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CAPÍTULO FINAL SEGUNDA PARTE
La fiesta de cumpleaños de Gía había comenzado, y se encontraba ella ahora jugando con algunos de sus compañeros de clases. En los últimos meses había conseguido ser un poco más social entre sus compañeros y había creado algunas amistades, aunque jamás se haría amiga de las niñas que solían molestarla.
Jin había estado en la entrada vigilando a cada uno de los invitados. Lisa estaba junto con Jisoo hablando con la madre de Jungkook sobre el embarazo, lo que a Lisa le incomodaba, pues había establecido que no hablaría del bebé en ese día, aunque no estando Gía alrededor la dejaba un poco más tranquila.
– Me vas a explicar ahora lo que pasa - le dijo el coreano a su amigo cuando entró por la puerta. Jungkook sostenía un gran pastel y se dirigía a la cocina para poder refrigerarlo.
– Ni siquiera se yo lo que pasa, solo sigue cuidando la entrada - Jin asintió. Por la preocupación que su amigo demostraba, era mejor seguir vigilando, debían de estar atentos a cualquier situación que pudiera derrumbar la felicidad que habían creado.
Jungkook guardó el pastel en el refrigerador se quedó unos segundos en silencio pensando en lo que estaba pasando. ¿Por qué tenía que volver? Se preguntó. Tanto él como Gía ahora eran felices y esa mujer quería arruinar su felicidad. También pensaba en Lisa y el bebé, de cierta forma, y conociendo a Lisa, la noticia de que la madre de Gía había regresado estaba seguro que no le caería nada bien.
– ¿Estas bien? — preguntó Lisa. Había ido a la cocina para beber un poco de agua y alejarse un poco de Jisoo y sus preguntas.
– Si — Jungkook suspiró agobiado. Lisa no le creyó pero no quería preguntar el qué sucedía, había días donde ella necesitaba espacio y Jungkook siempre se lo daba, ahora era su turno.
– Sabes que puedes decirme lo que sea — lo miró directamente a los ojos, tratando de entender si era algo bueno o malo lo que ocultaba.
– Gracias — él la abrazó. Tomó por sorpresa a Lisa, pero después correspondió. Ahora sabía que no era algo bueno lo que ocultaba.
Solo esperaba que fuera lo que fuera no arruinara la fiesta de Gía, la pequeña no tenía porque sufrir en un día como ese.
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El reloj había avanzado de una forma muy lenta para Jungkook. Quería que la fiesta terminara, pero apenas eran las cinco treinta y siete y conociendo a los amigos que había invitado se quedaría por lo menos hasta las diez.
Solía estar ajeno a las conversaciones a su alrededor y no se había separado de Lisa en ningún momento, la sostenía de su cintura y la seguía a todos lados. Quería hacer lo mismo con Gía, pero la pequeña se encontraba jugando con Panwi y varios de sus compañeros de clases, incluso estaba Adrián, pero Jungkook estaba tan centrado mirando cada movimiento que la pequeña hacía, no había momento en que sus celos de padre salieran a la luz.
– Papá — Gía había dejado de jugar y se había acercado hasta su padre.
– ¿Sucede algo? — la miró con cierta nostalgia en sus ojos. No quería perderla. Sin pensarlo la abrazó, se iba a poner a llorar en ese momento, pero no quería llamar mas la atención de lo que ya lo había hecho toda la tarde.
– ¿Puedo soplar ya las velas? Ya sé que deseo pedir — Jungkook asintió.
– Iré por él — Gía le sonrió y ahora fue ella la que lo abrazó. La pequeña también tenía un presentimiento de que algo iba a pasar, pero no estaba segura si sería algo bueno o malo.
Jungkook entró en la casa y sacó el pastel que había refrigerado. Al regresar al exterior ya todos se encontraban rodeando a la pequeña Gía que estaba apoyada en un mesa, repasando mentalmente su deseo. Sólo esperaba que en algún momento se cumpliera. Su padre colocó el gran pastel delante de ella, Lisa fue la encargada de colocar seis velas y encenderlas.
