Parte Cinco
[Jimin]
—La señorita está evidentemente estresada y mal alimentada —dijo el doctor Choi mientras checaba el pulso de Hani. Su voz era calmada, pero había una preocupación palpable en su tono. —Cuando despierte, dígale que debe descansar y comer bien. Eso es todo, señor Jimin —me ofreció una sonrisa comprensiva, y yo le agradecí sinceramente por haber venido a mi apartamento a estas horas para revisar la salud de mi trabajadora.
—Muchas gracias, señor Choi. Mañana tendrá en su cuenta el pago de esto —extendí mi mano hacia él, un gesto que simbolizaba mi gratitud.
—No hay problema. Nos vemos luego —respondió, y tras un breve apretón de manos, se despidió. Me quedé observando a Hani, sintiendo una mezcla de culpa y frustración.
En serio no podía creerlo. Había expuesto a la mano de confianza que Namjoon había enviado para trabajar en este proyecto al peligro. A medida que el doctor se alejaba, pasé mis manos por mi rostro, intentando borrar la sensación de impotencia que me invadía.
Estos días han sido sumamente difíciles y cansados. No he tenido tiempo ni de respirar. Las largas horas en la oficina, las reuniones interminables y las decisiones que debía tomar constantemente me habían desgastado. Y ahora, ver a Hani así, en una cama y algo pálida me llenaba de preocupación.
Muchos pueden considerarme alguien sin corazón, pero yo exijo no solo resultados; exijo compromiso y dedicación.
Mala alimentación. ¿Acaso ha dejado de comer? ¿Es por no dejarle más tiempo de almuerzo?
Me senté en la silla junto a su cama, observando su respiración tranquila, aunque entrecortada. Recuerdo entonces el desafío en sus ojos cuando expuso su opinión sobre el proyecto y cuando me pidió tiempo para comer. Nunca nadie me había confrontado de esa manera. Ni siquiera Jungkook.
Sonreí.
Ella tenía algo que me frustraba y me intrigaba al mismo tiempo. Tenía un punto de vista único y razonable. Hani era sin dudas una mujer fuerte y decidida. Namjoon hizo bien en escogerla como su mano derecha.
—Lo siento —susurré, aunque sabía que no podía escucharme.
Tomé mi celular para llamar a Jungkook y contarle que ya no teníamos a Seokjin invirtiendo en nuestro proyecto. Necesitaba a Seokjin fuera de esto. No quería que otro incidente así pasara.
Arropé bien a Hani y cuando me alejé un poco de ella su mano agarró la mía. Fruncí mi ceño.
—¿Pero qué..? —me interrumpió.
—Quédate, por favor —pidió con la voz baja y temerosa.
—Necesitas descansar, Hani —le dije amablemente.
—Pocas veces eres así de amable. ¿De verdad eres el gran y poderoso jefe Park Ji Min? —una pequeña sonrisa se instaló en su rostro. En el mío también.
—Si. Lo soy. Y te exijo en este instante que te duermas —hablé con tono firme. Me fijé bien en sus ojos.
Estaban aguados.
—Debería ser ilegal ser tan exigente —soltó un suspiro antes de que una lágrima recorriera la mejilla izquierda de Hani.
Me senté en la cama, aún con su mano entrelazada con la mía. La observé detenidamente. Ella había sufrido por mi culpa. Yo la había llevado a ese restaurante.
—Lo siento mucho, Hani —me disculpé sinceramente. Ella cerró sus ojos.
—Tenía tanto miedo... —confesó en un susurro.
—Shh. No pienses más en eso. Solo duerme —pedí y ella asintió. Me levanté para irme a mi cuarto no sin antes escucharla hablar.
—Gracias, Jimin —era la primera vez que me llamaba por mi nombre y no por señor o jefe. Asentí con mi cabeza. Saliendo de allí me di cuenta de una cosa.
Hani era más frágil de lo que imaginaba.
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[Hani]
Pasaron un par de días antes de volver al trabajo habitual, pero esos días se sintieron como una eternidad. La vida en la oficina había cambiado drásticamente, y aunque el caos había disminuido, la tensión seguía palpable en el aire.
El día después del suceso, el señor Jimin me dijo que debía descansar y alimentarme bien. Esa mañana, él se tomó la molestia de preparar un desayuno abundante para mí, insistiendo en que no dejara nada en el plato. Me sorprendió su dedicación; incluso me llevó a mi apartamento, asegurándose de que estuviera cómoda.
Nunca pensé que Jimin tuviera ese lado tan humano. Se estaba evidentemente preocupando por mí, y eso me hacía sentir mejor. La imagen que tenía de él como un idiota arrogante y sin corazón se desvanecía poco a poco.
Estaba tomando mi café matutino, disfrutando de un momento de tranquilidad, cuando alguien irrumpió en mi oficina. Era Jungkook, quien se acercó para entregarme unas carpetas llenas de papeles. Suspiré con frustración; no extrañaba para nada esta parte del trabajo.
—Buenos días. ¿Cómo te sientes? —preguntó Jungkook, y alcé una ceja ante su inesperada preocupación. ¿Escuché bien?
—¿Tú preguntando por mi bienestar? Eso no es muy Jeon Jung Kook de tu parte —dije, dejando caer un tono mordaz en mis palabras.
—Oh vamos. Estoy siendo amable y así es como me tratas —se quejó, mientras yo simplemente rodaba los ojos, sin poder evitarlo.
