I
"¿Sabes ese sentimiento? La culpa, no por lo que has hecho, si no por lo que sabes, sabes un secreto que desearías que tu cerebro no hubiera sabido, pues es lo mismo que siento yo.
Esto me da rabia, total rabia, mi tío es el villano de Paris, mi tía está metida en una jodida vitrina en el sótano no sé si criogenizada o que leches sea y para colmo descubro que tanto la existencia de mi primo como la mía misma depende de un miraculous, del miraculous del pavo real.
Le hice un favor a mi tío para que me diese el miraculous del pavo real y... No se... No creo que lo que hice estuviese bien, pero tampoco entendería el verdadero motivo de porque lo hice. Ni mi tío, ni mi primo, ni la mocosa de Ladybug, que pobre ciega fue al confiar en mí y no ver más allá de sus narices.
Ahora estoy conviviendo con el kwami del pavo real, Duusu es su nombre. No es un kwami malo, para mi es una pobre víctima, víctima de gente que ha usado su poder para crear monstruos, monstruos a base de la gente débil de sentimientos, a gente vulnerable, y no deseo usar su poder para estas cosas.
Me da rabia el poder de los sentimonstruos ¿Por qué existe si quiera el poder de crear vida a seres casi humanos, seres vivos que son mandados por un humano superior? Los sentimientos no deberían de ser usados para eso.
Duusu es una víctima para mí porque creo que simplemente no merece crear esos monstruos, debe de ser feliz, debo de descubrir con él otro poder, otra cosa que pueda hacer en vez de este poder tan atroz, que nos permita a la gente como yo poder ser libres de cualquier tipo de lazo con el objeto y convertirnos en humanos plenos, en seres al completo que no necesitamos ordenes, una libertad verdadera y pura, sin engaños ni creencias de que nuestro origen sea a través de una pluma de almohadón.
También he visto que el pobre no había comido nada, salvo la energía vital de portadores adultos, nunca lo han alimentado con comida de humano, comida normal y le ayude a probar cosas. No es muy selectivo, le encanta todo: frutos secos, mozzarella, setas crudas, cascarillo de la carcasa de un pollo crudo (No me preguntéis por este último, le pille fisgoneando la nevera y comiendo eso)
¿"Glotón" podría ser el adjetivo que le describe? Tal vez, pero le gusta comer de todo, me conto una vez que uno de los kwamis de la caja de la que él esta, Plagg, el de la destrucción, era muy selectivo con lo que comía y si había algo que le encantase, solo comía de eso.
Lo que si... Duusu es muy emocional, es muy de cambiar de humor muy rápido y muy exagerado. Miedo, ira, tristeza, alegría... Cambiaba muy rápido de emociones en muy poco tiempo pero con el tiempo que he pasado con él, he aprendido a cómo puedo tranquilizarlo. Le encanta estar a mi lado, después de todo soy como su hijo, y me lo ha dicho directamente, me quiere como uno y no quiere perderme de su lado. Pongo también música, Jazz, Blues... Esa música relajada lo calma bastante.
Solo quiero que alguien me proteja. Mamá ya sabe de mi secreto y de todo lo que vi y viví, con ella nunca he tenido secretos, ni los más íntimos, porque siempre he sentido que alguien debe de saberlo y mi madre siempre ha sido alguien confiable para contar un secreto, cual sea que sea con el impacto que sea... Pero no creo que ella pueda protegerme de todo, y más relacionado con los miraculous.
Mamá y apenas sabe de los miraculous, me conto cuando le conté sobre Duusu y sobre que yo era un sentimonstruo que no tenía ni idea ni si quiera de que era un sentimonstruo, se lo tuvo que explicar Duusu.
Me he prometido a mí mismo nunca usar el poder del pavo real, ni si quiera transformarme, así será más seguro poder proteger a Duusu. Yo quiero encontrar la forma de poder cambiar el poder del kwami, que no cree monstruos, que pueda hacer algo más poderoso, más bello...
Simplemente eso. Necesito encontrar la forma de cuidarlo y protegerlo."
Estas palabras estaban escritas en un diario, en un diario de lo más llamativo y quien lo estaba leyendo era Duusu, el mismo kwami de los sentimientos.