Los invitados comenzaron a cantar la canción de feliz cumpleaños. Gía mantenía una sonrisa en su rostro mirando a cada uno de los presentes. Dirigió su vista a la izquierda; le sonrió a Lisa y le agradeció en su mente por todo lo que ella había hecho. Miró después a su derecha donde su padre estaba. Ambos se miraron con cierta preocupación, entendieron que algo iba a pasar.
Cuando los invitados terminaron la canción Gía miró por última vez a todos los invitados antes de mirar las velas encendidas.
Respiró profundamente y cerró sus ojos. Pidió su deseo y sopló las velas.
No pasó mucho después de haber soplado las velas cuando Jungkook ya se encontraba mirando a cierta chica que se acaba de colar a la fiesta. Estaba preocupado. Jisoo y Jin quienes estaban enfrente de él fueron los primeros en notar su mirada de odio hacía el fondo.
– ¿Es ella? — susurró Jisoo al notar la presencia de la pelinegra. Gracias a Jin ella también estaba al tanto de la situación.
– Sí — afirmó su esposo.
Los demás presentes estaban ajenos a lo que sucedía. Fueron unos segundos en los que la señora Jeon también entendió lo que pasaba y se dirigió hasta donde el pastel estaba para comenzar a repartirlo y los invitados se fueran yendo, estaba segura que nada bueno saldría con la visita de cierta pelinegra.
Lisa ya había notado la preocupación de todos. También había visto a la chica, la chica la miró directamente a ella y le sonrió sarcásticamente. Lisa no entendía porque esa chica le había sonreído de esa forma, ni porque todos parecían tan preocupados por su presencia, pero a ella le parecía conocida.
La miró detalladamente unos segundos mas y cayó en cuenta de que se trataba de la misma mujer con la que se había topado en el parque con Gía.
Por instinto de proteger a Gía, Jungkook la cargo y la llevó hasta dentro, siendo seguidos por Lisa y la pelinegro. Jisoo decidió ayudar a la madre de Jungkook a despedir a los invitados y Jin fue a detener que la chica entrara en la casa.
– No tienes nada que hacer aquí — por suerte el coreano había alcanzado a bloquear el paso.
– Es el cumpleaños de mi hija, tengo mas derecho que tu.
– Ella ni siquiera te recuerda, ahora tiene otra persona que te reemplazó.
– ¿La rubia esa? Creeme, me prefiere a mi — la chica trató de esquivar a Jin, pero esté mostró fuerza. No iba a dejar que arruinara la felicidad de su amigo.
– ¿Qué sucede papá? — preguntó Gía. Se habían ido hasta la habitación de la pequeña y Jungkook no había dejado de abrazarla desde entonces.
Había cerrado la puerta al entrar y ahora alguien tocaba con delicadeza la puerta. No iba abrir, no quería que Lee Ji-eun entrara con ellos.
– Jungkook - la voz de Lisa lo hizo relajarse un poco, pero no del todo, no quería explicarle - ¿Podemos hablar? - ella merecía respuestas. Un poco inseguro dejó a Gía en su cama y fue abrir a Lisa - ¿Qué está sucediendo? — preguntó notablemente preocupada.
Jungkook volvió a cerrar la puerta, dejando sola a Gía. Tanto él como Lisa estaban fuera del pasillo. Jungkook suspiró tratando de tomar la suficiente fuerza para explicarle la situación.
– La chica que acaba de aparecer, la pelinegra, es la madre de Gía - Lisa se sorprendió al escuchar eso.
La puerta fue abierta y Gía salió de ahí. Había escuchado lo que su padre había dicho y cierto brillo en sus ojos se hacia notar. Su deseo se había cumplido en menos de lo que pensaba.
– ¿Mi mamá está aquí? - preguntó tratando de aguantar ciertas lágrimas de felicidad salieran.
– No - habló rápidamente Jungkook.
– Tu lo acabas de decirlo, quiero ir con ella.
– ¡Tu no iras a ningún lado con ella!
– ¡Pero yo quiero conocerla!
– ¡Ella no es buena para ti!
Ambos se encontraban enojados e irritados por la actitud del uno con el otro. Lisa entendió perfectamente lo que cada uno sentía en ese momento, pero esa vez apoyaría en todo lo que decidiera a Gía. La pequeña tenía derecho de conocer a su madre, y aunque le doliera el que tal vez a ella jamás volviera a llamarla de mamá, quería verla feliz.
