II

"Día 25 de mayo. 11:15 a.m."

Nos encontramos en la parada de Londres para el Startrain, allí esperando estaba Félix, que se encontraba con una mochila pequeña a sus espaldas y una mirada bastante seria.

— ¿Estás seguro de tu plan? — pregunto en un susurro Duusu a su portador, que se encontraba oculto en el chaleco del joven.

—Estoy seguro, no tengas dudas alguna sobre esto— fue la rotunda contestación de Félix ante esto.

El tren llego, la gente se bajó y el chico se subió al tren y se sentó en un asiento cercano a la ventana del tren, dejando a sus pies aquella mochila. Todo parecía tranquilo hasta que en eso alguien se sentó en el asiento de al lado de él. Félix se percató de esto y vio a aquel chico.

Era de su edad de piel clara, de cabellos castaños cortos y ojos azul oscuro, bastante trabajado su físico, llevaba una sudadera negra y pantalones de chándal blanco. Félix se sintió raro cuando vio a aquel muchacho, era atractivo, un chico muy guapo.

—Disculpa, ¿Te incomodo? — pregunto el muchacho.

—N, no... No me incomodas— contesto un poco tartamudeando Félix.

El chico que se sentó al lado de él este cogió un libro y empezó a leer en el trayecto, Félix por su lado no sabía qué hacer, se sentía raro y quería conocer a aquel chico, quería hacer algo.

— ¿Tu de dónde eres? — pregunto el rubio Vanilly a aquel chico.

—Yo soy de Belfast, he tenido que ir Belfast a Londres por unos temas y ahora voy a ir a Paris porque tengo un entierro ahí— comento el chico.

—Oh... Vaya, que pena— respondió Félix.

—Es un tío que la verdad, poca pena me daba que muriese, era un supremo gilipollas— comento aquel chico.

—Bueno... Yo voy a Paris por un tema similar, pero no que me haya muerto, mi tío es gilipollas— comento Félix.

El chico dio una ligera risa ante esto, vio a Félix a los ojos y le hablo.

—Mi nombre es Michael, Michael Thordarg, un gusto conocerte—

—Félix, Félix Grahamm, igualmente—

Los dos se estrecharon la mano y los dos siguieron con sus cosas pero Félix por dentro estaba debatiéndose si le debía de hablarle más a ese chico, de ojos azules oscuros como dos hermosos pozos del mar más oscuro que hubiera conocido pero que brillaban de una forma genuina.

El trayecto termino y los dos se levantaron, cogiendo sus cosas y salieron de allí hasta llegar a la puerta de la estación de tren

—Bueno ya estoy llegando tarde... Lo siento, me tengo que ir rápido, adiós Félix— se despidió Michael, yendo hacia el este corriendo.

El rubio se quedó estático y simplemente saludo con la mano, aunque por dentro estaba enfadado consigo mismo ya que ese chico le gustaba y tal vez hubiese perdido la oportunidad de tener algo.

Félix después de esto se aclaró las ideas y movió la cabeza.

—Vale... Es hora—

Félix fue andando hacia la mansión Agreste, entro tranquilamente, como si fuese una visita normal a la familia y este empezó a ver que no había nadie, tomo su móvil y vio las noticias, Ladybug y Chat noir estaban peleando contra un akuma, llego a la sala donde estaba el cuadro.

El rubio en eso saco de la mochila el frasco de tinta y lo abrió, apareciendo "Inkform", que cayó al suelo y tomo la forma de Félix, un claco del rubio.

—Vale, intenta engañar a Adrien o Gabriel lo máximo posible, si no lo consigues, ocúltate y ven lo más rápido posible a donde yo esto— ordeno Félix con seriedad a su clon.

Ese clon solo asintió con la cabeza y se fue de allí, cosa que permitió a Félix estar ya a solas y que Duusu saliese.

— ¡Vamos! Déjame ayudarte con esto— hablo el kwami azul decidido

—De acuerdo— contesto Félix.

