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Lisa había ido a recoger a Gía de la escuela. Le costaba ya un poco caminar tenía tres meses de embarazo y cargar con la panza era un reto un poco mas grande de lo que había imaginado.
Al llegar al colegio de Gía espero afuera junto con otras madres que también esperaban a sus hijos.
El timbre sonó y varios niños comenzaron a salir. Gía salió dos minutos después con una rosa en su mano; la pequeña tenia aquella mirada nostálgica que Lisa había notado desde hace meses, quería hablar con la pequeña, pero cada vez que le estaba por preguntar lo que le sucedía era como si no quisiera hablar del tema. Jungkook apenas y prestaba atención aquellos cambios en Gía.
- Que linda, ¿Quién te la dio? – preguntó Lisa mientras tomaba la mochila de la pequeña para ayudarla a cargarla.
- Adrian – la sonrisa de Lisa creció y miró con picardía a la pequeña.
- Así que Adrian, ¿es un compañero tuyo? – Gía entendió hacia donde iban las preguntas. Su mejillas se volvieron rojas y solo asintió – ¿Es lindo? – volvió a preguntar Lisa.
- Algo – admitió la pequeña sin dejar que el color de sus mejillas volvieran a la normalidad.
- ¡No puede ser! ¡Te gusta! – Gía negó rápidamente ante la declaración de su madre.
- ¡No! – chilló Gía Aunque mentía. La pequeña había comenzado a sentir algo por aquel niño, no sabia lo que era, pero si estaba segura que no era una simple amistad.
- Que rápido crecen – dijo Lisa para ella misma. Sabía que tal vez era solo algo de niños, pero le causaba ternura lo que Gía sentía.
- ¡No le digas a papá! – habló Gía preocupada. Sabía que su padre no le gustaría que a ella le comenzaran a gustar los niños.
- Soy una tumba. Solo que deberás de presentármelo en tu fiesta – Gía se sentía bien. Sabía que podía confiar en Lisa para ese tipo de cosas.
- Si – levantó el dedo meñique y Lisa repitió la acción, así cerraron su promesa.
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En cuanto Gía vio el auto de su padre estacionamiento le pidió a Lisa que le devolviera su mochila. Últimamente le tenía miedo a su padre, pues protegía demasiado al bebé, y si Lisa hacia algún esfuerzo por algo que Gía le pedía, terminaba regañándola.
- Yo la cargo hermosa, ya llegamos – Lisa se negó y eso preocupo a Gía
Al abrir la puerta Gía iba un poco detrás de Lisa con miedo a que Jungkook pudiera hacerle algo.
- Llegamos – anunció la castaña.
- Hola – Jungkook apareció y Gía miró detenidamente a su padre. Él examinó por unos segundos la situación; Lisa estaba cargando algo, algo que perfectamente Gía podría hacer - ¿Por qué no traes tu mochila? – aunque había usado un tono calmado podía ver el enfadoso en su mirada.
- Yo se la quité – habló Lisa al ver el miedo que tenia Gía
- Lisa, sabes que no puedes cargar cosas pesadas – estaba molesto y ambas lo habían notado.
- ¡Por dios! ¡No me va a pasar nada! Deja de ser paranoico.
- ¡Los estoy cuidando! – ambos estaban comenzando a subir el tono de sus voces, en unos segundos eso terminaría mal.
- ¿Nos estas cuidando? – Lisa comenzó a reír – Gía te tiene miedo, ¿acaso no lo notas? – Jungkook miró a Gía tratando de comprobar lo que Lisa le había dicho. Cuando miró los ojos de la pequeña se lamentó demasiado haberlo hecho. Realmente le tenía miedo.
- Gía... - Jungkook no pudo terminar cuando Lisa tomó la mano de la pequeña.
- Regresamos cuando estés tranquilo – sin decir mas dejó en el piso la mochila y ambas salieron de casa. Jungkook se quedó ahí solo, pensando en todo lo que había pasado. Se preguntó cuantas veces en los últimos meses su hija le había tenido miedo. Se sentía un complejo inútil. Él estaba provocando que la pequeña odiara al bebé, quería tratarlos de la misma forma, después de todo ambos eran sus hijos.
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- Ya pequeña no llores – Lisa trataba de consolar a Gía, pero ni siquiera aquella bolsa de dulces que le había comprado había funcionado. Lisa le daba leves palmadas en la espalda, mientras la abrazaba.
