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Maratón 3/?
— Este es el último lugar, si no está aquí no sé en qué otro lugar puede estar — Jin ya estaba algo cabreado por no encontrar a Jungkook. Jisoo asintió.
— ¿Entonces le diremos? — preguntó la chica. Jin negó, aún no sabían qué era lo que harían con el tema de Lisa.
— No lo sé. Sólo que en estas condiciones no — Jisoo nuevamente asintió — Ya regreso — Jin besó la mejilla de la chica antes de salir del auto.
Se adentró aquel lugar esperando que su amigo estuviera. Era más de medianoche y no sabía en dónde más podría ir a buscarlo.
El ambiente no era nada agradable y apenas había notado lo mal que había estado viviendo. Llevó una mano a su nariz para tapar el olor a cigarros que había. Comenzó a buscar a Jungkook desde la barra, pero no había rastro.
— Dame uno más — esa voz. No tardó ni un segundo en voltearse y encontrarse con un Jungkook demasiado borracho, tanto que estaba casi acostado en aquella barra.
No quiso esperar para ir por su amigo — No le sirva nada — le ordenó Jin al joven que atendía ahí — ¿Cuánto te debe? — preguntó. No quería ni imaginarse la gran cantidad de dinero que pagaría.
El joven colocó sobre la barra una nota con lo que debía de pagar Jin. Miró la cantidad e hizo una mueca, era mucho. Sacó su billetera y dejó el dinero. Tomó como pudo a su amigo y lo dirigió hasta la salida, podría decirse que estaba cargándolo.
— No seas aburrido, un rato más. No me había divertido tanto desde hace meses. Además hay muchas chicas lindas — habló Jungkook, o al menos intentó hacerlo. Sus palabras eran pausadas y poco entendibles; pero Jin ya entendía lo que decía.
— No Jungkook, dejaste a Gía sola; ¿cómo pudiste? — Jungkook comenzó a reír de la nada.
— La verdad fue muy sencillo. La deje como su madre la dejó — Jungkook seguía riendo. Jin rodó los ojos, si no fuera porque no quería dejarlo ahí, ya le hubiera metido un gran golpe por el comentario que acaba de hacer — Como Lisa lo hizo conmigo — eso último lo susurró con cierto dolor.
Al salir del lugar Jisoo logró divisarlos por el espejo retrovisor del auto. Salió del auto y se dirigió hasta Jin y Jungkook, quería decirle un par de cosas al segundo.
— Eres un estúpido Jungkook — le dijo Jisoo.
— Lo sé, debí de haberme dado cuenta antes, de que todo era un plan — Jisoo no sabía porque Jungkook decía eso, su mirada de confusión fue hasta Jin quien le dijo con un movimiento de labios "ignoralo".
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Al llegar a casa de Jungkook, Jin fue a dejarlo hasta la habitación mientras Jisoo preparaba café para bajarle un poco el alcohol a Jungkook.
— Ve y date una ducha, no nos iremos hasta que estés bien y podamos hablar.
— Gracias, eres un buen amigo.
Jungkook se acercó a Jin para darle un abrazo, lo cual tomó por sorpresa a su amigo.
— Para eso están los amigos — le contestó Jin.
Jungkook se separó y se dirigió a la ducha tambaleándose de un lado a otro. Comenzó a reír de su torpeza y como pudo llegó hasta el baño. En ese momento Jisoo había dejado en agua hirviendo y se había dirigido hasta la habitación de Jungkook para ver que era lo que sucedía.
— ¿Todo bien? — preguntó a su esposo. Jin estaba acomodando un poco la habitación, en los últimos meses había adquirido una costumbre de ser algo mas ordenado y la habitación de Jungkook estaba algo desordenada.
— Se está duchando — Jisoo decidió ayudar a Jin doblando un par de camisetas que estaban sobre la cama.
— ¿Qué es esto? — preguntó la chica al ver unos papeles sobre una de las almohadas. Tomó el papel.
Era una de las cartas que Estefer le había mandando a Jungkook. Comenzó a leerla, Jin al verla tan concentrada en aquello ambos comenzaron a leerla.
— Creo que realmente necesitaba a alguien para que la apoyara — dijo Jisoo al terminarla de leer. Habían leído la última carta que Estefer le había enviado.
— Aún no sé cual será la mejor decisión es la que debemos tomar — Jin estaba confundido. Tenía la información que haría feliz a su amigo, pero no estaba seguro si ayudaría o no.
— Yo tampoco. No es algo cómo "Jungkook hemos encontrado a Lisa y está con alguien más", ojalá fuera así de sencillo.
— ¿Qué? — Jungkook había salido del baño. Había escuchado todo. Jin y Jisoo voltearon, querían solo verificar si realmente se trataba de él — ¿La encontraron? ¿¡Dónde está!? — se acercó hasta ambos tratando de lograr que contestarán sus preguntas, pero ambos estaban mudos — ¡Hablen!.
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— Vamos Lisa, sólo será una llamada — esa mañana BamBam había ido a visitar a Lisa al trabajo solo para tratar de convencerla de que hablara con Jisoo.
— No — Lisa estaba molesta con el chico por haberle informado del hecho que había sido encontrada.
El día anterior había tenido una larga charla con Tae sobre el tema. El chico le había dicho que todo estaba bien y que él no quería ser el impedimento de que ella pudiera estar con la persona que amaba; pero Lisa había visto la tristeza con la que había hablado, por lo cual le causo un gran dolor. Ella le dijo que ahora era feliz con él, y que prefería que todo siguiera como antes, aunque no había estado tan segura de sus palabras. Estaba siendo egoísta con su hijo y Jungkook, mentirosa con Tae y eso solo le hacia mas daño a ella misma de lo que creía.
— Solo será con Jisoo, por favor — se detuvo y respiró profundamente. Estaba ya agobiada de traer a BamBam detrás de ella.
— Esta bien, pero esto te va a costar. Te dije que no dijeras nada y a la primera llamada le dices todo a Jisoo — BamBam sonrió. Le causaba risa ver a Lisa enojada, no parecía estarlo, era demasiado tierna la chica como para parecer enojada — ¡No te rías! — le gritó antes de irse y continuar con su trabajo.
La puerta fue abierta y un rubio entró cargando a un bebé y un ramo de rosas rojas. Lisa al verlos sonrió, aunque BamBam sólo hizo una mueca; no había conocido demasiado a Jungkook, pero si el fuera el que estuviera en esa situación le causaría demasiada furia que la chica y su hijo estuvieran consiguiendo un nuevo hombre para formar una familia.
— Hola amor — le dijo Tae, quien se acercó a Lisa para darle un rápido beso en los labios — Las vimos y pensamos que deberían de ser para la chica mas hermosa — le entregó el ramo y Lisa con una sonrisa las recibió.
— ¿Eso es cierto Jeonsang? — le preguntó Lisa a su pequeño, quien inmediatamente sonrió.
— ¿Qué te parece una cita? — preguntó Tae.
— Me encantaría, pero recuerda que tengo un hijo.
— Jennie puede cuidarlo, ella se ofreció.
— Entonces me encantaría.
Lisa sabia muy bien mentir acerca de lo que sentía y nadie lograba darse cuenta, solo una persona lo haría, pero estaba a kilómetros de distancia de ella.
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