Duusu en eso le ayudo indicándole los botones, pulsándolo Félix y este bajando gracias a la trampilla.

Vio mientras bajaba por aquel extraño ascensor a su tía, a Emilie en aquel extraño sarcófago de cristal, su cerebro deseaba olvidar lo que le paso, la primera vez que lo vio pero... se dio cuenta de que fue por culpa de su misma tía, de hacer lo que hacía el motivo de su propia muerte.

En eso evoco el rubio, un recuerdo con su padre. Fue el día que le detectaron el cáncer de pulmón a este.

—Papá...—

Arthur le había contado sobre lo que tenía a su hijo con la mayor sinceridad que podía. El adulto en eso tomo la mano de su hijo con fuerza para seguido verlo directamente a los ojos.

—Hijo... Lo siento mucho, quiero que sepas que peleare contra esta cosa que tengo hasta con mi último aliento, no permitiré que este cáncer me gane, todo por estar contigo— hablo el adulto a punto de llorar.

A Félix se le cristalizaron los ojos y empezó a llorar, a llorar desoladamente por esto, por lo que el adulto se acercó y lo abrazo con fuerza.

—No pienso dejarte nunca hijo, no me lo perdonaría si lo hiciese— hablo Arthur.

Y aunque Arthur no hubiese cumplido con su palabra, lucho, lucho contra el cáncer durante un año al completo hasta que ese tumor le ganó la batalla y acabo falleciendo. Félix se sentía en aquellos momentos, viéndose ahora lo que iba a hacer y lo que había vivido como si el mundo decidiese que se convirtiese en una víctima del destino, un monstruo que solo desea que lo amen de verdad.

Llego a donde estaba aquel lugar y empezó a suspirar pesadamente, se acercó y vio a su tía allí, una mezcla de emociones muy fuertes le vinieron en ese momento, ira, rencor y tristeza.

—Félix...— hablo el pequeño kwami azul.

Félix tomo a Duusu y abrazo al kwami con pequeñas lágrimas cayendo por sus mejillas.

—Félix... No tengas miedo, yo estoy contigo— hablo Duusu con calma.

Félix se calmó ante esto, cerró un momento los ojos y suspiro para que nada en ese momento se le cruzase por la cabeza, y en eso este decidió hacer eso que había planeado días antes.

Tomo de la mochila una botella de un líquido amarillento negruzco, lo abrió y olio, el olor a gasolina de ese líquido estaba rebosando la botella. Félix empezó a echar ese líquido por encima del sarcófago hasta que de pronto algo le agarró del brazo, tirándolo hacia atrás y haciendo que ese líquido cayese encima de él.

Félix se giró a ver quién había sido y se dio cuenta de algo que no le gustaba en lo más mínimo. Ladybug estaba ahí, y Chat noir estaba agarrando al clon, que le grito.

— ¡Félix, Chat noir es tu primo, es Adrien! —

Ladybug se giró con sorpresa al escuchar esto aunque no se lo creia, no se fiaba de las palabras de aquel ser, Félix por su lado empezó a sentirse asfixiado por culpa de todo lo que estaba pasando, Duusu estaba aterrado por todo lo que estaba viendo. Ladybug por su lado se recompuso y se acercó a donde estaba el Vanilly.

—Vas a pagar por lo que hiciste, Félix—

Ladybug le quito el miraculous al rubio, Duusu estaba viendo esto, estaba aterrado con la idea de volver a que le hiciesen cosas malas, que su futuro portador lo usase para el mal. El pequeño ser azul vio la mirada de su portador, una de pavor, una de máxima preocupación ante lo que le estaba pasando.

Félix se vio en contra la pared, vio su mundo derrumbarse delante de él y no tuvo más ideas, haría su plan, aunque su vida se fuese, aunque tuviese que quemarse y volverse deforme para conseguirlo. Tomo el mechero con su otra mano y la encendió.