Félix se encontraba cerca de él, leyendo un libro, "Manhattan Transfer" de John Dos Passos. Estaban en una sala donde había un montón de libros y una pequeña chimenea encendida, el frio de invierno en ese lugar daba bastante para ser un lugar bastante apartado del hogar.
—Félix, ¿Esto que está escrito aquí? ¿Lo que cuentas es cierto? — pregunto de pronto el pequeño ser azul al muchacho rubio.
—Los diarios, Duusu, están hechos para que alguien escriba lo que sienta, sus preocupaciones, alegrías, es una forma de ocultar cosas pero a la misma vez contarlas— le respondió con calma el Vanilly.
Duusu en eso se acercó a donde Félix y lo abrazo con sus manitas como pudo al chico.
—Son las cosas más lindas que un portador ha hablado de mí en mi vida—
Félix se quedó un poco confuso, le había dicho que podía coger un libro, tenía oculto ahí su diario entre tantos libros porque sabía que nadie sospecharía de su localización pero al parecer el pequeño kwami lo encontró. No se enfadó con él, y más con las palabras que había dicho Duusu, le entristecía el cómo fue tratado Duusu y le alegraba verlo feliz.
—Gracias por cuidarme así de bien, Félix— hablo el pequeño kwami acurrucándose en el pecho del chico.
Félix solo le miro con pena, dejo un momento aquel libro para seguido tomarlo con sus manos y darle un besito en la cabeza y acurrucarlo de nuevo en su pecho.
—Te debo más de lo que crees Duusu— respondió Félix al kwami.
—Eso no es cierto... —respondió Duusu—...Te debo más a ti de lo que aparenta, el poder probar cosas que normalmente no podría, que con mis anteriores portadores no podía sentir—
—Oye Duusu... Se me ha ocurrido una cosa, el cómo podríamos acabar con todo el caos en Paris— hablo el rubio.
La cabecita del Vanilly era muy ingeniosa, aunque el plan que se le había ocurrido sería muy destructivo, y tal vez hubiese encontrado la forma de acabar con el problema de Hawk Moth... Si no tenía un motivo para pelear, ¿Por qué seguiría? ¿Y si encontraba el cadáver de Emilie en llamas?
— ¿Y cuál es el plan? — pregunto curioso Duusu.
—Quemar el cuerpo de mi tía, sin cuerpo, sin algo que le motive a pelear... Puede que Gabriel se rinda, que deje de atacar Paris. Puede que sea lo mejor, no solo para la tita donde quiera que este sino para toda Francia—
El chico vio el miraculous del pavo real, portándolo ahora, y un gesto de cierta culpa se dibujó en su rostro, su mirada mostraba pena, tristeza y culpa mientras miraba el broche que portaba. Mil y una cosas se le cruzaban en su cabeza y una de ellas un recuerdo.
Tendría unos 6 u 7 años y estaba jugando en el patio de la casa mientras que su madre estaba sentada bordando unas cosas, el pequeño niño vio una mariposa cerca y este empezó a seguirla, la mariposa voló y Félix siguió aquella pequeña mariposa pero el pequeño se tropezó y se cayó al suelo.
El pequeño empezó a llorar al haberse caído y la adulta al escuchar esto dejo las cosas que estaba haciendo y corrió y se agacho a ver al pequeño preocupada.
—Cariño, ¿Estas bien? — hablo la adulta.
—Mamí...Me he hecho pupa— lloro el pequeño.
Amelie le vio, le levanto el pantalón y vio un pequeño raspón en la rodilla de su hijo, la mujer tomo a su hijo y lo levanto, la mujer era bastante fuerte y lo levanto.
—No te preocupes cariño, vamos a dentro y le diremos a papá que te ayude, ¿De acuerdo? No quiero verte llorar, y más con eso, pero es normal— hablo con dulzura la mujer a Félix
El pequeño solo asintió con la cabeza mientras se secaba las lágrimas con sus manos y la adulta le dio un beso en la frente.
— ¿Qué es lo que pasa Félix? — pregunto Duusu al notar el rostro de su portador, sacando de sus recuerdos al Vanilly.
—No es que... No sé, después de lo que hice... Puede que Ladybug me esté buscando, este intentando encontrar la forma de que me atrape — hablo Félix serio ante esto.