Una mujer se encontraba a unos metros curiosa mirando la escena desde hace unos minutos; decidió acercarse antes de que su mirada comenzaran a notarla.
- ¿Por qué llora esta pequeña? – la mujer acarició la mejilla de Gía y ella le sonrió. Lisa estaba atenta a lo que pudiera pasar, era extraño que una desconocida se acercara y tocara a Gía con tanta confianza - ¿Quieres un helado? – Gía asintió. Se separó de Lisa y miró a la desconocida que le transmitía confianza.
- Vamos pues – habló Lisa. Estaba preocupada por lo que la desconocida tramaba.
- No, yo la acompaño – la insistencia de la mujer comenzaba a causarle desconfianza.
- Entonces vamos las tres – la mujer asintió con una sonrisa, aunque por dentro estaba irritada ante la sobre protección de la joven.
- ¿De que vas a querer el helado? – la mujer había tomado la mano de Gía y la había llevado unos pasos mas delante de Lisa, ella al tener unos kilos de mas le costaba seguirles el paso, pero no dejaría que se llevaran de esa manera a Gía. Sabia que esa mujer escondía algo, nadie de la nada se acerca y ofrece un helado.
- Quiero uno de chocolate – el heladero le sirvió su helado a Gía y después se lo entregó. Lisa iba a pagar cuando la desconocida ya lo había hecho. Debía de darle punto final a la situación.
- Nos debemos de ir. Gracias por el helado, pero su padre la espera – tomó la mano de Gía y comenzaron a caminar unos pasos, pero Gía se soltó y regresó con la mujer.
- Gracias – Gía la abrazó, acción que tomó por sorpresa a ambas.
- No es nada pequeña – le dio un beso en la mejilla y después se separaron para que Gía pudiera regresar con Lisa.
(…)
Aquella escena había traído curiosidad a Lisa, tanto que cuando habían llegado de nuevo a casa había ido directamente a buscar a Jungkook, este se encontraba en la habitación de Gía.
Jungkook había pasado el tiempo en el que había desaparecido para poder pensar en los acontecimientos de las últimas semanas. Había admitido que lo estaba haciendo mal.
Cuando Lisa entró a la habitación, él estaba mirando un álbum de fotos de la pequeña Gía. Lisa ni quería interrumpir pero justo antes de regresar Jungkook le había hecho una señal para que se sentara junto a él en el borde de la cama de Gía.
- Esta foto la tomé cuando dijo su primera palabra. Estaba tan emocionado, apenas llevaba unos tres meses con ella y había dicho papá – en la foto había una pequeña bebé con una enorme sonrisa. – Esta fue cuando dio sus primeros pasos. Me sentía tan orgulloso, sólo dios tres pasos y cayó al suelo – en la imagen se podría apreciar a Gía con un pie alzado, justo cuando estaba por dar un paso – Y esta fue su primera travesura. La dejé unos segundos en el vestíbulo mientras iba por unos papeles al auto, al regresar se encontraba llena de harina – Jungkook rió ante el recuerdo y Lisa al imaginarlo, aunque no había mucho que imaginar, la foto hablaba por si sola. Parecía un muñeco de nieve, estaba completamente blanca la pequeña.
- Se divertían mucho juntos – habló Lisa. Admiraba las fotos que había. Se sentía nuevamente como una intrusa en la vida de ambos.
- Si – Jungkook hizo un silencio – Sé que no debería de tratarla de esa forma, pero siento miedo, ¿Qué tal si le pasa algo al bebé? Es nuestro bebé, y no quiero perder a nadie – ambos se encontraban analizando todo lo que estaba pasando.
Lisa fue la que actuó en ese momento. Abrazó a Jungkook y recargó su cabeza en su hombro. Jungkook beso la cabeza de la chica y comenzó a acariciar su cabello.
- Yo solo no quiero que pierdan esa relación que tienen – habló Lisa.
- Ya lo sé, haz sido demasiado buena con Gía. Hablaré con ella y le pediré perdón.
Lisa no resistió y le dio un beso en la mejilla. Amaba ese lado sensible de Jungkook. Al regresar a la postura que minutos antes estaban recordó al que había ido a buscarlo.
- ¿Cómo era su madre?.
- Tu ahora eres su madre – Lisa no esperaba esa respuesta, pero tampoco iba a insistir, tal vez lo haría en otra ocasión.
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