fue con Jungkook — dijo Lisa — ¿Qué te pasó? — se atrevió a preguntar, aún dudando si había sido buena idea.
— No puedo creer que hayas dejado que se fuera con ese — su voz era calmada, pero mostraba cierto desagrado en cada palabra que decía.
— ¿Qué? ¿Por qué? Quería pasar un día con él — Tae llevó sus manos a su cabello. Estaba buscando la forma de mantenerse calmado y no gritarle a Lisa. Ella se acercó, quería saber que le pasaba, no entendía porque se refería a Jungkook de esa forma.
— ¿No pensaste en que podía llevárselo con él?.
— ¿Qué fue lo que pasó? ¿Él te golpeó? — Taehyung desvío la mirada de Lisa, no quería preocuparla, pero tampoco deseaba que confiara ciegamente en Jungkook, no le causaba una confianza en lo absoluto — Dime la verdad.
— Si — Lisa estaba furiosa con Jungkook. Se había comportado como un idiota. Aunque no entendía del todo los motivos por los que lo había hecho, no había justificación, él no podía golpear a Tae, él no tenia la culpa de nada.
— Hablaré con él después — se acercó aún más para darle un abrazo y después darle un rápido beso en los labios.
— ¿Podemos hablar? — fue Jennie la que interrumpió la escena.
Lisa asintió y salió de la cocina detrás de Jennie.
— ¿Qué querías decirme? — preguntó Lisa. Jennie la miró seriamente. No estaba segura de como se lo tomaría, eran amigas, pero su familia era primero.
— No quiero que lastimes a mi hermano, así que es mejor que vayas aclarando tus sentimientos, porque él va a sufrir si tardas más — la había tomado por sorpresa que sin palabras la había dejado — El golpe fue una cosa, y si ese chico vuelve aparecer por aquí en busca de problemas, lo siento pero no respondo.
(...)
BamBam le había entregado una copia de su casa a Jungkook. Así que podría llegar a la hora que deseara, y vaya que lo aprovecharía. Quería pasar la tarde junto a sus dos pequeños, aunque le hubiera gustado que Lisa estuviera ahí con ellos, pero algo era algo.
— ¿A dónde vamos princesa? — preguntó Jungkook mientras iban en el coche que había rentado hace unos minutos atrás. Estaba seguro que su estadía en Tailandia seria un poco mas larga de lo que pensaba.
— ¿Podemos ir a casa? — Gía iba en el asiento trasero cuidando a Jeonsang. Jungkook debía de ir por un asiento de bebés.
— Creó que debemos de esperar, ¿no quieres que regresemos con Lisa? — Gía asintió — ¿Qué te parece si vamos comprarle algunas cosas a ese pequeño? — nuevamente la pequeña asintió.
Jungkook colocó en su celular el GPS, y buscó en centro comercial mas cercano a su alcance.
Al llegar estacionó el auto en el estacionamiento. Cargó en sus brazos a Jeonsang, quien no dejaba de jugar con el cabello de su padre, y sujeto con una mano la mano de Gía.
Entraron a la primera juguetería Gía vio. Entraron a la parte de niños pequeños y Jeonsang no pudo evitar el mirar a todos lados y querer tocar todo, los colores que los juguetes tenían le llamaban la atención que luchaba por safarse de los brazos de su padre y tocarlos.
— Así que te gustan todos — le dijo Jungkook riendo. Lo acercó a un pequeño juguete que servía como piano, pero en forma de un león. El bebé tocó una de las siete teclas que este tenía, provocando que emitiera una melodía. Asombrado el pequeño miró a su padre con la boca abierta, el gesto le causó una sonora carcajada a Jungkook y a Gía.
Jeonsang volvió a tocar otra tecla e hizo el mismo gesto que había hecho. Le había agrado el hecho de hacerlos reír.
(...)
Había sido una mala idea el comprar más de lo que podían los brazos pequeños de Gía y una de Jungkook. Una chica se había ofrecido en ayudarlos, y aunque Jungkook se había negado varias veces, al final la chica, de nombre Tzuyu , los había acompañado hasta el auto para dejar las cosas.
— Gracias por la ayuda Tzuyu — le dijo Jungkook al momento que cerraba el maletero del auto.
— No es nada — la chica observó a Gía y Jeonsang, le costaba imaginar que Jungkook fuera padre de ambos. Él se percató de la mirada.
— Cualquier pregunta puedes hacerla, no importa — las mejillas de Tzuyu se pusieron rojas, le avergonzó el hecho de que no haya sido tan precavida en su mirada.
— Lo siento, no quería incomodar, es solo que te ves tan joven y bueno, tienes dos hijos — Jungkook rió y asintió.
— ¡Papá! — gritó Gía quien ya estaba arriba del auto. No quería que su padre hablara con otras chicas.
— Me tengo que ir — le dijo Jungkook.
— Si, nos vemos.
— Gracias de nuevo — Tzuyu asintió y giro sobre sus talones para regresar al centro, donde sus amigas la esperaban. Sólo esperaba volver a encontrarse con ese chico, le había gustado y tenía la esperanza de que estuviera soltero.
— No me agrada — habló Gía cuando Jungkook entró al auto para colocar a Jeonsang en el asiento para bebés que le había comprado.
— ¿Desde cuando tengo la aprobación de mi pequeña? — abrochó el cinturón de seguridad del pequeño, quien sostenía un elefante de peluche que Jungkook le había comprado.
— Desde que Lisa es mi mamá — Jungkook decidió mejor no seguir con la conversación, sabía el cariño que Gía le tenía, de hecho él aún la amaba, ¿pero qué se supone que haría si Lisa no quería seguir con ellos?.
Al llegar a la casa de BamBam, Jungkook notó que el susodicho aún no estaba en casa. Dejó a Jeonsang en el piso de madera y Gía fue con él. Jungkook debía de bajar las bolsas del auto.
Su celular comenzó a sonar mientras abría la puerta y decidió atender, era un número desconocido.
— ¿Hola? — dijo al momento que llevó el teléfono a su oído.
— ¿Jungkook? — su corazón comenzó acelerarse. Solo ella podía hacer que todas sus emociones se alteraran. Conocía perfectamente el sonido de su voz.
— Si — contestó torpemente después de unos segundos en silencio.
— Ah, es ya tarde y mi turno esta por terminar, ¿dónde puedo recoger a Jeonsang? — le dolía que su voz sonara tan cortante. Quería hablar de todo lo que había pasado con ella. Quería decirle cuanto la había extrañado.
— ¿Así será todo ahora? — preguntó él.
— ¿Qué?.
— ¿Tendremos que turnar días para estar con nuestro hijo? Lisa, necesitamos hablar — el suspiro de la chica se escuchó por el teléfono.
— Lo haremos más tarde. ¿A dónde voy?.
— Estoy en la casa de BamBam.
— Le diré que me lleve. Llego en una hora — realmente no le gustaba el tono que ella usaba, pero al menos había logrado que ambos hablaran solos. Solo eso necesitaba para volver a tenerla en sus brazos.
Guardó el celular en su bolsillo del pantalón y sacó del maletero las bolsas. Tratando de que ninguna cayera cerró la puerta y volvió a entrar a la casa encontrándose con una escena hermosa.
Gía se encontraba sentada justo delante de Jeonsang, y como al pequeño aún le costaba mantener el equilibrio se había aferrado a los brazos de su hermana. Parecía que se estaban dando un abrazo y ambos sonreían.
Ahora era por la felicidad de sus pequeños que no se iría de ahí sin Lisa.
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