El chico aparto momentáneamente el libro, dejándolo en una mesita que había mientras su rostro, su expresión no cambiaba
—Oye... — Hablo el kwami azul para en eso ponerse a la vista del Vanilly—... A mí no me importa que uses mi poder para una cosa así, vas a hacer algo bien aunque no sea el mejor método para hacer—
—Me prometí no hacerlo, y no voy a romperlo por una cosa así, me niego— afirmo rotundo Félix al escuchar esto.
El kwami se dio cuenta de esto y se lo pensó un momento, para seguido dar con la tecla, aunque no era muy seguro hacerlo.
—Oye... ¿Y si yo lo creo? De normal los creo cuando me descontrolo demasiado con una emoción, sobre todo con la ira, pero si lo hago controlado y usando muy poca cantidad de mi poder en algo muy sencillo, podría hacer algo para que te ayude— hablo Duusu.
En eso el pequeño kwami azul fue a buscar una cosa y encontró un bote viejo de tinta, lo puso cerca y en el suelo para seguido acercase y darle al botecito un pequeño soplido, saliendo de la boca del pequeño kwami un extraño polvo brilloso azulado que le cayó.
—Ahora a esperar...—
Después de esas palabras, hubo un silencio sepulcral hasta que de pronto empezaron a escuchar un ruido, el ruido del bote abriese y se viese saliendo de allí un extraño ser hecho de tinta negra, como una pequeña masita un poco amorfa, pero que tenía bracitos muy adorables con una boquita y ojos en espiral blancos que le hacía parecer al Pokemon "Sinistea".
— ¡Bien! — dijo Duusu con una sonrisa.
Félix se agacho y vio al ser que había creado Duusu y acerco su dedo y lo toco, estaba blandito y el pequeño ser se rio, cosa que le pareció adorable, en eso la pequeña masa en eso tomo otra forma, la del mismo Duusu y floto al igual que el kwami.
— ¡Mira! ¡Somos iguales! — hablaron los dos a la misma vez, era una copia perfecta.
Este se quedó impactado al darse cuenta de esto y toco el kwami para después tocar la cabecita de este con delicadeza.
— ¿Y cómo lo vamos a llamar? — pregunto Duusu a su portador
—"Inkform" ¿Qué te parece ese nombre?— respondió el blondo al ver la copia de Duusu y seguido a su kwami.
Félix estaba bastante feliz ante esto pero... Se dio cuenta de algunas cosas su rostro de esa alegría, cambio a una de pena.
— ¿Qué pasa ahora Félix? — pregunto Duusu preocupado.
—Mi madre... ese es el problema... Yo...— hablo Félix.
El rubio en eso se vio una de sus manos mientras que esa copia de tinta volvía a su forma normal y se volvió al bote.
Duusu por su lado puso su patita en el hombro del rubio y le hablo.
—Mejor cuéntale a tu madre... Creo que es mejor hacerlo, aunque no te deje, hazlo, inténtalo— contesto tranquilo el kwami azul a su portador.
Félix se giró a ver a Duusu a los ojos y simplemente le vio.
—De acuerdo, lo hare... Aunque no sé si esto le gustara lo que se me ha ocurrido, no... no quiero que se preocupe— dijo el chico de ojos verdes.
Momentos después... Un "Tres doritos después" prácticamente:
—Pues... Vale... Esto no me gusta, pero creo que es lo mejor—
Esas palabras fueron dichas por Amelie, cosa que impacto demasiado a Félix, que estaba con Duusu y con el bote que ocultaba a aquel amok creado por Duusu.
— ¿En serio? ¿No vas a pararme? — pregunto el joven al chico.
Amelie se giró a ver a su hijo y le hablo con franqueza.
—Tu tía era muy rara, en serio... Nunca me he fiado de ella mucho y digamos que de familia siempre ha sido la apestada, la que "si se muere probablemente le lloremos un poco y ya", mi relación con mi hermana no era precisamente buena, y menos con Gabriel. Además, ella ya ha muerto, que quemes su cadáver es lo correcto en esta situación— simplemente dijo la mujer adulta ante esto.