—Hacéis una mierda, le hacéis algo que Duusu no quiere, y juro que quemo todo esto, incluso a mí mismo, recuerda que me acabáis de embarrar de gasolina, lo mismo que he echado en la tumba de Emilie— amenazo Félix enfadado.

— ¡Tu solo eres un villano! — grito Ladybug enfadada.

Duusu se enfadó, se enfadó demasiado al escuchar las palabras de Ladybug, ¿Cómo osaba hablar así de la única persona que lo trato con dignidad? ¿Qué le trato con el cariño que ningún portador antes le había tratado?

Duusu voló directo y con gran velocidad hacia Ladybug y le arrebato de las manos su miraculous para tenerlo él, tomándolo con muchísima fuerza con su pequeño cuerpo, como si se tratase de algo preciado y viendo a ambos héroes parisinos con una rabia que nunca se le había visto.

Podría ser un berrinchudo, pero nunca había sentido una rabia, una ira tan poderosa dentro de él, el kwami de los sentimientos mostro algo que ningún kwami tenía y era independencia de elección.

— ¡No! ¡No permitiré que dañen a la única persona que me ha querido, que me ha tratado con la dignidad que nadie lo ha hecho antes, le hagan esto! ¡Él no es un villano! ¡Él me ha protegido! —

Duusu empezó a llorar, Félix estaba impactado por las palabras que decía aquel pequeño ser.

—Duusu, no sé qué te ha estado contado Félix pero no debes de creerle...— hablo la heroína con seriedad pero fue interrumpida por Duusu.

— ¿¡Y tú qué demonios sabes sobre él!? ¿¡Sobre todo lo que ha vivido, sus preocupaciones, sus miedos, lo que ha tenido que tragar para no quedar como un débil ante la panda de necios escrupulosos que es su familia!? ¿¡El saber que él es una creación mía, que su primo, el idiota vestido de gato negro que tienes al lado también lo es!? — grito con toda la ira que tenía dentro aquel ser azul en forma de pavo real.

El pequeño Duusu empezó a llorar, a llorar de la rabia que sentía dentro de él.

—Yo no quiero que sea un monstruo... No quiero que este bajo mi poder... Yo, yo quiero que sea un humano normal, ¡Y no permitiré que ustedes le roben a Félix la posibilidad de ser feliz, que me roben a mí, la oportunidad de darle la libertad a alguien que fue condenada a vivir por mi poder! —

El kwami de pronto empezó a brillar con fuerza mientras se agarraba, abrazaba con toda la fuerza que tenía a aquella joya y de pronto este pequeño ser brillo y empezó a volverse una bola de luz, una bola de luz blanca con tonos azules pasteles que en el centro brillaba una chispa azul eléctrico que parecía borbotear una energía cuasi divina.

Félix vio esto y no sabía que hacer exactamente, lo que le había pasado a Duusu en ese momento lo dejo sin habla hasta que su cerebro le dijo que lo hiciese, que tirase el mechero y prendiese todo en llamas.

Ladybug y Chat noir se quedaron petrificados, no sabían que hacer en esos momentos.

— ¿Pero qué es lo que le ha pasado a Duusu? — pregunto al aire Ladybug aterrada por lo que estaba pasando.

Chat noir por su lado estaba que no podía decir nada, todo era demasiado shockeante para el en ese momento y no le salían las palabras como para expresar lo que estaba cruzándole por la cabeza.

—Bueno... Creo que todos necesitamos un cambio— hablo Félix en ese momento con una sonrisa cínica en sus labios.

Félix lanzo en ese momento el mechero y lo lanzo hacia atrás, cayendo al suelo y la llama hizo contacto con la zona empapada de gasolina y empezó a prenderse en llamas con rapidez con un tono anaranjado pero sin parecer virulentas. Aquella bola de luz de pronto fue dirección hacia las llamas que se habían creado y se unió con ellas, volviéndose aquellas llamas de intensos y eléctricos azules, poniéndose incluso más virulentas las llamas que se habían creado y las llamas se empezaron a materializar en un ser del mismo fuego unido. Una gran ave de fuego azul de grandes alas y mirada fiera.