– Creo que Gía tiene que verla - Jungkook miró a su prometida tratando de encontrar la broma en sus palabras.
– ¿Qué? ¿Hablas en serio? ¡Ninguna de ustedes dos entiende lo que pasa! - Jungkook ya estaba lleno de furia con ambas.
– ¡Es su madre! ¿Sabes lo que yo daría porque mi madre estuviera conmigo? - las lágrimas de Lisa no tardaron en salir ante el recuerdo de su madre.
– Es diferente - afirmó Jungkook. Ella negó y se mantuvo firme ante la mirada penetrante de Jungkook.
– Claro que no lo es, ambas tienen derecho a estar juntas.
– ¿Acaso estas escuchando lo dices? - nadie de los tres estaba feliz con la situación.
– Si, y si tu no bajas con Gía lo haré yo - Lisa tomó la muñeca de Gía para llevarla abajo con su madre.
Jungkook la detuvo apretando su brazo.
– Me estas lastimando, sueltame - le dijo Lisa tratando de mantener el control.
– Ustedes se quedan en la habitación, yo voy por ella — Lisa miró a Gía. La pequeña asintió, estaba un poco asustada por la actitud de su padre y no quería desobedecerlo.
– Está bien — dijo Lisa zafándose del agarre y caminando con Gía. hasta la habitación.
Jungkook estaba furioso, no había vuelto a ver esa actitud de Lisa desde hace meses, y que en esas circunstancias volviera a tomarla lo sacaba un poco de sus cabales. Bajó las escaleras lo mas rápido posible, encontrándose con su amigo aún impidiendo el paso de cierta chica.
– Jin dejame solo con Ji-eun - su voz era fría, que ni el mismo Jin lo reconocía.
– Pero…
– ¡Que me dejes con ella! - Jin comprendió que sea lo que había pasado arriba no era nada bueno. Asintió y dejó a la chica pasar, quien lo miró con arrogancia y entró en la casa.
Jin salió de ahí y fue hasta Jisoo. La ayudaría a despedir a los demás invitados poniendo alguna excusa. Esa casa necesitaba privacidad.
– Es bueno saber que aún recuerdas mi nombre — la chica se acercó tratando de seducir a Jungkook. Él se alejó.
– Te investigué después de que me dejaste a Gía.
– Bonito nombre le diste a nuestra hija.
– ¿Nuestra? - Jungkook rio sin ninguna gota de gracia — Es mía y de Lisa.
– Veo que le conseguiste una madre.
– ¿Qué quieres? - quería evitar involucrar a Lisa en la situación.
– Pasar el tiempo con Gía - Jungkook fruncio en ceño, no le creía nada. IU suspiró y lo miró con arrepentimiento - Me arrepiento de haberla dejado, cada día me culpo por haber sido tan cobarde y dejarla ir, pero ya no quiero lamentarme todas la noches, tal vez sea tarde, pero quiero hacerlo bien. Un día la conocí en el parque, hiciste un gran trabajo. Es una niña adorable — una sonrisa melancólica salió de los labios de IU. Jungkook le dio un poco de lastima y comprendió que él también había cometido errores y siempre le daban una segunda oportunidad.
– Sigueme — le dijo Jungkook — Solo no quiero que le hagas daño, a ella o Lisa — IU asintió.
Al llegar la puerta estaba abierta y Lisa abrazaba a Gía. Al verla Lisa se levantó y Gía corrió abrazarla.
– Creo que iré abajo — habló Lisa. Jungkook asintió, no pensaba dirigirle la palabra, o al menos no hasta que todo su coraje desapareciera.
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Lisa solo miraba de lejos la escena. Jungkook, Gía y Ji-eun se habían sentado en el césped y había comenzado a mirar algunos álbumes de fotografías de Gía y una que otra anécdota salían de los labios de Jungkook. Se sentía de cierta forma mal, por la felicidad de los tres, pero ella era la que había insistido en que se acercaran.
– Nosotros ya nos vamos, cuando quieras la puedo sacar de las greñas — habló Jisoo. Lisa rió por el comentario de su amiga y negó.