Hubo un momento de silencio hasta que en eso le pregunto a su madre con seriedad.
—Mamá... ¿Tu sabias que yo era un sentimonstruo? —
Amelie se quedó un momento en silencio y en eso le hablo con sinceridad.
—Tú padre y yo intentábamos intentar tener un hijo pero... Descubrimos por unas pruebas médicas que yo era infértil, no podía tener hijos, un día hable con tu tía de esto y me dijo que sabía una forma de darme un hijo, solo que esperase unos días. Y a los 5 días te tenía en sus brazos, ella me entrego a ti...—
Félix se quedó sorprendido por aquellas palabras pero su madre le puso una mano en la mejilla de su hijo, vio el rostro lloroso de su madre, a los ojos directamente, no era consciente la mujer de todo hasta que Félix lo descubrió.
—...Cuando te tuve en brazos, eras a penas un niño, un bebé adorable, y me jure de que te protegería con todo mi corazón, y eso es lo que he hecho hasta ahora. —
Amelie en eso abrazo con fuerza a su hijo, a lo que el pobre Vanilly abrazo a su madre.
—Haz lo que creas más justo cariño, no quiero que pase nada más, busca la forma de ser libre, por favor— hablo Amelie.
El rubio sintió su corazón latir por unos segundos, sintió algo punzante dentro de él, usa sensación cálida y reconfortante a la misma vez que le decía que lo quería protegerlo.
Los dos se dejaron de abrazar y la mujer le hablo.
—Esto lo apoyare aunque no me parezca del todo bueno, ¿De acuerdo cariño? —
El chico junto con esas dos criaturas fue a una de las habitaciones, a la habitación de matrimonio de su madre y en uno de los cajones lo encontró, era un mechero de pedernal plateado en forma de cajetilla que tenía un grabado de un fénix al estilo medieval.
— ¿De quién es ese mechero? — pregunto el pequeño ser azul curioso.
—Era de mi padre... Mi padre era mucho de fumar tabaco, eso fue lo que le mato, un cáncer de pulmón— respondió con seriedad aquel chico.
Félix en eso abrió el mechero y lo encendió, comprobado si tenía combustible el mechero, apareciendo una llamita en el mechero.
Duusu se quedó embelesado por aquella llama que desprendía el mechero.
—Wow... Es impresionante, no sabía que los humanos hubiesen creado esto para crear fuego— hablo Duusu casi hipnotizado por la llama del mechero.
—Si... Puede usarse de muchas formas, como para ayudarte a matarte con el tabaco o para calentarte cuando estas en un camping de familia— comento el rubio.
En eso el chico recordó algo bonito...
Habían ido de camping su padre, su madre y él, que apenas tendría unos 5 añitos, un día tranquilo ya de noche.
Podemos ver a Félix sentado cerca de su madre, que estaba preparando madera y carbón vegetal para hacer el fuego. El jovencito en eso vio a su padre, un hombre de cabellos castaños, cortos con perilla y de ojos azul oscuro.
— ¿Podéis apartaros un momento? — dijo el hombre a los dos. Amelie y Félix se apartaron y el hombre con el mechero encendió la fogata, que se prendió muy rápido por la madera.
— ¿Ves que bonito es el fuego Félix? — le hablo Amelie a su hijo.
—Es muy lindo— hablo el pequeño alegre.
—Y muy peligroso, si lo tocas te quemas y te puedes hacer daño— respondió el adulto, que se sentó al lado de su esposa.
Félix en eso se sentó junto con el hombre que le dio una gran sonrisa y este le tomo de los brazos a su hijo y lo levanto al aire.
—Je, je... Ahora eres más grande que papá— hablo el adulto divertido.
Padre e hijo se rieron divertidos ante esta situación, Félix estaba feliz por los mimos de su padre.
—Arthur, tenemos que cenar, ¿Me puedes ayudar?— comento Amelie al adulto.
— ¿Pues a que estamos esperando? — hablo Arthur, para seguido levante y dejar a Félix en el suelo y verlo— Pues vamos a ayudar a tu madre. —
Ese recuerdo era muy lindo, su padre, Arthur Grahamm era un cantante de una banda de rock de los 80 de Gran Bretaña, no era el más famoso y ni su banda lo era salvo en Gran Bretaña pero él era carismático y guapo, cosa que atraía a la gente y que por azares del destino, acabase casado con Amelie de Vanilly, una de las chicas más reconocidas en Gran Bretaña por su linaje.