Aquella ave de fuego azul pego un fuerte graznido de ira y dio un fuerte batir de alas, que creo una poderosa onda de energía sónica, o eso parecía. La onda de energía llego a toda a Paris, pero a los primeros que le impacto fueron a los presentes. A Félix, a Chat noir y a Inkform cuando les impacto se les ilumino momentáneamente el pecho de azul.

Al chico disfrazado de gato no entendía que le había pasado, pero tanto Inkform como Félix si sabían que había ocurrido o entendían lo que había ocurrido.

Félix se levantó y vio aquel pájaro de fuego azul ahí imponente a los presentes y se empezó a acercar, dudoso pero a la misma vez curioso por ver a aquel ave.

El ave se acercó a ver directamente a aquel muchacho y su pecho empezó a sentirse a mil por hora, no sabía que le había pasado al inocente Duusu, pero sentía que esto fue su culpa, solo su culpa ante esto.

Félix levanto su mano al pájaro de fuego, que acerco su cabeza y se dejó acariciar, a su contacto no sentía que se quemase, era como si él y aquel ser tuviesen una extraña conexión.

—Duusu... ¿Qué es lo que te ha ocurrido? — pregunto el Vanilly al ave de fuego.

—He conseguido liberarte Félix... He conseguido ser libre de las ataduras que me imponía el miraculous, mírame, aunque este hecho de fuego es la primera vez que me siento tan libre desde mi creación— hablo el pájaro de fuego.

Félix lo comprendió en ese momento lo que acabó de hacer el ahora pájaro flamígero, el haberse convertido en aquella luz, el unirse con el fuego... Ahora era un ser diferente, sin ordenes de otros, con otro poder y que había conseguido liberar de aquella condición de sentimonstruo que tenía a no solo a Félix, sino a todos los que fueron creados por él.

Félix lloro, lloro de la felicidad al darse cuenta de esto.

De pronto noto el rubio que el corazón del fénix de fuego azul brillo y salió al aire en un brillo y vio que era un broche, un broche en forma de lágrima de color azul pastel con una perla de un color azul rosado palo muy claro, casi blanco.

—Félix... Tu eres el único digno que puede portar mi nuevo poder, tómalo, no tengas miedo de usarlo— hablo Duusu en aquella forma de fénix de fuego al muchacho con una confianza y calma que no se lo creía ni el mismo Félix.

Félix se giró a ver a los héroes al igual que el ave de fuego, al Vanilly se le dibujo una mueca de furia y el fénix azul le hablaría.

—Tampoco te voy a prohibir que le hagas daño a esos dos, creo que se merecen una lección, que nunca jueguen con las emociones de un dios—

Félix vio el broche fijamente un momento y seguido ver delante, fijamente y con gran ira a los dos portadores.

—No voy a permitiros que volváis a hacer algo de este estilo, a dañar a lo que aprecio—

El fénix alzo el vuelo mientras que Félix se puso el broche y este grito.

— ¡Duusu, transfórmame! —

El fénix cayo hacia Félix y ese fuego le cubrió en un remolino de fuego hasta que de pronto de un simple gesto desapareció aquel remolino de fuego y se vio la nueva forma de Félix.