– ¿Puedo hablar contigo? - preguntó. Era ahora la única persona en la que confiaba. Jisoo asintió.
– ¿Crees que sean felices? - señaló a los tres a sus espaldas, quienes estaban riendo – Digo, si yo me aparto, ¿crees que puedan formar una familia?.
Jisoo entendió lo que su amiga le decía y notó aquellos ojos cristalinos.
– ¿Qué? ¿Piensas irte? - gritó/susurro Jisoo ante la noticia.
– Gía siempre quiso una familia, y yo solo quiero verla feliz.
– ¿Y qué pasa con tu felicidad? - Jisoo no podía creer lo que su amiga le decía.
– Creeme que ahora no me importa, ambos se ven muy felices, y yo siempre le dije a Jungkook que esto no funcionaría.
– ¿Nos vamos? - preguntó Jin interrumpiendo la conversación. Jisoo asintió.
– Piensa en tu hijo antes de hacer cualquier cosa - Jisoo abrazó a Lisa.
– ¿Qué sucede? - preguntó Jin, las palabras que su esposa había dicho lo habían confundido un poco.
– Nada - habló rápidamente Lisa. Jin también se acercó a abrazarla.
– Puedes contar con nosotros - le susurró. Lisa asintió.
Unos minutos se quedó Lisa sola mirando a la nada. Necesitaba aclarar sus pensamientos antes de tomar una decisión. Se sentó en uno de los sofás para pensar mejor. Tocó su vientre y soltó un suspiro. Se lamentaba una y otra vez por haber actuado tan rápido. Tiempo era lo que debió de tener la relación con ella y Jungkook. No era fácil nada de lo que estaba pasando.
– Te quiero mucho, no quiero que te vayas; podrías quedarte aquí a papá no le molesta, y podríamos estar todos juntos - Gía estaba encantada con la presencia de su madre y ya le había tomado cariño. Sabía que cuando la conoció había un lazo grande que las unía.
– Me encantaría - respondió IU. La situación a Jungkook lo tenía incómodo, y todo se volvió aún más incómodo cuando vio a Lisa en el sofá a solo unos metros, sabía que no le caería bien lo que Gía había dicho.
– Creo que será mejor que te vayas - le dijo Jungkook. Sacó un pequeño papel y se lo entregó – Es mi número, por si quieres volver a ver a Gía.
Tras una larga despedida entre Gía y su madre. La chica por fin logró irse de la casa. Lisa aprovechó el momento para irse hasta su habitación. Estaba segura de lo que iba hacer. Quería que ambos fueran felices, y la felicidad de ellos no estaba con ella.
Pocos minutos pasaron cuando escuchó la voz de Gía por el pasillo.
– Es muy linda mamá. ¿por qué no puede quedarse?.
– Porque ella tiene su propia casa y la puedes ver cuando quieras.
– Pero yo quiero que ella me despierte - Jungkook se agachó para quedar a la altura de la pequeña.
– Pero si aquí está Lisa, ¿o acaso ya no la quieres?.
– Si, es sólo que tu y ella están ocupados con el bebé, y yo quiero a mamá.
Jungkook suspiró y solo miró hasta la habitación de enfrente la puerta estaba entreabierta, sabía quien estaba adentro.
– Ha sido un día largo, ve a ponerte tu pijama - Gía asintió y fue hasta su habitación.
Jungkook tomó aire antes de entrar a su habitación. Lisa se encontraba guardando su ropa en una maleta. Lo había decidido ya. Cuando vio a Jungkook, dejó a un lado la ropa y se sorprendió. Él la miró confundido tratando de encontrar una explicación a lo que pasaba.
– ¿Qué haces? — le preguntó.
– Jungkook escucha… Tengo algo que decirte, ¿podrías tomar asiento? - sin preguntar algo obedeció a lo que le había dicho, supuso que era grave, y temía que fuera lo que imaginaba.
– ¿Podrías hablar? — le dijo ante el silencio que se había formado. Lisa comenzó a jugar con sus manos y se sentó enfrente de él.
– Yo tomé una decisión. Te amo lo suficiente y también a Gía como para no dejarlos ser felices.