Félix se recompuso y cerro el mechero y vio la parte de debajo de este, ponía "A + A", las iniciales de sus padres. Noto de pronto sus mejillas húmedas, se las toco y se dio cuenta de que estaba llorando, había llorado sin darse cuenta pero se quitó las lágrimas.
— ¿Qué es lo que te ocurre Félix? No me gusta verte así de triste— hablo Duusu con tristeza al ver a Félix así.
—No pasa nada Duusu, no pasa nada...Solo, solo he recordado algo lindo— respondió Félix mientras se quitaba las lágrimas de sus ojos.
Félix en eso cerró la tapa del mechero y lo guardo para en eso irse de la habitación. En el camino Duusu le haría la siguiente pregunta.
—Oye, por lo que leí en tu diario... Tú estuviste enamorado de un compañero de tu clase cuando eras más joven ¿Cómo fue con él? —
Félix recordó eso y sus mejillas se pusieron rojas. Si recordaba lo que llego a sentir por ese chico, pero también se dio cuenta de que daba muchísima vergüenza de pequeño y de defectos que aun tenia.
—Oh... Eso, me acuerdo...— hablo Félix—... Era un chico que estaba en mi colegio, tendría unos 11 años cuando me empezó a atraer, era... Guapo, adorable, y yo quería acercarme y hablarle, por lo menos hacerme amigo de él pero cuando fui al instituto, él se fue... Siempre me ha costado socializar, me gustan los chicos y eso mi madre lo sabe, con ella no tengo secretos, pero... Me gustaría salir con alguien que me entienda—
—Oh... Vaya, el problema no es que no puedas amar, si no que no encuentra a quien te pueda entender y amar— hablo curiosamente Duusu al saber esa inquietud que tenía su portador.
—Puede ser... No lo sé, nunca he tenido la valía de poder hablar con alguien aparte de mi madre de las cosas que siento. — contesto Félix apenado.
—El amor es una de las cosas más complejas que el humano puede sentir, puede ser pasional, puede ser uno unilateral, puede ser pensado solo para algo momentáneo o para que perdure por milenios, puede ser algo incluso que creas que es revolucionario, algo ilógico, algo que te ahoga en lo más profundo de su ser. El amor se presenta de tantas formas y tan diferentes, viniendo de gente tan diferente... Es un sentimiento que tal vez yo no pueda tener, pero es maravilloso cuando otro puede sentirlas...— comento Duusu.
—...He visto tanta gente enamorada o sintiendo amor, de formas tan diferentes a gente tan diferente como puede ser a alguien que amas o un ser querido que desearía yo poder sentir eso mismo por alguien—
El pequeño ser se apeno con las palabras que dijo, cosa que puso un poco triste a Félix, por lo que lo tuvo entre sus manos y le dio un besito en la frente, cosa que le saco a Duusu una risita ante esto, cosa que le saco una ligera sonrisa a Félix.
—Yo siempre te protegeré Félix, no lo olvides— hablo Duusu con cariño.
Tal vez lo que iba a hacer iba a ser algo que no le gustaría a nadie, el profanar un cuerpo para quemarlo no era precisamente algo moralmente bueno pero... ¿Qué opciones tenia para pararlo por su cuenta? ¿El quedarse de brazos cruzados viendo que Ladybug no se enfrentaba directamente al villano de Paris? ¿Ser siervo de las órdenes de su tío que tenía ese oscuro secreto? ¿Chivarle lo que pasaba a Ladybug sabiendo lo negligente que era?
¿Por qué acaso debía de seguir órdenes de gente así? Él solo haría caso a su querida madre, o bueno, a la persona que desde muy pequeño considero su madre pero que no lo era de sangre.
Alguien debía de hacerlo, ¿No? Sentía que alguien más debía de hacerlo porque, aunque sabía poco de la situación de Paris, sabía lo que pasaba y sabia la verdad y el no hacer nada, aunque fuese de forma vil, de una forma muy ética, seria tal vez la forma de acabar con todo el mal.
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