Tenía el pelo hasta los hombros de color azul pastel muy claro, sus ojos, sin cubrir sus ojos con una máscara pero con marcas azules por los lagrimales interiores y la parte de sus pómulos como maquillaje azul oscuro, sus ojos eras oscuros, negros en su totalidad pero con las pupilas de un potente color rosado, su traje estaba bastante pegado de color azul cobalto. En su frente adornaba una especie de cinta o tiara al estilo corona lombarda pero fina, como de plata y pequeñas perlas rosaditas claras y una extraña gema en el centro de un fuerte color fucsia fuerte que parecía un diamante. Por su espalda por debajo de la altura de las costillas y costados, por las rodillas y hasta los codos tenía con ese traje una malla en diagonal en un tono más oscuro, poseía unos extraños guantes al estilo de Viperion pero con marcas rosas que simulaban ser estampas de flamas, al igual que las botas que llevaba. En sus omoplatos y espalda alta tenía como marcas de unas alas de pájaro que iban al pecho del chico pero no del todo, en su pecho había un símbolo de un pájaro al estilo medieval, el símbolo de un fénix, y en medio estaba el broche y en sus hombros tenía como unas protecciones que le cubrían medio antebrazo al codo con un símbolo de una lagrima y un circulo rosado en el centro grande y otro más pequeño negro en el centro de ese círculo rosado. Y en su cintura tenía un extraño cinturón hecho de cintas anchas de un potente rosado del que salía 4 puntas en tirabuzones que ondeaban con el viento.

Su vista fue directa hacia los dos héroes, que estaban congelados ante aquella estampa, Duusu... No sabían en que se había convertido pero había hecho algo que iba en contra de lo que era ser un kwami, el desobedecer a un guardián de los miraculous por voluntad propia.

—Vaya... Que pobres cobardes veo delante de mí— hablo con veneno en su voz aquel chico.

—Félix... No sé qué demonios ha pasado, pero no hagas ninguna locura— hablo aterrada Ladybug.

Ladybug se sentía rara, muy asustada ante la presencia de aquel chico, no entendía como le estaba ocurriendo esto, sus piernas le temblaban del pánico y lo único que deseaba era huir pero estaba ahí estática sin poder hacer nada, quería hacer algo pero su mente le decía que "ni se atreviese". Félix con esa forma se dio cuenta del poder que tenía y dio una sonrisa maniaca y de victoria a la misma vez.

Podía controlar las emociones de la gente que estaba cerca de él y eso incluía a Ladybug y Chat noir.

—Arrodillaos ante mí, débiles— fue lo único que dijo Félix como orden, y ante estas palabras, los dos héroes se arrodillaron ante él.

Félix se acercó a ellos sin miedo, mientras se veía que ellos estaban aterrados de miedo, sus miradas eran de pavor, los vio con superioridad mientras ellos le veían con terror.

—Patéticos— hablo con altanería aquel chico.

— ¿Qué coño nos estás haciendo? — pregunto Ladybug con terror, pero claramente enfadada, o intentándolo.

—Cualquier humano es susceptible a tener emociones, hasta la gente como yo que es frívola, o lo aparenta, los tiene... Los humanos somos tan frágiles... Y tan manipulables... Ese es mi poder, el poder nuevo de Duusu que me ha concedido, el poder de manipular las emociones tan débiles que tenemos los humanos como ustedes, que os creéis dioses perfectos y con la moral absoluta, cuando en realidad sois unos falsos de mierda que no os atreveríais ni a contarle a la gente que aprecias los secretos más importantes que tenéis— fueron las palabras del chico con malicia.

Félix se giró a ver atrás y vio como ardía todo con las llamas azules tan virulentas y este... Solo sonriso con satisfacción al ver lo que había hecho.

—Puto pajarraco de mierda— maldecía el chico felino con el tono de miedo provocado por aquel poder, en esos momentos querría degollar a su primo, o bueno... "hermano", por ser así de cínico y ser tan hijo de puta, pero aquel poder de manipular las emociones de otros que tenía Félix era abrumador y no era capaz de hacer nada.

El chico de traje azul solo se rio de ellos con cinismo y les hablo.

—Prefiero que me llames "Flammebird", gato sarnoso—

Y en eso el chico se acercó a donde estaba "Inkform" con su forma y le mostro su mano, por lo que este se volvió en su forma de ser viscoso y fue la mano del chico, posándose en su mano.