—Estoy bien —respondí, tratando de sonar indiferente, aunque sabía que mi tono no tenía ni una pizca de amabilidad.
—Es bueno saberlo. Jimin te quiere en su oficina —anunció, y asentí ante su recado. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, él ya se había marchado, dejándome sola con mi taza de café humeante.
¡Ni siquiera puedo tener una mañana tranquila! Pensé mientras me levantaba para dirigirme hacia la imponente oficina del señor Park. Di leves toques en la puerta. Un "pase" resonó del otro lado.
Al abrir la puerta, lo primero que vi fue a un Jimin demacrado. Sus ojeras eran evidentes, su cabello estaba despeinado y la corbata de su traje lucía completamente desarreglada. Esta imagen era totalmente inesperada. ¿No había dormido?
—Señorita Lee. ¿Cómo está? —su voz me sacó de mis pensamientos.
—He estado mejor. Gracias por preguntar —respondí, haciendo una pequeña reverencia. No sé por qué me sentía apenada o avergonzada ante él.
—Me alegro mucho. Tome asiento —me ordenó con una seriedad que no dejaba lugar a dudas. Acaté su orden y me senté frente a él, sintiendo cómo la tensión crecía.
—¿Para qué soy buena? —pregunté.
—Estamos en un gran problema —comenzó a decir, su expresión grave reflejando la preocupación que evidentemente lo mantenía despierto por las noches. —Sin nuestro principal proveedor de dinero, el proyecto se ve afectado.
Su voz resonaba en mis oídos mientras intentaba procesar lo que significaba todo esto. El peso de la situación comenzaba a caer sobre mí; no solo era un problema financiero, sino que también amenazaba con desmoronar todo lo que habíamos trabajado arduamente.
¿En serio rompió lazos con Seokjin por lo que pasó?
Jimin continuó explicando los detalles y las posibles soluciones, pero mis pensamientos divagaban entre la preocupación por el proyecto y la extraña preocupación que él había mostrado por mí aquel día.
A medida que discutíamos las opciones, no pude evitar observarlo con más atención. Su rostro cansado y su mirada intensa revelaban una vulnerabilidad que rara vez mostraba.
En ese momento, comprendí que todos llevamos nuestras propias batallas internas, incluso aquellos que parecen tener todo bajo control.
—Creo que deberíamos considerar algunas alternativas —interrumpí, intentando tomar el control de la conversación. Su mirada se elevó, y en sus ojos vi una chispa de sorpresa. No era común que yo propusiera ideas sin que él me lo pidiera, pero la urgencia de la situación me empujaba a actuar.
—¿Alternativas? —repitió, como si estuviera sopesando mis palabras. Su ceño fruncido reflejaba tanto su escepticismo como su interés. —¿Tienes algo en mente?
Respiré hondo, intentando organizar mis pensamientos.
—Podríamos acercarnos a algunos de nuestros socios menores. Tal vez no tengan el capital de Seokjin, pero podrían estar dispuestos a invertir. Además, hay algunas startups emergentes que podrían ver esto como una oportunidad para unirse a nosotros —dije con seguridad.
Jimin asintió lentamente, considerando mi propuesta. —Eso podría funcionar, pero necesitaríamos un plan sólido y rápido. No podemos permitirnos perder más tiempo.
—Podríamos organizar una reunión con ellos esta semana. Yo me encargaré de contactar a los interesados y preparar una presentación —propuse con determinación. La idea de ponerme en acción me llenaba de energía.
—Me parece bien. Haré unas llamadas y me pondré en función de eso —habló y yo no pude hacer más que quedarme mirando su aspecto.
—Señor, me parece que debería descansar —opiné con voz baja. Él puso sus ojos en mí.
—No hay tiempo para descansar, Hani —dijo firme. Rodé mis ojos.
—Creo que la conversación de ser más humano ya la tuvimos, señor —intenté convencerlo aunque sabía que era imposible.
—Señorita Lee, por favor, no insista —pidió con algo de frustración. Asentí, levantándome para salir de aquella oficina. —Por cierto —habló de repente. —Venga conmigo a mi apartamento. Hoy no quiero quedarme trabajando en la oficina. Podemos trabajar allá más cómodos —parpadeé confundida. ¿Por qué debería quedarme hasta tarde trabajando? Como si él estuviera leyendo mi confusión, me respondió la pregunta no hecha. —Recuerde que usted prometió trabajar hasta tarde por los treinta minutos de almuerzo para sus compañeros.
Abrí mi boca con sorpresa.
¿Cómo demonios se me había olvidado eso?
Apreté mis manos a mis costados.
Es por el trabajo, Hani. Soporta por Namjoon y tu trabajo.
Mi mente repetía como un mantra.
—Por supuesto, señor Park —sonreí falsamente y me retiré de allí, algo enojada porque Jimin seguía siendo igual de idiota que antes. Pensando únicamente y exclusivamente en el trabajo.
Llegué a mi oficina con la respiración algo agitada. En serio no podía creer que incluso luego de lo que pasó siguiera siendo tan exigente con todo el mundo y con él mismo incluso.
Observé mi taza de café, aún humeante.
Un momento...
¿Cómo demonios el café seguía caliente si llevaba más de cuarenta minutos fuera?
No pude concentrarme bien luego de eso.
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Wenis! 🤠
Cómo están? Cómo les va la vida?
Espero que bien y que también hayan disfrutado del capítulo :)
Qué creen de la actitud de Jimin? Las leo 👀
Besitos en la cola 😘
learmy01
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