– Sé lo que Gía busca, una familia y con lo que ha pasado en los últimos días e incluso en las últimas horas me di cuenta de que conmigo no podrán. Vi como estaban los tres en el jardín, se veían bien. No quiero despertar y darme cuenta de que Gía no es feliz.
– Pero si ella es feliz. Tú perteneces a nuestra felicidad - Lisa ya se encontraba llorando y Jungkook no tardaría en también hacerlo. Lisa negó repetidas veces.
– Claro que no. Gía no quiere al bebé, ella esta sufriendo.
– Justamente por eso no te puedes ir, ¿qué va a pasar con nuestro hijo? - Jungkook se acercó para poder abrazarla y tocar su vientre.
– Podrás verlo, solo quiero irme de aquí. Hicimos todo tan rápido que ahora sé que necesitábamos tiempo - Lisa se aferró al cuello de él. Ya se encontraba llorando y le dolía todo lo que decía, aún más porque era cierto todo.
– Lisa... No me hagas esto.
– Sé que amas a Gía, y por eso mismo deberías de luchar por su felicidad. Si tanto nos quieres por favor no hagas las cosas mas difíciles - él la separó un poco. Quería verla directamente a los ojos, quería suplicarle que se quedara – Te amo y a veces el amar significa dejar ir a esa persona - eso fue lo que mas le dolió a ambos.
Jungkook se lanzó a sus labios. Quería besarla y decirle con ese beso lo que él realmente quería. Quería tenerla a su lado, pero sabía que ella una chica decidida y se negaría.
– ¿Eso es todo? — le preguntó ella asintió.
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Muy temprano por la mañana Lisa ya se encontraba lista para salir de la casa de Jungkook. Él le había insistido en quedarse una noche más con él y había aceptado, pero ahora era hora de que se fuera.
– ¿Puedo ir a ver a Gía? — Jungkook asintió aún acostado. No quería despedirse de ella. No estaba listo para renunciar a lo que sentía por ella, pero si ella ya lo había decidido no tenía mucho que hacer.
Con ya los ojos llorosos Lisa entró a la habitación de Gía, la pequeña aún seguía dormida lo que le facilitaba la despedida a Lisa.
– Sé que vas hacer feliz ahora. Recuerdo cuando entré por primera vez a esta habitación, estabas cepillando tu cabello y me ofrecí ayudarte, desde ese momento lograste tener un lugar en mi corazón. Después me di cuenta de que yo también estaba en el tuyo.
Me cuesta mucho decirte adiós, pero este siempre fue tu sueño, querías una familia y ahora la tendrás, no me gustaría alejarme de ti, pero será la única forma en la que tu padre se olvidará de mi. Aunque estabas mal por el bebé, te prometo que le contaré lo mucho que lo querías aquí y lo gran hermana mayor que hubieras sido, le contaré nuestras aventuras y las travesuras que hacíamos juntas. Gracias por todo pequeña.
Lisa no pudo mas y le dio un beso en la cabeza a Gía.
– Mamá - susurró Gía dormida. Lisa limpió sus lágrimas y salió de ahí. Volvió a la habitación que antes compartía con Jungkook con la mirada baja. Tomó sus cosas y salió. Jungkook decidió levantarse y ayudarla.
– Iré a visitarte mañana - Lisa le había dicho que volvería a la casa en la que antes vivía, pero le había mentido solo para que la dejara ir.
– Te esperaré - Jungkook asintió. Ella fue quien lo abrazó. Se puso de puntas para poder aferrarse aún mas al cuello de él – Haz que sea feliz - Jungkook comenzó a soltar lágrimas. La estaba perdiendo y la estaba dejando ir.
– Te lo prometo - Lisa ahogó su llanto y tomó con más fuerza a Jungkook.
– Nos vemos pronto - se separó de él y le entregó el anillo de compromiso. Oficialmente ya no eran nada. Tomó sus cosas y salió de la casa.
Tal y como Lisa lo había dicho. Amar significa dejar que fueran felices aunque el final no fuera juntos. Jungkook miró aquella sortija.
– Papá, ¿y Lisa? - Jungkook dirigió su vista hasta Gía quien venían bajando las escaleras.
– Se fue - habló con un nudo en la garganta. Quería verse fuerte delante de su hija.
– ¿Volverá?.
– Espero que sí.
Fin...
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