Ya con este ser en la mano este fue hacia el ascensor, se detuvo un momento y se giró a ver a los dos héroes para hablarles por última vez.

—Pudríos en el infierno—

Y ahí el chico se fue tranquilamente, como si nada hubiera ocurrido ahí mientras que los dos héroes estaban en ese lugar, buscando la manera de huir de las llamas que aquel ser en el que Duusu se había convertido había creado.

"12:27 a.m. Parada del Startrain Paris-Londres"

Nos encontramos en los baños de la parada y podíamos ver a Félix, ya sin su forma de "Flammebird" hablando con alguien. Era Inkform pero había tomado la forma de una chica rubia de piel clara, de ojos marrones con gafas de sol de lentes rosas y que vestía una camisa blanca con un chaleco vaquero y pantalones de campana vaqueros con botas de tacón negro.

—Gracias por haberte conocido, Félix— hablo la chica.

La chica abrazo a Félix y esta se fue del baño, el rubio se despidió con la mano y en eso vio su bolso.

—Oye Duusu, desde que me he destransformado no has salido del bolso, ni si quiera te he visto, déjame verte— dijo el blondo a su kwami.

—No se... Puede que sea feo— respondió el kwami temeroso.

—Yo no lo creo y más con lo que has hecho, no te voy a juzgar— hablo Félix con calma al kwami.

Duusu salió del bolso y se vio la nueva forma que tenía, era similar que antes pero tenía en su cabeza un largo penacho como una larga pluma, con su cola que era más larga pero no tenía circunferencias rosadas pero había una linda degradación en su cola a colores más claros y sus grandes ojos oscuros con pupilas rosas tenía como una especie de sombra de ojos y en su frente una marca en forma como de ojo ese color rosado fucsia.

—Te ve muy adorable Duusu— hablo Félix con una ligera sonrisa al pequeño ser.

—Gracias— hablo Duusu poniéndose rojo y viendo a un lado.

Duusu en eso se ocultó y el chico rubio salió del baño y vio la hora, para seguido ver el tren.

Félix en eso se fijó en la parada y allí estaba Michael, pero que llevaba una maleta de una guitarra en bandolera. El rubio se dio cuenta, de que no debía de pasar esa oportunidad y en eso este tomaría su decisión.

Félix se acercó a Michael y le puso una mano en el hombre.

—Hola, ¿Cómo estás? — hablo el muchacho rubio.

—Oh vaya, hola de nuevo, yo bien, he terminado lo del funeral, había en el ático de mi tío una guitarra española guardada y me la han dado, es de lo poco que mi familia se ha llevado de herencia— respondió Michael

— ¿Sabes tocar la guitarra? —

—Si... La música me ayuda a despejarme de muchas cosas—

Los dos dieron una sonrisa mientras se veían fijamente, Félix se puso colorado mientras observaba al chico.

—Me pareces un chico muy lindo— contesto el rubio

Michael se puso colorado ante esto y aparto su mirada.

—Gracias... Tú también me pareces lindo— contesto el chico de ojos azules un poco avergonzado ante esto.

Tal vez... tal vez las cosas debían de cambiar, los sentimientos son algo tan humano que ni si quiera el humano más frívolo son incapaces de no mostrar el lado más humano que tienen. Y esa es la historia de Félix, que ahora no poseía el poder de crear monstruos, si no que era controlar las mismas emociones. El cómo pudo cambiar y ser libre por fin.

FIN

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(7539 palabras en total)

¿Os ha gustado este Two-shot? Esta idea la tuve desde hace bastante, ahora toca hacer que las juezas de este concurso aparezcan:

-JAZVAL-

The_Rain_Girl_

SamanthaJaksic

Y os preguntareis, "¿Tan pronto lo has entregado?" Sí, cuando me pongo a escribir algo no paro hasta que acabo si tengo inspiracion, y creedme, con esta mierda he estado inspirada.

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